Tópicos sobre
ciencias biológicas
Universidad de Guadalajara
Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla
Rector general
Miguel Ángel Navarro Navarro
Vicerrector ejecutivo
José Alfredo Peña Ramos
Secretario general
Centro Universitario de la Costa
Marco Antonio Cortés Guardado
Rector
Remberto Castro Castañeda
Secretario académico
Judith Araceli Saldate Márquez
Secretaria administrativa
Tópicos sobre
ciencias biológicas
Fabio Germán Cupul Magaña
(Coordinador)
Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de la Costa
Fotografía de portada: Perico Loro corona azul anidando
Fotógrafa: Marisela Martínez Ruiz
Primera edición 2016
D.R. © 2016, Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de la Costa
Av. Universidad #203, delegación Ixtapa,
48280, Puerto Vallarta, Jalisco, México.
ISBN: 978-607-742-585-4
Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
Contenido
Introducción .
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Capítulo I. Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales:
procesos esenciales para el mantenimiento de las comunidades
coralinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Jeimy Denisse Santiago-Valentín y Alma Paola Rodríguez-Troncoso
Capítulo II. Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque
en psitácidos . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sylvia Margarita de la Parra-Martínez, Miguel Ángel De
Labra-Hernández y Katherine Renton
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Capítulo III. Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos
en la región costera de Bahía de Banderas, Jalisco-Nayarit, México . . 61
Sandra Quijas, Alma Paola Rodríguez-Troncoso,
Amílcar Leví Cupul-Magaña, Jeimy Denisse Santiago-Valentín,
Diana Elizabeth Morales de Anda, Karla Paola Rodríguez-Olivares,
Juan Diego Galaviz-Parada y José Arturo Olvera-Benítez
Capítulo IV. Dibujo científico: una herramienta para entender
la biología . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ubaldo Sebastián Flores-Guerrero
Capítulo V. Práctica: claves dicotómicas .
José Luis Navarrete-Heredia
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Capítulo VI. Práctica de diseño experimental en bloques completos:
determinación del sustrato óptimo para el crecimiento de frijol
ejotero (Phaseolus vulgaris) bajo diversos tipos de riego en interiores
domésticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sofía Berenice Rodríguez-Ramírez y Liza Danielle Kelly-Gutiérrez
107
Capítulo VII. Práctica de diseño experimental en bloques incompletos:
inhibición del crecimiento de Escherichia coli utilizando
extractos etanólicos vegetales . . . . . . . . . . . . . 121
Javier Oswaldo García-Díaz, Berenice Pacheco-Gómez
Nelson Emmanuel Sahagún-Uribe, Juan Heriberto Torres-Jasso
y Liza Danielle Kelly-Gutiérrez
Capítulo VIII. Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres . 135
Rosío Teresita Amparán-Salido y María del Carmen Navarro-Rodríguez
Capítulo IX. Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos .
César Cedillo-Leal, Eugenia Cienfuegos-Rivas
y Armando H. Escobedo-Galván
183
Acerca de los autores .
225
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Introducción
Biología es una palabra cuyo significado es el estudio o tratado de la
vida. Así, la biología es una de las ciencias naturales que tiene a la
vida como objeto de estudio científico, concretamente los aspectos
relacionados con su origen, evolución y propiedades. Se trata de un
área del conocimiento que, por su extensión y profundidad, reclama
la tarea de especialistas en cada uno de los segmentos que la integran, ante la imposibilidad de que una sola persona pueda abarcar la
vastedad de su objeto de estudio (Ramírez-Pulido, 2009).
Por lo anterior, Tópicos sobre ciencias biológicas es un ejercicio
editorial que aglutina trabajos de investigación científica en campo,
revisiones, así como prácticas de laboratorio para implementar en la
formación de estudiantes de la carrera de biología. Los textos fueron
desarrollados por académicos y estudiantes de licenciatura y posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad
Autónoma de Tamaulipas y Universidad de Guadalajara.
En los distintos capítulos se abordan temas relacionados con la
reproducción y conectividad de los corales, los llamados pétreos,
principalmente del Pacífico mexicano; los requerimientos de alimento de los psitácidos; la evaluación de los servicio ecosistémicos de
la región de Bahía de Banderas, en el centro-occidente de México;
prácticas introductorias al dibujo científico, claves taxonómicas y de
diseño experimental en bloques completos e incompletos; así como
revisiones sobre el efecto y detección de pesticidas en animales y
metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos.
Se espera que esta obra aporte (en parte) su granito de arena
para que, como lo menciona el doctor Julio Muñoz Rubio, se abone
a la formación profesional del biólogo al dotarlo de habilidades que
le permitan la comprensión profunda sobre el mundo vivo, desarrolle un pensamiento crítico y adquiera un nivel cultural elevado para
convertirse en un sujeto comprometido socialmente.
Se agradece el apoyo de la Coordinación de la Carrera de Biología, el Departamento de Ciencias Biológicas y la División de Cien9
Introducción
cias Biológicas y de la Salud del Centro Universitario de la Costa de
la Universidad de Guadalajara para el desarrollo de este proyecto
editorial.
El coordinador
Bibliografía citada
Ramírez-Pulido, J. (2009). “Introducción”, en R. Ramírez-Pulido
(ed.), Cosmos, enciclopedia de las ciencias y la tecnología en México:
Ciencias biológicas, tomo II. México: Conacyt/Universidad Autónoma
Metropolitana/Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal,
pp. 25-35.
10
Capítulo I
Reproducción, reclutamiento y
conectividad en corales: procesos
esenciales para el mantenimiento
de las comunidades coralinas
Jeimy Denisse Santiago-Valentín
Alma Paola Rodríguez-Troncoso
Los corales son invertebrados marinos con la capacidad de formar
esqueletos duros de carbonato de calcio (CaCO3) y, en conjunto con
una alta biodiversidad de invertebrados y vertebrados asociados a
ellos, forman uno de los ecosistemas más diversos y complejos del
planeta: los arrecifes coralinos (Bythell, 1986; Jordán, 1993). La alta
productividad de los corales es debida a la relación endosimbiótica
que mantienen con la población de microalgas dinoflageladas del
género Symbiodinium spp., las cuales, además de darles el color, los
proveen de los nutrientes orgánicos necesarios para su metabolismo
diario, así como un excedente para actividades como la reproducción, crecimiento y almacenaje de grasas (Furla et al., 2005).
Las comunidades coralinas son ecosistemas de gran importancia
porque generan servicios ecológicos, culturales y económicos que
contribuyen al bienestar humano (Crosby et al., 2002; Arin y Kramer, 2002; Sánchez et al., 2005; Oles, 2007). En las últimas décadas,
al igual que otros ecosistemas, los arrecifes coralinos se han deteriorado por el efecto sinérgico de factores estresantes —tanto naturales
como climáticos y antropogénicos—, los cuales actúan de manera si11
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
nérgica sobre los organismos (Brown, 1997; Hoegh-Guldberg, 1999;
Knowlton, 2001; Buddemeier et al., 2004), lo que ocasiona efectos
visuales evidentes como blanqueamiento y mortandad de corales
que cambian su composición y, a su vez, afectan a los vertebrados
e invertebrados asociados, al perder su recurso de alimentación y
refugio (Halpern et al., 2008).
El mantenimiento de cualquier población depende en gran medida de tres procesos básicos: la capacidad de reproducción de los
organismos, el reclutamiento y la conectividad con otras poblaciones
—a diferentes escalas locales y regionales—. Los tres procesos en su
conjunto contribuyen al mantenimiento o incluso al incremento del
número poblacional, promueven la variabilidad genética y con ello
una mayor probabilidad de incrementar la plasticidad genotípica. Lo
anterior tiene como resultado, dentro de una misma población, organismos con diferentes capacidades de respuesta y de aclimatación
a corto o largo plazo a condiciones subóptimas. Finalmente, en su
conjunto el proceso reproductivo permite colonizar otros sitios con
condiciones bióticas y abióticas diferentes a las que se encuentran en
las colonias progenitoras (Harrison y Wallace, 1990; Harrison, 2011).
¿Cómo se reproducen los corales? Reproducción sexual,
asexual y reclutamiento
Los corales se caracterizan por desarrollarse de manera colonial,
donde cada colonia está conformada por pólipos —unidad individual funcional—, los cuales se encuentran comunicados por procesos
metabólicos —intercambio de nutrientes y productos de la respiración—, así como fisiológicos como el crecimiento y la reproducción
(Hughes et al., 1992). En su conjunto la colonia es considerada como
una unidad fisiológica y ecológica, en la que todos sus componentes
presentan las mismas propiedades biológicas (Hughes et al., 1992;
Jordan, 1993). Además, la naturaleza modular de los corales les
concede la capacidad para reproducirse, tanto asexual como sexualmente (Fadlallah, 1983; Wallace, 1985; Harrison y Wallace, 1990;
Richmond, 1997).
La reproducción asexual incluye procesos que permiten generar
otras colonias sin intercambio genético, es decir, organismos “clo12
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
nes”. La reproducción sexual es más compleja, porque requiere de
un aporte energético importante para iniciar el proceso de formación de gametos (deben de madurar en cuestión de semanas). Posteriormente, las células germinales serán expulsadas al medio para ser
fecundadas (fusión de gametos femenino u ovocito + masculino o
espermatozoide) para formar, dependiendo del tipo de fecundación,
un embrión o plánula. Ambos con la capacidad de desarrollarse en
la columna de agua y, dependiendo de la especie, pasar hasta 90 días
transportados por las corrientes hasta que las señales químicas del
bentos estimulen su metamorfosis y asentamiento como pólipo primario (Fadlallah, 1983; Harrison y Wallace, 1990).
Los procesos reproductivos asexual y sexual no son mutuamente
excluyentes, los puede llevar a cabo cualquier especie. Ambos son
importantes para mantener sus poblaciones a corto y largo plazo
(Harrison, 2011). La contribución de las estrategias de reproducción
sexual y asexual puede variar a lo largo de su distribución geográfica.
En algunas especies la contribución puede ser igual, mientras que en
otras una estrategia puede dominar en un área y tiempo específico,
dependiendo de las condiciones ambientales —principalmente temperatura superficial del mar— (Whitaker, 2006; Starger et al., 2010).
Tales variaciones tienen importantes implicaciones ecológicas y evolutivas sobre la población y la especie (Vermeij et al., 2003, 2004),
con lo que afectan el periodo reproductivo y la sincronización en
la reproducción e inducción al desove tanto en los corales como en
diferentes invertebrados marinos (Olive, 1995). Además estas variaciones pueden llegar a tener un efecto sobre el tiempo de permanencia de las larvas en la columna de agua (Reitzel et al., 2004).
Reproducción asexual
Es pertinente recordar que una colonia de coral está compuesta por
miles o millones de pólipos (unidad funcional individual) interconectados. Con el paso del tiempo la colonia crecerá por reproducción asexual a partir del proceso de gemación, donde cada pólipo se
divide en dos y mantiene una conexión con el pólipo original. Como
resultado de este proceso, se da el crecimiento de la colonia; sin
embargo, en algunos casos los pólipos pueden ser expulsados de la
13
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
colonia de origen para asentarse y producir una nueva colonia asexual clon de la progenitora (Richmond, 1997).
En la disociación y dispersión de los pólipos una colonia de coral expulsa uno o varios individuos que son transportados por las
corrientes (Sammarco, 1982). Así, este tipo de reproducción es considerada como un medio importante para la dispersión a distancia
corta, por lo que contribuye a la rápida ocupación del espacio durante condiciones estables o consideradas estresantes (Highsmith,
1982; Wallace, 1985). En algunas especies que tienen la capacidad
de formar colonias de tipo “libre”, el pólipo expulsado puede asentarse en un grano de arena, pedazo de concha —o un sustrato no
fijo— e iniciar el proceso de clonación para formar una colonia. Sin
embargo, al girar por efecto del oleaje o por bioturbación (movimiento generado por otro organismo, e. g. peces) se forman colonias
“redondeadas” que se fijarán al sustrato cuando se atoren con otras
rocas o su esqueleto alcance un peso que evite su movimiento (véase
Tortolero-Langarica et al., 2016).
Otro tipo de reproducción asexual es la fragmentación, común
en corales de tipo ramificado como los Pocillopóridos (Highsmith,
1982). Este proceso involucra el desprendimiento de un fragmento
de coral de una colonia sana subyacente como resultado de acción
mecánica del oleaje, tormentas u otro impacto físico, así como por
la acción biológica o de bioerosión por peces, esponjas (e. g. Clinoa spp.) y otros invertebrados asociados a la colonia. El fragmento
desprendido sano puede viajar distancias cortas, dentro de la misma
localidad, para fijarse al sustrato (reclutamiento asexual) e iniciar su
proceso de crecimiento como una nueva colonia (Richmond, 1987).
Sin embargo, no todos los fragmentos desprendidos son exitosos, ya
que pueden ser cubiertos por sedimento y no adherirse al sustrato
o ser transportados a zonas arenosas donde no haya presencia de
sustrato duro para fijarse (Knowlton et al., 1981).
Los corales también pueden producir larvas asexuales, que se
desarrollan a partir de huevos (ovocitos) no fertilizados a través de
un proceso conocido como partenogénesis. Aquí los huevos no son
fecundados por el esperma, sino que se induce un desarrollo directo por disparadores hormonales (Stoddart, 1985). Este mecanismo
asexual para la producción de embriones es poco común y se ha ob14
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
servado en especies del género Pocillopora (Stoddart, 1985; Ayre y
Miller, 2004; Sherman et al., 2006).
Una ventaja de la reproducción asexual es que permite incrementar la cobertura de coral vivo en el arrecife a partir de colonias
que son exitosas y están aclimatadas a las condiciones locales. Es un
proceso con bajo costo energético. Sin embargo, las colonias generadas tienen una dispersión limitada, y aunque son genéticamente
idénticas, la salud genética puede afectarse negativamente ya que
puede disminuir la plasticidad genotípica, y en consecuencia la variabilidad de organismos que soporten los cambios de los componentes
físicos o biológicos del entorno (Richmond, 1987).
Reproducción sexual
Los corales hermatípicos o duros (formadores de esqueletos de
carbonato de calcio) cumplen con tres pasos antes de formar una
colonia: la precompetencia, competencia y reclutamiento. La fase de
precompetencia se inicia con una colonia adulta sésil que libera estadios planctónicos de vida temprana (gametos o larvas plánulas); la
fase de competencia inicia con larvas plánulas completamente desarrolladas que son transportadas por la hidrodinámica del océano;
y en el reclutamiento la larva se asienta en el sustrato y completa
la metamorfosis para convertirse en pólipo primario que se duplicará mediante gemación asexual hasta formar una colonia adulta
y madura (el estadio de madurez se puede determinar a través del
tamaño de la colonia) capaz de reproducirse de manera sexual (fig.
1) (Harrison y Wallace, 1990; Harrison, 2011).
Los corales no poseen órganos definidos; sin embargo, los sitios
donde los gametos se desarrollan se conocen como gónadas (Harrison y Wallace, 1990). Se encuentran en la base del epitelio endodermal, cerca de los filamentos septales. Migran hacia la mesoglea
en la parte media del septo, ocupando gran parte del espacio de la
cavidad. Los gametos presentan un desarrollo anual o mensual, dependiendo de la especie y de las condiciones ambientales en las que
se encuentren (Harrison et al., 1984; Tanner, 1996).
En los corales escleractinos existen diferencias en los patrones
de reproducción sexual al contar con especies hermafroditas, gonocóricas o mixtas. Si una especie tiene sexos separados, es decir, que
15
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
Figura 1. Ciclo de vida generalizado de los corales pétreos. A) Paquete de gametos
(ovocitos y espermas), desove de una colonia hermafrodita. B) Anatomía básica de
una larva plánula. Modificado de Thompson et al., 2015.
cada colonia tiene la capacidad de producir solamente gametos femeninos o masculinos, se dice que es gonocórica. Pero cuando un individuo es capaz de producir ovocitos y espermas, ya sea en diferentes pólipos dentro de una misma colonia o en un mismo pólipo, se
trata de hermafroditismo (Richmond, 1997). Los patrones sexuales
no siempre son obvios y su determinación no está exenta de problemas, incluso dentro de la misma especie (Fadlallah, 1983). Esta situación se explica como parte de un proceso de aclimatación local de
cada especie a nivel individual (Harrison, 2011). De manera general,
los corales tardan más tiempo e invierten más energía en desarrollar gametos femeninos que masculinos. Además, algunas colonias
individuales de ciertas especies que son claramente gonocóricas en
un sitio en particular, pueden ser hermafroditas en una localidad
diferente —patrón de reproducción sexual mixto— (Harrison 2011).
Existen diferentes tipos de hermafroditismo: simultáneo, donde
una colonia de coral es capaz de desarrollar óvulos y espermas maduros en el mismo espacio de tiempo dentro del mismo individuo
(Policansky, 1982; Richmond, 1997); secuencial, cuando un individuo desarrolla gametos masculinos primero, luego genera gametos
masculinos —denominado protrándrico— o es inicialmente hem16
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
bra y con el tiempo cambia a macho —denominado protogínico—
(Fadlallah, 1983; Harrison y Wallace, 1990; Richmond, 1997); y cosexualidad secuencial, donde los gametos femeninos y masculinos se
desarrollan durante una misma estación reproductiva en la misma
colonia (Fadlallah, 1983).
El hermafroditismo es particularmente favorable en poblaciones
pequeñas, ya que garantiza la presencia de espermatozoides y ovocitos. Provee una mayor eficacia en la reproducción sexual al permitir
la autofecundación en organismos con sincronía en el desarrollo de
sus gametos. También la evita al madurar los gametos de cada sexo
en diferentes periodos cuando hay suficientes colonias maduras en
la población (Fadlallah, 1983; Harrison y Wallace, 1990).
Los corales tienen dos modos diferentes de desarrollo: desove o
liberación de gametos (óvulos y espermas) con mezcla en la columna
de agua y fertilizados de manera externa; y planuladores, donde las
colonias masculinas liberan sus gametos y las femeninas no lo hacen. Este último proceso de fecundación interna dentro de la colonia
permite el cuidado de los embriones y larvas plánulas dentro de los
pólipos, las cuales son liberadas en un estadio avanzado de desarrollo (Harrison, 2011).
Los corales con reproducción por planulación pueden desovar
esperma y fertilizar los óvulos dentro de los pólipos de otras colonias
de la misma especie. En colonias hermafroditas se permite la autofertilización dentro de los pólipos (Harrison y Wallace, 1990; Richmond, 1997). Si bien éste es un modo de reproducción que asegura
la fertilización externa exitosa, la larva producto es de tipo plancotrófica; es decir, que además de alimentarse de su simbionte cuenta
con la capacidad de hacerlo del plancton durante su tiempo en la
columna de agua. Esta estrategia le permite dispersarse a kilómetros
de las colonias progenitoras. En el caso de una plánula, debe rápidamente encontrar un sitio de asentamiento posterior a su salida de la
colonia materna (Harrison, 2011).
De las 400 especies de coral en las que se ha caracterizado el
modo y el patrón reproductivo, 64.5% son hermafroditas desovadoras, 19.5% gonocóricas desovadoras, 6.25% hermafroditas criadoras
y 3.75% gonócoricas planuladoras (Harrison, 2011). La alta abundancia de especies hermafroditas sugiere la hipótesis de que el hermafroditismo es una condición ancestral en los corales escleractinios
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Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
(Szmant, 1986). Sin embargo, a partir de estudios de morfología de
espermatozoides se concluyó que las especies gonocóricas corresponden al estado más primitivo (Harrison, 1990). La reproducción
sexual tiene dos ventajas principales. Por un lado, favorece la dispersión a gran escala de la especie; mientras que por otro, se garantiza la variabilidad mediante la recombinación del material genético
(Fadlallah, 1983) al incrementar la salud de la población.
Hasta el momento, se ha determinado que la temperatura, el
fotoperiodo, los patrones del viento o corrientes, así como los ciclos
lunares e irradianza pueden actuar de manera sinérgica como señales para sincronizar los ciclos reproductivos (Harrison, 2011). Pero,
además, el organismo debe de tener la energía suficiente para invertirla en la generación y maduración de los gametos. Esta energía la
obtiene de su relación endosimbiótica, donde la microalga Symbiodinium le puede proveer del 79-135% (es decir, le provee más nutrientes de los que requiere diariamente) de energía disponible para que
sea utilizada en los procesos reproductivos (Sheppard et al., 2010).
Sin embargo, se sabe que durante eventos anómalos de temperatura
(asociados principalmente a eventos enso —El Niño Southern Oscillation—, por sus siglas en inglés), el coral rompe su relación simbiótica expulsando a la microalga, lo que además de generar los eventos
conocidos como blanqueamiento, provoca que el coral pierda a su
proveedor energético (Furla et al., 2005; Roth, 2014) y se inhiban
procesos no indispensables como la reproducción.
Reclutamiento
El reclutamiento es el proceso que adiciona nuevos organismos
o reclutas al sistema como producto de la reproducción asexual y
sexual. El reclutamiento asexual se presenta cuando un fragmento o
pólipo de coral es capaz de adherirse al sustrato y formar otra colonia (Richmond, 1996); mientras que el reclutamiento sexual es el
proceso en el que la larva logra asentarse en un sitio para completar
su metamorfosis y convertirse en pólipo primario que, posterior a
su fijación, tendrá que reproducirse por primera vez por gemación
asexual (Harrison y Wallace, 1990; Richmond, 1996).
Existen dos tipos de reclutamiento sexual. Si la larva se recluta en la población natal, entonces se habla de autorreclutamiento;
18
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
pero si se recluta en una población diferente, entonces se trata de
reclutamiento subsidiario (Harrison y Wallace, 1990). El autorreclutamiento es lo que permite el mantenimiento y crecimiento de una
población porque involucra procesos de retención, mientras que el
reclutamiento subsidiario promueve la dispersión a gran escala y la
conectividad poblacional mediante transporte larvario (Black et al.,
1991; Cowen et al., 2002).
La variación anual en el patrón de reclutamiento está determinada por la influencia de diferentes variables ambientales. Entre las
más importantes están temperatura, salinidad y pH (Keough y Downes, 1982). El efecto de cada una estará determinado por su escala
de influencia. A nivel local, variaciones como las surgencias, tormentas y turbidez tienen un efecto diferente en una misma zona que se
refleja a nivel individual e influirá en sus procesos fisiológicos como
la reproducción, crecimiento, alimentación, entre otros (Sheppard et
al., 2010). De los antes mencionados, la temperatura es uno de los
factores determinantes para el proceso reproductivo, debido a que
controlan procesos básicos como las rutas metabólicas y celulares
que influencian tanto en la reproducción como en el reclutamiento
(Furla et al., 2005), e incluso en la tasa de desarrollo y el crecimiento.
Conectividad: definición e importancia para
el mantenimiento de las poblaciones
El término conectividad de organismos se refiere a su flujo o transporte desde su lugar de origen hasta una localización secundaria
donde sean capaces de crecer y reproducirse. En los arrecifes de
coral el término refiere al proceso de dispersión de las larvas y su
reclutamiento en una población receptora. Por lo tanto, la conectividad influye en la localización de las poblaciones, así como en su
estructura genética y dinámica (Paris-Limouzy, 2011).
Los corales formadores de arrecifes se distribuyen en metapoblaciones; es decir, en conjuntos de poblaciones geográficamente
separadas, pero vinculadas por cierto nivel de conectividad que les
permite conservar su identidad sin aislarse totalmente de las demás
(Hanski, 1998; Sale et al., 2006). La conectividad es usada como hipótesis de patrones de riqueza y diversidad (Veron, 1995; Veron,
19
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
2009). También es la principal premisa sobre la colonización de nuevos sitios y, más aún, la explicación de los patrones actuales de distribución coralina (Dana, 1975; Glynn y Wellington, 1983).
De acuerdo con la magnitud y los efectos que conllevan, se distinguen dos tipos de conectividad poblacional: evolutiva o genética
y demográfica o ecológica. Un solo recluta subsidiario es suficiente
para generar conectividad genética entre poblaciones, lo que implica
consecuencias evolutivas. Para evaluar este tipo de conectividad se
utilizan generalmente marcadores genéticos que permiten identificar grados de diferencias entre poblaciones. De estos estudios es posible obtener datos de diferenciación o similitud genética entre poblaciones para hacer inferencias respecto a la escala de dispersión,
niveles de intercambio de genes e incluso para explicar endemismos
(Saavedra-Sotelo et al., 2011, 2013).
Por otro lado, para que exista conectividad demográfica se ha sugerido que la fracción de reclutamiento subsidiario en una población
debe ser igual o mayor a 10%, ya que esta cantidad es suficiente para
influenciar significativamente al crecimiento demográfico de una
población. Este tipo de conectividad es evaluado por modelización
numérica, que sirve para simular el proceso de dispersión de partículas pasivas; sin embargo, para explicar la llegada o salida de una larva
de un sitio no sólo es necesario saber el camino que va a tomar, sino
también su biología y fisiología larval, así como los diferentes procesos que podrían cambiar la dinámica de las física oceánica (Hastings,
1993; Waples y Gaggiotti, 2006).
Patrones reproductivos, conectividad y reclutamiento
en el Pacífico oriental tropical (pot)
Las comunidades coralinas de la región pot se caracterizan por la
presencia de arrecifes coralinos pequeños distribuidos en parches, así
como agregaciones densas o espaciadas de colonias de coral (Glynn,
2001; Glynn y Ault, 2000) con baja diversidad de especies (Glynn y
Ault, 2000). La mayoría de los parches de arrecifes están formados
por especies de los géneros Pocillopora, Porites y Pavona, que pueden
distribuirse en un gradiente de profundad entre 1 a 20 m (Cortés,
2003) y son influenciados por la intensidad lumínica. Las comunida20
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
des coralinas del pot se extienden desde el norte de México hasta el
sur de Ecuador, donde los arrecifes coralinos del Pacífico mexicano y
panameño son considerados como los más importantes por su extensión y por su diversidad (Glynn y Ault, 2000).
El pot tiene características consideradas como limitantes para
el desarrollo de los arrecifes de coral (Cortés, 1997; Glynn y Ault,
2000). Entre ellas se encuentra una amplia variabilidad en temperatura, salinidad y nutrientes, así como de ondas internas, las cuales generan condiciones ambientales para un desarrollo marginal de
estas comunidades (Dana, 1975; Cortés, 1997). También la zona es
afectada por los eventos enso, que producen un aumento anormal o
disminuciones en la temperatura (Wang y Fiedler, 2006) y que, como
consecuencia, provocan una respuesta de blanqueamiento en los corales. Bajo estas condiciones, inicialmente puede ocurrir una disminución o inhibición de la actividad reproductiva (Szmant, 1986) y
mortandad que repercutirá en la reducción considerable de la cobertura de estos organismos (Glynn et al., 2000; Carriquiry et al., 2001;
Spalding et al., 2001; Cupul-Magaña y Calderón-Aguilera, 2008).
Dentro de los esfuerzos encaminados a entender el mantenimiento de las poblaciones de corales pétreos a lo largo del pot
[por cuestiones prácticas puede dividirse en Pacífico norte mexicano (mnp); Pacífico central mexicano (mcp); Pacífico sur mexicano
(msp) y Pacífico este ecuatorial (eep), fig. 2] se han realizado trabajos para conocer su biología reproductiva, reclutamiento y conectividad. Los estudios que han caracterizado la actividad de los corales
en el pot, se han enfocado en describir el modo y patrón reproductivo, así como en identificar el periodo reproductivo de tres especies
consideradas como las más abundantes en la región: Pavona gigantea, Pocillopora damicornis y Porites panamensis (Glynn y Ault, 2000).
Pocillopora damicornis es de las pocas especies que tienen la
capacidad de producir larvas por reproducción asexual o sexual
(Stoddart, 1983; Ward, 1992; Ayre y Miller, 2004; Sherman et al.,
2006). Presenta un patrón reproductivo de tipo hermafrodita (Harrison, 2011) con diferencias a nivel local. Estas diferencias se pueden
observar principalmente en el modo de maduración de gametos. En
el psm, a diferencia del resto de las zonas, la especie tiene un desarrollo asincrónico; es decir, se pueden encontrar diferentes estadios
de maduración de los gametos dentro de la misma colonia. Cabe
21
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
resaltar que a pesar de ser la especie más estudiada en la mayoría
de las localidades investigadas, no se ha podido observar su desove.
Pero, por otra parte, la presencia de gametos maduros de ambos
sexos en el pnm, psm y pee permite inferir que la especie desova a
partir del mes de octubre (cuadro 1). Hasta la fecha, lo último no se
ha corroborado ni por la evidencia de desove o la presencia de larvas
(Glynn et al., 1991; Chávez-Romo y Reyes-Bonilla, 2007; CarpizoItuarte et al., 2011; Rodríguez-Troncoso et al., 2011; Castrillón-Cifuentes et al., 2015).
