Francia recuerda en estos días el 40º aniversario del hundimiento del petrolero liberiano “Amoco Cádiz” en las costas de Bretaña y la impresionante marea negra que invadió la zona, tras el derrame de unas 223.000 toneladas de crudo ligero procedente del Golfo Pérsico. Sucedió el 16 de marzo de 1978 cuando el citado buque, construido en Astilleros de Cádiz, sufrió una avería en el servomotor que atascó la gigantesca pala del timón, quedó sin gobierno y unas horas después tocó fondo en las proximidades de Portsall Rocks.
El fallo del servomotor se ha esgrimido como causa principal del fatal acontecimiento, que manchó el nombre del astillero gaditano y también el de la ciudad a la que la compañía armadora liberiana Amoco rendía homenaje. Lo cierto es que, sin negar la influencia que pudo tener la citada avería técnica, un cúmulo de circunstancias e intereses, a las que quizás no se presta tanta atención, confluyeron en el desastroso resultado. Cercano estaba en la memoria colectiva el accidente del petrolero «Torrey Canyon», acaecido en marzo de 1967, que provocó un vertido de unas 120.000 toneladas de crudo y cuya marea negra afectó a las costas de Inglaterra y Francia.
Las condiciones meteorológicas eran adversas, con mar gruesa que rompía en cubierta, vientos de fuerza 7 y poca visibilidad. El petrolero mantenía una velocidad de 15 nudos y el radar estaba en funcionamiento, según anotaciones del segundo oficial a la entrega de su guardia. A las 09,45 h se produjo la avería en el servo y no fue hasta las 11,20 h horas, cuando el capitán del buque, Pasquale Bardari, italiano de 35 años en su primer mando, preguntó por radio dónde se encontraba el remolcador más cercano, que resultó ser el “Pacific”, de tipo medio, que llegó al costado una hora después, cuando el jefe de máquinas había informado de que la avería no se podía resolver con los medios de a bordo.
El capitán Bardari no pudo contactar con su armador hasta las 15,30 h y entonces comenzó el “tira y afloja” de los términos económicos del contrato de salvamento, en el que el capitán del remolcador, de nacionalidad alemana, pidió el documento firmado. Mientras tanto, el temporal registraba vientos cercanos a cien kilómetros/h y empujaba al petrolero hacia la costa, después de que el remolque se hubiera roto a las 16,15 h. A las 19 h el buque estaba a cinco millas de los acantilados, la noche se echaba encima y los intentos para darle remolque habían fracasado, hasta que a las 20,30 h consiguió engancharlo de nuevo, aunque ya no se pudo controlarlo.
A las 21 h, aproximadamente, comenzó a inundarse la cámara de bombas y el derrame del crudo, cuando el petrolero se encontraba a unas dos millas de la costa después de que hubiera tocado fondo. A las 22 h el desastre se había consumado y la sala de máquinas estaba inundada. A las 23 h llegó a las proximidades el remolcador de salvamento “Simson”, uno de los más potentes que entonces existían, pero ya era tarde, a pesar de que la situación era conocida por las autoridades marítimas francesas desde hacía horas. La tripulación fue evacuada por helicóptero de la Aviación Nacional francesa, medio por el que podría haber llegado a bordo un equipo técnico de Astilleros Españoles para reparar la avería en el servomotor.
El 17 de marzo, a las 10 h, el casco del petrolero se partió en dos y liberó casi toda su carga; once días después se produjo una nueva rotura resquebrajado por los duros embates de la mar. Los restos fueron completamente destruidos con cargas de profundidad por la Armada francesa. El papel de los gestores de la crisis ha quedado en entredicho y la desolación de la marea negra aún permanece en el recuerdo, tras las penalidades sufridas.
El petrolero “Amoco Cádiz” pertenece a la etapa del gigantismo de la construcción naval española. Contratado por Amoco Transport Co., formaba parte de un cuarteto de buques construidos en Astilleros Españoles en Cádiz. El montaje de la construcción número 95 comenzó en noviembre de 1973 y fue entregado en junio de 1973. En su último viaje había cargado 1,6 millones de barriles de crudo en Ras Tanura y Kharg Island con destino a las refinerías de Lyme Bay, Reino Unido y Rotterdam, Holanda, fletado por Shell.
De 109.700 toneladas brutas y 233.690 toneladas de peso muerto, medía 334 m de eslora total y 51 m de manga. Disponía de acomodación para 44 tripulantes y estaba propulsado por un motor Burmeister & Wain, de 30.400 caballos de potencia sobre un eje, que le permitía mantener una velocidad de 15 nudos. Código IMO 7336422.
Fotos: National Oceanic and Atmospheric Administration