Flora y Ulises (2021), de Lena Khan

Simpática película familiar, que podía haber dado más juego. Sigue a la pequeña Flora, una niña de diez años, gran fan de los cómics de superhéroes, su propio padre se inició en el noble noveno arte con su personaje Incandesto, pero no ha logrado triunfar y trabaja de mozo en un supermercado. Flora se autodeclara cínica después de que sus padres se separaran, ya que al fracaso del padre se suma el de la madre, escritora de novelas románticas, hasta el punto de –¿dónde quedó su amor´– viven separados y camino del divorcio. Pero su encuentro con una ardilla, succionada accidentalmente por un aspirador, le permite conocer a una supermascota, pero el animal adquiere inesperados superpoderes, además de que puede escribir, incluso poesía, en la vieja máquina de escribir que usa la madre.

La cinta dirigida por la poco conocida mujer musulmana Lena Khan –antes había hecho The Tiger Hunter–, adapta una novela juvenil de Kate DiCamillo, que aboga por la unidad familiar, y por la actitud de observar y esperar, la esperanza con metas y objetivos puede más que el escepticismo y el cinismo. Va en la línea de las clásicas películas familiares de Disney con animal, tipo Un gato del FBI o Un candidato muy peludo. Los guiños a los tebeos de superhéroes tienen su encanto, pero falta a la trama más cohesión, todo se antoja algo disperso y caprichoso, ya sea el niño con ceguera temporal, o el tipo que captura animales sueltos, y que tiene especial tirria a las ardillas, que asocia con la rabia.

Pero en fin, la pequeña Matilda Lawler es muy fotogénica y desborda simpatía, hay un buen uso de las viñetas y los efectos visuales con la ardilla Ulises y el gato Klaus, más otros animales, permiten entregar alguna escena hilarante, todo lo cual deja buen sabor de boca.