En la región del pot, Pavona gigantea es considerada como una
especie de crecimiento submasivo y reproductivamente se comporta como hermafrodita con cosexualidad secuencial porque, a pesar
de que las colonias mayormente pueden ser descritas como gonocóricas, se han observado colonias hermafroditas con un desfase
en la maduración entre ovocitos y espermiarios (Glynn et al., 1996;
Rodríguez-Troncoso et al., 2011; Santiago-Valentín et al., 2015). El
patrón descrito es común en otras especies de la familia Agariciidae
en el pot, como P. varians, P. chiriquensis y Gardineroseris planulata
(Glynn et al., 1996).
Figura 2. Mapa con las áreas delimitadas en el Pacífico oriental tropical y el número de
estudios por área para cada género. Pacífico norte mexicano (pnm), Pacífico centro
mexicano (pcm), Pacífico sur mexicano (psm) y Pacífico este ecuatorial (pee). El eje
de las gráficas representa el número de publicaciones hasta la fecha.
22
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
Cuadro I
Caracterización de patrones y periodos reproductivos de Pocillopora
damicornis, Pavona gigantea y Porites panamensis, consideradas
como las principales especies de corales hermatípicos distribuidas en
la región el Pacífico oriental tropical
Estadio de desarrollo
Periodo reproductivo (meses)
Especies/ mg ps
región
Pocillopora damicornis
pnm
S
H
pcm
S
H
psm
A
H
pee
S
H
Pavona gigantea
pcm
S
G
psm
A G/H
pee
S G/H
Porites panamensis
pnm
A
G
pcm
A
G
Espermiarios
psm
pee
III y IV
I-IV
A
A
G
G
Referencias
Ovocitos E F M A M J J A S O N D
I-IV
I-IV
III y IV
I-IV
I-IV
I-III
II-IV
I-IV
5
6, 10
7, 8
1
III
III y IV
I-IV
II y III
I-IV
I-IV
6
7, 9
3
I-IV
I-IV
I-IV (*p)
II y IV
(*p)
II-IV (*p)
I-IV (*p)
4
6
7
2
Los datos se presentan por subregión: Pacífico norte mexicano (pnm), Pacífico centro mexicano (pcm), Pacífico sur mexicano (psm) y Pacífico este ecuatorial (pee).
mg: maduración de gametos, (S): sincrónico, (A): asincrónico. ps: patrón sexual,
(H): hermafrodita, (G): gonocórico, (*P): evidencia de plánula. El estadio de desarrollo se caracteriza del I al iv, donde el estadio I son inmaduros y el estadio iv son
gametos maduros listos para ser desovados.
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7. Rodríguez-Troncoso et al., 2011; 8. Zavala-Casas, 2013; 9. Santiago-Valentín et al.,
2015; 10. Rodríguez-Troncoso et al., 2011.
Pavona gigantea, al igual que P. damicornis, presenta maduración
asincrónica en el psm (Rodríguez-Troncoso et al., 2011, Santiago-Valentín et al., 2015). Esta característica le permite tener múltiples desoves durante su periodo reproductivo; además, la maduración asin23
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
crónica entre colonias de sexos distintos promueve el intercambio de
material genético entre localidades (Harrison y Wallace, 1990).
Porites panamensis es una especie de tipo submasiva y costrosa.
Se caracteriza como gonocórica planuladora. Los estudios elaborados han documentado la presencia de gametos maduros y de embriones en incubación dentro de la colonia progenitora (Glynn et al.,
1996; Carpizo-Ituarte et al., 2011; Rodríguez-Troncoso et al., 2011;
Santiago-Valentín et al., 2015). Además, es la única especie que tiene
registros de reclutamiento sexual en la región (Medina-Rosas et al.,
2005; López-Pérez et al., 2007). Este éxito en asentamiento y supervivencia se ha atribuido a la liberación de las plánulas en un estado
avanzado de desarrollo (Harrison y Wallace, 1990). La especie presenta los periodos reproductivos más extensos con desarrollo de tipo
asincrónico. Dicha condición es especialmente patente en el eep y
pnm, donde se han observado gametos durante todo el año; pero no
siempre llegan a madurarse (Glynn et al., 1994; Mora-Pérez, 2005;
Carpizo-Ituarte et al., 2011; Rodríguez-Troncoso et al., 2011).
Las especies de coral formadoras de arrecifes estudiadas en el
pot presentan diferentes épocas reproductivas, incluso dentro de
una misma especie. Al observar las diferencias entre especies es posible afirmar que el área del pee presenta menor variación en los
periodos reproductivos, mientras que el pcm tiene la mayor variación por ser una zona de alto dinamismo; además, es la zona con los
periodos reproductivos más cortos (véase cuadro 1).
Asimismo, dado que la actividad reproductiva de los corales está
relacionada con las variaciones de las condiciones ambientales, a lo
largo de la región del pot se han realizado estudios donde se correlacionan la actividad reproductiva y la temperatura. Se ha encontrado que rangos de temperatura entre 27°C a 30°C promueven desde
el inicio de la actividad reproductiva hasta el desove (Chávez- Romo
y Reyes Bonilla, 2007; Carpizo-Ituarte et al., 2011; Rodríguez-Troncoso et al.; 2011; Castrillón-Cifuentes et al., 2015). De igual forma,
se ha correlacionado la presencia de gametos maduros con las fases
lunares (Glynn et al., 1991; Glynn et al., 1996; Glynn et al., 2001).
Recientemente se ha planteado que la formación y liberación de
gametos está determinada por un efecto sinérgico de la temperatura, fotoperiodo, porcentaje de iluminación lunar, coeficiente de
atenuación difusa y radiación fotosintéticamente disponible; donde
24
Reproducción, reclutamiento y conectividad en corales: procesos esenciales para el
mantenimiento de las comunidades coralinas
el fotoperiodo resulta ser la variable que describe mejor el comportamiento reproductivo (Santiago-Valentín et al., 2015).
No obstante, la caracterización de las condiciones óptimas para
la reproducción de los corales es muy compleja. Como se mencionó
anteriormente, estos organismos desarrollaron modos de plasticidad
reproductiva como respuesta de aclimatación a las características
ambientales locales (Harrison y Wallace, 1990; Harrison, 2011). La
plasticidad se refleja a lo largo de las subregiones del pot con diferencias en las épocas y los patrones de reproducción, siempre y
cuando se encuentren bajo condiciones óptimas para su desarrollo
local (Hoegh-Guldberg, 2011).
Con diversos modelos se ha evaluado la conectividad potencial
entre los sistemas arrecifales del pot. Las simulaciones numéricas
del transporte de partículas bajo escenarios hipotéticos o condiciones específicas permiten concluir sobre la existencia de una más alta
tasa de autorreclutamiento que de reclutamiento subsidiario, con la
exportación de larvas solamente a áreas cercanas (Lara-Hernández,
2012). Estudios a mayor escala definen al Pacífico americano como
una región que no presenta intercambio de larvas con otras regiones;
en otras palabras, el Pacífico americano genera larvas que no son
exportadas más allá de los límites de la región (Wood et al., 2014).
A nivel local, en el Pacífico mexicano se han utilizado herramientas moleculares para evaluar la conectividad. Particularmente, los
estudios indican que la zona del pcm tiene poca conectividad con el
resto de la región (Saavedra-Sotelo et al., 2011, 2013; Paz-García et
al., 2012); con intercambio de propágulos solamente durante eventos enso, como “El Niño” 1997-98 (Paz-García et al., 2012), donde
principalmente corales del tipo ramificado han presentado diferente
sensibilidad y capacidad de respuesta hasta a nivel de microescala
(Rodríguez-Troncoso et al., 2010, 2014). Los resultados anteriores
permiten establecer posibles zonas con organismos considerados
como más resilientes.
Pero, a pesar de no encontrar evidencia de conectividad entre
poblaciones del norte y sur del Pacífico mexicano, no se debe descartar la posibilidad de dispersión a nivel de mesoescala dentro del
pcm. Podría esperarse que por la cercanía entre sistemas arrecifales,
por ser insulares y estar sujetos a las mismas condiciones oceano25
Santiago-Valentín y Rodríguez-Troncoso
gráficas, se generarán condiciones ideales para formar una conexión
importante para el funcionamiento ecosistémico de la región.
Asimismo, deberá de considerarse no sólo lo que ha pasado a
corto plazo, sino lo que ha ocurrido a escala geológica en la región,
tomando en cuenta que las especies de corales pétreos actualmente
encontradas en el pot han estado sujetas a diferentes condiciones
oceanográficas durante los últimos ~10,000 años (Cortés, 1997). Es
probable que hace cientos o miles de años la circulación en el pot
haya presentado desviaciones significativas en su media actual, favoreciendo durante eventos episódicos de transporte larvario la conectividad entre las poblaciones del norte y del sur, o viceversa. Aunque,
como lo explica Levin (2006), el estudio del transporte larvario y la
conectividad poblacional es difícil por la complejidad inherente a
dichos procesos y por las inconsistencias encontradas en función de
la técnica utilizada.
La falta de evidencia sobre el proceso de desove en la mayoría de las especies, así como la presencia de reclutamiento sólo en
P. panamensis, puede llevar a asumir que las poblaciones a lo largo
del pot son del tipo estéril. A pesar de formar y madurar gametos,
no cuentan con los estímulos necesarios para desovar. Los estudios
realizados hasta ahora, si bien no han permitido el entendimiento de
la biología reproductiva de los corales, han generado conocimiento
básico de sus procesos (desde la gametogénesis hasta el asentamiento larval). Entre éstos sobresalen la producción y maduración de gametos, la fecundación (interna o externa), la producción de larvas,
los periodos de precompetencia y competencia larval, así como el
reclutamiento. Todos ellos esenciales para el mantenimiento de los
corales y de la biodiversidad que depende de ellos.
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32
Capítulo II
Requerimientos ecológicos en las
aves: un enfoque en psitácidos
Sylvia Margarita de la Parra-Martínez
Miguel Ángel De Labra-Hernández
Katherine Renton
Los recursos para las aves
Los recursos son elementos del ambiente que son consumidos o utilizados por un organismo para obtener energía y llevar a cabo sus actividades vitales (Tilman, 1982). En esta interacción, el hábitat cumple
un papel importante al proporcionar la variedad de recursos utilizados. En hábitats heterogéneos, donde la disponibilidad de los recursos no es constante, los organismos deben distribuirse en los hábitats
que ofrecen los mejores recursos (MacArthur y Pianka, 1966). Por lo
tanto, los recursos pueden ser factores que limitan la supervivencia y
reproducción de los organismos (Martin, 1987; Newton, 1998).
Para las aves, los recursos son los nutrientes o el alimento que
consumen; además, los sitios de anidación constituyen recursos para
las aves que anidan en cavidades de árboles (Newton, 1998). A su
vez, la disponibilidad del alimento y los sitios de anidación pueden influir en el uso del hábitat por las aves (Andrewartha y Birch,
1984; Cody, 1985). Se ha demostrado que las aves frugívoras muestran fluctuaciones en su abundancia, movimientos y uso del hábitat
como respuesta a la variación espacio-temporal en la disponibilidad
y abundancia de los recursos que consumen (Levey, 1988; Loiselle y
Blake, 1991). Respecto a los sitios de anidación, la disponibilidad de
33
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
cavidades existentes puede limitar el número de parejas reproductivas y el tamaño poblacional de las aves que requieren este recurso
para anidar (Newton, 1994a, 1994b; Cockle et al., 2010, 2011). Por
lo tanto, el alimento y los recursos de anidación son componentes
clave en el uso y selección del hábitat por las aves (Jones, 2001), y
generalmente estos componentes se relacionan con la estructura de
la vegetación (Rotenberry y Wiens, 1980).
Por otro lado, los recursos no siempre son accesibles para los individuos y su disponibilidad no se encuentra de manera uniforme en
la naturaleza (Manly et al., 2002). En el ambiente, la accesibilidad y
disponibilidad de los recursos varían en función de diversos factores,
principalmente por cambios en las condiciones ambientales, disturbios como los huracanes e incendios, así como por la deforestación
y la fragmentación de los bosques (Newton, 1994b; Lindenmayer y
Fischer, 2006).
Las condiciones ambientales y los recursos
Las condiciones ambientales como temperatura, precipitación y
humedad relativa son definidas como factores ambientales abióticos
que varían en espacio y tiempo, y respecto a los que los organismos
responden de diferentes maneras (Begon et al., 1988). A diferencia de los recursos, las condiciones no son consumidas o utilizadas
por los organismos; sin embargo, tienen efectos sobre distintos componentes de las poblaciones (Begon et al., 1988). La temporada
reproductiva es un periodo crucial en los individuos que puede estar
regido por el clima, principalmente la temperatura para diferentes
grupos de organismos como aves (Crick et al., 1997; Li y Brown,
1999), mamíferos (Réale et al., 2003) y anfibios (Beebee, 1995). En
particular, los ciclos biológicos de las aves están relacionados con
variables climáticas como la temperatura y la precipitación (nwf/
abc, 2002), las cuales a su vez influyen en la disponibilidad de alimento como insectos, flores y semillas (Boat y Grant, 1984; Vílchez
et al., 2004; Bolger et al., 2005).
La reproducción de las aves ocurre de manera estacional en una
época específica del año y tiende a estar sincronizada con el periodo
de mayor abundancia de recursos alimenticios durante la crianza de
34
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
los pollos, lo cual garantiza su desarrollo (Perrins, 1970). Los estudios realizados indican que las variaciones en disponibilidad de recursos alimenticios, como consecuencia de las condiciones ambientales, pueden afectar varios aspectos reproductivos en las aves como
el comienzo de la anidación, tamaño de puesta, el crecimiento de los
pollos y el éxito reproductivo (Gibbs y Grant, 1987; Martin, 1987;
Curry y Grant, 1989). De manera particular, las fluctuaciones interanuales de la precipitación como consecuencia de los fenómenos de
El Niño y La Niña, influyen en la disponibilidad de recursos alimenticios, impactando con ello la reproducción y la dinámica poblacional de las aves, particularmente en ambientes estacionales (Boat y
Grant, 1984; Gibbs y Grant, 1987; Curry y Grant, 1989; Li y Brown,
1999; Christman, 2002; Bolger et al., 2005). Por lo que la disponibilidad del alimento durante la temporada de anidación es un factor
determinante que puede afectar el éxito reproductivo de las aves.
Efecto de la temporalidad sobre los recursos alimenticios
La temporalidad en la oferta de recursos alimenticios en el ambiente
puede influir sobre la manera en cómo las aves utilizan el alimento
que van teniendo disponible, impactando también la distribución y
abundancia de los individuos. En este sentido se ha observado que la
reproducción de las plantas es más variable en el espacio y el tiempo
que en la producción del follaje, por lo que puede presentar variaciones anuales e interanuales (Levey y Stiles, 1992). Debido a esto, la
disponibilidad de los recursos para las aves nectarívoras y frugívoras,
en comparación con las aves insectívoras, suelen ser menos constantes y predecibles en el tiempo y el espacio (Levey y Stiles, 1992).
Por lo cual las aves deben ser capaces de adaptarse a las variaciones
en la disponibilidad de recursos y seguir la oferta de los recursos
alimenticios empleando distintas estrategias, o bien mostrar cierta
plasticidad en el uso de los mismos (Leighton y Leighton, 1983; Fleming, 1992).
Por otro lado, las aves pueden ser clasificadas como generalistas
o especialistas en el uso de los recursos alimenticios (Recher, 1990;
Stotz et al., 1996); asimismo, pueden ser consideradas estereotipadas
o elásticas según la forma en que explotan los recursos disponibles
35
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
(Morse, 1980). Así, podría ocurrir que las especies con mayor plasticidad en el uso de recursos puedan adaptarse mejor a cambios en el
ambiente, mientras que las especialistas podrían ser más vulnerables
ante estos cambios (Recher, 1990; Julliard et al., 2006; Devictor et
al., 2008). Finalmente, el observar y estudiar estas redes de comportamiento entre las aves, así como el uso de sus recursos, permiten
entender cómo las aves interactúan con sus recursos a nivel espacial
y temporal (Levey y Stiles, 1992; Herrera et al., 2011; Blendinger et
al., 2012).
En ambientes estacionales la fenología de las plantas está determinada por los patrones en los regímenes de precipitación (Bullock y
Solís-Magallanes, 1990; White, 1994; Borchert, 1999). Estos patrones
estacionales provocan fluctuaciones temporales en la disponibilidad
de recursos como flores y frutos, lo que a su vez influye en la distribución y abundancia de las aves frugívoras y nectarívoras (Leighton
y Leighton, 1983; Loiselle y Blake, 1991). En el sureste de México
la estacionalidad de la precipitación explica el patrón temporal en
floración de las plantas, patrón que determina el comportamiento
de forrajeo en distintas especies de colibríes que emplean diferentes
estrategias como movimientos temporales hacia sitios con recursos
florales, o cambios en la dieta al consumir insectos durante la época de escasez de alimento (Toledo, 1995). Para el cuervo hawaiano
(Corvus hawaiiensis) su dieta está determinada por la disponibilidad
de recursos, presentando un comportamiento generalista cuando los
recursos son escasos en el ambiente (Sakai et al., 1986). Además, en
primavera y verano esta especie realiza movimientos altitudinales
hacia sitios más altos que en otoño e invierno (Giffin et al., 1987), patrón que corresponde a los picos de fructificación en cada sitio (Sakai et al., 1986). Por lo tanto, los movimientos altitudinales parecen
estar fuertemente relacionados con la disponibilidad del alimento y
son mucho más frecuentes en las especies frugívoras y nectarívoras
(Levey y Stiles, 1992).
Los sitios de anidación en aves anidadoras de cavidad
Las aves que necesitan cavidades para anidar pueden dividirse en
aves excavadoras, principalmente de la familia Picidae, y aves que
36
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
no excavan sus nidos, conocidas comúnmente como anidadores
secundarios de cavidad. Las aves que anidan en cavidades tienen
preferencia por ciertas especies de árboles o sustratos con características específicas como tamaño, edad o condición (Li y Martin, 1991;
Rudolph y Conner, 1991; Sandoval y Barrantes, 2006; Acosta-Pérez
et al., 2013). Para las aves excavadoras primarias de cavidad, como
los carpinteros, la disponibilidad de sustratos como árboles muertos
en pie o árboles maduros de talla grande son determinantes en proporcionar espacios para la construcción de cavidades como sitios de
anidación (Gibbs et al., 1993; Sandoval y Barrantes, 2006). Por otro
lado, especies como el pájaro carpintero mexicano (Picoides scalaris) prefieren construir sus nidos en sustratos de menor dureza que
le permiten excavar con mayor facilidad, como los escapos florales
secos del maguey pulquero (Acosta-Pérez et al., 2013).
Por su parte, los anidadores secundarios de cavidad dependen
de las cavidades preexistentes y, por lo tanto, la disponibilidad de sitios adecuados para la anidación puede limitar el número de parejas
reproductoras (Newton, 1994a). Además, algunas aves anidadoras
secundarias de cavidad seleccionan para anidar cavidades con características específicas, con base en su altura desde el suelo, ancho de
entrada y profundidad (Li y Martin, 1991). De manera particular, se
ha observado que la selección de cavidades a una mayor altura sobre
el suelo es el principal criterio de selección que reduce el riesgo de
depredación (Nilsson, 1984; Wilcove, 1985; Li y Martin, 1991; Newton, 1994b; Cockle et al., 2011).
También se ha documentado que puede existir una repartición
de los recursos de anidación entre las especies de aves anidadoras secundarias de cavidad en función del tamaño corporal. En una comunidad de cinco especies de anidadores secundarios se determinó que
la golondrina bicolor (Tachycineta bicolor) y el azulejo pálido (Sialia
currucoides) ocuparon las cavidades más pequeñas y con entradas
más estrechas, a diferencia del pato monja (Bucephala albeola) y el
carpintero de pechera (Colaptes auratus), que ocuparon las cavidades más grandes, mientras que el estornino pinto (Sturnus vulgaris)
utilizó las cavidades de tamaño intermedio (Belthoff y Ritchison,
1990).
37
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
La respuesta de las aves a la perturbación del hábitat
El hábitat puede ser considerado como el subconjunto de factores
ambientales físicos que permiten a un organismo sobrevivir o reproducirse (Block y Brennan, 1993). El cambio de uso del suelo debido
a actividades antropogénicas ha afectado a casi el 50% del planeta
y es la principal fuerza de la pérdida de la biodiversidad (Vitousek
et al., 1997). La deforestación ha afectado al 70% de las aves que
habitan en los bosques tropicales, particularmente las especies de
gran tamaño y con requerimientos específicos son más sensibles a
la degradación del hábitat (Thiollay, 1999). Si bien algunas especies
de aves, como las asociadas a los bordes y claros de selva, se ven
favorecidas por la perturbación del hábitat, las aves especialistas
son más afectadas por la degradación del hábitat (Thiollay, 1996).
El águila Harpia harpyja es una especie que prefiere anidar en áreas
con mayor cobertura de selva y estado de conservación, evitando por
completo las zonas perturbadas (Vargas y Vargas, 2011). Por otro
lado, la degradación del hábitat modifica procesos ecosistémicos
como la interrupción de la dispersión de semillas por las aves frugívoras (Lambert, 1991).
La asociación de los psitácidos con los recursos
en el ambiente
Los psitácidos muestran amplia capacidad de movimiento, cubriendo
distintos hábitats, por lo cual podrían elegir o seleccionar algunos
hábitats según la disponibilidad de recursos (Amuno et al., 2007; Stahala, 2008; Ortiz-Maciel et al., 2010; Legault et al., 2011). Además,
se alimentan de frutos, semillas y flores de distintas especies de
plantas (Galetti, 1993; Renton, 2001) que muestran alta variabilidad
fenológica en su productividad (Hilty, 1980; Loiselle y Blake, 1991);
por lo tanto, los psitácidos necesitan adaptarse a las fluctuaciones
en la disponibilidad de los recursos alimenticios que consumen.
Asimismo, los psitácidos son anidadores secundarios de cavidades
(Forshaw, 1989; Monterrubio-Rico y Escalante-Pliego, 2006), por
lo que dependen de la disponibilidad de cavidades con condiciones
adecuadas para su anidación (Cockle et al., 2008). Finalmente, los
38
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
psitácidos son la familia de aves más amenazada a nivel global, principalmente por la pérdida y fragmentación de sus hábitats (Bennett
y Owens, 1997; BirdLife International, 2016; Olah et al., 2016), por
lo que el estudio de sus requerimientos ecológicos y su relación con
los recursos provee información ecológica fundamental para su conservación.
Efecto de la temporalidad de los recursos alimenticios
en los psitácidos
Los psitácidos se alimentan principalmente de semillas y frutos de
una variedad de especies de árboles (Galetti, 1997; Renton, 2001;
Ragusa-Netto, 2004; Vaughan et al., 2006; figuras 1 y 2) y ocasionalmente consumen néctar, flores, hojas, madera e insectos (Moorhouse, 1997; Ragusa-Neto y Fecchio, 2006; Chapman, 2007). Sin
embargo, la mayoría de los estudios realizados demuestran que en
general los psitácidos son principalmente granívoros (Janzen, 1981;
Galetti, 1993; Renton, 2001; Renton et al., 2015). La capacidad de
movimiento de estas aves les permite explotar recursos distantes, en
un área amplia, con un potencial de heterogeneidad espacial y temporal en la disponibilidad de recursos. En relación con lo anterior,
los psitácidos podrían mostrar distintas adaptaciones en el comportamiento de forrajeo en respuesta a la variación en la disponibilidad
de recursos alimenticios.
En distintas regiones geográficas y hábitats, se ha observado que
varias especies de psitácidos muestran fluctuaciones temporales en
su abundancia, que coinciden con las fluctuaciones en la disponibilidad de los recursos que consumen (Beeton, 1985; Wirminghaus et
al., 2001; Ragusa-Neto, 2004, 2007; Karubian et al., 2005; Manning
et al., 2007; Rivera-Ortiz et al., 2008). En las selvas tropicales de la
Amazonía de Perú, Ecuador y Brasil, algunos psitácidos (géneros
Ara, Orthopsittaca, Amazona, Brotogeris) presentan variación espacio-temporal en su abundancia, que coincide con los periodos de mayor producción de los frutos y flores que consumen (Renton, 2002a;
Karubian et al., 2005; Ragusa-Neto, 2007, 2008). Cabe mencionar
que algunas especies de psitácidos dependen de un recurso alimenticio específico, el cual puede ser clave para la abundancia y distri39
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
bución de sus poblaciones. En Mato Grosso, Brasil, el periquito Brotogeris chiriri consume principalmente los frutos del árbol más común,
Protium heptaphyllum, y su abundancia aumenta considerablemente a
principios de la estación seca cuando la producción de frutos es mayor (Ragusa-Netto, 2008). Igualmente, en la isla de Seram, Indonesia,
la densidad de la cacatúa (Cacatua moluccensis) está positivamente
correlacionada con la densidad de Octomeles sumatranus, árbol que
utiliza como nido, y con la de Ficus sp., especie vegetal considerada
como recurso alimenticio clave (Kinnaird et al., 2003).
Figura 1. Perico frente naranja (Eupsittula canicularis) alimentándose de semillas del
árbol Heliocarpus pallidus en la Estación de Biología Chamela, Jalisco. (Foto cortesía
de Christian Schmid).
Una de las estrategias más frecuentemente reportadas en los psitácidos es el cambio de dieta como respuesta a las fluctuaciones en
la disponibilidad de recursos alimenticios (Renton et al., 2015). Por
ejemplo, en los bosques de galería del sur de El Pantanal en Brasil,
varias especies de psitácidos se alimentan de frutos durante la estación de lluvias, mientras que durante la estación seca se alimentan de
néctar (Ragusa-Neto y Fecchio, 2006). Asimismo, se ha observado
40
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
Figura 2. Guacamaya verde (Ara militaris) alimentándose de los frutos del árbol Bursera aptera en el bosque tropical caducifolio de la región del Alto Balsas de Guerrero.
(Foto cortesía de Leopoldo D. Vázquez-Reyes.)
plasticidad alimenticia temporal en especies de psitácidos de África y Australia, que cambian su consumo de plantas a invertebrados
como respuesta a la variación en la disponibilidad de los recursos
vegetales (Cannon, 1981; Greene, 1998; Selman et al., 2002; Boyes
y Perrin, 2013). Por otro lado, varias especies de psitácidos cambian
las especies de plantas que consumen según la variación fenológica
(Greene, 1998; Boyes y Perrin, 2009; Díaz et al., 2012).
Los psitácidos también pueden mostrar cambios en el uso del
hábitat como una estrategia para seguir la disponibilidad de recursos. Este comportamiento se ha observado en el perico Cyanoramphus novaezelandiae de Nueva Zelanda (Greene, 1998) y en el loro
Amazona finschi de los bosques secos del oeste de México (Renton,
2001). Asimismo, los psitácidos pueden realizar movimientos diarios
y estacionales, así como migraciones de larga distancia en respuesta
a la declinación estacional en la disponibilidad del alimento (Saunders, 1980; Symes y Perrin, 2003; Bjork, 2004). Esto se ha demostrado para especies de talla grande como el loro Amazona guatemalae,
41
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
que realiza movimientos estacionales de larga distancia (138±61.9
km), desde Tikal en Guatemala hasta los bosques húmedos del sur
de México, patrón que coincide con la declinación de recursos alimenticios en Tikal durante la época no-reproductiva (Bjork, 2004).
De igual forma, la guacamaya Orthopsittaca manilata se desplaza
grandes distancias al seguir la fenología de fructificación de la palma
Mauritia flexuosa (Silva, 2009).
Así, los psitácidos desarrollan estrategias de forrajeo como cambiar la dieta, modificar el uso del hábitat y realizar movimientos para
seguir la variación espacial y temporal de los recursos que consumen
(Renton et al., 2015). Esta plasticidad en el uso de los recursos alimenticios que muestran algunas especies de psitácidos podría ser
ventajosa en hábitats heterogéneos donde el forrajeo debe ser optimizado. Asimismo, las distintas estrategias que muestran los psitácidos en el seguimiento de los recursos alimenticios podrían hacer
referencia a la teoría del forrajeo óptimo al ser estrategias para optimizar la dieta, parche de forrajeo y los movimientos entre parches
(MacArthur y Pianka, 1966; Pyke, 1977, 1984).
Por otro lado, en psitácidos, como en otras aves, las estrategias
de seguimiento y búsqueda de recursos alimenticios podría obedecer a un componente hereditario; además de información social de
contacto mediante aprendizaje de la parvada (Chapman et al., 1989;
Seibert, 2006), lo que les permite modificar el comportamiento del
forrajeo según la disponibilidad del alimento y seleccionar recursos
en parches de mejor calidad. Sin embargo, pocos estudios con psitácidos han determinado la selección de recursos alimenticios, para
lo cual es necesario tener información sobre el uso, o qué recursos
consumen, además de información sobre la disponibilidad de estos
recursos en el ecosistema.
