La Fusa: lugar de poesía, vanguardias y bossa | 0223

La Fusa: lugar de poesía, vanguardias y bossa

La Fusa nació en Punta del Este, pasó por Buenos Aires y recaló en Mar del Plata. Desde este icónico café concert ubicado en Playa Grande, en el año 1971, Vinicius de Moraes, junto a Toquinho y María Bethânia, lanzaron al mundo la bossa nova.

María Bethania y Vinicius de Moraes en Mar del Plata

11 de Mayo de 2024 13:13

Era el año 1971. La ciudad de Mar del Plata vivía su temporada con un mes de enero cargado de actividades. En una casona de la zona de Alem, durante las noches, una mesa llena de botellas de whisky y un pequeño balde con hielo cubrían al gran poeta Vinicius de Moraes. Desde allí, y junto a Toquinho y María Bethânia, el poeta logró unificar su nombre con el del lugar donde estaban: La Fusa y Vinicius de Moraes.

El lugar no es un dato menor. La Fusa nació en Punta del Este, pasó por Buenos Aires y recaló en Mar del Plata durante la década el 70. Luego de una estadía corta por un chalet de la calle Chubut, se ubica en pleno corazón de Playa Grande, Aristóbulo del Valle y Rodríguez Peña (hoy en lugar de la casona hay una mole de cemento), en una mansión que pertenecía a la familia Zuberbühler. El espacio estaba dividido en dos plantas donde la de abajo funcionaba como restaurant, Villa d’Este, y en la de arriba La Fusa propiamente dicha como centro cultural.

La Fusa fue fundada por Felipe Oscar “Coco” Pérez y Silvina Muñiz. Era 1968 y, según se cuenta, “La ocurrencia de abrir un café concert nació una noche, a la salida de un espectáculo de Osvaldo Bonet cuyos arreglos musicales había hecho Coco, pianista desde siempre, enamorado del jazz y de la música brasileña. Estaban Norma Aleandro, Perciavalle, Gasalla y Alcón. De la charla surgió la idea de La Fusa, que pudo concretarse pronto en Punta del Este porque Silvina Muñiz, dedicada ya entonces a los negocios inmobiliarios, tenía un local en la Parada 10”.

Los vaivenes políticos de los 70 forzaron a que La Fusa pasara de Uruguay a la Argentina. Así como obligó a que los artistas brasileros pasaran con sus obras de Brasil a Uruguay y luego a nuestro país.

La Fusa rápidamente se convirtió en un mito de la bohemia de esos años. Por los escenarios de la ciudad balnearia pasaron Norma Aleandro, Antonio Gasalla, Mercedes Sosa, Susana Rinaldi y María Martha Serra Lima. También Les Luthiers, Carlos Perciavalle, el artista plástico Federico Peralta Ramos y el músico Astor Piazzola. El lugar fue reconocido enseguida como un mito cultural donde se daban noches de vanguardias y arte.

“Fue un reducto cultural donde se gestaron muchas cosas”, recordó en una entrevista con Página/12 Belén Pérez Muñiz, hija de los creadores del lugar. “Recuerdo que era un espacio de vanguardia, con artistas que llegarían a ser primeras figuras, pero al que también acudían las clases altas para conocer las últimas tendencias (...) De repente se puso súper de moda; empezaron a venir no sólo los  intelectuales y la gente más progre, también los famosos y los miembros de la clase alta. Era el lugar al que había que ir, porque todo lo que había era bueno”, nos cuenta. 

Pero lo más icónico para ese local y la ciudad de Mar del Plata estaba por llegar. Las fuentes indican que el poeta Vinicius de Moraes se acercó al lugar como espectador. Pero tal era el encanto, el fervor y el buen clima que hizo amistad con los anfitriones. Esto provocó que, en febrero de 1970 en Punta del Este, Vinicius actuara junto a Dori Caymmi y Maria Creuza en ese espacio. Luego, ya en Buenos Aires, y junto a un joven Toquinho, hacen su temporada en la Argentina. Esto generó el primero de los dos discos llamados La Fusa, editados por el sello La Trova.

El verano siguiente (1971), el poeta repitió la experiencia, ahora con María Bethânia en lugar de María Creuza, que acababa de ser madre, y grabaron un segundo disco, pero en La Fusa de Mar del Plata. Según cuenta Alfredo Radozsynski, director del sello discográfico Trova, en las notas de presentación del disco "Vinicius + Bethânia +Toquinho La Fusa (Mar del Plata)", “Dado el éxito del primer disco... nos sentimos alentados ambos a intentar nuevamente dejar testimonio en el disco de sus expresiones artísticas y musicales. Esto fue llevado a cabo los días 25 y 26 de enero de 1971, durante una escapada que pudieron hacer a Buenos Aires, mientras actuaban en Mar del Plata”. Por supuesto que durante las presentaciones se grababa el sonido de los recitales. Pero, dada la calidad del sonido, es que decidieron trasladar todo al estudio Ion, inclusive el público (según se cuenta, invitaron a 25 personas para dar ambiente al disco y añadieron de fondo el murmullo del público recogido en el local). Bethânia era sumamente conocida en Brasil, Vinicius era el poeta de la bossa y Toquinho, a pesar de su corta edad, ya comenzaba su virtuosa carrera. Juntos, en nuestro país, ya se habían convertido en artistas populares. La Fusa fue su paso inicial y aquel lugar icónico de la bohemia en la ciudad de Mar del Plata se convirtió en un testimonio invaluable para la historia de la música.