Repartir mamporros en p�blico y ser una estrella del mundo del espect�culo no son cosas incompatibles. Y no, no hablamos de Mike Tyson o de Justin Bieber li�ndose a pu�etazo limpio con un paparazzo, sino de los luchadores de eso que aqu� llamamos pressing catch y los americanos wrestling a secas. Su disciplina, mitad deporte, mitad teatro, ha permitido a muchos dar el salto de las doce cuerdas del ring a los sets de rodaje del cine y la televisi�n, hasta convertir la lucha en una sorprendente y fecunda cantera de actores. Estrellas del deporte como Randy Savage, Triple H o Jesse Ventura fueron reclutados para lucir mucho m�sculo y poco cerebro en peque�os papeles secundarios de villanos y secuaces. Otros como John Cena, que estos d�as estrena la gamberr�sima El pacificador en HBO Max, han logrado la transici�n completa desde ganar 18 cinturones de campe�n de las tortas hasta triunfar tanto en la peque�a como en la gran pantalla.
La primera entrega del Universo Extendido de DC, un spin-off en torno a uno de los personajes m�s sorprendentes de El escuadr�n suicida de James Gunn (�como un Capit�n Am�rica idiota�, seg�n el propio John Cena), es todo un muestrario de las habilidades interpretativas del exluchador devenido actor. El gui�n es tan sutil como un sillazo en la espalda, pero permite a Cena mostrar todo su repertorio autopar�dico a ritmo de himnos heavies y power ballads de los a�os 80. S�lo hace falta ver la impagable coreograf�a de los cr�ditos iniciales para darse cuenta de su poca verg�enza y de lo que puede dar de s� en manos de Gunn un superh�roe de pacotilla para el que �la paz es lo primero, por muchos hombres, mujeres y ni�os que tenga que matar para conseguirla�.
Muchos a�os antes de las macarradas de John Cena en la piel de El Pacificador, Andr� el Giganteejerci� como pionero en este sorprendente vaso comunicante entre las peleas de mentirijilla y los focos de los plat�s. Los 2,25 metros de estatura y 250 kilos de peso de aquel corpach�n propio de un ser mitol�gico llevaron al carism�tico Andr� Ren� Roussimoff a convertirse en Fezzik y trepar por los acantilados de la locura en La princesa prometida (1986). La pel�cula de culto de Rob Reiner no ser�a lo mismo sin la presencia de este personaje descomunal en todos los sentidos, capaz de pimplarse cinco botellas de vino durante una comida y cautivar al resto del reparto con su dulzura y su sentido del humor, a pesar de la factura de 40.000 d�lares que dej� sin pagar en el Hotel Dorchester, donde se aloj� la troupe durante el rodaje.
Andr� fue quien abri� las puertas de Hollywood a los luchadores y Hulk Hogan, su sucesor como gran estrella del wrestling, aprendi� r�pido la lecci�n. Hogan se enfrent� a Sylvester Stallone en Rocky III, aunque todav�a ten�a que pulir un poco su habilidad para dar guantazos fingidos: su participaci�n en la saga acab� con tres especialistas en el hospital. M�s all� de alguna aparici�n espor�dica junto a Mr. T en El equipo A y alg�n que otro subproducto televisivo, su carrera cinematogr�fica no dio mucho m�s de s�.
La barrera entre ambas disciplinas termin� por caer cuando Dwayne The Rock Johnson, con su desbordante carisma y sus absurdos b�ceps de guerrero hawaiano, se propuso ser el h�roe de acci�n del nuevo milenio. Y todo lo que se propone The Rock, lo consigue, aunque sea a pi�as. Gracias a su �xito a la hora de reflotar secuelas se ha ganado un nuevo apodo en Hollywood, Franchise Viagra, y ha ocupado el primer puesto en varias listas de los actores m�s taquilleros y el mejor pagados del mundo. El tipo que no se arruga ante Vin Diesel y que volvi� al ring entre 2011 y 2013 para enfrentarse precisamente a John Cena tiene tanto tir�n entre el p�blico que probablemente acabe lanzando su carrera pol�tica hacia la presidencia de los Estados Unidos. Un solo arqueamiento de su ceja, millones de votos en las urnas.
Quien sigui� sus pasos fue Dave Bautista, tambi�n conocido como Batista. Su expresividad es bastante limitada, pero a partir de Guardianes de la galaxia, tambi�n a las �rdenes de James Gunn, se hizo un sitio en Hollywood y no parece dispuesto a dejarlo pasar: ah� est�n El ej�rcito de los muertos o Dune para demostrarlo.
Al fin y al cabo, el wrestling no deja de ser -antes, durante y despu�s de las peleas- una gigantesca performance orquestada para complacer al p�blico, con giros de guion imprevistos y la eterna lucha del bien contra el mal simplificada hasta la bufonada. La propia WWE vi� ah� un fil�n y puso en marcha su propio estudio para lanzar pel�culas de serie B, benefici�ndose de los talentos que ten�a bajo contrato, aunque los resultados sean bastante desastrosos. A�n as�, es muy posible que la pr�xima superestrella del cine o la televisi�n se haya curtido el lomo haciendo s�plex y �jal�ndose de los cabellos�, como dec�a el a�orado locutor H�ctor del Mar.
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