Efectos de la disponibilidad de los recursos alimenticios
en la reproducción de los psitácidos
Pocos estudios han evaluado la influencia de la variación espaciotemporal en la disponibilidad de recursos alimenticios sobre la
reproducción de loros neotropicales (Renton, 2002b; Masello y
Quillfeldt, 2004; Renton y Salinas-Melgoza, 2004; Sanz y Rodríguez42
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
Ferraro, 2006). Algunos trabajos parecen indicar que el periodo
reproductivo coincide con la mayor abundancia y disponibilidad de
recursos alimenticios (Saunders, 1986; Moorhouse, 1991; Johnstone
y Kirkby, 1999), y algunas especies pueden adelantar o retrasar el
inicio de la anidación cuando las condiciones son favorables (McFarland, 1988; Warburton y Perrin, 2005; Powlesland et al., 2009). Otros
estudios de psitácidos también han reportado que variaciones en la
disponibilidad del alimento pueden afectar el tamaño de la puesta,
el desarrollo de pollos y el éxito reproductivo (Saunders, 1982, 1986,
1990; Renton, 2002b; Renton y Salinas-Melgoza, 2004; Díaz et al.,
2012). En Australia, para la cacatúa Zanda latirostris se determinó
el menor número de eclosiones, de crecimiento de pollos y de éxito
reproductivo en áreas perturbadas donde los recursos alimenticios
se encontraban limitados a parches aislados de vegetación remanente, en comparación con áreas de bosque conservado (Saunders,
1982, 1986, 1990).
En el bosque tropical seco del occidente de México las fluctuaciones anuales en la disponibilidad del alimento, asociadas con el
ciclo de El Niño-La Niña, provocan variaciones en la tasa de crecimiento de pollos de A. finschi, demostrando un crecimiento lento y reducción de la nidada mediante mortalidad por inanición de
los pollos durante años secos con menor disponibilidad de recursos
alimenticios (Renton, 2002b; Renton y Salinas-Melgoza, 2004). La
reproducción implica mayor requerimiento energético, tanto para
padres como para los pollos en desarrollo, por lo que la disponibilidad del alimento también puede ser clave en la evolución de las
estrategias reproductivas de los psitácidos.
Los psitácidos como anidadores secundarios de cavidades
El 78% de las especies de psitácidos son anidadores secundarios de
cavidades en árboles (Renton et al., 2015) y dependen de la disponibilidad de este recurso para su reproducción. En general, los psitácidos utilizan frecuentemente sitios de anidación con características
específicas de talla de los árboles, diámetro de la entrada, altura y
profundidad de la cavidad (Saunders et al., 1982; Marsden y Jones,
1997; Renton y Salinas-Melgoza, 1999; Heinsohn et al., 2003, Rivera
43
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
et al., 2012; de la Parra-Martínez et al., 2015; fig. 3). El utilizar cavidades con estas características puede proporcionar ciertas ventajas
para los psitácidos, como limitar el acceso a los depredadores al contenido del nido.
Figura 3. Hembra de Loro corona azul (Amazona guatemalae) anidando en una cavidad del árbol Oreopanax obtusifolius, en el bosque tropical perennifolio de la región
de Los Chimalapas, Oaxaca, México (Foto cortesía de Marisela Martínez Ruiz).
Pocos estudios han determinado la disponibilidad de sitios de
anidación para los psitácidos. No obstante, a pesar de que podría
haber una alta densidad de cavidades en las selvas tropicales (Boyle
44
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
et al., 2008; Vázquez y Renton, 2015), no todas las cavidades disponibles cuentan con las características adecuadas para la anidación de los
psitácidos (Saunders et al., 1982; Marsden y Pilgrim, 2003; Cockle et
al., 2010, 2011; de la Parra-Martínez et al., 2015). Para las especies de
psitácidos de talla grande la densidad de cavidades adecuadas para la
anidación puede ser aún menor. Para las cacatúas Cacatua sulphurea
y Cacatua ophthalmica de la Isla de Sumba, Indonesia, se estima que
hay una densidad de 0.67-0.84 cavidades/hectárea adecuadas para su
anidación (Marsden y Pilgrim, 2003; Walker et al., 2005). En el caso
de la guacamaya verde, Ara militaris, en la costa de Jalisco, México,
de la Parra-Martínez et al. (2015) registraron una densidad baja de 0.7
cavidades/hectárea adecuadas para su anidación.
La limitación de sitios de anidación mediante la competencia
ínter e intraespecífica también ha sido propuesta como hipótesis
que explica la evolución del tamaño de puesta en las aves. En este
sentido, la hipótesis de oportunidades limitadas de reproducción
(Beissinger y Waltman, 1991; Martin, 1992) propone que, cuando las
oportunidades para anidar son limitadas por baja disponibilidad de
sitios de anidación, o competencia ínter e intraespecífica, las hembras dependen de invertir mayor esfuerzo reproductivo mediante
un mayor tamaño de puesta. Además, las hembras defienden la posesión del sitio de anidación iniciando la incubación con la puesta
del primer huevo, resultando en la eclosión asincrónica de la nidada
(Beissinger y Waltman, 1991). Así, la limitación y competencia por
los sitios de anidación puede ser una hipótesis que explica el mayor
tamaño de puesta y la eclosión asincrónica para las aves que anidan
en cavidades (Martin, 1993; Beissinger, 1996).
En psitácidos, muy pocos estudios han estimado la disponibilidad y el uso de cavidades para determinar selección (Renton et al.,
2015). Los estudios que han evaluado las características de cavidades
utilizadas como nidos, en comparación con las características de cavidades disponibles, coinciden en que los psitácidos seleccionan los
sitios de anidación con base en altura, tamaño y profundidad de las
cavidades (Snyder et al., 1987; Enkerlin-Hoeflich, 1995; Stojanovic
et al., 2012; de la Parra-Martínez et al., 2015). Algunos trabajos han
demostrado que la altura y la profundidad de la cavidad o la conectividad del dosel pueden influir en el éxito de anidación de los psitácidos (Heinsohn, 2008; Berkunsky y Reboreda, 2009; Bonebrake y
45
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
Beissinger, 2010; Britt et al., 2014). En el caso del perico Forpus passerinus de Venezuela, Bonebrake y Beissinger (2010) determinaron
que existe variación entre sitios de anidación en relación con la cobertura de la vegetación, que influye en la productividad reproductiva de los nidos; además, observaron que los pericos se mueven hacia
los hábitats de mayor calidad cuando tienen oportunidad de cambiar
el sitio de anidación. Por lo tanto, estos mismos autores sugieren que
la selección de sitios de anidación por los pericos podría seguir un
modelo de distribución libre ideal (Fretwell y Lucas, 1969), ya que
existe heterogeneidad entre hábitats, lo cual puede ser evaluado por
los pericos mediante la cobertura de vegetación y la dispersión que
realizan hacia los sitios de mayor adecuación.
Efecto de la perturbación del hábitat en el uso
de los recursos por los psitácidos
La tala selectiva y la conversión de áreas forestales a zonas agrícolas
reducen la disponibilidad de recursos alimenticios y otros recursos
claves para las poblaciones silvestres de psitácidos. En el caso de
la guacamaya Ara ambigua, catalogada en peligro de extinción, la
tala extensiva de más del 90% de los bosques del oeste de Ecuador
la ha afectado negativamente con una rápida declinación poblacional, consecuencia de una baja disponibilidad de sitios de anidación
y recursos alimenticios (Waugh, 1995). Asimismo, la severa declinación poblacional del loro Amazona vittata de la isla de Puerto Rico
ocurrió principalmente por la acelerada pérdida de su hábitat natural, que eliminó por completo las especies vegetales de las cuales el
psitácido dependía para alimentarse y anidar (Snyder et al., 1987).
La perturbación del hábitat por actividades humanas puede tener efectos distintos en las especies de psitácidos. En el occidente de
Australia cerca de 90% de la vegetación original ha sido modificada,
resultando en una severa declinación en las poblaciones silvestres
de la cacatúa Z. latirostris debido a la baja disponibilidad de recursos alimenticios, que están dispersos entre parches aislados de vegetación remanente (Saunders, 1990). Sin embargo, otra especie de
cacatúa (Cacatua roseicapilla) ha incrementado su abundancia por
su adaptación al explotar recursos alimenticios alternativos en los
46
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
cultivos agrícolas (Saunders, 1990). La baja capacidad de adaptación
de Z. latirostris a los cambios en los recursos alimenticios, por la extensiva conversión del hábitat original por áreas agrícolas, ha sido
el factor principal de su declinación poblacional (Saunders, 1990).
Asimismo, hay que tomar en cuenta que como consecuencia de los
paisajes fragmentados, algunas especies de psitácidos tienen que
volar distancias largas desde las zonas de descanso hacia pequeños
parches de bosque para alimentarse, donde en algunas ocasiones no
existe protección para las especies (Downs, 2005). En un estudio con
el loro vináceo (Amazona vinacea) se encontró que la especie fue
mayormente observada alimentándose, durmiendo y nidificando en
pequeños remanentes boscosos y en ambientes perturbados, donde
enfrentaba diversas amenazas como el saqueo de nidos, deforestación y cacería por ser considerada dañina para los cultivos (Cockle
et al., 2007).
Sin embargo, el impacto de la modificación o fragmentación del
hábitat puede ser mayor en especies con una dieta especializada. En
los bosques degradados de Trinidad, las palmas Mauritia setigera y
Roystonea oleracea son un recurso clave para las poblaciones de la
guacamaya Ara manilata y el loro Amazona amazonica, porque proporcionan el 94% del consumo de recurso alimenticio, así como sitios de anidación y dormideros (Bonadie y Bacon, 2000), por lo que
la tala de estas especies de palmas pondría en riesgo las poblaciones
de estos psitácidos. Otro ejemplo es el de las especies de guacamayas
del género Anodorhynchus, que muestran una dieta especializada en
nueces de algunas especies de palmas (Copernicia alba, Acrocomia
cf. aculeata y Scheelea phalerata). Las guacamayas azules Anodorhynchus hyacinthinus y A. leari están catalogadas en peligro de extinción, mientras la guacamaya de Spix, A. glaucus, actualmente se
encuentra extinta del medio silvestre (BirdLife International, 2016).
La información que se tiene sobre A. glaucus sugiere que presentaba
un rango de distribución muy reducido, por lo que su extinción es
asociada a la declinación de su principal alimento: las nueces de la
palma Butia yatay (Collar y Juniper, 1992).
Las actividades antropogénicas también reducen la disponibilidad de sitios de anidación para los psitácidos. En la Isla de Sumba,
Indonesia, se estimó una densidad de cavidades potenciales para la
anidación de cacatúas en bosques degradados de 15-34 cavidades
47
De la Parra-Martínez, De Labra-Hernández y Renton
por km2, menor al registrado en bosques primarios de 76-84 cavidades por km2 (Marsden y Pilgrim, 2003). En los bosques mixtos de pino-encino de la Sierra Madre Occidental en México la tala comercial
ha eliminado gran número de árboles que proveían cavidades adecuadas para la anidación de la cotorra Rhynchopsitta pachyrhyncha
(Lanning y Shiflet, 1983; Monterrubio-Rico y Enkerlin-Hoeflich,
2004), que resulta en una alta reutilización de nidos como estrategia
de reproducción ante la limitación de cavidades. Por lo antes dicho,
es importante aclarar que si bien los psitácidos hacen uso de ambientes perturbados, esto no significa que prefieran estas áreas, sino
posiblemente es una respuesta de los individuos ante las distintas
presiones que enfrentan en sus hábitats (Botero-Delgadillo et al.,
2010). Respecto a esto, el estudio de los requerimientos ecológicos
enfocados en conocer el uso y selección de los recursos es clave para
la conservación de las distintas especies en riesgo.
Conclusiones
Los recursos y condiciones desempeñan un papel decisivo en la
dinámica poblacional de las aves; sin embargo, la suma de distintos factores puede modificar la disponibilidad de dichos recursos en
el ambiente. Los psitácidos, para su supervivencia y reproducción,
dependen de recursos (hábitat, alimento y sitios de anidación) que
muestren heterogeneidad espacial y temporal. Estudios de abundancia de psitácidos demuestran que, a pesar de que pueden moverse y
cubrir extensas áreas, no se distribuyen de manera uniforme entre los
hábitats; pero, en general, son más abundantes en hábitats conservados con mayor disponibilidad de recursos (Marsden, 1992; Marsden
y Fielding, 1999; Kinnaird et al., 2003; Marsden y Royle, 2015).
Por otro lado, los recursos alimenticios de flores, frutos y semillas que los psitácidos consumen muestran alta variabilidad espacial
y temporal; así, estas aves emplean distintas estrategias adaptativas
como la plasticidad en dieta, cambios en el uso del hábitat y movimientos para seguir la variación en la disponibilidad de los recursos
(Renton et al., 2015). En relación con los sitios de anidación, cabe
destacar que si bien los pocos estudios realizados se han centrado en
determinar las características de las cavidades utilizadas para anidar,
48
Requerimientos ecológicos en las aves: un enfoque en psitácidos
es importante también evaluar la disponibilidad de cavidades y su selección como sitios de anidación; así como la influencia de esto sobre
el éxito reproductivo de las distintas especies de psitácidos. Asimismo, como consecuencia de los esquemas actuales de deforestación y
fragmentación de los bosques, es de vital importancia evaluar cómo
estos factores están afectando a las distintas poblaciones de psitácidos, al disminuir la disponibilidad de recursos alimenticios y limitar
sus oportunidades de anidación.
De forma general, podemos concluir que el estudio de los requerimientos ecológicos en psitácidos es clave para generar información
necesaria para la conservación a largo plazo de especies en riesgo.
Igualmente, en paisajes modificados el establecimiento de reservas
y corredores biológicos podrían ser una estrategia significativa para
la conservación del hábitat y conectar los fragmentos aislados del
bosque (Legault et al., 2011).
Agradecimientos
Agradecemos el financiamiento otorgado por Conacyt (proyecto:
179877), unam-dgapa-papiit in205716 y a la Fundación Ecológica
de Cuixmala, A. C. para kr. Además, Conacyt proporcionó becas
doctorales para smpm (Conacyt 220278) y malh (Conacyt 215549).
Se agradece a Leopoldo D. Vázquez-Reyes, Christian Schmid y
Marisela Martínez Ruiz por su apoyo en la facilitación de material
fotográfico.
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Capítulo III
Evaluación de la biodiversidad y
servicios ecosistémicos en la región
costera de Bahía de Banderas,
Jalisco-Nayarit, México
Sandra Quijas
Alma Paola Rodríguez-Troncoso
Amílcar Leví Cupul-Magaña
Jeimy Denisse Santiago-Valentín
Diana Elizabeth Morales de Anda
Karla Paola Rodríguez-Olivares
Juan Diego Galaviz-Parada
José Arturo Olvera-Benítez
Resumen
El mantenimiento de la biodiversidad es un componente esencial
para el funcionamiento de los ecosistemas, los cuales a su vez suministran diversos servicios a las poblaciones humanas. En las últimas
décadas se ha incrementado el esfuerzo por el conocimiento de la
biodiversidad y se han establecido estrategias para su conservación;
sin embargo, las aproximaciones que integren la evaluación de los
servicios ecosistémicos han sido escasamente usadas. En parte, esto
puede ser debido a la ausencia de un marco teórico básico que integre ambos componentes. El presente capítulo es un intento por iden61
Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
tificar los componentes de la biodiversidad de los sistemas terrestres,
humedales y marinos, así como su potencial importancia en la generación de servicios ecosistémicos en la región de Bahía de Banderas.
A partir de la búsqueda y revisión de las publicaciones, así como
de trabajos generados y resguardados por distintas instituciones de
educación superior presentes en la región y bases de datos electrónicas, se obtuvo la información necesaria. Las publicaciones fueron
analizadas por componentes: biodiversidad (bd), funcionamiento
del ecosistema (fe) y servicios ecosistémicos (se). En total se obtuvieron 157 publicaciones, las cuales cubren un periodo de 1958 a
2014. La biodiversidad es el componente con el mayor número de
trabajos publicaciones, desarrollados principalmente en sitios con
estatus de protección especial, como el Área Natural Protegida Estero El Salado (que corresponde a un ambiente de humedal) y el
Parque Nacional Islas Marietas (que es un ambiente marino). Estos
mismos sitios presentaron el mayor número de publicaciones de fe.
Los estudios sobre se que se consideraron están enfocados principalmente en servicios de provisión y culturales. Dentro de estos últimos
se encuentra el turístico, el cual presentó aproximadamente 80% del
total de las publicaciones. Como resultado de esta cantidad de publicaciones, se ha documentado detalladamente un incremento en el
turismo a partir de la década de los años noventa del siglo pasado.
Este incremento coincidió con el inicio de los estudios en la región,
siendo en el año 2005 el despliegue de los estudios científicos que caracterizan la bd, fe, y los primeros esfuerzos por describir se y bh.
A pesar del conocimiento hasta ahora alcanzado, falta aún entender
y vincular el funcionamiento de los tres tipos de ecosistemas que se
presentan en la región, así como entender cómo estos ecosistemas
son proveedores de una amplia variedad de servicios, pero que solo
se explotan algunos de ellos, como la recreación y esparcimiento. Es
importante comenzar a entender cómo el incremento o disminución
de los servicios tiene implicaciones en el bienestar de los pobladores
locales, con el fin de generar opciones de respuesta para enfrentar
cambios de manera anticipada y asegurar el funcionamiento de los
ecosistemas y la generación sostenida de servicios a largo plazo.
62
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
¿Por qué es importante entender la relación ente la
biodiversidad y los servicios ecosistémicos?
A pesar del creciente conocimiento sobre la importancia de la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad que éstos albergan, continúa la pérdida acelerada y a gran escala de ecosistemas naturales
(Butchart et al., 2010). La pérdida de la biodiversidad tiene implicaciones negativas que repercuten, directa o indirectamente, sobre el bienestar humano al comprometer el funcionamiento de los ecosistemas y
su capacidad de generar servicios esenciales para la sociedad (Diaz et
al., 2006; Mace et al., 2012). Como consecuencia, si bien en el pasado
buena parte de las iniciativas de conservación de la biodiversidad se
basaron casi exclusivamente en criterios éticos y carismáticos, en los
últimos años han comenzado a cobrar fuerza argumentos de carácter
más pragmático, que consideran relevante la contribución de la biodiversidad a la calidad de vida y el bienestar de las sociedades humanas.
En este sentido, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio
(eem), proyecto de cuatro años y en el cual participaron un poco más
de 1,360 expertos de 95 países, proporcionó un panorama científico
sobre el estado actual de los ecosistemas de la Tierra, y profundizó
en la comprensión de la relación entre los ecosistemas y el bienestar
humano a múltiples escalas (mae, 2005). Sus resultados mostraron
las consecuencias que tienen los cambios en los ecosistemas sobre la
biodiversidad y el bienestar humano, además de generar opciones de
respuesta para enfrentarse a estos cambios de manera anticipada. Si
bien la eem fue un proyecto diseñado para informar científicamente
a los tomadores de decisiones y al público en general sobre los vínculos entre los cambios en los ecosistemas y el bienestar humano, el
marco conceptual desarrollado ha marcado la pauta de investigación
sobre biodiversidad y servicios durante los últimos 10 años (Mulder
et al., 2015).
En años recientes el marco conceptual del eem ha servido de
referencia para determinar los servicios que generan los ecosistemas
en diversos casos de estudio, así como su impacto en el bienestar de
las poblaciones humanas (Maass et al., 2005; Almeida-Leñero et al.,
2007; Martín-López et al., 2010; Pons, 2010; Vilardy et al., 2012). Sin
embargo, algunos de estos estudios sólo se han enfocado en identificar los servicios, sin tomar en cuenta a la biodiversidad, componente
63
Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
de los ecosistemas determinante en la generación de los servicios
que se proveen. En este sentido, en este trabajo utilizamos el marco
conceptual de la eem para identificar los servicios que proveen los
ecosistemas presentes en la región costera de Bahía de Banderas,
incorporando la importancia de la biodiversidad en la generación de
dichos servicios (cuadro 1). Diversos factores llevaron a la selección
de Bahía de Banderas como foco de estudio, pero destaca que es una
de las regiones de más alto crecimiento a nivel nacional. La región
es el destino de tres millones de turistas anuales, y los pobladores
que ya residían en la zona pasaron de ser pescadores a prestadores
de servicios turísticos (CuCosta, 2016). Esta rápida transformación
afecta de manera directa a la biodiversidad y el funcionamiento de
los ecosistemas presentes en la región, con consecuencias sobre los
servicios que se proveen y sobre la percepción que los pobladores
tienen sobre los ecosistemas que los rodean. Por ello, surge la urgente necesidad de identificarlos y especular sobre su potencial cambio
en el futuro, considerando el actual dinamismo en la región.
Cuadro 1
Marco conceptual para la evaluación de la biodiversidad y servicios
ecosistémicos en la región de Bahía de Banderas
Fuente: modificado de Quijas et al., 2012.
64
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
¿Qué es la biodiversidad?
La biodiversidad es un término usado para describir toda la variabilidad de organismos vivos de los ecosistemas terrestres, marinos
y acuáticos. La biodiversidad suele ser descrita en la presenciaausencia de los diversos grupos de organismos de plantas y animales (cuadro 1); en términos de los diferentes niveles jerárquicos en
que se organiza, como es el genético, especies, poblaciones, comunidades, paisajes y biomas (cuadro 2), o descrita por los distintos
componentes a nivel de especie, como son el número de especies, la
diversidad funcional o la distribución espacial, entre otros (Díaz et
al., 2006; Martín-López et al., 2007; Quijas et al. 2012).
La investigación experimental y observaciones acumuladas por
más de 60 años muestran que las especies influyen fuertemente en
cómo funcionan los ecosistemas y que no todas las especies desempeñan el mismo papel en el funcionamiento (Hooper et al., 2005;
Balvanera et al., 2006). La biodiversidad, o componente biótico de
los ecosistemas naturales o manejados, consiste en una comunidad
de especies, las cuales pueden ser divididas funcionalmente en plantas productoras, los consumidores primarios que se alimentan tanto
de las productoras como de ellas, productores secundarios o terciarios y los descomponedores. El compartimento abiótico del ecosistema consiste de condiciones y recursos. Las condiciones son los factores físico-químicos que afectan el rendimiento de los organismos
a través de modular componentes funcionales (metabólicos) de los
mismos, como son la temperatura y humedad ambiental, la presión
atmosférica, el pH, la textura del suelo, la salinidad, la radiación solar, los compuestos tóxicos, fuego, entre otros. Mientras que los recursos son los elementos del ambiente que son consumidos o usados
por los organismos y cuya disponibilidad depende de la intensidad
de uso, como son el dióxido de carbono, la luz, el agua, los nutrimentos químicos, el espacio, el tiempo, las parejas sexuales, etcétera
(Chapin et al., 2011).
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
Cuadro 2
Clasificación y definición de los niveles de organización de la
biodiversidad y los componentes a nivel de especie
Biodiversidad
Definición
Nivel de organización
Diversidad genética
Variación entre los individuos de una misma población en
sus características genéticas (y fenotípicas).
Diversidad de especies Variación entre las características de las poblaciones de
en poblaciones
una misma especie.
Diversidad de especies Variación en las características de especies que coexisten
en una misma comunidad, incluidas la variación entre los
en una comunidad
ecotipos y variedades de cultivos.
Variación en características de las comunidades (o
Diversidad de
asociaciones de especies) en una unidad de paisaje.
comunidades en un
paisaje
Diversidad de biomas Variación en características de los tipos de comunidades a
nivel de una gran región.
Componentes a nivel de especie
Número de especies
Cantidad de especies en una comunidad.
Abundancia relativa
Cantidad relativa de una especie respecto al total de
especies dentro de una comunidad.
Composición
Combinación específica de especies o presencia/ausencia
de especies particulares dentro de una comunidad.
Diversidad funcional
Expresada como el rango de variación de las diferentes
características funcionales entre grupos de especies y,
por lo tanto, diferentes efectos sobre el funcionamiento
del ecosistema.
Distribución espacial
Disposición en el espacio de las diferentes especies o
grupos de especies dentro de un paisaje.
Diversidad vertical
Variación en el número de estratos dentro de un tipo de
vegetación; o variación en el número y composición de
especies dentro de los distintos niveles tróficos.
Fuente: elaboración propia.
¿Qué es el funcionamiento del ecosistema?
El funcionamiento del ecosistema se puede definir como las interacciones entre el componente biótico y abiótico del ecosistema. Es a
66
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
través de un conjunto de procesos ecosistémicos, que en su conjunto
definen cómo funciona el ecosistema. Los procesos se definen como
la entrada o salida de recursos y energía para y desde el ecosistema,
y la transferencia de éstos entre componentes del sistema (Chapin et
al., 2011). Entre los principales procesos en los ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos se encuentran la productividad, el ciclaje de
los nutrimentos esenciales (como carbono, nitrógeno o fósforo), el
ciclo del agua, las interacciones biológicas entre organismos (mutualismo, competencia, competencia y depredación), entre muchas
otras (cuadro 1). El funcionamiento del ecosistema es cuantificado
midiendo las magnitudes, cambios y fluctuaciones de los procesos.
¿Qué son los servicios ecosistémicos?
Se pueden definir como todos aquellos beneficios que la sociedad
obtiene de los ecosistemas (mea, 2005). Si bien el concepto tiene la
finalidad de hacer explícitos los beneficios que los humanos obtenemos de los ecosistemas (Balvanera, 2012), éste ha permitido generar
un vínculo conceptual entre los ecosistemas, sus componentes y los
procesos que benefician a las sociedades (Boyd y Banzhaf, 2007).
De acuerdo con la eem, los servicios ecosistémicos se clasifican
en tres tipos: suministro, regulación y culturales (cuadros 1 y 3). Los
servicios de suministro, o bienes tangibles, son aquellos que se pueden medir y cuantificar; los servicios de regulación son el producto
de las complejas interacciones entre los componentes físicos de los
ecosistemas, y los servicios culturales son aquellos cuya importancia surge de la percepción individual o colectiva de su existencia, y
dependen del contexto cultural de las poblaciones. Una categoría
adicional, la de los servicios de soporte, descrita inicialmente por la
eem (mea, 2003), es considerada como la de los procesos ecosistémicos básicos, puesto que indirectamente benefician a la sociedad y
permiten que los otros tres tipos de servicios se provean (Maass et
al., 2005; Lamarque et al., 2011).
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
Cuadro 3
Clasificación y definición de los servicios ecosistémicos
Servicios
Definición
ecosistémicos
Servicios de soporte (procesos ecosistémicos)
Ciclo de
nutrimentos
Ciclo biogeoquímico de los micronutrientes y elementos
no esenciales. Está dominado por el equilibrio entre las
aportaciones de la intemperie, la precipitación y el polvo, y
salidas de lixiviación.
Ciclo hidrológico Ciclo biogeoquímico en el cual el agua contenida en el océano,
hielo y el subsuelo circula entre la atmósfera, la vegetación
y el suelo a través de los procesos como la precipitación,
evaporación y la escorrentía.
Productividad
Transformación de la luz solar en tejido vegetal por medio de
la fotosíntesis (productividad primaria).
Transferencia de energía desde los productores primarios
hasta los niveles tróficos superiores (productividad secundaria
y terciaria).
Los ecosistemas mantienen el hábitat o espacio físico para
Formación y
desarrollar las fases del ciclo de vida de numerosas especies
protección del
animales y vegetales.
hábitat
Formación de
Interacciones entre la vegetación y los macro y
suelo
microorganismos del suelo, que mantienen a éste y sus
funciones.
Servicios de suministro
Alimento por
Todos los productos de plantas comestibles cultivadas.
agricultura
Alimento por
Incluye especies de peces e invertebrados acuáticos
pesca
cosechados de las masas de agua continentales, costeras o
marinas.
Alimento por
Todo tipo de alimentos derivados de la biodiversidad en los
recolección
sistemas terrestres, humedales y marinos.
Forraje
Todo el tejido vegetal y granos crecidos en los pastos
naturales e inducidos, así como en los campos agrícolas para
alimentar al ganado.
Ganado
Incluye carne de res, cerdo, cabra y otras especies que se
cultivan para obtener carne, leche y piel.
Producción de
Parte sólida y fibrosa del tronco en árboles con un diámetro a
madera
la altura del pecho de ≥ 30 cm, que es utilizada como material
de construcción o para la industria manufacturera.
68
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
Servicios
Definición
ecosistémicos
Producción de
Tejido leñoso utilizado como fuente de combustible.
leña
Plantas silvestres o sus partes extraídas de los sistemas
Productos
naturales o seminaturales con uso presente o futuro uso
forestales no
potencial (por ejemplo: recursos genéticos y medicinales).
maderables
Servicios de regulación
Polinización
Mantenimiento de la polinización por parte de insectos,
murciélagos, aves y otros animales a cultivos agrícolas,
plantas silvestres o plantas medicinales que contribuye a
incrementar su rendimiento, la calidad y la estabilidad.
