Cassandre, pionero del cartel moderno | Medium

A.M. Cassandre, una figura fascinante del diseño

Mª Ángeles Domínguez
5 min readDec 9, 2020

En la historia del diseño y de la publicidad, hay personajes que destacan por sí mismos, no solo por su obra, sino también por su carisma. A.M. Cassandre es sin lugar a dudas uno de ellos.

Adolphe Jean-Marie Mouron fue un pionero del cartel moderno, del diseño y la publicidad. Decidió firmar su obra bajo el pseudónimo de A.M. Cassandre y en el París de los años 20 del siglo pasado, fue una celebridad dentro de los círculos económicos y sociales.

Aún recuerdo la primera vez que vi uno de los carteles de Cassandre. Fue allá por 2001, en el Museo Reina Sofía, dentro de la exposición El espectáculo está en la calle. El cartel moderno francés, que dedicaba una retrospectiva a los maestros Paul Colin, Jean Carlu, Charles Loupot y A.M. Cassandre.

El trabajo de estos cuatro cartelistas popularmente conocidos como los mosqueteros del cartel francés me fascinó, pero muy especialmente fue el trabajo de Cassandre el que me dejó sin palabras.

La majestuosidad de sus grandes carteles Normandie, L’Étoile du Nord y Nord Express quedaba realzada vistos frente a frente, en la distancia corta dentro de las salas del museo. Observar su dominio de la composición, del uso de las líneas, la geometría, la tipografía y el color difuminado del aerógrafo provocaba una sensación magnética.

Cartel Normandie (1935), A.M. Cassandre.

Cosas del destino, casi 10 años después recibí el encargo de escribir la biografía de Cassandre para inaugurar la Biblioteca Gràffica. El descubrimiento fue enorme. No solo conocí la inmensidad de su obra, también pude descubrir al personaje.

Su legado gráfico no tiene parangón. Cassandre no fue solo un pionero del cartel moderno, también fue publicista, escenógrafo, tipógrafo, retratista… Fue un verdadero artista y un genio en toda regla. Además, la investigación de su vida me llevó a conocer a un personaje más propio de una película de Hollywood, con sus luces y sus sombras, auténtico y visceral.

  • Triunfó extremadamente joven. Su éxito profesional y personal fue de vértigo. Con apenas 22 años diseñó el cartel Au Bûcheron, cuyo estilo rompedor le valió el primer premio de la Exposición Internacional de París de Artes Decorativas de París en 1925. El reconocimiento de su obra le llevó hasta Nueva York.
  • Amasó una fortuna. La calidad de su trabajo le llevó a ganar una inmensa fortuna cuando aún no había cumplido los 30. Se casó con la hija de un magnate de la industria de la automoción y tuvo una vida de lujo entre la élite política y la alta sociedad francesa.
  • Tuvo un final trágico. Como muchos genios en la historia, Cassandre era un artista intenso, siempre en fase de experimentación y cambio, con numerosas inquietudes intelectuales y profesionales. Su personalidad era arrolladora, pero también convulsa y atormentada. Todo el éxito que conquistó de forma vertiginosa en la década de 1920 se diluyó pocos años más tarde.

A.M. Cassandre podría ser como el Howard Hughes de la publicidad, un personaje fascinante y único.

Pero lo importante aquí es la grandeza de su legado.

¿Por qué debemos reivindicar la obra de Cassandre?

Rompió con l’Art Nouveau y creó un lenguaje propio en la emergente industria gráfica. A través de los movimientos de vanguardia (Cubismo, Futurismo, Bauhaus, Nueva Tipografía…) experimentó e indagó las diferentes posibilidades que ofrecían. Y a partir de ahí, creó un nuevo código de comunicación en el terreno de la publicidad.

Dubo… Dubon… Dubonnet.

Cassandre está considerado como el primer director escénico de la calle. Marcó un punto y aparte respecto a la tradición de cartelistas antecesores como Alphonse Mucha, Jules Cheret o Leonetto Cappiello que hacían del cartel comercial auténticas piezas de arte. A diferencia de ellos, Cassandre veía en el cartel un instrumento de comunicación, que ofrecía la posibilidad de restablecer el contacto con el hombre de la calle. Y de esta forma, dejaba en un segundo plano las connotaciones artísticas.

El mundo de la publicidad y del diseño comercial no sería comprensible hoy sin la extensa producción de carteles que A.M. Cassandre realizó entre 1923 y 1936. Trabajos como Nord Express, L’Atlantique y la secuencia cinemática Dubo… Dubon… Dubonnet y el cartel para el Ford V8, inauguraron el cartel moderno.

Tipografía Peignot.

Diseñó las tipografías Bifur, Acier y Peignot, que constituyen un importante legado tipográfico, no tanto por su cantidad, sino por la calidad y donde nuevamente demostró su capacidad de experimentación.

Más allá de sus carteles, Cassandre es un pionero de la publicidad moderna. Fundó su propia agencia de publicidad, l’Alliance Graphique en el barrio de Montparnasse y también su propia escuela de diseño.

Fue un agitador cultural e impulsor del movimiento asociativo a través de la creación de l’Union des Artistes Modernes (UAM), que ayudaría a sentar las bases de la profesión. Posteriormente, participó activamente en la Alliance Graphique Internationale (AGI); una asociación internacional cuya idea era compartir intereses y amistades comunes a través de fronteras nacionales y culturales.

Portada para Harper’s Bazaar diseñada por Cassandre en 1939 durante su etapa en Nueva York.

En 1936, el MOMA de Nueva York le dedica una exposición retrospectiva de su obra, cuando acaba de cumplir 35 años. Este fue un nuevo hito, ya que por primera vez, el MOMA admitía entre sus exposiciones una disciplina que no era exclusivamente artística, sino que tenía un carácter comercial.

En Nueva York, trabajó como director de arte en Harper’s Bazaar y Fortune, donde trasladó a las portadas de las revistas el carácter experimental de sus carteles. Allí colaboró con grandes fotógrafos como Cartier-Bresson y artistas como Man Ray, Dalí o Marc Chagall, y abrió una nueva puerta en el terreno de la dirección artística de portadas.

Uno de los trabajos quizás más desconocidos, pero inmortales en el tiempo es el diseño del monograma de Yves Saint Laurent. Este emblema de la alta costura fue diseñado por Cassandre en 1962 todavía hoy se mantiene vivo en productos de cosmética de la firma como un símbolo.

Fue un artista del trampantojo. Cassandre era un virtuoso del uso de esta técnica, que «finge sin ningún disimulo», por la que sentía una especial debilidad y como escenógrafo y diseñador de decorados hizo uso de ella en numerosos ballets, óperas y obras de teatro.

Cartel para el lanzamiento del Ford V8, ‘Watch the Fords go by’ (1936), perteneciente a la colección del MOMA.

El carácter teatral y el trampantojo siempre estuvieron presentes en su vida. Tan solo hay que ver el pseudónimo con el que decidió firmar su obra, A.M. Cassandre, y el final trágico con el que el 17 de julio de 1968 decide acabar con su vida, con un tiro en la sien.

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Mª Ángeles Domínguez
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Soy redactora de contenidos y copywriter, y una apasionada del diseño, el arte y las buenas historias.