Me equivoqué al pensar que solo en la literatura y en sus personajes, surgen esas palabras, emociones, sentimientos, sensaciones o cualquier otro tipo de estímulo que puede generar una ciudad, y todo lo que la rodea, como sus gentes, sus calles y su aroma.

¿Acaso todavía podemos detenernos y pensar que una ciudad puede inspirarnos sensaciones pintorescas? Me pregunto…

Consideraba que aquellos personajes ficticios tenían solamente la facultad de tomarse el tiempo para sentir esas emociones, hasta que conocí a la Ciudad Vespertina.

Ciudad Vespertina

La ciudad

Desde que te conocí, me sorprendió tu aroma y tu esencia; emanabas algo difícil de explicar, como aquel sentimiento afable que se siente en una conversación de confianza.

Al principio pensé que era algo normal sentir o percibir algo así, ya que simplemente era un lugar nuevo, una bonita ciudad, nada más, así que no le presté mucha atención.

Sin embargo, cada día que recorría tus calles, había algo que percibía y que capturaba mi atención. ¿Qué me sucedía? Me preguntaba al ser consciente de lo que me estaba ocurriendo.

Una noche, mientras iba de regreso a casa con pasos medianamente rápidos y sumergido en mis pensamientos, un fuerte viento generó un rubor en todo mi cuerpo. Así que me detuve para prestarte atención.

Te observé, te escuché, te olí y toqué tus alrededores. ¡Oh, qué sensación tan fantástica! Pensé al sentir aquello tan peculiar, el hechizo fue lanzado.

Luego, como el despertar abrupto de un sueño, mi andar por tus calles retomaba su curso, pero seguías en mis pensamientos, como si me hubieras dado una caricia con sutileza.

¿Qué fue aquella sensación? ¿Acaso es posible que unas calles, unos edificios, unos árboles, unos autos, unos vientos, unas gotas de lluvia puedan estimular de esa manera mis sentidos?

Posteriormente, la curiosidad me llevó a seguir conociéndote un poco más.

Continué recorriendo tus alrededores, visité tus museos para conocer tu historia y saber de dónde vienes.

Que poseas un idioma único en el mundo genera sorpresa en mí, y poco a poco, al conocer todo lo que has pasado para llegar a ser lo que eres hoy en día, genera admiración en mi ser.

Con el paso del tiempo, llegué a conocer mucho más de ti y te adentraste en el periodo de tus fiestas y tradiciones. Pude conocer tu pueblo y costumbres, y qué sorpresa me llevé al notar cómo te llenas aún más de vida durante esa época del año.

Así que me dejé llevar y disfruté junto a ti tus fiestas tradicionales.

Maravillosos paisajes

Comenzaste a mostrar tu encanto

Empecé a recorrer tus pueblos, tus costas y playas, subí tus montañas.

Desde lo alto de una montaña, contemplé esa inmensa alfombra azul a la que llamamos mar que rodea tus playas, quedé simplemente sin palabras. Fue una sensación poéticamente maravillosa.

En aquel momento me haces sonreír, y pienso: “Acaso me estoy convirtiendo en un romántico de la vida”.

Si me preguntas qué es lo que considero más hermoso de ti, con toda certeza puedo afirmar que es tu horario vespertino.

Recorriendo tus pueblos

Horario Vespertino

Durante ese periodo de tiempo, entras en una especie de dimensión diferente; el aroma de tus alrededores se siente lleno de encanto, fluyes con una plausibilidad que a veces es difícil de explicar.

Cuando estás en el horario vespertino, siempre logras sacarme del motor automático que tiene el ser humano y me haces detener para que te preste atención. Así que pauso mi vida para poder escucharte, oler y sentir tu viento recorriendo mi ser.

Horario Vespertino

Me haces sentir dentro de una historia literaria llena de romanticismo, en donde soy aquel personaje que está fascinado por lo que le genera una mujer llena de un encanto cautivador.

Así que es inevitable sentir una conexión de complicidad, la ciudad vespertina capta mi atención para poder sentir su esencia y a su vez ella se siente satisfecha de mostrarme su encanto, así que pienso: “Tal vez pueda quedarme toda la vida contigo, ciudad vespertina”…

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