Mediada por carbono almacenado a largo plazo en la
Almacén y
vegetación que no se libera y el carbono tomado de la
secuestro de
atmósfera a través de la fotosíntesis.
carbono
Características físicas, químicas y biológicas de los suelos
Regulación de
que sustentan la cantidad de nutrientes esenciales, como
la fertilidad del
el nitrógeno, fósforo y potasio, para el establecimiento y
suelo
crecimiento de las plantas.
Regulación de la Características de un paisaje, la ocupación del suelo y suelos
erosión del suelo que regulan la cantidad de pérdida de suelo impulsado por la
lluvia y reducen la cantidad de sedimentos acumulados en la
infraestructura hidráulica.
Regulación de las poblaciones de herbívoros, patógenos
Regulación
microbianos y fúngicos que atacan a las plantas dentro de
de plagas y
sistemas agrícolas, pecuarios o forestales.
enfermedades
Resistencia a
Inhibición del establecimiento, crecimiento, sobrevivencia
plantas invasoras y reproducción de especies invasoras, definidas como
las plantas que se establecen más allá de su rango de
distribución.
Regulación de la Regulación de los impactos de un evento extremo (por
ejemplo: lluvias torrenciales, fuertes vientos, sequía,
respuesta de los
ecosistemas ante temperaturas extremadamente altas o bajas, fuegos y ciclones
eventos extremos tropicales) sobre el ecosistema y de sus consecuencias sobre
los asentamientos humanos dentro de los ecosistemas.
(protección
costera,
inundaciones)
Regulación de la Regulación de la cantidad de agua para consumo humano y
disponibilidad de para actividades productivas (agricultura, industria).
agua
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
Servicios
ecosistémicos
Regulación de la
calidad de agua
dulce y marina
Definición
Regulación de las concentraciones de nutrientes (fósforo
y nitrógeno), sedimento, contenido de carbono orgánico
disuelto, temperatura, pH y las concentraciones de agentes
patógenos o compuestos tóxicos, nocivos para la salud
humana y la del ecosistema.
Capacidad de regular las diferencias de temperatura y
humedad a escala local, regional y global.
Capacidad de la cubierta vegetal y del suelo de absorber CO2,
retener gases o partículas contaminantes del aire.
Regulación del
clima
Regulación de la
calidad del aire
Servicios culturales
Belleza escénica
Se refiere a los diversos elementos del paisaje que transmiten
las características estéticas, que son apreciados y disfrutados.
Experiencia
Apreciación de especies, paisajes o lugares determinados que
espiritual
generan satisfacción por su inspiración espiritual.
Una función de múltiples características de los paisajes,
Recreación y
cuerpos de agua y la biodiversidad que determinan si las áreas
esparcimiento
son atractivas para los turistas.
(turismo de
naturaleza)
Inspiración para la Fuente de inspiración para expresiones artísticas, culturales y
cultura, el arte y espirituales.
el diseño
Información para Sensibilización, concientización o formación sobre el papel de
el desarrollo
los ecosistemas y la biodiversidad como suministradores de
cognitivo
servicios.
Herencia cultural Incluye una gran variedad de beneficios intangibles de los
e identidad (uso ecosistemas que incluyen el patrimonio (cultural o religioso),
tradicional)
sentido de lugar, la identidad, las relaciones sociales y la
educación, entre otros.
Fuente: basado en la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (mea, 2005).
Región costera de Bahía de Banderas como área
de estudio para entender los servicios ecosistémicos
derivados de la biodiversidad
Actualmente han crecido el interés y los esfuerzos a nivel internacional por identificar los servicios ecosistémicos derivados de la
biodiversidad. En este sentido, el objetivo de este trabajo fue identi70
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
ficar los componentes de la biodiversidad de los sistemas terrestres,
humedales y marinos, y su potencial importancia en la generación
de servicios ecosistémicos dentro de la región de Bahía de Banderas (fig. 1). La región costera de Bahía de Banderas se encuentra
delimitada al norte por el municipio de Bahía de Banderas, Nayarit,
y al sur por los municipios de Puerto Vallarta y Cabo Corrientes,
Jalisco, formando parte de la planicie costera del Pacífico mexicano
(20º 25’ y 20º 49’ N y 105º 33’ y 105º 41’ O). Es una bahía abierta
que posee 1,407 km2 y una extensión total de 43.5 km y forma parte
del extremo sur oriental del Golfo de California (Chávez-Dagostino
et al., 2009). En la región se encuentran situados el río Ameca, que
sirve como límite estatal entre Nayarit y Jalisco; en su delta aloja
los tres cuerpos costeros más grandes y representativos de la zona:
el estero “El Salado”, la laguna “El Quelele” y “Boca de Tomates”
(Cupul-Magaña, 1998).
Con el fin de determinar los servicios ecosistémicos derivados
de la biodiversidad, se consideró la información científica generada
para la región (cuadro 4). Se llevó a cabo una búsqueda de literatura
publicada, como son artículos arbitrados indizados, arbitrados o de
divulgación, así como literatura gris (tesis de licenciatura, maestría
y doctorado) para Puerto Vallarta (municipio) y Bahía de Banderas
(municipio y región costera). No se consideró el municipio de Cabo
Corrientes, Jalisco. La búsqueda se llevó a cabo en sitios electrónicos como Scopus y Google Scholar, en la Red de Bibliotecas de la
Universidad de Guadalajara y en la Biblioteca Digital de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). La búsqueda también
incluyó las bibliotecas públicas del Centro Universitario de la Costa
(CuCosta) de la Universidad de Guadalajara y del Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas (itbb). La búsqueda se realizó haciendo uso de las palabras clave: Puerto Vallarta y Bahía de Banderas.
Para la identificación de los servicios ecosistémicos, además de la
información publicada, se incorporó la información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de ambos municipios
(inegi, 2016).
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
Figura 1. Ubicación del área de estudio de Bahía de Banderas, que comprende los
municipios de Puerto Vallarta, Jalisco y Bahía de Banderas, Nayarit. Se muestran los
principales tipos de cobertura y usos del suelo en los dos municipios.
La información encontrada se organizó en una base de datos
para su posterior análisis. De las publicaciones se obtuvieron datos
generales como autor, año, título y municipio. La información sobre
la biodiversidad se clasificó en los siguientes temas: ambiente de estudio, grupo de organismo, niveles de organización y componentes
(cuadro 2); mientras que los servicios se clasificaron por tipo (cuadro
72
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
3), por los ambientes que los generan, por la magnitud y dirección
de cambio en la generación del servicio actualmente y en el futuro.
Cuadro 4
Marco metodológico del estudio
CuC-UdeG = Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara;
itbb = Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas.
¿Qué se sabe sobre los ambientes y la biodiversidad
presente en la región?
Considerando los criterios de búsqueda, se obtuvieron un total de
157 publicaciones entre el año 1958 a 2014 (fig. 2). El municipio con
el mayor número de publicaciones es Puerto Vallarta con 57, ligeramente menor Bahía de Banderas con 56 y 46 publicaciones que consideran el estudio de toda la región costera. Resalta el incremento
73
Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
de publicaciones sobre servicios ecosistémicos durante la última
década.
Los estudios sobre biodiversidad en la región de Bahía de Banderas se han enfocado principalmente en el número de especies, o
riqueza, así como en la abundancia relativa a nivel de especie (fig.
3). En el ambiente terrestre la riqueza de plantas y de invertebrados
fue lo más estudiado. En el ambiente de humedal, los estudios se
concentran en el estero “El Salado”, donde la riqueza y composición
de aves y reptiles fue lo más estudiado. Mientras que en el ambiente
marino, la riqueza, abundancia y composición de los invertebrados
presentes en las Islas Marietas, y especialmente los equinodermos,
fue lo más documentado, seguido por los estudios a nivel de especie
y de poblaciones de los mamíferos marinos (fig. 4).
Figura 2. Evolución del conocimiento científico sobre la biodiversidad, el funcionamiento y servicios de los ambientes terrestre, humedal y marino de la región de Bahía
de Banderas medido por el número de publicaciones.
74
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
Figura 3. Número de publicaciones por grupos taxonómicos en los ambiente terrestre, humedal y marino que comprenden la región de Bahía de Banderas.
¿Qué se sabe sobre los servicios en los distintos ecosistemas
presentes en la región?
Servicios de soporte (procesos ecosistémicos)
De los distintos tipos de servicios identificados para la región costera, destaca la cantidad de estudios sobre los procesos ecosistémicos, o servicios de soporte, en el ambiente marino (fig. 2). El flujo
de energía y la formación de suelos son los procesos que principalmente se estudian. Resalta la falta de información para servicios
relacionados con los ciclos biogeoquímicos y los procesos del ciclo
hidrológico, como escorrentía e infiltración, básicos para la disponibilidad de agua en la región. En general, se reconoce un deterioro en
la generación de este tipo de servicios como resultado de la rápida
transformación de la región.
Servicios de suministro
Las publicaciones referentes a servicios de provisión se refieren en
su mayoría a la actividad pesquera, destacando los estudios sobre la
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
anchoveta (Cetengraulis mysticetus) (Bayliff, 1958; Berdegue, 1958)
y la pesca del huachinango (Lutjanus peru) (Del Monte-Luna, 2001;
Zárate-Becerra et al., 2011). Sólo se encontró un estudio referente al
alimento derivado de la agricultura, el cual evalúa el potencial de los
fruticultivos en la región (Fernández, 2006).
La información proveniente de instituciones gubernamentales
muestra que actualmente los servicios de suministro se encuentran
en deterioro (inegi, 2016). Los datos históricos sobre los alimentos
derivados de la agricultura y el ganado mostraron un incremento
considerable en el año 1999. En el caso de alimentos derivados de
la agricultura, el máximo en producción fue el año 2010 con volúmenes de sembradíos de 1’100,472 toneladas, siendo los principales
cultivos los pastos (para forraje), el maíz, frijol y sorgo. Por su parte,
la producción de alimento de origen ganadero fue mayor en 2002
con producción de 5,573 toneladas de carne. En general, se reconoce
un deterioro en la generación de este tipo de servicios en el futuro
como resultado del cambio de actividades económicas en la región,
debido a que la población pasó de dedicarse a actividades primarias
(como la agricultura, la ganadería y la pesca), a realizar actividades
del sector terciario (como el comercio y servicios relacionados con
el turismo).
Servicios de regulación
A pesar de la importancia de estos servicios en la región, hay un
total desconocimiento sobre su generación. Por el tipo de ambientes
presentes en la región destaca la importancia del servicio de regulación del impacto de un evento extremo, como son lluvias torrenciales, fuertes vientos, fuegos y ciclones tropicales sobre los ambientes
terrestres y de humedales y de sus consecuencias sobre los asentamientos humanos dentro de los ecosistemas. Principalmente para
la región montañosa del municipio de Puerto Vallarta se destacan
los servicios de almacén y secuestro de carbono en bosques y selvas,
así como la regulación de la calidad y disponibilidad de agua dulce
desde la parte alta de las cuencas hacia la parte baja. Sin duda este
tipo de servicios son los que se verán más fuertemente afectados en
el futuro, tanto por la rápida transformación de la cobertura vegetal
como por los cambios de orden global.
76
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
Servicios culturales
Este tipo de servicios concentró cerca del 80% del total de publicaciones, siendo la recreación y el esparcimiento el servicio más documentado y de mayor impacto en los tres tipos de ambientes en la
región costera. Destacan las publicaciones sobre el turismo sustentable, así como actividades turísticas como la observación de la ballena
jorobada (Megaptera novaeangliae). Estas actividades dependen
tanto de la biodiversidad como del funcionamiento del ecosistema,
al proporcionar organismos o ambientes que en su conjunto son de
interés turístico.
Actualmente la región recibe cerca de tres millones de turistas
por año, con una tendencia a incrementarse en el futuro. Esto lleva a que la mayoría de los servicios culturales reconocidos para la
región tiendan al incremento. Sin embargo, tendrán que analizarse
con detalle los impactos que este tipo de servicios generarán en la
región. Por un lado, el turismo es percibido por la población local
como el sector de actividad económica más atractivo, con mejores
posibilidades de inserción y con mayor facilidad para obtener un ingreso rápido y decoroso. En este sentido, en Puerto Vallarta el 80%
del producto interno bruto proviene de la actividad turística y crea
más del 70% del empleo no rural (Arnaiz-Burne y Dachary, 2004).
Pero por otro lado, se está generando la rápida degradación de los
ambientes, con consecuencias a largo plazo sobre la biodiversidad y
el funcionamiento de los ecosistemas, con resultados directos sobre
el bienestar de las poblaciones locales.
Figura 4. Niveles de organización y componentes de la biodiversidad que han sido
evaluados en las publicaciones de la región de estudio.
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
¿Qué falta por conocer sobre la biodiversidad y los servicios
ecosistémicos en Bahía de Banderas?
Son necesarios estudios sobre la biodiversidad, el funcionamiento
y servicios generados en el ambiente terrestre. La revisión mostró
claramente que la mayor parte de los estudios están enfocados en los
humedales y el ambiente marino. Este desbalance se puede atribuir
a que estos ecosistemas tienen un estatus de protección especial y
han sido declarados como Áreas Naturales Protegidas (anp), como
es el Parque Nacional Islas Marietas decretado en 2005 (conanp,
2007) y el estero “El Salado” declarado anp estatal en el año 2000
(UdeG, 2000). Por otro lado, los esfuerzos en el ambiente terrestre
están enfocados en el Área Terrestre Prioritaria para la conservación
Sierra de Vallejo-Río Ameca, reconocida por la generación de servicios ambientales, su importancia en la generación de agua y la presencia de especies de importancia económica (Arriaga et al., 2000).
La biodiversidad y servicios que proveen los ecosistemas naturales han sido y seguirán siendo la base para el desarrollo económico y
social (Arriaga et al., 2000). Para Bahía de Banderas, la recreación y
el esparcimiento a partir del turismo de naturaleza poseen una creciente importancia y es de destacar que las anp incrementan y concentran gran parte del interés turístico. Aún falta generar más estudios que permitan entender los procesos ecosistémicos que se llevan
a cabo en los tres ambientes de la región, que dan como resultado la
conservación de la biodiversidad y sus servicios.
Si bien la región ha experimentado un rápido desarrollo turístico a partir de la década de los años setenta del siglo pasado, la
población humana de la región experimentó un crecimiento explosivo estrechamente asociado con fenómenos de afluencia masiva de
turismo local y extranjero (Guzmán-Mejía y Anaya-Corona, 2009).
Dado que nuestros resultados muestran que la biodiversidad es la
base de los servicios culturales que se generan en la zona, las anp deben cumplir una función protectora y de desarrollo sustentable, no
sólo en el presente sino también en el futuro, estableciendo las líneas
de acción para su cabal protección (conanp, 2006). Los esfuerzos
para declarar las Islas Marietas como anp se reflejan desde el año
1992 (conanp, 2007); en tanto para el estero “El Salado” las afec78
Evaluación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos en la región costera de Bahía
de Banderas, Jalisco-Nayarit, México
taciones significativas fueron en la década de los ochenta del siglo
pasado por la construcción de la Marina Vallarta, donde se perdió el
50% de la cobertura total que se tenía hasta 1958 (Territorial, 2013)
y, posteriormente, por la construcción del Centro de Convenciones.
En esta línea de tiempo se observa que el turismo comenzó a ascender rápidamente en la década de los años noventa, y es precisamente
en este periodo que comienzan los estudios en la región; siendo en
el año 2005 el despliegue de los estudios científicos que caracterizan
la biodiversidad, el funcionamiento del ecosistema y los primeros
esfuerzos por describir los servicios ecosistémicos (fig. 2).
Sin duda el siguiente paso en esta caracterización de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos es considerar los impactos esperados de la pérdida o ganancia de los servicios sobre el bienestar de las
poblaciones asentadas en la región costera. Los datos muestran que
el incremento de los servicios culturales y su aprovechamiento han
incrementado los componentes del bienestar relacionados con los
materiales básicos para vivir, como son la construcción de infraestructura y vivienda, así como la planeación de espacios público, y
los relacionados con la salud, como es el incremento del número de
personas con acceso al servicio médico. Sin embargo, falta analizar y
generar información para la seguridad, buenas relaciones sociales y
libertad de acción y elección, componentes relevantes y poco entendidos del bienestar humano (mea, 2005).
Agradecimientos
Este trabajo es resultado del curso básico del Doctorado Bemarena
(Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas) de la Universidad de Guadalajara. JDSV, DM, KPRO, JDGP y
JAOB agradecen al Conacyt por la beca de doctorado. SQ agradece
la beca posdoctoral del Programa para el Desarrollo Profesional
Docente (Prodep).
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Quijas, Rodríguez-Troncoso, Cupul-Magaña, Santiago-Valentín, Morales
de Anda, Rodríguez-Olivares, Galaviz-Parada y Olvera-Benítez
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83
Capítulo IV
Dibujo científico: una herramienta
para entender la biología
Ubaldo Sebastián Flores-Guerrero
La comunicación se ha manifestado de variadas formas a través de la
historia humana. Ejemplo claro de ello ha sido el desarrollo del lenguaje, la escritura y la ilustración. Esta última ha formado parte de la
evolución comunicativa y el desarrollo de conocimiento a través de
expresiones gráficas que buscan describir, entender y explicar la realidad. Existen registros que datan del Paleolítico y Neolítico donde
los humanos primitivos ya representaban animales, personas, elementos corporales, fenómenos sociales (rituales, costumbres, estilos
de caza, etc.) y sucesos que evidenciaban su estrecha relación con la
naturaleza (Grilli et al., 2015).
Desde sus inicios la ilustración ha sido una herramienta muy útil
en el desarrollo del pensamiento y génesis del conocimiento. El potencial de la ilustración es tan amplio como la imaginación misma
de las personas, al ser este arte la matriz principal de la expresión
gráfica. Sin embargo, la ilustración científica se entiende de diferente manera, ya que se rige por la línea de la objetividad a partir de los
elementos reales.
I. ¿Qué es el dibujo científico?
El dibujo científico es una rama de la ilustración gráfica de gran utilidad. Esta técnica iconográfica tiene el propósito de mostrar algo con
85
Flores-Guerrero
mayor claridad de lo que podría expresarse con palabras. Se emplea
en cualquier campo de la ciencia que requiera mostrar de manera
objetiva elementos específicos, caracterizar un fenómeno, esquematizar procesos y elementos, enfatizar diferencias entre dos entidades,
sugerir movimiento, recrear formas y escenarios, entre otros aspectos.
Este hiperrealismo de la naturaleza es útil para los investigadores y es también un arte cuyo enfoque en el conocimiento científico
resulta ser tan disciplinado que despierta la sensibilidad estética ante
la armonía de las formas y su relación con la naturaleza. Es en esta
dualidad complementaria entre arte y ciencia donde radica el gran
valor del dibujo científico (Cocucci, 2000; Mayor-Iborra y FloresGutiérrez, 2013).
El dibujo científico tiene como principal característica la vocación de fidelidad y precisión, con el fin de plasmar verdades objetivas de manera creativa (artística), al lograr comprimir, delimitar,
resaltar y discriminar elementos específicos que, a través de la línea,
aportan una claridad expositiva más amplia que la de la fotografía
(Mayor-Iborra y Flores-Gutiérrez, 2013).
II. El dibujo y su importancia en la biología
La biología es la ciencia que se encarga del estudio de la vida y, como
tal, requiere de la observación cuidadosa y la descripción de múltiples formas de vida. Una excelente manera de describirlas es ilustrándolas. El biólogo, como observador, debe ser capaz de ir más allá
de lo que su vista percibe. Es por ello que los biólogos reconocen la
utilidad del dibujo científico, ya que buena parte de su formación en
laboratorio y campo estuvo acompañada de manuales, claves taxonómicas y guías especializadas generalmente ilustradas (Dempsey y
Betz, 2001).
Algunos ejemplos puntuales del uso del dibujo científico como
una herramienta para entender la biología, consisten en la realización de estilizaciones cuando se desea mostrar determinado componente (elemento, parte corporal, órgano, carácter taxonómico, etc.)
respecto a un todo. Es decir, supongamos que se desea representar
la ubicación de los huesos de un animal respecto al cuerpo en general mediante la ilusión de transparencias (fig. 1). En este caso, el
86
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
dibujante es capaz de discriminar los órganos, la piel, entre otros,
al representar únicamente el contorno. Lo mismo sucede cuando
se desea visualizar la posición de un sistema anatómico respecto al
cuerpo mediante la abstracción específica de dicho sistema (Cocucci, 2000) (fig. 2).
El fraccionamiento intencional de los detalles deseados permite
profundizar y comprender de mejor manera el elemento plasmado.
Por ejemplo, se puede representar una planta en su totalidad y agregar dibujos complementarios de determinadas estructuras, las cuales
pueden representarse con la ilusión de un corte transversal, longitudinal, con aumento, entre otros.
Los esquemas diagramáticos también son herramientas derivadas del dibujo científico, en ellos se representan ciclos biológicos
como la reproducción, ciclos de vida, metamorfosis, dinámica ambiental o ciclos abióticos. Así, es posible representar las etapas del
proceso de muda de un artrópodo o los estadios en la metamorfosis
de algún insecto (fig. 3).
Figura 1. Representación del esqueleto mediante el uso de transparencias. A) Escualo. B) Caballo.
87
Flores-Guerrero
III. Dibujar: una herramienta al alcance de todos
El dibujo, como rama de la ilustración, es producto de la observación, memorización y expresión constante del entorno por parte del
dibujante. Para algunas personas será más sencillo expresarse gráficamente, lo cual no significa que el campo de la ilustración sea
exclusivo para unos pocos.
Figura 2. A) Anatomía interna de un tiburón. B) Representación estructural de la
musculatura (miotomos) de un pez óseo.
Figura 3. Estadios de la metamorfosis completa de un escarabajo.
88
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
El dibujo científico, por sus características de precisión y fidelidad, permite emplear metodologías y técnicas que usualmente son
“mal vistas” en el dibujo artístico. Ejemplo de ello es no dibujar a
mano alzada (a pulso) sino pegada al papel, calcar usando papel
albanene (papel mantequilla) o emplear cuadrículas para copiar y
escalar fotos u objetos.
Sin embargo, son estos métodos los que justamente dan sustento
y fortaleza al dibujo científico, ya que trasladan al papel los objetos
de una manera más fiel y precisa. Esto no quiere decir que el arte sea
suprimido, sino que se limitará únicamente a la técnica, al diseño y a
la composición del dibujo. Es decir, la técnica para realizar el dibujo
y la creatividad para estructurarlo dependerán de la capacidad artística del ilustrador.
En consideración a lo anterior, queda claro que no se necesita
ser un prodigio para lograr dibujar científicamente. Para conseguirlo
existen métodos relativamente sencillos que, con algo de paciencia,
observación, ejercitación y práctica te ayudarán a dibujar sin importar si eres o no un habilidoso con el lápiz.
IV. Consejos prácticos para dibujar científicamente
Seguramente en varias ocasiones, desde preescolar por ejemplo,
has tenido que toparte con la práctica constante del dibujo. Específicamente en el campo de la biología, sin importar si eres alumno,
docente o investigador, tienes la necesidad de entender y explicar
con mayor claridad un determinado tema con la ayuda de ilustraciones (manuales, claves taxonómicas, guías, documentales, fotografías,
etcétera).
Es muy común que los profesores encomienden a sus alumnos la
realización de dibujos, o bien que sean los mismos profesores quienes dibujen en la pizarra para explicar su tema. Es por eso que a
continuación te daré algunos consejos, que incluyen métodos y ejercicios, que te ayudarán a dibujar con mayor fluidez.
89
Flores-Guerrero
Ejercicio 1: observación y descripción
Hablaremos del uso de elementos artísticos para transmitir visualmente los detalles de un objeto mediante la observación y posterior
descripción. Este ejercicio propuesto por Dempsey y Betz (2001)
consiste en aprender a observar con detenimiento, adquiriendo la
capacidad de describir verbalmente los objetos con el fin de familiarizarnos con sus formas, colores, texturas y detalles antes de disponernos a dibujar.
Un modo dinámico de hacerlo es observar un objeto natural
(conchas, conos de pino, hojas, etc.) y describirlo verbalmente para
que otra persona intente dibujarlo. Esto agudizará nuestra capacidad de observación en los detalles de las formas. Posteriormente se
realizará la misma actividad, pero a la inversa. Es decir, se pedirá a la
otra persona que observe un objeto y nos lo describa para dibujarlo.
Por ejemplo: “El objeto que estoy observando es un cilindro curvo (a), con bordes aplanados (b). En uno de sus extremos el cilindro
se agudiza suavemente (c) y en el otro es redondeado (d). En este
extremo cuenta con una pequeña prolongación cilíndrica (e) (fig. 4).
Su textura es lisa, sin brillo, de color amarillo y con algunas manchas
negras”.
Ejercicio 2: dibujar usando sólo la memoria
Dempsey y Betz (2001) nos sugieren un ejercicio en que se observe
detenidamente un objeto, con la intención de memorizar la mayoría de sus detalles (véase este ejercicio como la continuación del
ejercicio 1). Un ejercicio muy práctico para ejercitar nuestra memorización de imágenes consiste en elegir un objeto y observarlo detenidamente por un minuto. Durante ese lapso deberás “descubrir”
todos los matices del objeto, examinado al máximo los detalles y texturas. Todo a través del uso exclusivo de la vista.
Una vez transcurrido el tiempo, cerrarás tus ojos e intentarás
visualizar el objeto en tu mente. Al realizar esta actividad estimularás tu capacidad de percibir y recrear mentalmente la forma de los
objetos.
90
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
Figura 4. Identificación de la forma y características de un plátano con base en su
observación y descripción.
Posteriormente, si tienes la seguridad de conocer el objeto, intenta extraer de tu mente la imagen para dibujarla (siempre recurriendo a tu memorización). Seguramente te sorprenderán los resultados de tu trabajo. Ten siempre presente que el saber dibujar no
está restringido únicamente al uso de tus manos. Dicho con otras
palabras, “no podemos dibujar algo que no conozcamos”.
Tu observación, memorización y habilidad para el dibujo crecerán en virtud de cuánto te ejercites. Mientras mayor sea la cantidad
de formas observadas, mayor será tu memorización y, por ende, tu
capacidad para dibujarlas. Recuerda siempre que “la práctica es la
clave”.
El boceto: el esqueleto de nuestro dibujo
El boceto consiste en identificar la forma básica del objeto, al realizar un diseño general donde se bosquejan sus proporciones y características. Éste se realiza trazando líneas suaves y sutiles (usualmente
con lápiz o carboncillo) que especulan su forma y que sirven como
base principal (estructura o esqueleto gráfico) de nuestro dibujo terminado (fig. 5).
91
Flores-Guerrero
Figura 5. Diseño de un boceto. A) Lápiz. B) Carboncillo.
El boceto puede realizarse directamente sobre el papel de trabajo, o bien se puede hacer pequeño para después ampliarlo si la obra
requiere grandes dimensiones (murales o ilustraciones didácticas).
El acabado del dibujo científico generalmente se realiza a tinta,
ya que resulta ser más económico llevar a la imprenta nuestras publicaciones con imágenes en blanco y negro. Se recomienda el uso
de plumas de tinta china, plumas tubulares, estilógrafos o similares.
Te recomiendo usar estilógrafos desechables, generan buenos resultados y son más accesibles al bolsillo.
Antes de comenzar a dibujar es muy importante dominar nuestros instrumentos de trabajo con el fin de hacerlos una extensión
de nuestra persona. Por eso, es útil realizar diversos ejercicios con
nuestros instrumentos (fig. 6). Éstos serán de utilidad para conocer
las propiedades y limitaciones de nuestro equipo de trabajo (Cocucci, 2000).
Otro consejo práctico consiste en ejercitar nuestra mano al realizar bosquejos con la mano apoyada (trazos cortos y precisos) y con la
mano levantada (trazos largos, pero más inestables). De este modo
nuestra mano adquirirá la plasticidad suficiente para dibujar con
más fluidez (Cocucci, 2000).
92
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
Figura 6. Ejercicios para conocer las propiedades de nuestros instrumentos de trabajo.
Identificar proporciones
Otro aspecto importante del dibujo es la identificación de proporciones, las cuales pueden definirse matemáticamente como la relación
entre dos números (cantidades). Esta relación se establece mediante
la división entre a/b, c/d, etc., lo cual nos da la noción de cuántas
veces una de las cantidades contiene a la otra. En otras palabras, al
tomar como referencia las dimensiones de uno de los componen93
Flores-Guerrero
tes, vemos cuántas veces éste comprende a otros del mismo objeto
(Cocucci, 2000).
El método funciona para cualquier forma de la naturaleza, siempre y cuando logremos identificar las proporciones con base en sus
características. Por ejemplo, el canon de proporciones del cuerpo
humano adulto establece que la relación de la altura respecto al tamaño de la cabeza es de aproximadamente 7.5. Es decir, nuestra altura consta de 7.5 veces el tamaño de nuestra cabeza (fig. 7). Este
canon, por sus practicidad, es el más utilizado para realizar dibujos
del cuerpo humano, aunque existen otros cánones de proporciones
más sofisticados (Canal, 2013).
Figura 7. Canon de proporciones del cuerpo humano.
Un ejemplo aplicado a biología que refiera a proporciones, podría ser el siguiente: “las extremidades posteriores de una rana son
aproximadamente tres veces el tamaño de las extremidades anteriores” (fig. 8).
94
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
La escala: método de la cuadrícula
Como ya se ha mencionado, los dibujos con fines científicos deben
respetar una escala respecto al diseño natural del objeto: al aumentar, disminuir o conservar el tamaño original. Para poder llevar a
cabo el proceso de reproducción a escala de un objeto es necesario
realizar cuidadosas mediciones directamente sobre el objeto para,
posteriormente, trasladarlas al papel.
El método más funcional para realizar una reproducción a escala
consiste en emplear cuadrículas de dimensiones absolutas como fondo o filtro del modelo. De manera conjunta, se traza a lápiz (para borrar fácilmente) una cuadrícula con la escala deseada sobre el papel
donde se realizará el dibujo (Cocucci, 2000). Como siguiente paso,
tenemos que “copiar” de uno en uno el contenido de los cuadros de
nuestro modelo, trazando lo observado en los cuadros correspondientes en el papel (fig. 9). El método puede aplicarse también sobre
fotografías.
Figura 8. Identificación de las proporciones con base en las extremidades de una rana.
Una manera sencilla para entender las cuadrículas es emplear
un sistema de coordenadas, donde las líneas verticales corresponden
a A, B, C, D... y las horizontales a 1, 2, 3, 4... (las coordenadas del
modelo deben corresponder con las del dibujo) (fig. 9). La precisión
95
Flores-Guerrero
de nuestra reproducción dependerá de la cantidad de cuadros; es
decir, será más sencillo reproducir el contenido de un cuadro de 2 x
2 cm que uno de 5 x 5 cm.
Figura 9. Método de la cuadrícula. A) Cuadrícula base y objeto modelo. B) Reproducción y ampliación del objeto sobre la cuadrícula trazada en el papel (dibujo).
Las cuadrículas fueron usadas desde el Renacimiento para ampliar bocetos destinados para murales. Actualmente existen muchas
variantes del método, entre las que destaca el uso de cuadrículas
previamente impresas y el uso de pizarras cuando los objetos modelo
son muy grandes (Cocucci, 2000). La variante más sofisticada de este
método consiste en emplear una caja (la que servirá para contener al
96
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
modelo u objeto a dibujar) con una tapa de vidrio, en la que se traza
la cuadrícula con la escala deseada (fig. 10).
Si no se usa el método de las cuadrículas, debemos tomar medidas individuales de los componentes del objeto para ampliarlas,
reducirlas o conservarlas, según sea el caso. Esto puede hacerse mediante el empleo de vernier (pie de rey), compás, regla, escuadra
y otros instrumentos. Además, es de mucha utilidad hacer cálculos
matemáticos sencillos (sumas, restas, multiplicaciones, divisiones y
reglas de tres) con el propósito de estimar cuánto deberá medir determinado componente al momento de ampliarlo o reducirlo.
Figura 10. Método de la cuadricula empleando una caja. A) Caja de madera con tapa
de vidrio en donde se traza la cuadrícula de referencia. B) Papel trazado con la cuadrícula (escala) en donde se dibujará el objeto modelo contenido en la caja.
Calcado: dibujando patrones
Seguramente en alguna ocasión en tu clase de arte en la secundaria
te viste en la necesidad de “calcar” algún dibujo. Esto pudo ser por
la prisa, por practicidad o simplemente por cumplir con un ejercicio.
97
Flores-Guerrero
Sin embargo, es posible que tu profesor o alguno de tus “talentosos” compañeros hubieran criticado tu método, ya que el calcar es
visto con algo de desprecio por ser considerado como una especie de
trampa o “chapuza”.
Afortunadamente en nuestro campo, el de la biología, este tipo
de métodos son extremadamente útiles. Referente al dibujo con enfoque biológico, es muy práctico realizar dibujos terminados a lápiz;
éstos nos servirán como patrones para calcar la imagen en el papel
donde se entintará la lámina definitiva.
El realizar dibujos empleando patrones (calcando) tiene tres
ventajas específicas: la conservación del diseño original como referencia, la libertad de composición de la lámina (diseño y estructura
de nuestro dibujo terminado) y la utilización del mismo diseño en
más de una lámina (Cocucci, 2000).
a. La conservación del diseño original como referencia
Su importancia radica en las propiedades del material biológico, ya
que éste es perecedero. Es por eso que, al tener una o varias referencias gráficas del ejemplar, evitaremos que se dañe. En algunos
casos los dibujos se realizan observando los organismos vivos, ya que
determinadas características sólo son visibles bajo estas condiciones.
Sin embargo, no es posible colectar una y otra vez organismos vivos.
Por esta razón, el tener una imagen de referencia es de mucha utilidad.
b. Libertad de composición de la lámina
El aspecto más relevante de este punto pone énfasis en el diseño de
nuestras láminas, al tomar como referencia uno o varios patrones. En
otras palabras, en ocasiones el ilustrador realiza los dibujos patrones
de un mismo organismo por separado con el propósito de manipular
el diseño de la lámina terminada. Este punto, por sus características,
es el que más arte aporta a nuestro trabajo, ya que el diseño y composición de la lámina terminada debe estar bien logrado.
98
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
c. Utilización de un mismo diseño en más de una lámina
Si deseamos describir diferentes características de un mismo organismo, el uso de un patrón de referencia nos será de utilidad para
poder seleccionar los componentes deseados en el dibujo terminado.
Con esto podremos hacer varias reproducciones con base en un
mismo diseño sin tener que dibujar patrones de manera innecesaria.
El proceso tradicional de calcado puede efectuarse usando papel
albanene debido a sus características (papel traslúcido). El método
consiste en colocar el papel albanene sobre nuestro dibujo patrón y
fijarlo con clips para que no se mueva. Posteriormente, sobre el papel albanene se calcan (suavemente a lápiz) los trazos deseados. Una
vez finalizado el proceso de calcado, se continúa con la etapa de entintado. En esta etapa se delinean los bordes y se realzan los detalles.
Este proceso puede aplicarse también sobre otras láminas terminadas o sobre fotografías. Es importante tener en cuenta lo que
deseamos obtener recurriendo a nuestra creatividad para mejorar y
aplicar este método.
Actualmente podemos utilizar el negatoscopio (caja de luz), el
cual facilita el proceso de calcado. El negatoscopio es empleado para
analizar las películas radiográficas y está constituido básicamente
por una caja metálica con una tapa de plástico traslúcida de color
blanco. La parte interna de la caja cuenta con un sistema de focos o
barras. La luz que éstas irradien se proyectará y nos permitirá contrastar las áreas oscuras de nuestros dibujos patrones (fig. 11). Este
artefacto puedes fabricarlo tú mismo empleando una caja de madera, un sistema de luz y una tapa de vidrio o mica de color blanco.
Figura 11. Caja de luz. A) Dibujo patrón. B) Lámina terminada. C) Tapa plástica traslúcida de color blanco. D) Conector. E) Barra de luz. F) Interruptor.
99
Flores-Guerrero
Materiales recomendados y consejos finales
No existe un estilo, técnica o uso de materiales específico para desarrollar el dibujo científico. Sin embargo, te daré una pequeña lista
de los materiales que serán de utilidad para comenzar a practicar y
hacer tus propias láminas, ya que posiblemente las necesites en un
futuro.
Lápices. Los lápices tienen diferentes grados de dureza: 9B, 8B,
7B, 6B, 5B, 4B, 3B, 2B, B, HB, H, F, 2H, 3H, 4H, 5H, 6H, 7H, 8H,
9H; siendo HB el término medio (mejor conocido como el lápiz del
número 2). Los de grado “B” son más blandos y oscuros, siendo “9B”
el más blando y oscuro de la escala. Los lápices de grado “H” son
más duros y de color más tenue, siendo “9H” el más duro y tenue de
la escala. Si bien no es necesario contar con toda la escala, te recomiendo tener los grados 4B, 3B, 2B, B, hb y H; ya que los lápices en
extremo duros suelen dañar el papel si no se usan adecuadamente.
Tinta. Como anteriormente se mencionó, se recomienda el uso
de plumas de tinta china, plumas tubulares, estilógrafos e incluso bolígrafos. Para comenzar, te recomiendo usar estilógrafos desechables
porque son fáciles de manipular, resisten el trabajo y suelen ser muy
económicos.
Papel. Los tipos de papel más utilizados son el albanene o mantequilla, opalina y cartulina. Te recomiendo usar papel opalina, ya que
por sus características genera mayor fluidez al entintar, tiene más
dureza y durabilidad. Es importante mencionar que el uso del papel
dependerá más de tu estilo y materiales de trazo, por lo que la gama
de posibilidades es muy amplia.
Materiales complementarios. Te recomiendo el uso de gomas de
migajón, sacapuntas metálico y navaja. Esta última es de utilidad
para sacar punta a los lápices blandos, ya que usualmente el sacapuntas las quiebra. Te recomiendo el uso de regla, regla flexible, escuadra y compás.
Te aconsejo que fabriques tus propios artefactos de apoyo: caja
de luz, cuadrículas y caja con cuadrícula. Lo anterior con el fin de que
adecues los materiales según tus necesidades de trabajo. Si deseas
aprender y profundizar acerca del dibujo científico te recomiendo
que leas la publicación de Cocucci (2000) (véase en las referencias).
100
Dibujo científico: una herramienta para entender la biología
Los métodos, técnicas y estilos que utilices dependerán de ti y
del área en la que te desempeñes. Siempre hay que recordar el eje
central del dibujo científico y cuál será su utilidad y aplicación en la
biología. Recuerda siempre ejercitarte y explorar nuevos retos.
Referencias bibliográficas
Canal, M. F. (ed.) (2013). Todo sobre la anatomía artística: Manual imprescindible para el artista. Barcelona: Parramón.
Cocucci, A. E. (2000). Dibujo científico: Manual para biólogos que no son dibujantes y dibujantes que no son biólogos. Córdoba, Argentina: Sociedad
Argentina de Botánica.
Dempsey, B. C. y B. J. Betz. (2001). “Biological drawing: A scientific tool
for learning”, The American Biology Teacher, núm. 63, pp. 271-279.
Grilli, J., M. Laxague y L. Barboza. (2015). “Dibujo, fotografía y biología.
Construir ciencia con y a partir de la imagen”, Revista Eureka sobre
Enseñanza y Divulgación de las
Ciencias, núm. 12, pp. 91-108.
Mayor-Iborra, J. y M. Flores-Gutiérrez. (2013). “El dibujo científico:
Introducción al dibujo como lenguaje en el trabajo de campo”, Virtual
Archaeology Review, núm. 4, pp. 130-134.
101
Capítulo V
Práctica: claves dicotómicas
José Luis Navarrete-Heredia
Introducción
Al regresar de un día de trabajo de colecta en el campo la tarea continúa en el laboratorio. Hay que procesar el material y preservarlo
en condiciones óptimas para su estudio. Posteriormente, viene una
de las actividades más fascinantes del trabajo taxonómico: la determinación de los especímenes. El trabajo de determinación se facilita
cuando se tiene a la mano literatura especializada, una colección de
referencia y claves especializadas del taxón de interés.
¿Qué es una clave? Es una herramienta para el trabajo de determinación. Existen varios tipos de clave (indentada, ilustrada, ramificada, de caja, sinóptica, matricial), siendo las claves dicotómicas
las más usuales en trabajos de zoología. En botánica con mayor frecuencia se utilizan las claves indentadas, aunque también se pueden
encontrar claves dicotómicas. Debe aclararse que el término clave
indentada es un anglicismo. Quizá lo apropiado sería denominarlas
claves con sangría.
Durante la construcción de las claves considere los siguientes aspectos:
a. Describir los estados de carácter de manera clara y directa.
b. Cada una de las opciones debe distinguirse claramente; utilizar
por ejemplo:
1.
1.
1a.
1a.
1b.
103
Navarrete-Heredia
Por su parte, aunque es lo menos usual, se pueden encontrar
situaciones en donde las dicotomías se diferencien por:
A.
AA.
Se recomienda que las claves incluyan un glosario e ilustraciones. Esto aclarará el significado de aquellos términos especializados o frases que pueden resultar confusas; por ejemplo:
“Celda marginal con ápice redondeado sobre o casi sobre el
margen alar; primera y tercera celdas submarginales con margen
posterior de largo subigual, comúnmente mucho más largas que
la segunda, que es cuadrada.”
c. Las opciones deben consistir de características mutuamente excluyentes, con la primera opción positiva y la segunda negativa,
o ambas positivas si el atributo es cualitativo.
d. Deben aclararse sus limitaciones hacia un sexo, estado de desarrollo, edad, distribución geográfica o cualquier otra característica pertinente.
Objetivos
1. El alumno conocerá y será capaz de construir una clave dicotómica.
2. El alumno será capaz de transformar su clave dicotómica a una
clave con sangría.
Material
•
•
•
•
Pluma o lápiz.
Lápices de colores.
Tijeras.
Lápiz adhesivo.
104
Práctica: claves dicotómicas
Desarrollo
1. Considere a cada uno de los integrantes del grupo como perteneciente a un taxón. El nombre del taxón será su nombre propio.
En caso de haber dos o más personas con el mismo nombre (homónimos) poner Pancho 1, Pancho 2 ó cualquier otro nombre
que permita diferenciarlos.
2. Elaborar una clave dicotómica para los integrantes del curso. Se
recomienda que se incluya al profesor. Recuerde ser lo más explícito posible en los estados de carácter que utilice en su clave.
3. La clave puede iniciar de la siguiente manera (si considera hacerlo de otra forma, no hay problema):
1. Sexo femenino …… 2
1a. Sexo masculino ……
Es importante que todos vayan copiando en su cuaderno la clave
generada. Al finalizar, el profesor debe buscar a un estudiante o
profesor ajeno al grupo, con la finalidad de que utilice la clave
elaborada y corrobore la funcionalidad de la misma. Para ello
debe elegir a dos personas que de preferencia no conozcan a los
alumnos del grupo. Trabajará con la clave y al final debe conocer
el nombre del alumno elegido.
Actividades complementarias
1. Con las imágenes de la siguiente lámina elabore una clave dicotómica. Con base en sus conocimientos de nomenclatura, asigne
un nombre científico a cada una de las hormigas. Todas pertenecen a un género.
2. Sobre una cartulina pegue la hoja con las imágenes de las hormigas. Recorte cada una de las imágenes. Con las imágenes sueltas
construya una clave ilustrada.
3. ¿Cuántos alumnos participaron en la clave? ¿De cuántas dicotomías consta la clave elaborada para los alumnos del curso?
4. ¿Cuántas especies de hormigas hay en la clave? ¿De cuántas dicotomías consta la clave elaborada?
5. ¿Qué conclusión obtiene de las preguntas 4 y 5?
105
Navarrete-Heredia
106
Capítulo VI
Práctica de diseño experimental
en bloques completos:
determinación del sustrato óptimo para el
crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
bajo diversos tipos de riego en interiores
domésticos
Sofía Berenice Rodríguez-Ramírez
Liza Danielle Kelly-Gutiérrez
Introducción
En México existe cultura y tradición para el consumo de frijol en
grano, no así para el ejote, a pesar de sus altos contenidos de proteínas, carbohidratos, fibras, calcio y vitaminas (Salinas-Ramírez et al.,
2008). Al ejote se le atribuyen propiedades nutracéuticas por presentar un bajo contenido calórico de 133.9 kJ por cada 100 g de fruto
fresco.
Por otro lado, la productividad del frijol ejotero a nivel mundial
es de 10.6 t/ha. En México se cosechan 10 t/ha en condiciones de
riego. Los principales estados productores son Morelos, Puebla, Hidalgo y Sinaloa que, en conjunto, producen 78.9% del total nacional.
Los estudios en frijol ejotero en el país se han efectuado bajo
riego, en ambientes de clima cálido subhúmedo, clima seco y clima
templado subhúmedo con rendimientos promedio de 8.5 t/ha, superiores a la media para el Estado de México de 3.7 t/ha. Sin embargo,
107
Rodríguez-Ramírez y Kelly-Gutiérrez
es limitada la información sobre el comportamiento agronómico del
frijol ejotero en condiciones de régimen de lluvia estacional (Salinas-Ramírez et al., 2008).
Antecedentes
Un huerto casero es un pedazo de terreno en el cual se siembran
vegetales, frutas o plantas que se consumen en el hogar. Sirve para
proporcionar las hortalizas necesarias para el consumo de la familia
durante todo el año, aun en regiones frías. Una de las más grandes
ventajas de sembrar un huerto familiar es que se pueden obtener
hortalizas y granos incluso de mejor calidad que los que se pueden
comprar en el mercado (De la Vega, 2006). Los diferentes riegos
para aplicarse cada semana a los tratamientos son:
a. Riego por goteo. Ha sido introducido en el campo desde hace algunos años y fue adoptado debido a su alto grado de eficiencia porque logra y, lo más importante, reduce el escurrimiento
superficial. Así, el agua aplicada es solamente la que el cultivo
requiere para su crecimiento y producción (Medina-Rengifo y
Himeur, 2005).
b. Riego directo. La energía que distribuye el agua por la parcela
es la derivada de su propio peso al circular libremente. Con este
método de riego se suele mojar la totalidad del terreno.
c. Riego por aspersión. El proceso de aplicación de agua de un aspersor consiste en un chorro de agua a gran velocidad que se dispersa en el aire en un conjunto de gotas, distribuyéndose sobre
la superficie del terreno.
Objetivo general
Determinar el sustrato óptimo (tierra, arena, materia orgánica, tierra
con arena, tierra con materia orgánica, arena con materia orgánica)
para el crecimiento de la planta de frijol ejotero en interiores domésticos, al aplicar diferentes tipos de riego (por goteo, directo y aspersión).
108
Práctica de diseño experimental en bloques completos: determinación del sustrato
óptimo para el crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
Objetivos particulares
1. Conocer el efecto del tipo de riego aplicado por semana sobre
la altura de Phaseolus vulgaris en seis diferentes sustratos y con
seguimiento a lo largo de 21 días posteriores al brote.
2. Medir la altura de las plantas al final de cada periodo semanal
por tipo de riego aplicado. Realizar análisis posterior para determinar el sustrato con mayor rendimiento.
Materiales
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Dieciocho vasos de nieve seca del #8.
Semillas de ejote.
Seis botellas de plástico de 600 ml.
Navaja.
Encendedor.
Balanza electrónica.
Vaso plástico de graduación volumétrica.
Aspersor manual.
Cinta métrica.
Agua corriente.
Tierra común.
Arena de construcción.
Materia orgánica (preparado comercial).
Desarrollo
1. Para la preparación de los sustratos se pesaron los componentes
en una balanza analítica siguiendo las proporciones del cuadro 1.
109
Rodríguez-Ramírez y Kelly-Gutiérrez
Cuadro 1
Composición porcentual de los seis tratamientos
Número
1
2
3
4
5
6
Contenido 1
Tierra
Arena
Materia orgánica
Tierra
Tierra
Arena
%
100
100
100
50
50
50
Contenido 2
%
Arena
Materia orgánica
Materia orgánica
50
50
50
Nombre
T
A
MO
TA
TMO
AMO
2. Se utilizaron vasos de nieve seca de 8 oz y se colocaron tres semillas en cada sustrato. Se realizaron tres réplicas por tratamiento.
3. Se les aplicó el tipo de riego por goteo durante siete días (100 ml
por planta). Transcurridos siete días, se midió la altura de cada
planta con ayuda de una cinta métrica.
4. Posteriormente a este mismo grupo de plantas se les aplicó el
tipo de riego directo (100 ml por planta). Transcurridos siete
días, se midió nuevamente la altura de las plantas.
5. Por último, para el mismo grupo de plantas se les cambió el riego
y se aplicó por aspersión (100 ml por planta). Pasados siete días,
nuevamente se midieron las alturas de las plantas. De esta forma
el experimento se realizó durante 21 días consecutivos, siete días
para cada tipo de riego.
6. Para determinar el efecto del tipo de riego y sustrato sobre el
crecimiento (altura) de las plantas, se realizó un análisis de varianza (Anova) con un nivel de significancia de P = 0.05.
110
Práctica de diseño experimental en bloques completos: determinación del sustrato
óptimo para el crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
Tratamiento estadístico de los datos: diseño en bloques completos
Cuadro 2
Altura de las plantas (cm) de Phaseolus vulgaris con tres tipos de
riego (bloques = B) y seis tipos de sustrato (tratamientos = T)
Bloque 3
Riego por aspersión
(7 días)
36
28
29
T
1
Bloque 1
Riego por goteo
(7 días)
24
20
18
Bloque 2
Riego directo
(7 días)
30
27
23
2
0
0
0
0
0
0
0
0
0
3
18
10
19
20
16
26
26
18
29
4
0
0
0
0
0
0
0
0
0
5
16
20
14
16
21
18
18
25
20
6
5
20
8
8
23
10
14
29
14
B
•
Para realizar el análisis estadístico de los datos se obtuvo el promedio de las tres replicas:
111
Rodríguez-Ramírez y Kelly-Gutiérrez
Cuadro 3
Promedio de las alturas de las plantas (cm) de Phaseolus vulgaris
con tres tipos de riego (bloques) y seis tipos de sustrato
(tratamientos = T)
Bloques
Tipos de riego empleados en un periodo de 21 días
T
•
•
1
2
3
4
5
6
Riego por goteo
(7 días)
21
0
16
0
17
11
Riego directo
(7 días)
27
0
21
0
18
14
Riego por aspersión
(7 días)
31
0
24
0
21
19
El objetivo de este diseño es tener comparaciones precisas entre los tratamientos y utilizar bloques; es una forma de reducir
y controlar la varianza del error experimental para tener mayor
precisión. Usar bloques estratifica a las unidades experimentales
en grupos homogéneos.
Una buena elección del criterio de bloques resulta en menor variación entre las unidades experimentales dentro de los bloques,
comparada con la variación entre unidades experimentales de
diferentes bloques. Generalmente los criterios para utilizar el
bloqueo son los gradientes de concentración del factor de ruido
que esté incidiendo sobre las unidades experimentales en una
dirección. De manera conceptual, un bloque es un conjunto de
unidades experimentales con una o varias características comunes, de modo que en el modelo se les asigna un efecto común
(factor de ruido) denominado efecto de bloques.
112
Práctica de diseño experimental en bloques completos: determinación del sustrato
óptimo para el crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
Cuadro 4
Resumen del análisis de varianza (Anova) para bloques completos
•
1
Procedimiento del Anova (datos promedio tomados del cuadro
2).
Se definen los tratamientos
y los bloques. Se ubican las
unidades experimentales
según los bloques. Se
realiza el experimento y se
recopilan los datos.
Tratamiento Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3
1
21
27
31
2
0
0
0
3
16
21
24
4
5
6
0
17
11
113
0
18
14
0
21
19
Rodríguez-Ramírez y Kelly-Gutiérrez
2
Se suman todos los
valores de las unidades
experimentales. A ese valor
se le llamará y.
y = 240
Se obtiene el cuadrado de
todos los valores de las
unidades experimentales y
luego se suman, a ese valor
se le llamará Σyij2.
Σ yij2 = 5136
3
4
5
Se calcula la suma de
cuadrados del total con la
fórmula:
SCT = Σyij2 - (y...)2 / n,
donde n es el total de los
datos.
Es necesario encontrar
la varianza entre los
tratamientos. Primero se
obtiene la suma de cada
uno de los tratamientos que
se llamarán yi.
Cada suma de tratamientos
se eleva al cuadrado y se
suman los cuadrados (yi2).
Se calcula la suma
de cuadrados de los
tratamientos con la
fórmula:
SCA = Σyi.2 / r - (y...)2 / n,
donde r es el número de
bloques.
Tratamiento Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3
1
21
27
31
2
0
0
0
3
16
21
24
4
0
0
0
5
17
18
21
6
11
14
19
SUMA TOTAL = 240
Tratamiento Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3
1
441
729
961
2
0
0
0
3
256
441
576
4
0
0
0
5
289
324
441
6
121
196
361
SUMA TOTAL = 5136
SCT = 5136 – (240)2 / 18 = 1936
Trata- Bloque Bloque Bloque yi
yi2
miento
1
2
3
1
21
27
31
79 6241
2
0
0
0
0
0
3
16
21
24
61 3721
4
0
0
0
0
0
5
17
18
21
56 3136
6
11
14
19
44 1936
SUMA =
∑=
240
15034
SCA = 15034 / 3 – ( 240 )2 / 18 = 1811.3
114
Práctica de diseño experimental en bloques completos: determinación del sustrato
óptimo para el crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
6
7
8
9
10
11
También se debe encontrar
la varianza entre los
bloques. Primero, se
obtiene la suma de cada
uno de los bloques (que se
llamarán yj).
Cada suma de bloques
se eleva al cuadrado y se
suman los cuadrados.
Se calcula la suma de
cuadrados de bloques con la
fórmula:
SCB= (Σyj2) / t - (y...)2 / n,
donde t es el número de
tratamientos.
Se calculan los grados de
libertad de los tratamientos
(GLT) que serán:
t – 1,
donde t es el número de
tratamientos.
Se calculan los grados de
libertad de los bloques
(GLB) que serán:
b – 1,
donde b es número de
bloques.
Se calculan los grados de
libertad del total: n – 1
Los datos hasta ahora
calculados se llenan en
la tabla de análisis de
varianza.
GL son los grados de
libertad, SC es la suma de
cuadrados y CM son los
cuadrados medios.
Tratamiento Bloque 1 Bloque 2 Bloque 3
1
21
27
31
2
0
0
0
3
16
21
24
4
0
0
0
5
17
18
21
6
11
14
19
SUMA
65
80
95
y1
y2
y3
yj2
4225
6400
9025
(Σyj2) = 19650
SCB = 19,650/ 6 – (220)2 / 18 = 75
GLT = 6 – 1 = 5
GLB = 3 – 1 = 2
Gltotal = 18 – 1 = 17
Tratamiento
Bloques
Error
Total
115
GL
5
2
17
SC
CM
F
Rodríguez-Ramírez y Kelly-Gutiérrez
12
13
14
15
16
17
Se calculan los grados de
libertad del error:
GLE: (t – 1)(b – 1)
También se pueden calcular
como:
GLE = gltotal – GLT – GLB,
donde gltotal = t.b
Se calcula la suma de
cuadrados del error (SCE),
la fórmula es:
Σ yij2 - Σ y.j2 / t - Σ yi.2 / r +
y..2/n.
El primer término se puede
tomar de la fórmula de la
SCT, el segundo de la SCA.
Otra forma de calcular la
SCE es:
SCE = SCT– SCA– SCB
Se calculan los cuadrados
medios de los tratamientos
(CMA) con la siguiente
fórmula:
CMA= SCA / GLT
Se calculan los cuadrados
medios de los bloques
(CMB) con la siguiente
ecuación:
CMB= SCB / GLB
GL
5
2
10
17
SC
Tratamiento
Bloques
Error
Total
Tratamiento
Bloques
Error
Total
GL
5
2
10
17
SC
1,811.3
75
49.7
1,936
GL
5
2
10
17
SC
CM
1,811.3 362.26
75
49.7
1,936
F
Tratamiento
Bloques
Error
Total
GL
5
2
10
17
SC
CM
1,811.3 362.26
75
37.5
49.7
1,936
F
Tratamiento
Bloques
Error
Total
Se calculan los cuadrados
medios del error (CME) con Tratamiento
la siguiente fórmula:
Bloques
CME = SCE / GLE
Error
Total
GL
5
2
10
17
SC
CM
1,811.3 362.26
75
37.5
49.7
4.97
1,936
F
Se calcula el valor F de
lostratamientos con la
siguiente fórmula:
F = CMA / CME
Tratamiento
Bloques
Error
Total
116
GL
5
2
10
17
CM
CM
F
F
SC
CM
F
1,811.3 362.26 72.88
75
37.5
49.7
4.97
1,936
Práctica de diseño experimental en bloques completos: determinación del sustrato
óptimo para el crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
18
19
20
21
Se calcula el valor F de
bloques con la siguiente
fórmula:
F = CMB / CME
Se busca en las tablas de
la distribución F para los
tratamientos con el 0.05
(5%) de significancia.
Los grados de libertad de
los tratamientos serán
los grados de libertad del
numerador y, los grados
de libertad del erro,r serán
los grados de libertad del
denominador.
Se busca en las tablas de
la distribución F para los
bloques con el 0.05 (5%)
de significancia. Los grados
de libertad de los bloques
serán los grados de libertad
del numerador y, los grados
de libertad del error, serán
los grados de libertad del
denominador.
Para determinar diferencias
entre tratamientos:
Si la F calculada es
mayor que la F de las
tablas, se concluye que
sí hay diferencia entre
tratamientos; de lo
contrario, se concluye que
no hay diferencias entre
tratamientos.
Tratamiento
Bloques
Error
Total
GL
5
2
10
17
SC
CM
F
1,811.3 362.26 72.88
75
37.5 7.54
49.7
4.97
1,936
F 0.05, 5/10 = 3.33
F 0.05, 2/ 10 = 4.10
Como 72.88 > 3.33, se concluye que sí
hay diferencias entre tratamientos. Se
procede a buscar las diferencias y, por
ende, determinamos el sustrato óptimo con
una prueba de hipótesis de dos muestras
independientes pequeñas.
117
Rodríguez-Ramírez y Kelly-Gutiérrez
22
•
•
•
Para determinar diferencia
entre bloques: Si la F
calculada es mayor que la
F de las tablas, se concluye
que sí hay diferencia entre
bloques; de lo contrario,
se concluye que no hay
diferencias entre bloques.
Como 7.54 > 4.10, se concluye que sí hay
diferencias entre bloques; es decir, el bloque sí
tiene algún efecto en el diseño experimental.
El óptimo sistema de riego se determina
con la prueba de hipótesis de dos muestras
independientes pequeñas.
Se concluye, con un 95% de confianza, que existe un efecto por
riego (factor bloque) y por el tipo de sustrato (factor tratamiento) en el crecimiento de las plantas.
Para encontrar en dónde hubo diferencias significativas, tanto
en el factor tratamiento como en el factor bloque se realizaron
comparaciones múltiples con la prueba de hipótesis para dos
muestras pequeñas independientes (t de Student), con el mismo
nivel de significancia utilizado para el Anova.
Con base en las comparaciones múltiples se concluye, con un
nivel de confianza del 95%, que existe diferencia significativa entre: el tipo de riego aplicado en la planta por goteo, directo y aspersión; así como entre los tipos sustrato aplicados a las plantas:
sustrato materia orgánica y sustrato tierra con materia orgánica.
Discusión
Al día de hoy, un suelo con un 3% de materia orgánica se considera
un buen suelo. La gran mayoría están entre el 1 y 2% y a veces no se
llega ni al 1%. Sin embargo, perfectamente un sustrato puede alcanzar niveles del 70% en materia orgánica, incluso en algunos casos
hasta el 90%, como en el presente trabajo. Se utilizó el sustrato con
materia orgánica hasta la concentración de 100% y se obtuvieron
buenos resultados. De igual forma, si se mezcla con el sustrato tierra
se puede lograr un buen sustrato mixto. Otros factores como la porosidad, la capacidad de intercambio de aire y de retención de agua son
importantes al momento de la elección o creación de sustrato. Desafortunadamente estos factores no se tomaron en cuenta al planear
118
Práctica de diseño experimental en bloques completos: determinación del sustrato
óptimo para el crecimiento de frijol ejotero (Phaseolus vulgaris)
nuestro diseño experimental; pero para el caso del sustrato de arena,
que posee una mayor capacidad de retención de agua, es posible que
la falta de crecimiento de las plantas resulte de la insuficiencia en la
cantidad de agua suministrada en el riego (Agromática, 2014).
Técnicamente homogenizamos el sistema de los riegos y a todos
los sustratos se les aplicó el mismo volumen de agua (100 ml) al día;
ya sea por goteo, un método directo o con aspersores. De acuerdo
con la literatura, la arena es uno de los sustratos que más se utiliza por su facilidad de uso, granulometría y porque nos da un buen
drenaje general al homogenizarse bien con el resto de componentes
del sustrato. Las mejores arenas para este fin son las de río, ya que
tienen una capacidad de retención de agua media. La desventaja de
este material empleado como sustrato vegetal es su gran capacidad
de compactación, lo que provoca la pronta absorción de agua y, por
lo tanto, la necesidad de mayor cantidad de ella (Infoagro, 2016). Se
recomienda que para el desarrollo de futuros proyectos se profundice en analizar las diferentes propiedades de retención y porosidad
en cada sustrato a utilizar. De igual forma, si se utiliza la arena como
sustrato, se recomienda que se mezcle con otro componente, ya que
resulta más efectiva en la retención. El ejemplo más claro es el de
este trabajo, donde se mezcló con materia orgánica.
Referencias bibliográficas
Agromática. (2014). Tipos de sustratos. www.agromatica.es/tipos-de-sustrato
De la Vega de Orduña, A. (2006). Manual huertos sostenibles en casa.
Alicante, España: Diputación de Alicante.
Infoagro. (2016). Tipos de sustratos de cultivo, 1a parte. www.infoagro.com/
industria_auxiliar/tipo_sustratos.htm
Medina-Rengifo, J. y Y. Himeur. (2005). Manual de operación y mantenimiento de un sistema de riego por goteo: Manual elaborado en el marco del
proyecto: “Prevención y preparación en comunidades altoandinas, afectadas por sequías, heladas y otros peligros en cuatro distritos de las regiones
de Moquegua y Arequipa. Arequipa, Perú: Predes, Fondo Editorial.
Salinas-Ramírez, N., J. A. Escalante-Estrada, M. T. Rodríguez-González y
E. Sosa-Montes. (2012). “Rendimiento y calidad nutrimental de frijol
ejotero en dos ambientes”, Fitotecnia Mexicana, 35(4): 317-323.
119
Capítulo VII
Práctica de diseño experimental
en bloques incompletos:
inhibición del crecimiento de
Escherichia coli utilizando
extractos etanólicos vegetales
Javier Oswaldo García-Díaz
Berenice Pacheco-Gómez
Nelson Emmanuel Sahagún-Uribe
Juan Heriberto Torres-Jasso
Liza Danielle Kelly-Gutiérrez
Introducción
Uno de los problemas que la humanidad enfrenta en pleno siglo
xxi ha sido el aumento de bacterias resistentes a los antibióticos.
Desde su introducción en la década de 1940, los antibióticos han
sido usados para tratar infecciones. Su uso continuo y excesivo ha
provocado un incremento en las bacterias resistentes. La Organización Mundial de la Salud (oms) señala que debido al mal uso de los
antibióticos, éstos se han vuelto “menos efectivos o inefectivos” y,
como consecuencia, la seguridad sanitaria mundial puede ser amenazada (oms, 2014). Bacterias como la Escherichia coli, que crece
de manera inofensiva en el tracto gastrointestinal de muchos animales y humanos, es fundamental para el buen funcionamiento de los
121
García-Díaz, Pacheco-Gómez, Sahagún-Uribe, Torres-Jasso y Kelly-Gutiérrez
procesos digestivos. Sin embargo, existen diferentes tipos de cepas
de E. coli que en ocasiones son responsables de producir brotes
infecciosos (Ingerson-Mahar y Reid, 2011). Cepas patógenas, tales
como O157:H7, alteran el funcionamiento del cuerpo provocando
diarrea. Las cepas más peligrosas afectan principalmente los riñones
y el sistema nervioso causando daños permanentes y, en algunas ocasiones, la muerte (Ingerson-Mahar y Reid, 2011).
Algunos de los compuestos presentes en el ajo, canela y clavo
han sido reportados como inhibidores del crecimiento bacteriano
(Al-Delaimy y Ali, 1970; Khan et al., 2009; Sheng et al., 2014). Estas
propiedades antibacterianas pudieran ser estudiadas más a fondo
para la aplicación médica, combatiendo bacterias patógenas resistentes a los antibióticos convencionales, incluso pudiendo tener un
efecto sinérgico entre los compuestos obtenidos de extractos vegetales con los antibióticos actuales, inhibiendo el crecimiento de bacterias o reduciendo su virulencia.
Objetivo general
Determinar la efectividad de los extractos etanólicos del ajo, la
canela, el clavo y compararlos con la acción del antibiótico amoxicilina/ácido clavulánico en la inhibición del crecimiento de bacterias
E. coli.
Objetivos particulares
1. Obtención de los extractos etanólicos del ajo, la canela y el clavo.
2. Preparar solución madre de E. coli de un aislado de heces fecales
humanas.
3. Determinar, mediante análisis estadísticos, cuál de los extractos
etanólicos del ajo, la canela y el clavo es más efectivo en la inhibición de bacterias E. coli.
122
Práctica de diseño experimental en bloques incompletos: inhibición del crecimiento de
Escherichia coli utilizando extractos etanólicos vegetales
Materiales
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Veinte cajas de Petri.
Diez tubos de ensayo.
Tres matraces Erlenmeyer de 500 ml.
Seis vasos de precipitado de 250 ml.
Pipeta graduada.
Probeta.
Embudo.
Autoclave.
Mechero de Fisher.
Dos mecheros Bunsen.
Asas de nicromo.
Agar nutritivo.
Caldo nutritivo.
Micropipetas.
Papel Whatman núm. 1.
Balanza analítica.
Pinzas.
Guantes.
Desarrollo
Extracción de fotoquímicos
•
•
Secado. Se utilizaron 30 g de ajo, canela y clavo. Previo a la extracción etanólica, la canela (Cinnamomum cassia), el clavo
(Syzygium aromaticum) y el ajo fresco (Allium sativum), este último cortado en láminas finas, fueron puestos al horno a 50°C,
hasta su desecación (Pundir, 2010). El tiempo de secado fue de
15 min para la canela y 30 min para el clavo, mientras que las
láminas de ajo fresco tardaron 3 h 30 min.
Preparación de extractos etanólicos vegetales. Los vegetales fueron
macerados y conservados en recipientes de cristal con 200 ml de
etanol y mantenidos en refrigeración durante cuatro semanas a
una temperatura de 4 °C, con el propósito de extraer los com123
García-Díaz, Pacheco-Gómez, Sahagún-Uribe, Torres-Jasso y Kelly-Gutiérrez
•
•
puestos bioactivos. Los extractos se dejaron evaporar a temperatura ambiente hasta tener un volumen de 100 ml, evitando que la
temperatura excediera los 38°C (Kelly-Gutiérrez, 1999).
Preparación de caldo nutritivo como solución madre de E. coli. Se
preparó un medio de caldo nutritivo de acuerdo con las especificaciones del fabricante (Bioxon), disolviendo 2.3 g de polvo en
100 ml de agua destilada, esterilizando por autoclave a 15 psi y
121°C por 15 min. El caldo nutritivo esterilizado se vació en tubos de ensayo y se inoculó con un cultivo de colonias de E. coli
aisladas de heces fecales humanas y se incubaron por 24 h a una
temperatura de 37°C.
Preparación de placas Petri con medio de cultivo agar nutritivo y
vaciado en placa. Se mezclaron 15 g de agar nutritivo en 500 ml
de agua destilada en un matraz Erlenmeyer. Posteriormente se
calentó y agitó la mezcla, hirviendo por 1 min los componentes
hasta que se disolvieron completamente y se introdujeron a la
autoclave a 15 psi a 121°C por 15 min. Durante el vaciado en
placa se mantuvo cerca un mechero de Bunsen para conservar
el área de trabajo estéril. Se vertieron 25 ml de agar nutritivo
por cada placa Petri y se mantuvieron cerca del mechero hasta
solidificar (30-60 min). Se invirtieron las placas y se dejaron reposar durante el transcurso de la noche, guardándolas en bolsas
de plástico a 4°C (Hudzicki, 2009).
Prueba de susceptibilidad antimicrobiana: método de difusión
en disco (método Kirby-Bauer)
•
•
Preparación de placa de agar nutritivo. Antes de la inoculación se
permitió que la placa alcanzara la temperatura ambiente. Cada
una de las placas se etiquetó con las seis concentraciones diferentes, el tratamiento asignado y su pertenencia a la réplica 1 ó
2 del diseño experimental de bloques incompletos balanceados
(bib).
Inoculación de placa de agar nutritivo. Se sumergió un hisopo en
el tubo de ensayo con solución madre de E. coli. El hisopo se rotó
en contra de las paredes del tubo con la finalidad de remover el
exceso de fluido. Se inoculó la superficie de la placa de agar nutritivo para distribuir el líquido del hisopo uniformemente sobre
124
Práctica de diseño experimental en bloques incompletos: inhibición del crecimiento de
Escherichia coli utilizando extractos etanólicos vegetales
•
•
la superficie de la placa. Se mantuvo la tapa ligeramente abierta
y se dejó reposar a temperatura ambiente de 3 a 5 min para que
la placa lograra secarse (Hudzicki, 2009).
Posicionamiento de sensidiscos en la placa de agar nutritivo y medición del crecimiento bacteriano. Los extractos etanólicos de
ajo, canela, clavo amoxicilina/ácido clavulánico 500 mg/125 mg
(Clamoxín) con etanol, se probaron con seis concentraciones:
300 mg/ml, 150 mg/ml, 75 mg/ml, 37.5 mg/ml, 18.75 mg y 9.38
mg/ml, además de con un control presente en todas las placas
(Tomprefa et al., 2009). Se colocaron tres sensidiscos de 6 mm
por placa de Petri a una distancia mínima de 20 mm sin que éstos
se encontraran muy cerca de las orillas de la placa. Los sensidiscos fueron impregnados con los diferentes tratamientos con sus
respectivas concentraciones y fijados a la placa asignada con una
de las seis distintas concentraciones. Los sensidiscos fueron fijados en la superficie de la placa y distribuidos de acuerdo con un
diseño experimental de bloques incompletos balanceado, sujeto
a un previo proceso de aleatorización, donde cada placa contenía dos tratamientos distintos con la misma concentración y
un control impregnado con etanol. La medición de los halos de
inhibición se realizó con un vernier o pie de rey después de 24 h
de incubación a 37°C.
Análisis de datos. Los halos de inhibición del diseño de la réplica
1 y 2 fueron promediados y se corrieron mediante una Anova
para bloques incompletos balanceados con P = 0.05 para determinar la existencia de diferencias significativas entre los extractos etanólicos de ajo, canela, clavo y amoxicilina/ácido clavulánico con etanol.
125
García-Díaz, Pacheco-Gómez, Sahagún-Uribe, Torres-Jasso y Kelly-Gutiérrez
Tratamiento estadístico de los datos: diseño en bloques incompletos
Cuadro 1
Tabla de promedios de réplicas de los halos de inhibición (mm)
de cuatro tratamientos a seis diferentes concentraciones en el
diseño experimental bib
Concentraciones
Sustancias
Clamoxín
Clavo
Canela
Ajo
300
mg/ml
150
mg/ml
75 mg/
ml
37.5
mg/ml
18.75
mg/ml
9.38
mg/ml
—
7.5
—
0
12.5
—
7.5
—
9.5
—
—
0
8.25
—
7
—
—
7
—
0
—
5
4
—
─: tratamiento no probado a esa concentración.
Montgomery (2004) señala que en algunos experimentos en los
que se utilizan diseños en bloques aleatorizados es posible que no se
puedan realizar todas las combinaciones de los tratamientos dentro
de un mismo bloque. Casos como éste pueden ocurrir debido a escasez de recursos o por el tamaño físico del bloque.
Para un diseño de bloques incompletos balanceados (bibd), Onyiah (2004) indica que “todos los tratamientos son considerados de
igual importancia en todos los bloques, independientemente de que
los experimentos sean corridos en bloques incompletos”. Las propiedades que incluye este diseño son las siguientes: a) cada bloque contiene el mismo número de tratamientos; b) cada tratamiento ocurre
el mismo número de veces en todo el experimento, y c) cada par
de tratamientos ocurre el mismo número de veces en cada bloque,
y aparece tantas veces como cualquier otro par de tratamientos en
todo el diseño.
Planteamiento del problema
Determinar con un P = 0.05 si existe diferencia significativa en
el efecto inhibidor de los cuatro tratamientos (ajo, canela, clavo y
amoxicilina/ácido clavulánico) en bacterias E. coli.
126
Práctica de diseño experimental en bloques incompletos: inhibición del crecimiento de
Escherichia coli utilizando extractos etanólicos vegetales
•
Procedimiento estadístico del diseño en bloques incompletos.
Planteamiento de hipótesis:
• Ho: Todos los cuatro tratamientos (amoxicilina/ácido clavulánico, clavo, canela y ajo) presentan el mismo efecto de inhibición
de E. coli.
• Ha: Al menos uno de los cuatro tratamientos (amoxicilina/ácido
clavulánico, clavo, canela y ajo) es diferente en la inhibición de
E. coli.
En el siguiente cuadro se puede observar que se tienen k = 4
tratamientos y b = 6 bloques; cada tratamiento aparece en r = 3 bloques, en cada bloque corren t = 2 tratamientos, mientras que cada
par de tratamientos ocurren juntos en λ = 2 bloques.
Tratamiento
Antibiótico
Clavo
Canela
Ajo
Y·j
300
mg/ml
7.5
0
7.5
150
mg/ml
12.5
7.5
20
Bloque
75 mg/ 37.5
ml
mg/ml
9.5
8.25
7
0
9.5
15.25
18.75
mg/ml
7
0
7
9.38
Yi·
mg/ml
30.25
5
19.5
4
18.5
0
9
Y¨= 68.25
Anova para el diseño en bloques incompletos
Fuente de variabilidad
Suma de
cuadrados
Sstrataj
Grados de
libertad
K-1
Cuadrado
medio
Cmtrataj
SSB
B-1
CMB
Residuos
SSE
Bt-k-b+1
CME
Total
SST
Bt-1
Tratamientos
(ajustados)
Bloques
Donde:
Sstrataj = suma de cuadrados de los tratamientos ajustados.
SSB = suma de cuadrados de los bloques.
127
Fo
Cmtrataj
CME
García-Díaz, Pacheco-Gómez, Sahagún-Uribe, Torres-Jasso y Kelly-Gutiérrez
SSE = suma de cuadrados del error.
SST = suma de cuadrados del total.
K = número de tratamientos.
N = número total de datos (n1+ n2+ n3+…).
B = número de bloques.
Cmtrataj = cuadrado medio de los tratamientos ajustados.
CMB = cuadrado medio de los bloques.
CME = cuadrado medio del error.
Análisis estadístico:
La suma de cuadrados total (SST) es:
(SST) es:
,
,
SST = (12.52+ 9.52+ 8.252+ 7.52+ 72+ 52+ 7.52+ 72+ 42+ 02+02+
02) – (68.252/12) = 178.2710
,
La suma de cuadrados de los bloques (SSB) es:
(SSB) es:
,
2
2
2
2
2
2
2
SSB = [(7.5 + 20 + 9.5 + 15.25 + 7 + 9 ) /3] – (68.25 /12) = 85.1540
La suma de cuadrados de los tratamientos ajustados para los bloques, primero se determinan los totales de los tratamientos ajustados por medio de la siguiente ecuación:
,
Q1 = 30.25 – [(20+9.5+15.25)/2] = 7.875
Q2 = 19.5 – [(7.5+ 7 + 9 )/ 2] = 7.75
Q3 = 18.5 – [(20+ 15.25+ 9) / 2] = -3.625
Q4 = 0 – [(7.5+ 9.5+ 7) / 2] = -12
Suma de cuadrados de los tratamientos ajustados (sstrataj) es:
,
s
taj)
es:
,
Sstrataj = 2( 7.875 + 7.75 + 3.6252+122) / 2(4) = 69.8046
2
2
128
Práctica de diseño experimental en bloques incompletos: inhibición del crecimiento de
Escherichia coli utilizando extractos etanólicos vegetales
La suma de cuadrados del error (SSE) es: SSE = SST – SSTratamenientos
– SSBloques,
(ajustados)
SSE = 178.271025-69.8046-85.1540 = 23.3124
Se completan los datos de la tabla Anova para diseño en bloques
incompletos
Fuente de variabilidad
Tratamientos
(ajustados)
Bloques
Residuos
Total
Suma de
cuadrados
69.8046
gl
3
Cuadrado
medio
23.2682
85.1540
5
17.0308
23.3124
178.2710
3
11
7.7708
Fo
F0=23.2682/
7.7708= 2.9943
F0=17.0308/
7.7708= 2.1916
gl = grados de libertad.
El cuadrado medio de los tratamientos ajustados es: Cmtrataj = Sstrataj
/ k–1,
Cmtrataj = 69.8046 / 3 = 23.2682
Cuadrado medio de los bloques es: CMB = SCB / b – 1,
CMB = 85.1540 / 5 = 17.0308
Cuadrado medio del error es: CME = SCE / bt – k – b + 1,
CME = 23.3124 / 3 = 7.7708
Valor crítico: F, P con (k–1, bt-k-b+1) grados de libertad (se lee con
certeza),
F(3, 3) = 9.28 P<0.05
Con un 95% de certeza, se concluye que los tratamientos de canela,
clavo y amoxicilina/ácido clavulánico tienen el mismo efecto inhibi129
García-Díaz, Pacheco-Gómez, Sahagún-Uribe, Torres-Jasso y Kelly-Gutiérrez
dor en el crecimiento de bacterias E. coli. Los extractos presentan
la misma efectividad que el antibiótico. Tampoco se encontraron
diferencias en las concentraciones, lo que significa que se probaron
en concentraciones muy altas. En el ajo no hubo inhibición en el
crecimiento de E. coli. De haberse encontrado diferencias significativas, el paso a seguir sería la aplicación de pruebas estadísticas de
comparaciones múltiples.
Discusión
Se conoce que los extractos y aceites esenciales de ajo, canela y
clavo poseen propiedades antibacterianas (Burt, 2004; Pundir, 2010;
Sheng, 2014) y en este experimento se demostró que, efectivamente,
los extractos etanólicos presentaron inhibición en bacterias de E.coli,
lo que alienta a que se sigan estudiando los efectos y los métodos de
extracción para obtener los compuestos activos responsables de la
inhibición de bacterias. Una vez que se estandaricen los procesos de
extracción y se determinen los compuestos y las dosis para su utilización in vivo, se podrían utilizar de modo sinérgico con los antibióticos actuales o entre ellos mismos, para combatir casos donde los
antibióticos ya no son tan eficaces combatiendo el crecimiento de
bacterias resistentes.
El método de difusión por disco es una alternativa para probar
efectos de inhibición de diferentes sustancias con compuestos antibacterianos; su costo es relativamente bajo, aunque los experimentos
basados en procedimientos donde se utiliza agar demandan mucho
tiempo y trabajo. A pesar de su simpleza, los métodos de difusión
no siempre son fiables para probar la actividad antimicrobiana de
extractos de plantas, debido a que los compuestos naturales antimicrobianos, por su naturaleza hidrofóbica, previenen una difusión
uniforme en el agar (Klancnik et al., 2010).
La total ausencia de halos de inhibición en el extracto etanólico
de ajo resultó sorpresiva al haber estudios donde se prueba que los
líquidos de alicina producen halos de > 33 mm cuando se usaba la
concentración terapéutica propuesta de 500 μg/ml (0.0005% w/v) en
pruebas de difusión en placas de agar Muller-Hinton (Cutler y Wilson, 2004). También se ha demostrado que la alicina se presenta en
130
Práctica de diseño experimental en bloques incompletos: inhibición del crecimiento de
Escherichia coli utilizando extractos etanólicos vegetales
bulbos de ajos frescos recién machacados, activándose de esta forma
su actividad antimicrobiana (Wallock-Richards, 2014). En nuestro
estudio los extractos se mantuvieron 30 días después de la extracción, razón por la cual el ajo ya no tuvo el efecto inhibidor esperado,
ya que el principio antibacteriano de la alicina declina en soluciones
acuosas y etanólicas a temperatura ambiente, mostrando una vida
media química y biológica de entre seis y 11 días (Fujisawa et al.,
2008). De cualquier manera, se pueden aprovechar las propiedades
antibacterianas del ajo fresco recién machacado para la inhibición
del crecimiento de bacterias.
Los extractos de canela y clavo tuvieron un efecto similar en la
inhibición de bacterias, aunque la canela presentaba halos del mismo tamaño a 150 mg/ml que el clavo a 300 mg/ml.
Los resultados aquí encontrados concuerdan con los de Prabuseenivasan et al., donde se probaron 21 aceites esenciales de plantas
(incluidos aceites de clavo y canela) sobre E. coli y otras cinco cepas
de bacteria; siendo la canela la más efectiva como agente antibacteriano, atribuyéndosele el efecto inhibidor al cinamaldehído, el constituyente más abundante en el aceite de canela (Prabuseenivasan et
al., 2006).
Las repuestas de inhibición en Clamoxín fueron muy constantes
y homogéneas, los halos se redujeron al disminuir la concentración.
Los otros tres extractos también presentaron una reducción en el
halo al disminuir la concentración, pero a diferencia de Clamoxín,
los extractos tuvieron una mayor fluctuación en el tamaño de sus
halos.
Conclusión
Fue posible determinar que los extractos etanólicos de canela y clavo
presentaron propiedades antibacterianas. El ajo, a pesar de su conocida eficacia como bactericida, no presentó efecto inhibidor en este
experimento. Es necesario hacer más estudios de los compuestos
activos presentes en extractos de ajo, canela y clavo para evaluar su
potencial antibacteriano en bacterias resistentes a antibióticos. De
demostrarse su efectividad, es posible que puedan ser utilizados de
modo sinérgico con antibióticos convencionales o combinados entre
131
García-Díaz, Pacheco-Gómez, Sahagún-Uribe, Torres-Jasso y Kelly-Gutiérrez
ellos para reducir o inhibir el crecimiento de bacterias en pacientes
con infecciones causadas por bacterias resistentes a antibióticos.
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pone.0112726.
133
Capítulo VIII
Pesticidas: efecto y detección
en animales silvestres
1
Rosío Teresita Amparán-Salido
María del Carmen Navarro-Rodríguez
Introducción
Según el Codex Alimentarius (Comisión creada en 1963 por la Food
and Agricultural Organization —fao— y la Organización Mundial
de la Salud —oms— o who, World Health Organization, pertenecientes a la onu), se entiende por plaguicida o pesticida cualquier
sustancia destinada a prevenir, destruir, atraer, repeler o combatir
cualquier plaga, incluidas especies indeseadas de plantas o animales,
durante la producción y/o almacenamiento, transporte, distribución
y elaboración de alimentos, productos agrícolas o alimentos para
animales, o que pueda administrarse a los animales domésticos para
combatir ectoparásitos.
En nuestro país, de acuerdo con el Catálogo oficial de plaguicidas
se encuentran permitidos un promedio de 270 pesticidas, de los
cuales son comercializados aproximadamente 2,000 presentaciones
destinadas para uso en agricultura, ganadería, salud pública y en
el hogar. Todos los ingredientes activos de estos productos son
para un uso específico y para prevenir la acción tóxica no deseada
1.
Parte de este trabajo se publicó previamente en Revista de Toxicología en Línea (Retel),
núm. 18, 2009.
135
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
y la aparición de sus residuos en la vida silvestre o en el ambiente
(Waliszewski, 2001; Wilburn, 2002; Anguiano et al., 2005).
Se reconocen varios métodos de control de plagas, principalmente
el biológico y el químico, siendo este último el más empleado debido
a su rapidez de acción, lo cual asegura una buena producción de
elementos alimentarios, pero a un alto costo ambiental y de salud
pública.
Diversas investigaciones sobre el impacto de los pesticidas
en la vida silvestre señalan que tienen un efecto negativo en la
reproducción, crecimiento, desarrollo neurológico, comportamiento
y en el funcionamiento del sistema endocrino e inmunológico de los
seres vivos (Pérez y Landeros, 2009).
Badii y Varela (2008) señalan que utilizar pesticidas de manera
inadecuada o los de uso restringido por su daño a la salud humana, a
los animales y al ambiente trae como consecuencia que los residuos
de pesticidas se acumulen en éstos, rebasando el límite máximo
permitido, lo cual es motivo de preocupación, ya que en México
se carece de mecanismos para detectar y cuantificar los efectos
tóxicos resultantes a largo plazo debidos al consumo cotidiano de
los pesticidas.
El uso intensivo de los pesticidas, principalmente en agricultura,
implica la necesidad de tener al alcance las técnicas analíticas
para determinar las concentraciones de sus residuos en productos
agropecuarios, silvestres y ambientales, con la finalidad de prevenir
la intoxicación o en su caso implementar medidas de mitigación
(Fuentes-Contreras, 2003; Deinlein, 2004).
Actualmente en nuestro país se carece de una política regulatoria
que mediante ésta, la autoridad pueda ejercer un control en el uso
de los pesticidas, situación por la cual laboratorios y centros de
investigación son los encargados de utilizar métodos analíticos,
desarrollados para tener respuestas certeras a las condiciones que
prevalecen en los organismos y el ambiente. Los investigadores
mexicanos y los laboratorios que comercializan los pesticidas
deben colaborar con instituciones de otros países para establecer y
homogenizar las políticas y los métodos analíticos que determinan la
concentración de residuos tóxicos de los pesticidas en vida silvestre,
doméstica y humana.
136
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Un ejemplo de la acción de los pesticidas es la disminución de
poblaciones de aves, donde una alta mortalidad indica deterioro
ambiental y, por consiguiente, la de los organismos que dependen
de éste son perjudicados por el uso de los pesticidas. En Estados
Unidos, desde la disminución de las aves canoras a comienzos de
los años cuarenta del siglo pasado, los descensos poblacionales de
los halcones peregrinos (Falco peregrinus), las águilas pescadoras
(Pandion haliaetus) y de otras aves rapaces, detectados por primera
vez en los años sesenta, hasta las muertes de más de un 5% de la
población mundial del gavilán de swainson (Buteo swainsoni)
durante el invierno de 1995, las aves han sido víctimas indirectas por
la contaminación causada por los pesticidas utilizados en agricultura
(Mineau, 2005; Martínez-López et al., 2007; Clark et al., 2009).
A medida que aumenta la evidencia entre los vínculos humanos y
la exposición a los pesticidas, se han presentado como consecuencias:
las tasas de esterilidad, las diversas clases de cáncer, la alteración
hormonal, mutaciones genotípicas, diversos tipos de alergias,
problemas graves en el sistema nervioso central, enfermedades
congénitas, los desórdenes del sistema inmunológico humano, entre
muchos otros (Loffredo et al., 2001; Baldi et al., 2003; Douwes et al.,
2003; Mills, 2003; Shaw et al., 2003). Lo cual convierte en prioridad el
prestar atención a estas señales de advertencia y a las proporcionadas
principalmente por la fauna silvestre.
Exposición a los pesticidas
Se entiende por pesticida a cualquier sustancia o mezcla de sustancias con la cual se pretende prevenir, destruir, repeler o atenuar
alguna plaga. A su vez, se entiende por plaga a cualquier organismo
que interfiera en el bienestar del ser humano o de otra especie de su
interés (Vega, 1985).
La toxicidad de los pesticidas se refiere al nivel venenoso que
presentan. Algunos pesticidas son altamente tóxicos, mientras que
otros son relativamente poco tóxicos. La exposición se refiere a la
longitud de tiempo durante el cual el animal está en contacto con el
pesticida (Helfrich et al., 1996).
137
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
Helfrich y colaboradores (1996) mencionan que la exposición a
algunos químicos puede tener un efecto pequeño, mientras que una
exposición prolongada puede causar un daño severo o viceversa en
muchos casos. La exposición de los animales silvestres a un pesticida
depende de su disponibilidad biológica, la bioconcentración, la
biomagnificación y la persistencia en el ambiente.
La disponibilidad biológica se refiere a la cantidad de pesticida
en el ambiente disponible a la fauna silvestre o doméstica.
La bioconcentración es la acumulación del pesticida en el tejido
animal, como en órganos y sobre todo en las grasas.
La biomagnificación es la acumulación de los pesticidas en cada
nivel sucesivo de la cadena alimenticia. La bioacumulación de los
pesticidas es el aumento que se presenta en cada nivel de la cadena
alimenticia, donde se muestra una mayor concentración del pesticida. Por ejemplo, si un pesticida está presente en cantidades pequeñas en el agua, puede absorberse por las plantas acuáticas que
son, a su vez, consumidas por insectos y pececillos. Éstos también se
contaminan. A cada paso en la cadena alimenticia, la concentración
del plaguicida va en aumento. Los peces al ser consumidos por otros
animales o por los humanos, transfieren la bioconcentración de niveles altos de contaminantes pesticidas depositados en la grasa de
sus cuerpos.
Deinlein (2004) señala las siguientes formas de exposición a los
pesticidas:
Efectos directos. La ingestión es probablemente la manera más
frecuente por parte de la fauna silvestre. Ya que pueden tragarse
el pesticida directamente; por ejemplo, al confundir un gránulo de
pesticida por una semilla, o indirectamente al consumir presas contaminadas. Otros ejemplos: las aves también pueden ingerir residuos
de pesticidas al arreglarse las plumas con el pico; los animales pueden consumir los pesticidas al beber o bañarse en agua contaminada.
Cuando los pesticidas son aplicados por vía aérea, pueden ser inhalados o absorbidos por la piel.
La causa de la exposición a los pesticidas depende de una serie de factores, incluidos la toxicidad de los químicos, la magnitud
y duración de la exposición y la recurrencia de la exposición. Los
efectos perjudiciales potenciales abarcan desde la muerte inminente debida al envenenamiento agudo hasta una diversidad de efectos
138
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
denominados “subletales”, incluidos los siguientes: debilitamiento;
deformación de los embriones; tasas de crecimiento lento; reducción de la atención brindada por los adultos; reducción de la defensa territorial; falta de apetito y pérdida de peso; de manera general pueden presentar un comportamiento aletargado; inhibición de
las reacciones del sistema inmunológico; mayor vulnerabilidad a la
depredación; interferencia con la regulación de la temperatura del
cuerpo; perturbación del funcionamiento hormonal normal e incapacidad de orientarse en la dirección adecuada para la migración.
Cada uno de estos efectos “subletales” contribuye a la reducción de
las poblaciones, dado que reducen las posibilidades de supervivencia
o de reproducción exitosa, o de ambas.
Efectos indirectos. Los pesticidas también pueden afectar indirectamente, ya sea mediante la reducción de la cantidad de alimento
disponible o por la alteración del hábitat. Por ejemplo, los animales que se alimentan de insectos, se encuentran en problemas cuando los insecticidas reducen las poblaciones de insectos disponibles.
En el caso de las aves, muchas especies presentan su temporada de
reproducción coincidiendo con la máxima abundancia de insectos.
Desafortunadamente para ellas, la máxima abundancia de insectos
también significa el máximo uso de insecticidas, lo cual perjudica
directamente las poblaciones de varias especies de aves.
Los herbicidas también pueden dar lugar a la disminución de
poblaciones de insectos disponibles, al eliminar las malezas en que
viven los insectos —una cadena de eventos responsable de las vertiginosas disminuciones de una especie de faisán (Perdix perdix) en el
Reino Unido—. Las fuentes de alimentos de las aves que consumen
semillas de malezas también pueden ser reducidas por los herbicidas. En Gran Bretaña una especie consumidora de semillas (Carduelis cannabina) ha dejado de ser un ave abundante en las tierras
agrícolas para convertirse en un ave extremadamente rara, todo esto
debido al efecto indirecto de los herbicidas (Deinlein, 2004).
Otra de las maneras en que los herbicidas pueden afectar a la
fauna silvestre es reduciendo la cantidad de cobertura de las plantas
disponibles para evitar la presencia de depredadores. Por ejemplo,
los herbicidas han sido utilizados extensivamente en los estados del
oeste de Estados Unidos con el fin de transformar el hábitat de vegetación original de arbustos en tierras para el pastoreo. Esta pér139
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
dida ha causado descensos entre los gorriones de Brewer (Spizella
breweri), que requieren de la cobertura ofrecida por las plantas para
anidar (Deinlein, 2004).
Factores tóxicos producidos por la exposición al pesticida
(Vega, 1985; Vallejo, 1992; Carter, 2001)
La toxicidad del pesticida. Es su capacidad para causar daño o lesión
en un organismo vivo. La toxicidad además depende de varios factores, tales como la dosis absorbida, la vía de ingreso al organismo,
las propiedades fisicoquímicas del pesticida, la duración de la exposición y la susceptibilidad individual.
Susceptibilidad de la población expuesta. Algunos individuos responden de manera distinta a la acción de los químicos, debido a la
amplia variabilidad biológica, a factores genéticos (deficiencias enzimáticas), a la edad, sexo, estado nutricional, entre otros. En la susceptibilidad también intervienen otros factores como:
• La activación metabólica. Algunos individuos metabolizan las
sustancias más rápidamente que otros, por lo tanto sería de gran
riesgo para los metabolizadores rápidos si el metabolito es más
tóxico que el compuesto original.
• Mecanismos de reparación del daño originado por el químico.
Estos mecanismos dependen de la dosis y de la activación metabólica y varían de individuo a individuo, como en el caso de la
mutagénesis.
• Factores hormonales. Pueden influenciar la susceptibilidad al
químico. Está demostrado que las hormonas sexuales desempeñan un papel importante en el metabolismo de los tóxicos, ya
que los estrógenos favorecen la síntesis de numerosas enzimas.
Cuando estas enzimas pertenecen a los sistemas orgánicos de
eliminación, es favorecedor porque disminuye el riesgo, pero
cuando las enzimas estimuladas son las que producen activación
metabólica se incrementará la toxicidad.
• Alteración del sistema inmunológico. Algunos químicos pueden
causar reacciones alérgicas y otros no. La llegada al organismo
de una sustancia o de sus metabolitos, puede promover su conjugación con proteínas, formando lo que se llama antígeno. Este
es considerado por los sistemas orgánicos de defensa como una
140
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
proteína extraña, que estimula la producción de anticuerpos. La
reacción antígeno-anticuerpo produce lesiones celulares y liberación de diversas aminas (histamina, adrenalina, etc.) responsables de las reacciones alérgicas de tipo dérmico (urticaria, dermatitis, eritema, erupciones, etc.) o de carácter sistémico (asma,
rinitis, shock anafiláctico, etcétera).
Condiciones de exposición. La exposición a una sustancia química
dada es una medida del contacto entre la sustancia y la superficie
exterior o interior del organismo. La intensidad de una exposición
es función de la concentración de la sustancia en contacto con la
superficie corporal y la duración del contacto.
La exposición de la superficie exterior del organismo se efectúa
a través del contacto de la sustancia con la piel; en el interior del
organismo se efectúa a través de la ingestión de alimentos o agua, y
por inhalación de polvos o vapores de una sustancia.
Carter (2001) señala que los principales mecanismos de exposición son: a) vía oral o por ingestión de sustancias; b) vía dérmica o
por contacto a través de la piel, y c) vía inhalatoria o pulmonar.
Es importante mencionar que muchos químicos pueden ingresar
al organismo por más de una vía, por lo tanto la exposición total será
igual a la suma de todas las exposiciones individuales (Vallejo, 1992).
Vallejo (1992) menciona dos factores que afectan la magnitud de
la exposición, una es la vía de exposición y otra es la duración de dicha exposición. La duración indica el periodo en el cual el individuo
o la población están expuestos. Se encuentran diferentes grados de
exposición que incluyen: una simple y/o una permanente (exposición
por toda la vida o una exposición continua por periodos).
Para el propósito de la evaluación de riesgos, y teniendo en cuenta el tiempo de duración de la exposición, se clasifican las exposiciones en tres tipos (Vega, 1985; Vallejo, 1992; Carter, 2001):
• Instantánea o exposición aguda. Es producida generalmente por
un solo contacto con el químico, frecuentemente en concentraciones elevadas, en un periodo de menos de un día, produciendo
un efecto nocivo inmediato.
• Repetida por periodos cortos. Es la que comúnmente se asocia a
la exposición frecuente por diferentes periodos de tiempo.
141
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
•
Continua por periodos largos. Este tipo de exposición es conocida como crónica, ya que las exposiciones son repetidas y en
pequeñas cantidades por periodos largos, los cuales pueden registrarse a través de una gran parte o por toda la vida del individuo; por lo tanto sus efectos son tardíos. Esta exposición puede
ocurrir a través del consumo de alimentos, por inhalación de residuos de pesticidas y por un ambiente contaminado.
Efectos tóxicos por la exposición al pesticida
Los posibles efectos tóxicos o intoxicaciones producidos por la exposición a los pesticidas, de acuerdo con el tiempo trascurrido entre
la exposición al tóxico, la intensidad y duración de las consecuencias, se dividen en tres categorías (Vega, 1985; Vallejo, 1992; López
y Gallardo, 2001):
Intoxicaciones agudas. Se producen cuando hay una exposición
de corta duración y el agente químico en una o varias dosis son absorbidas rápidamente, apareciendo los efectos de inmediato o en un
periodo no mayor de 24 horas.
Intoxicaciones subagudas. Se producen por exposiciones frecuentes o repetidas durante un periodo de varios días a semanas, antes de
que aparezcan las manifestaciones. Generalmente se producen por
dosis moderadas del tóxico y muchas veces con efectos acumulativos.
Intoxicaciones crónicas. Se producen por exposición repetida a
muy bajas dosis del tóxico, durante periodos largos y con efectos tardíos.
En los humanos hay una alta frecuencia de complicaciones y secuelas después de una intoxicación aguda, subaguda y especialmente
después de la crónica, reflejándose efectos dañinos a largo plazo,
como son el cáncer, mutaciones, teratogenia, efectos en la reproducción, neurotoxicidad retardada, inmunidad deteriorada, interrupción endocrina, principalmente (Vega, 1985; Vallejo, 1992; López y
Gallardo, 2001; Yáñez et al., 2001).
142
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Tipos de pesticidas de importancia toxicológica
De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, pesticida es una sustancia química que se emplea para combatir plagas;
el término abarca todos los químicos que matan o controlan aquello
que los humanos han clasificado como plaga o peste. Dichos químicos pueden agruparse por el tipo de uso, de acuerdo con el organismo
al que están destinados, tales como los insecticidas (contra insectos), los herbicidas (contra las malezas), los fungicidas (contra los
hongos), los acaricidas (contra ácaros) o los rodenticidas o raticidas
(contra los roedores). Otro grupo está determinado por la estructura
química de las sustancias con actividad pesticida, como los organoclorados, los organofosforados, los carbamatos, los ácidos carboxílicos, los piretroides, las amidas, las anilinas, los derivados alquil de
urea, los compuestos heterocíclicos con nitrógeno, los fenoles, las
imidas, los compuestos inorgánicos, entre muchos otros (Vega, 1985;
Vallejo, 1992; Helfrich et al., 1996; Wilburn, 2002; Deinlein, 2004).
La mayoría de los compuestos pesticidas empleados hoy en día
son sintéticos; uno de los daños inherentes del uso de venenos sintéticos es que una vez liberados en el entorno pueden afectar a otras
víctimas y tener efectos imprevistos (Vallejo, 1992; Helfrich et al.,
1996; Deinlein, 2004).
De acuerdo con Montoya (2001) y Vallejo (1992), se clasifican y
describen los plaguicidas de importancia toxicológica:
• Insecticidas: organoclorados, carbamatos, organofosforados y
piretroides (los organofosforados y los carbamatos son inhibidores de la colinesterasa).
• Fungicidas: etilenbisditiocarbamatos y oxicloruro de cobre.
• Herbicidas: bipiridilos y fenoxiacéticos.
A nivel mundial los insecticidas han sido objeto de la mayor cantidad
de estudios, por considerarse de:
• Alto consumo. En nuestro país los pesticidas con un consumo
mayor del 50% son los insecticidas.
• Daño a la salud. Los insecticidas organofosforados y carbamatos
son los de mayor toxicidad para los humanos y animales.
143
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
•
Persistencia y residualidad. Los organoclorados son grandes
agresores ecológicos por ser no-biodegradables, persistentes y
acumulables en los humanos, animales y alimentos de ambos.
Insecticidas:
Organoclorados (Vallejo, 1992; Montoya, 2001; Sánchez-Barbudo et
al., 2012). Tienen varias estructuras moleculares pero presentan en
común las siguientes características:
• Son hidrocarburos cíclicos con varios átomos de cloro sustituyentes en la molécula.
• Muy estables en los ecosistemas por su poca biodegradabilidad,
debida a que los cloros sustituyentes no son reactivos.
• Alto coeficiente de partición, es decir, son muy liposolubles y por
tanto bioacumulables; esta característica es por el enlace c-cl
que en la molécula es no polar.
• Se integran a los procesos de biomagnificación a través de las
cadenas alimentarias, por lo cual presentan efectos a largo plazo.
• Son neurotóxicos por ser estimulantes del sistema nervioso central.
• Están clasificados entre los pesticidas de mediana a baja toxicidad aguda.
• Pueden producir efectos a largo plazo como las neuropatías periféricas, carcinogénesis, mutagénesis e inducción enzimática.
El ddt (dicloro difenil tricloroetano) pertenece a una clase de insecticidas conocidos como organoclorados, que también incluyen, entre
otros, el dicofol, el dieldrín, el endrín, el heptacloro, el clordano, el
lindano y el metoxicloro. Algunos de estos ingredientes de los pesticidas, como el dieldrín y el heptacloro son venenosos en cantidades
mínimas. Sin embargo, las características más peligrosas de los organoclorados son su persistencia, es decir, su tendencia a permanecer
químicamente activos por largo tiempo y su solubilidad en las grasas,
lo que significa que se almacenan en los tejidos grasos de organismos y con el tiempo pueden acumularse. Por estas dos características, los niveles de contaminación se concentran mucho más a cada
paso ascendido en la cadena alimenticia, dando como resultado un
proceso conocido como biomagnificación. Por ejemplo, cuando las
águilas pescadoras se alimentan repetidamente de pescado contami144
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
nado con ddt, en su cuerpo se almacenan mayores concentraciones
del pesticida. La biomagnificación explica por qué las aves rapaces,
estando en la cima de la cadena alimenticia, son las más seriamente
afectadas por los pesticidas organoclorados (Helfrich et al., 1996;
Deinlein, 2004).
Deinlein (2004) menciona que en Estados Unidos se prohibió,
a principio de los años setenta del siglo pasado, el uso del ddt y de
la mayoría de los demás organoclorados. Desde entonces algunas
de las especies de animales silvestres han recuperado sus poblaciones, mientras que otras siguen siendo afectadas, ya que el ddt, sus
derivados y otros organoclorados aún se encuentran presentes en el
ambiente.
Si el uso de ddt fue prohibido a principios de los años setenta,
¿por qué persiste el problema hoy en día? Una de las razones es que
Estados Unidos continúa exportando ddt, así como otros pesticidas
peligrosos para la salud ambiental y humana. Por ejemplo, en los
países latinoamericanos, destino invernal de muchas aves migratorias que se reproducen en Estados Unidos y en Canadá, también son
el destino de muchos de estos pesticidas exportados. Como resultado, se tiene que los residuos de estos pesticidas se comparten entre
los países del continente y entre muchas especies de animales que
integran la cadena trófica con las especies migratorias (Stickel, 1986;
Deinlein, 2004).
Debido a la prohibición del ddt y a las severas restricciones impuestas a los organoclorados, hoy en día lo que predomina es una
gran cantidad de nuevos pesticidas. En la actualidad los compuestos
de organofosforados y carbámicos son dos de las clases de ingredientes activos más comunes hallados en los productos pesticidas.
Aunque los compuestos organofosforados y de carbámicos no sean
tan persistentes como los organoclorados, son mucho más tóxicos,
lo que significa que incluso en cantidades mínimas pueden causar el
envenenamiento severo (Stickel, 1986).
Se estima una considerable cifra de animales silvestres que se
encuentran expuestos a pesticidas en las tierras agrícolas, donde la
extensión total de fatalidades entre los animales silvestres causadas
por pesticidas es sumamente difícil de determinar pues la mayoría de
muertes pasan inadvertidas (Vega, 1985).
145
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
Sin embargo, se han documentado cifras enormes de aves muertas. Por ejemplo, en 1995 el pesticida monocrotofós, empleado para
acabar con los saltamontes en Argentina causó la muerte de 20 mil
gavilanes de Swainson. Gracias a los esfuerzos del American Bird
Conservancy y de otras organizaciones, Novartis (anteriormente
Ciba-Geigy), uno de los principales productores de monocrotofós,
acordó acabar con la producción y venta de este pesticida (Deinlein,
2004).
En Estados Unidos más de 150 incidentes han involucrado la
muerte de aproximadamente 700 aves, éstos han sido atribuidos al
diazinón, un insecticida organofosforado usado para el cuidado de
los jardines en zonas urbanas. En 1990 el diazinón fue clasificado
como un ingrediente de uso restringido y prohibido en los campos de
golf y en el pasto para jardines; es reconocida como la primera ocasión en que se tomó alguna medida legislativa para la protección de
aves específicamente. Sin embargo, en la mayoría de los estados aún
se puede adquirir en los mostradores con el fin de usarse en jardines
residenciales y parques. De manera que, a pesar de la condición de
uso restringido, en Estados Unidos se emplean anualmente casi 10
millones de libras de diazinón, principalmente por propietarios de
residencias. Los continuos informes sobre fatalidades entre las aves,
así como la evidencia adicional concerniente a la extrema toxicidad
del diazinón y de su metabolismo para los animales acuáticos invertebrados y los mamíferos ha dado lugar a que el Servicio de Pesca y
Vida Silvestre de Estados Unidos (us Fish and Wildlife Service) y un
consorcio de organizaciones ambientalistas acudieran a la Agencia
para la Protección Ambiental (Environmental Protection Agency –
epa) para que se restrinjan aún más los usos del diazinón (Stickel,
1986; Deinlein, 2004).
En 1989 la epa reportó que el carbofurán estaba estimado como
causante de la muerte de 1-2 millones de aves anualmente en Estados Unidos. Este pesticida carbámico fue creado a mediados de los
años sesenta del siglo pasado, pero sólo a partir de 1994 le fueron
impuestas reglamentaciones al productor (la Corporación fmc). En
la actualidad este pesticida en forma granulada está prohibido para
la mayoría de usos debido a la generalizada muerte de aves. Sin embargo, se siguen utilizando anualmente en forma líquida unos dos
millones de libras (Helfrich et al., 1996; Deinlein, 2004).
146
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Hasta ahora en los pesticidas se han encontrado casi 40 ingredientes activos letales para la fauna silvestre, incluso al utilizarse
según las recomendaciones del productor. Solamente una cuarta
parte de estos ingredientes ha sido prohibida en Estados Unidos y
la mayoría sigue utilizándose en otros países. Entre los ingredientes
activos que se han demostrado más letales están: diazinón, forato,
carbofurán, monocrotofós, isofenfós, clorpirifós, aldicarb, azinfósmetílico y paratión (Helfrich et al., 1996; Stickel, 1986).
Carbamatos (Vallejo, 1992; Montoya, 2001). Son derivados del ácido
carbámico y tienen en común las siguientes características:
• Son biodegradables. La fotodegradación es el principal mecanismo para desaparecer del ecosistema.
• No bioacumulables. Algunos tienen un coeficiente alto por los
grupos aromáticos sustituyentes en la molécula.
• Menos volátiles que los organofosforados y por lo tanto tienen
una vida media de semanas en el ambiente.
• Son de mediana a baja toxicidad, con excepción del aldicarb y
carbofurán que son de alta toxicidad aguda.
• Son inhibidores transitorios de la enzima colinesterasa, ya que el
complejo formado por el carbamato y la enzima es sumamente
lábil, hidrolizándose con rapidez y regenerando la enzima con
facilidad; por lo tanto el cuadro colinérgico es más benigno que
el que presentan los insecticidas organofosforados.
Organofosforados (Vallejo, 1992; Montoya, 2001; Hernández-Antonio
y Hansen, 2011; Sánchez-Barbudo et al., 2012). Químicamente son
éteres del ácido fosfórico y sus homólogos (fosfónico, tiofosfórico,
ditiofosfórico) y tienen en común las siguientes características:
• Biodegradables; se hidrolizan en mayor o menor proporción, dependiendo de su estructura química.
• La porción fosfato, tio o ditiofosfato de la molécula le imparte
polaridad y por lo tanto tendrán diferentes grados de liposolubilidad y no serán bioacumulables.
• Alta presión de vapor, su volatilidad es muy variable y es aumentada con la temperatura, disminuyendo su acción residual al
disiparse fácilmente en el ambiente.
147
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
•
•
•
•
No se incluyen en procesos de concentración a través de las cadenas tróficas.
Alta toxicidad por ser inhibidores permanentes de la colinesterasa.
Algunos producen efectos a largo plazo, causando neurotoxicidad retardada y son sospechosos de producir carcinogénesis (diclovros, malatión, paratión, triclorfón, tetraclorvinfos).
Los fosforados orgánicos se absorben por todas las vías, tanto
oral, dérmica, conjuntival, rectal e inhalatoria.
Los insecticidas organofosforados son de importancia, ya que en
México se comercializan actualmente 95 insecticidas, correspondiendo 45 a organofosforados y también son compuestos con variados
usos: acción insecticida, fungicida, herbicida, acaricida, rodenticida,
entre otros (Badii y Varela, 2008).
Clark Jr. y colaboradores (1995) hacen referencia al impacto de
colonias de murciélagos (Tadarida brasiliensis) localizadas al norte
de nuestro país a través del Pacífico y del Atlántico; en los cuales encontraron importantes cantidades de insecticidas organofosforados
y carbamatos.
Piretroides (Vallejo, 1992; Montoya, 2001). Son insecticidas sintéticos
similares a las piretrinas vegetales, las cuales han sido reemplazadas
ampliamente por tener mayor estabilidad y acción insecticida. Presentan las siguientes propiedades:
• Baja toxicidad aguda.
• Poco persistentes, no acumulables-sensibilizantes. En los humanos las lesiones causadas por los piretroides resultan más frecuentemente de las propiedades alergénicas (dermatitis, asma,
rinitis, conjuntivitis) que de su toxicidad directa.
• Son neurotóxicas a dosis altas (convulsiones, etc.); a dosis pequeñas repetidas producen neuropatías periféricas.
• Las que contienen un radical cn en su molécula pueden producir hipotensión.
• Se isomerizan en condiciones apropiadas de almacenamiento,
dando lugar a compuestos de mayor toxicidad, pero por ser de
un metabolismo muy rápido no producen efectos agudos en el
organismo.
148
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Fungicidas:
Etilenbisditiocarbamatos (Vallejo, 1992; Montoya, 2001). Sus características son las siguientes:
• Son fungicidas de amplio espectro, de baja toxicidad aguda.
• La exposición a estos compuestos produce síntomas menores
como cefalea y reacciones sensibilizantes (dermatitis, alergias,
etcétera).
• El problema toxicológico radica en que estos fungicidas in vivo,
in vitro, durante la cocción de los alimentos y en síntesis dan lugar a un metabolito: la “etilentiourea etu”, considerado como
agente antitiroideo, cancerígeno, mutágeno y teratógeno.
• En nuestro país los más utilizados son: mancozeb, zineb, maneb.
Sales de cobre (Vallejo, 1992; Montoya, 2001). Las sales de cobre más
utilizadas para dar muerte a esporas de hongos y coagular el protoplasma celular son: el oxicloruro de cobre y el sulfato de cobre. Algunas características son las siguientes:
• Estas sales son eméticas. Sobre la piel y mucosas y con un contacto prolongado se producen lesiones necrótidas. Además, lesiones renales y hepáticas.
• Si el tamaño de partículas en las aspersiones es mayor a 80 micras, no llegarán al tracto respiratorio inferior; de lo contrario
penetrarán a los pulmones para ocasionar lesiones irreversibles
(cáncer).
• En exposiciones ocupacionales se ha observado desmielinización
de fibras nerviosas del sistema nervioso periférico (neuropatías).
Herbicidas:
Bipiridilos (Vallejo, 1992; Montoya, 2001; Viveros-Ruiz, 2001; González-Márquez y Hansen, 2009; Hernández-Antonio y Hansen, 2011).
Los bipiridilos como el paraquat y el diquat son los herbicidas orgánicos más importantes por su uso muy difundido como herbicidas de
contacto. Tienen en común las siguientes características:
• Son sales de amonio cuaternario, y por lo tanto corrosivas de piel
y mucosas.
• No volátiles y solubles en agua, disociándose por completo, siendo solamente activo el catión.
149
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
•
•
•
•
•
•
No son metabolizadas por los seres vivos (plantas, animales y
seres humanos).
No son residuales, ni persistentes, debido a que son inactivados
por la luz solar, por los microorganismos de los suelos y por absorción.
Tienen alta toxicidad.
Sus efectos tóxicos son de naturaleza irreversible (fibrosis pulmonar).
No se tiene antídoto eficiente que asegure la supervivencia del
intoxicado y los tratamientos existentes tampoco ofrecen el resultado exitoso.
Alto índice de mortalidad, debido a las intoxicaciones agudas
que causan y los efectos retardados. La absorción de unas cuantas gotas de estos compuestos puede provocar la muerte aproximadamente a los 12 días de la exposición.
Fenoxiacéticos (Vallejo, 1992; Montoya, 2001; Viveros-Ruiz, 2001).
Los herbicidas fenoxiacéticos también son llamados herbicidas hormonales por estar relacionados con la hormona del crecimiento. La
mayoría de estos herbicidas son de acción sistémica, ya que se absorben por los tejidos vegetales y se transportan por la savia a velocidad
muy elevada (de 10 a 100 cm/h). Dentro de estos herbicidas el más
utilizado es el 2,4D (diclorofenoxiacético) en forma de sus sales y
ésteres. Algunas características de éstos son:
• La exposición puede ocurrir por ingestión, inhalación o contacto
dérmico.
• Son de toxicidad de tipo agudo como crónico, no volátiles, residuales (vida media en el ambiente alrededor de un año).
• Productos derivados del ácido fenoxiacético, es potencialmente
embiotóxica, mutagénica y teratogénica para los seres humanos.
Se ha informado que también produce cáncer en animales de
laboratorio (Viveros-Ruiz, 2001).
Triazínicos (González-Márquez y Hansen 2009; Hernández-Antonio y
Hansen, 2011). A pesar de que el uso de atrazina ha sido prohibido
y restringido en varias partes del mundo, en México este herbicida
se sigue usando sin restricción alguna (principalmente no debe ser
utilizado cerca de humedales), porque se ha demostrado que afecta
150
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
a la calidad del agua, cuando las concentraciones de atrazina y de su
metabolito (desetilatrazina) son mayores a 2 µg L–1 rebasan el límite
permitido para consumo humano.
Propiedades de los pesticidas que determinan su cinética ambiental
Vega (1985) menciona las propiedades físico-químicas de los pesticidas que son determinantes en su cinética ambiental:
• Solubilidad en agua. Las sustancias con solubilidad acuosa mayor a 500 ppm (partes por millón = puede equivaler a mg/litro,
mg/kg, g/m al cubo, mg/dm al cubo, etc.) son muy móviles en los
suelos y en los otros elementos del ecosistema; su mayor concentración se encuentra en los ecosistemas acuáticos. Por otro lado,
las sustancias con una solubilidad acuosa mayor de 25 ppm no
son persistentes en los organismos vivos, en tanto que aquéllas
con una solubilidad acuosa menor a 25 ppm tienden a inmovilizarse en los suelos y a concentrarse en los organismos vivos. En
general los plaguicidas organofosforados tienen una solubilidad
acuosa mayor a los 25 ppm, en tanto que los plaguicidas organoclorados tienen una solubilidad menor a los 25 ppm.
• El coeficiente de partición lípido/agua. El coeficiente de partición lípido/agua de una sustancia muestra cuánto una sustancia
se disuelve en agua y cuánto en lípido; este coeficiente de una
manera indirecta proporciona información sobre la solubilización y distribución de una sustancia en un organismo vivo. Por
ejemplo, el aldrín y el ddt tienen un coeficiente de partición
lípido/agua mayor a uno, por lo tanto son liposolubles y podemos
inferir que se absorben fácilmente a través de las membranas
biológicas y que se acumulan en el tejido graso.
• La presión de vapor. La presión de vapor de una sustancia determina su volatilidad. Las sustancias con presión de vapor mayor a
10-3 mm de Hg a 25°C son muy volátiles, por lo tanto tienen gran
movilidad y se dispersan hacia la atmósfera; existen sustancias
ligeramente volátiles, menos móviles, con presiones entre 10-4 a
10-6 mm de Hg a 25°C, y las no volátiles, que son más persistentes
en suelos y agua, con presión de vapor menor a los 10-7 mm de
Hg. Por ejemplo, los herbicidas tienen presiones de vapor muy
bajas; las clorotriazinas, del grupo de las triazinas (probablemen151
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
•
te los herbicidas más utilizados) tienen presiones de vapor menores a los 10-7 mm de Hg. Este grupo es de mayor persistencia
y menor volatilidad que las metoxitriazinas, con presiones de vapor igual o mayores a los 10-7 mm de Hg.
Disociación e ionización. Las sustancias al solubilizarse se pueden o no disociar; las que no se disocian son sustancias no iónicas
sin carga. Las que se disocian son sustancias iónicas, las cuales
pueden tener carga positiva (catiónicas) o bien carga negativa
(aniónicas).
Los pesticidas aniónicos y los no iónicos son móviles en los suelos,
en tanto los catiónicos son absorbidos, inmovilizándose en ellos. El
paraquat y el diquat son sustancias catiónicas que se absorben fuertemente a las partículas de los suelos, en tanto que los plaguicidas
fenoxiacéticos, sustancias aniónicas, se movilizan fácilmente.
• Degradabilidad. Es importante considerar también las propiedades químico-biológicas de degradabilidad de los pesticidas.
Dichas propiedades se refieren a que la actividad de un pesticida
puede ser permanente o bien puede disminuir con el tiempo en
función de su descomposición, ya sea química (quimiodegradabilidad), por acción de la luz (fotodegradabilidad), o por acción
de sistemas microbianos (biodegradabilidad).
Contaminación por pesticidas (Vega, 1985; Vallejo, 1992;
Carter, 2001; Sánchez-Barbudo et al., 2012)
Contaminación terrestre: suelos y biota
Los pesticidas contaminan los suelos y la biota terrestre cuando se
aplican directa y deliberadamente o se precipitan de la atmósfera
como consecuencia de las aspersiones aéreas, o bien por el uso para
riego de aguas contaminadas.
Los pesticidas en los suelos y en la biota pueden persistir desde
unos días hasta años. La persistencia de un contaminante se puede
definir como la propiedad de un compuesto para retener sus características físicas, químicas y funcionales en el medio a través del cual
152
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
es transportado o distribuido por un periodo limitado después de su
emisión.
Los pesticidas que persisten más tiempo en el ambiente tienen
una mayor probabilidad de interacción con otros elementos del sistema. Por otro lado, si su vida media y su persistencia es mayor a la
frecuencia con la que se aplica, el plaguicida tiende a acumularse
tanto en los suelos como en la biota.
Contaminación acuática
El agua es contaminada por pesticidas, ya sea porque se aplican
directamente o bien porque se encuentran en precipitaciones atmosféricas o en los deslaves de tierras, cultivos, etcétera.
Tanto los pesticidas solubles en el agua como los insolubles interaccionan con la biota acuática. Sin embargo, los hidrosolubles persisten en el medio según sus propias características antes señaladas y
los insolubles se absorben a las partículas no solubles, a los sedimentos y se concentran en la biota acuática.
Contaminación de alimentos
Como consecuencia de la amplia distribución de los pesticidas en
el aire, suelos, aguas y biota, se produce una acumulación variable
de ellos en los elementos que constituyen la alimentación humana y
por ende en el organismo humano. La contaminación de alimentos
se puede presentar tanto por la aplicación directa a ellos, por acumulación de plaguicidas en las cadenas tróficas, como a través del
manejo, transporte y almacenamiento de los productos comestibles.
Métodos analíticos para determinar el nivel
de contaminantes pesticidas
En nuestro país, de acuerdo con el Catálogo oficial de plaguicidas, se
han registrado y permitido más de 270 ingredientes activos de pesticidas, de los cuales se han comercializado aproximadamente dos
mil presentaciones destinadas para su uso en agricultura, ganadería,
salud pública y en el hogar. Todos los ingredientes activos de estos
153
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
productos son para un uso específico y para prevenir la acción tóxica
no deseada y la aparición de sus residuos en el producto tratado o
en el ambiente.
Las concentraciones de residuos del pesticida que se quedan después de su aplicación, así como la cinética de su comportamiento en
el lugar de aplicación (antes de introducir un producto al mercado)
son estudiados por el fabricante en sus laboratorios para establecer
la dosis efectiva y el tiempo de utilización, que determina los días
necesarios para disminuir la concentración del producto y alcanzar
el valor de no toxicidad para los humanos y la fauna silvestre. El uso
intensivo de los pesticidas, principalmente en la agricultura, implica
la necesidad de tener al alcance las técnicas analíticas para determinar las concentraciones de sus residuos en productos agropecuarios
y prevenir la posibilidad de intoxicación.
En ausencia de presiones regulatorias, quienes investigan los
residuos de pesticidas deben participar en colaboración con los laboratorios para establecer el uso de métodos analíticos adecuados,
y al mismo tiempo aprovechar las experiencias de colegas de otros
países.
El análisis de residuos de pesticidas en tejidos de plantas, animales y productos alimenticios presenta diversos problemas que se han
tratado de resolver desde 1939, ya que el uso de plaguicidas se ha
incrementado en gran escala, produciendo contaminación general
del ambiente y su gran propagación. Desde principios de 1940 se ha
tratado de evaluar las concentraciones de residuos de pesticidas con
diferentes técnicas analíticas (como la cromatografía de capa fina y
el desarrollo de reacciones químicas específicas) para identificar y
determinar cuantitativamente los residuos presentes después de su
aplicación. Estas técnicas antiguas fueron muy laboriosas y requerían
largos procesos de purificación del extracto para eliminar sustancias
interferentes en la identificación. La introducción, desde 1960, de
la cromatografía de gases como un instrumento analítico y el desarrollo de detectores específicos hicieron posible realizar con mayor
facilidad la determinación de los pesticidas o sus metabolitos en productos alimenticios, en seres vivos o en el ambiente. Los detectores
de elementos específicos de los heteroátomos, desarrollados durante 1960 y 1970, como el fotométrico de llama (fpd), ionización de
llama alcalina (afid), captura de electrones (ecd) y posteriormente
154
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
el termoespecífico (tsd), permitieron la recepción de una respuesta
específica para los heteroátomos que forman la molécula de un pesticida, avanzando en el análisis de sus residuos (Waliszewski, 2001).
Al revisar la bibliografía sobre los métodos analíticos para determinar residuos de pesticidas, encontramos que los primeros se
caracterizan por ser muy largos, tediosos y complicados. La razón de
introducir varios pasos de purificación se justifica por ser un campo
nuevo en la analítica. Desafortunadamente, los métodos antiguos
influyen todavía en las costumbres existentes y necesitan de una reevaluación constante, en particular el tiempo que es indispensable
para realizar un análisis. Como ejemplo se puede mencionar la concentración de un extracto y evaporación del solvente, que antes se
realizaba en varias horas. Los nuevos sistemas de distribución rápida
de alimentos requieren que los análisis se realicen antes de que los
productos agrícolas lleguen al mercado y se vendan, por lo que resulta imposible esperar mucho tiempo el resultado de un laboratorio
analítico para responder sobre la calidad de un producto. Los métodos analíticos publicados siempre llevan consigo intereses particulares de los laboratorios participantes.
La Asociación de Químicos Analíticos Oficiales de Estados Unidos (aoac) publica periódicamente las referencias consideradas
como oficiales y de calidad para poder realizar estudios analíticos de
residuos de pesticidas. Por la gran variedad de sustancias químicas
no naturales existentes en el ambiente, así como el gran número de
pesticidas utilizados, durante un análisis puede presentarse una variedad de ellos, interfiriendo de manera cualitativa y cuantitativa en
la determinación.
Vega (1985), Vallejo (1992), Waliszewski (2001) y Sánchez-Barbudo y colaboradores (2012) señalan que para analizar los residuos
de pesticidas deben considerarse dos factores principales como objetivos de selección de un método analítico: a) la detección de los
residuos, y b) la polaridad del compuesto químico de un pesticida.
El primer factor se relaciona estrictamente con la composición
química de la molécula. Los detectores específicos desarrollados
sólo para la cromatografía de gases son muy sensibles para determinar los heteroátomos de nitrógeno, fósforo, azufre o halógenos,
que con frecuencia constituyen la molécula de un plaguicida. Por
fortuna la mayor parte de los compuestos naturales de los alimentos
155
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
no contienen estos heteroátomos, que pudieran interferir en el análisis de residuos de pesticidas. Algunas verduras de la familia de la
brassica y del pimiento pueden originar problemas analíticos por poseer compuestos naturales de organonitrógeno y organoazufre, ello
implica el uso adicional de unos pasos de purificación de la muestra
para separar los compuestos naturales de los plaguicidas a estudiar.
El mismo caso se puede llegar a encontrar en los tejidos animales y
en el ambiente.
Los compuestos químicos polares contienen radicales polares
como hidroxilo, amino, nitro, carboxilo y carbonilo. El grado de polaridad de una molécula aumenta con el alza del número de grupos
funcionales y baja con el aumento del peso molecular. La regla en la
analítica de pesticidas indica que compuestos no polares no presentan grandes problemas en su detección y cuantificación, mientras los
compuestos polares más reactivos siempre originan problemas en
su análisis durante la extracción, purificación y determinación por
cromatografía de gases, causados por su adsorción o degradación
química o térmica.
Los pesticidas susceptibles a la degradación térmica se determinan por cromatografía de líquidos de alta presión; algunos plaguicidas más polares necesitan columnas más polares que las comunes
para separarlos de las demás sustancias químicas. Para la determinación o confirmación de la presencia de los residuos de pesticidas
se utilizan reacciones químicas específicas de derivación de la molécula metilación, acetilación, benzilación, para posteriormente determinar el derivado por cromatografía. Este paso se emplea para las
moléculas de gran polaridad o poca volatilidad (Waliszewski, 2001).
La polaridad de los pesticidas está muy relacionada con su solubilidad en el agua y su disponibilidad durante el proceso de extracción. El paso de los residuos de la fase acuosa a la orgánica es indispensable, ya que el agua interfiere en la mayor parte de los procesos
de purificación y determinación. Algunos métodos analíticos aprovechan este elemento para remover las sustancias polares de origen
natural, como los azúcares, féculas, aminoácidos, pero también el
agua puede remover los pesticidas libres, polares o conjugados. Los
residuos no polares son relativamente fáciles para extraer, procesar
y determinar debido a su baja solubilidad en este líquido, mientras
que los polares dificultan su extracción y separación de la fase acuo156
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
sa. La polaridad del pesticida también determina la posibilidad de
usar los pasos de purificación común sobre las columnas de florisil,
óxido de aluminio, gel de sílice o ácido silícico. Los plaguicidas no
polares, por su poca adsorción y reactividad, se eluyen con recuperación completa de los adsorbentes, y los pesticidas con múltiples
grupos funcionales requieren solventes polares. El uso de solventes
polares para remover los pesticidas polares del material adsorbido
de la columna influye en el grado de recuperación y al mismo tiempo
causa coelución de varios compuestos naturales que pueden interferir o hasta imposibilitar la determinación cromatográfica (Vega,
1985; Waliszewski, 2001).
Tipo de muestra
Es importante mencionar el procedimiento para tratar las muestras de diversos productos alimenticios, tejidos de animales y en el
ambiente, para realizar el análisis de residuos de pesticidas (Cochran,
1963). Por ejemplo, en las frutas y las verduras se analizan para
determinar agua, proteínas, grasas, extracto libre de nitrógeno, fibra
y cenizas; en la leche se determinan principalmente las proteínas;
en la carne sólo fibra y el extracto libre de nitrógeno que contiene
carbohidratos y ácidos orgánicos. Los constituyentes fundamentales
para tratar en los análisis de residuos de pesticidas son agua, grasa y
fibra en las muestras de poca humedad. Aunque la fibra y las macroproteínas del músculo no son removibles por los solventes orgánicos
utilizados en la extracción, es necesario considerarlas por su potencial de retener los residuos de pesticidas que se pueden adsorber o
ser incorporados por estas estructuras. El extracto de una muestra
puede contener cierta cantidad de agua, proteínas, grasas, carbohidratos o ácidos orgánicos. La cantidad relativa de cada uno de ellos
varía según el tipo de muestra, el solvente utilizado en el proceso de
extracción y el tipo de proceso de extracción. Los parámetros de un
análisis se escogen de acuerdo con las siguientes clasificaciones de
las muestras para procesar:
• Muy húmeda y poco grasosa (ejemplo: frutas y verduras).
• Muy húmeda y muy grasosa (ejemplo: carne).
• Poco húmeda y poco grasosa (ejemplo: heno).
• Poco húmeda y muy grasosa (ejemplo: coco).
157
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
Esta clasificación es muy extrema y se ha seleccionado para simplificar la discusión. El conocimiento de los parámetros o el tipo de
muestra puede ayudar en la selección o el desarrollo de los métodos
analíticos adecuados que no se encuentran en la clasificación básica.
Preparación de la muestra
De acuerdo con Vega (1985), Cooper y colaboradores (1988) y Waliszewski (2001), cada grupo necesita su procesamiento específico para
prepararlo; se trituran para obtener una muestra representativa y
uniforme para el proceso analítico subsiguiente. Con excepción de
las muestras líquidas, siempre es necesario mezclarlas y triturarlas
para que la parte tomada para el análisis sea representativa de la
muestra total. El tamaño final de las partículas de una muestra triturada debe ser adecuado para que el solvente extractor pueda interactuar con facilidad en ellas. Las partículas de muestras húmedas
pueden llegar hasta unos milímetros, ya que reaccionan con los solventes que se mezclan con el agua y se rompen con facilidad durante
el proceso de extracción. Las muestras de baja humedad presentan
matrices rígidas, a las cuales debe penetrar el solvente extractor para
liberar los residuos de pesticidas. Las muestras de poca humedad y
ricas en grasa requieren el tamaño final de las partículas menores de
0.5 mm obtenidas de la muestra durante el proceso de ultra homogenización. Los procesos de homogenización de la muestra pueden
iniciar la degradación del pesticida expuesto a la variedad de sustancias reactivas naturales. Al mismo tiempo, las muestras sometidas al
proceso de secado pueden perder la mayor parte de los residuos por
su volatilización.
Los estudios sobre procesos de extracción conducidos por Luke
y Masumoto (1987) observaron degradación en las primeras seis horas después de una homogenización hasta de 50% de clorotalonilo
en muestras de guisantes. Como resultado de este estudio se confirmó que durante la trituración de la muestra empieza el proceso
de degradación de los pesticidas, lo que depara resultados menores.
Para el fenómeno de iniciación del proceso de degradación de los
pesticidas durante la homogenización de la muestra se deben considerar las propiedades físico-químicas de los plaguicidas al preparar
la muestra para su análisis.
158
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Extracción de la muestra
Conceptos básicos de la extracción. Los métodos antiguos empleados en el análisis de residuos de pesticidas para productos húmedos
y poco grasosos utilizan el proceso de extracción con una licuadora
de gran velocidad y solventes no polares, como hexano o benceno.
El uso de licuadoras tipo Waring en la extracción se aceptó por su
gran eficacia y buena recuperación. El proceso de licuación reduce
las partículas de la muestra e incrementa la interacción entre ésta y
el solvente de extracción. Los problemas de emulsificación que se
presentaban durante la extracción con solventes no polares han sido
resueltos por la aplicación de isopropanol como segundo solvente o
al saturar el extracto con cloruro de sodio o sulfato de sodio.
Las determinaciones tratadas con insecticidas demostraron que
con dos solventes de polaridad diferente se obtienen mejores resultados, comparado con la extracción realizada con un solo solvente
no polar. Los resultados superiores obtenidos con dos solventes indican que el solvente penetró a la matriz de la muestra. Como consecuencia de varios estudios, los analistas de pesticidas seleccionaron el acetonitrilo como el mejor solvente polar para la extracción,
el cual proporciona un extracto bastante limpio y con recuperación
cuantitativa de los pesticidas; este solvente de extracción se extendió
para casi todos los plaguicidas determinados en productos húmedos
y poco grasosos. De esta manera, su uso eliminó la necesidad de extracciones múltiples para obtener la recuperación cuantitativa de los
residuos; el factor de recuperación depende del volumen de acetonitrilo utilizado en la extracción (Mills et al., 1963). Técnicas similares
de un solo paso de extracción se han desarrollado con acetona (Luke
et al., 1988) y acetato de etilo (Waliszewski et al., 1988, 1997) como
solventes de extracción. La razón del uso de estos solventes es la
capacidad de disolver agua, grasa, proteínas y otros compuestos de
la matriz de la muestra; además, pueden romper los enlaces entre el
pesticida y la matriz de la muestra, con lo que la extracción se define
como el proceso de partición entre el contenido de la muestra y el
solvente.
El análisis de las muestras ricas en agua y grasa (por ejemplo,
carne y productos lácteos) requiere de solventes que se mezclan con
el agua para desnaturalizar la muestra. Por lo general, en el análisis
159
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
se emplean mezclas de solventes polares con no polares (por ejemplo, éter etílico y éter de petróleo) para extraer la grasa de la muestra. Los métodos analíticos diseñados para productos ricos en agua y
grasa limitan el tamaño de la muestra, de la cual no se deben extraer
más de 2 g de grasa. Las tolerancias establecidas para este tipo de
productos están diseñadas con base en los lípidos extraídos y no en
la muestra fresca o total. El análisis de productos ricos en grasa se
limita principalmente a los pesticidas liposolubles que se acumulan
en ella; la menor parte y la de menos interés la constituyen los pesticidas polares que se pueden encontrar básicamente en la fase acuosa
de la muestra, después de la extracción de los plaguicidas no polares
(Waliszewski, 2001).
El análisis de productos poco húmedos (como heno o paja)
requiere que el solvente orgánico (por ejemplo, acetonitrilo) utilizado en la extracción se mezcle con agua en cantidad aproximada
65+35 (Waliszewski et al., 1985). La acción del agua en este tipo de
extracción consiste en la desactivación de los centros activos y de
los grupos hidroxilos presentes en la fibra de celulosa que adsorben
con gran fuerza a los pesticidas (Waliszewski y Rezepczynski, 1980).
Aparte de la desactivación, el agua utilizada rompe la estructura de
celulosa, lo que permite una migración mucho más fácil de los residuos de plaguicidas hacia la fase orgánica del solvente.
Valoración del proceso de extracción
Para precisar la exactitud de un método analítico se realiza siempre un estudio de fortificación, añadiendo una cantidad conocida
del pesticida a la muestra y más tarde se siguen todos los pasos que
incluye el método. El porcentaje de recuperación, aunque no necesariamente proporciona las medidas de exactitud del método, puede
indicar datos sobre la eficacia del paso de extracción de la muestra;
esto señala que los plaguicidas, cuando se adicionan a la muestra,
son adsorbidos de inmediato por la matriz de ésta. El error de los
estudios de recuperación comienza en la extracción, cuando la muestra entera es licuada con el solvente. La recuperación alrededor de
100% se logra cuando la manera de fortificación consiste en rociar,
por encima de la muestra, una solución de testigos y después se adicionan los solventes de extracción. Al contrario, se esperan resulta160
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
dos bajos al inyectar la solución de testigos dentro de la muestra y
después de varias horas se procesa la extracción. Los resultados de
los estudios sobre la extracción de algunos plaguicidas con solventes
de diferente polaridad ilustran la dificultad de diseñar un proceso de
recuperación que refleje con exactitud la eficiencia de la extracción.
Cuando las muestras de carne y leche fortificada con insecticidas
han sido extraídas por la mezcla de hexano y éter etílico, la recuperación aumenta de 10 a 92%, a pesar de que sólo se extrajo 10% de
las grasas de la carne y la leche. Las recuperaciones mayores de 10%
indican que los insecticidas de la solución de testigos no penetraron
a la matriz del glóbulo de grasa. Las recuperaciones bajas indican
que los plaguicidas fueron adsorbidos por compuestos hidrofóbicos
e hidrofílicos de la superficie del glóbulo de grasa. Al utilizar etanol
en la extracción para destruir la membrana del glóbulo graso de
1,1, la recuperación de los pesticidas aumenta de 77 hasta 92%. La
recuperación menor de 100% se debe a las fuerzas de enlace en la
fase acuosa de la muestra (Waliszewski y Rezepczynski, 1980; Waliszewski et al., 1985, 1988, 1997).
Los estudios de fortificación, por tanto, deben revelar una evaluación de la exactitud del método analítico, de acuerdo con la cantidad del pesticida agregado a la matriz de la muestra antes de su
extracción y el nivel de fondo que puede interferir en el porcentaje
de recuperación.
Luke y Masumoto (1987) realizaron estudios con insecticidas
marcados con C14 y les indicaron una buena recuperación al utilizar
la homogenización de la muestra con licuadora y una mezcla de solventes isopropanol y hexano. La radioactividad de C14 se recuperó
cuantitativamente cuando a la extracción inicial con licuadora siguió
la extracción completa en el aparato de Soxhlet utilizando la mezcla
de metanol con cloroformo (Gorbach, 1977; citado por Waliszewski,
2001).
En una muestra de suelo se logró la extracción completa con una
mezcla de solventes isopropanol y hexano y se recuperó hasta 92%
de los insecticidas, mientras que la extracción con acetato de etilo o
cloruro de metileno sin el paso de desactivación de los centros activos de la muestra de suelo, recuperó 77 y 65% de los pesticidas, respectivamente (Burke et al., 1966). Al repetir los pasos de extracción,
161
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
la recuperación de los pesticidas de la muestra de suelo aumentó
a 85%. La desactivación de la muestra de suelo con agua, la cual
disminuye las fuerzas de enlace, aumenta la recuperación de los pesticidas, alcanzando hasta 98% (Waliszewski y Rezepczynski, 1980;
Waliszewski et al., 1985). El proceso de extracción con acetonitrilo
desarrollado por Mills y colaboradores (1963) presentó alrededor
de 100% de recuperación de los pesticidas, lo que dependió de la
relación entre la cantidad de la muestra y el volumen de acetonitrilo
utilizado, así como del número de extracciones.
Los resultados indican que la recuperación suficiente se logra
cuando se utiliza la proporción del solvente y la muestra en cantidad
de dos a uno. Algunos autores señalan la obtención de valores bajos en los estudios de recuperación, originados por la imposibilidad
del pesticida para reaccionar con la matriz de la muestra al dejarlo
en contacto por un corto tiempo. En los estudios de Szymczynski y
Waliszewski (1982) las muestras fortificadas se dejaron por 24 horas para que el pesticida penetrara a la matriz de la muestra o reaccionara químicamente con la muestra, estimulando las condiciones normales del ambiente, antes de pasar a la extracción. En estas
condiciones, al alcanzar la recuperación mayor de 80% justifican los
resultados de concentraciones de pesticidas determinados, ya que
reflejan las concentraciones verdaderas de contaminación. Cuando
los resultados de extracción oscilan alrededor de 100% para una variedad de productos y pesticidas, esto indica que la relación entre la
matriz constituida por agua, proteínas, grasa y fibra de la muestra ha
sido rota por la acción del solvente.
El método de Luke y colaboradores (1988) sustituyó el acetonitrilo del método de Mills y colaboradores (1963) por la acetona, y
obtuvo valores parecidos. La extracción triple con acetona rompió
en su totalidad los enlaces con la matriz de la muestra, dejando al final de la extracción un polvo blanco de celulosa. El método de Waliszewski y Waliszewski (1986a, 1997) reveló los resultados compatibles
de recuperación con los métodos de Mills y colaboradores (1963) y
de Luke y colaboradores (1988), y además una elevada recuperación
para los insecticidas polares, solubles en agua, como el metamidofos.
Por lo tanto, y con base en los estudios mencionados, se pueden
recomendar los tres solventes (acetonitrilo, acetona y acetato de etilo)
como los más apropiados en la determinación de residuos de pestici162
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
das, tomando en cuenta la cantidad de agua contenida en la muestra
para desactivar con agua los centros activos de una muestra seca.
Aunque es posible extrapolar el valor de la extracción entre las
muestras pobres en grasa, el problema se complica con las muestras
grasosas. Los estudios de fortificación antes mencionados, que proporcionaron la recuperación desde 77 hasta 92%, constituyen hasta
la fecha el método reconocido y recomendado por la aoac para la
extracción de grasas. Es importante mencionar que la aoac publica
periódicamente las referencias consideradas como oficiales y de calidad para poder realizar estudios analíticos de residuos de pesticidas
(Waliszewski, 2001).
Residuos enlazados y conjugados
Los términos residuos enlazados y residuos conjugados provienen de
estudios con pesticidas marcados con elementos radioactivos que se
aplicaron a plantas, animales y suelo, los cuales fueron no extraídos
por métodos convencionales. Los plaguicidas y sus metabolitos obtenidos de la matriz como resultado de la interacción con los productos naturales de las plantas, animales o suelo se denominan residuos
conjugados. El material radioactivo atrapado y que no se extrajo
durante las extracciones con solventes se denomina residuos enlazados. Hasta ahora no se ha definido con exactitud qué parte de un
pesticida es atrapada por la estructura de la matriz, por un tipo desconocido de enlaces, o dónde los metabolitos de los pesticidas son
químicamente enlazados por un fragmento insoluble (Szymczynski y
Waliszewski 1982; Waliszewski, 2001).
Las investigaciones realizadas en el campo con pesticidas marcados con el carbono C14 para comparar la eficacia de varios solventes
orgánicos, indican al metanol como el solvente con mayor capacidad
de recuperar el pesticida marcado (Gorbach, 1977; citado por Waliszewski, 2001; Wheeler et al., 1983). La mayor potencia del metanol
en recuperar el pesticida marcado con C14 se explica por su participación en reacciones solvolíticas, que liberan los pesticidas enlazados de las matrices insolubles, así como por la mayor polaridad que
permite competir con los enlaces electroestáticos entre el pesticida y
la matriz de una muestra.
163
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
Las tolerancias establecidas por las autoridades sanitarias no incluyen en sus normas a los residuos enlazados y conjugados (esto en
Estados Unidos; para México se desconocen). Su grado de toxicidad
en forma de un complejo se considera como baja, pero al liberarse
en el tracto digestivo con los alimentos, en sus condiciones hidrolíticas, pueden presentar un valor tóxico que no se ha considerado;
por ello se recomienda el uso de condiciones hidrolíticas durante
la extracción o un solvente de gran polaridad, que permita liberar a
los plaguicidas atrapados por los enlaces de las sustancias naturales,
para lograr la extracción completa de los residuos contenidos en una
muestra estudiada (Gorbach, 1977, citado por Waliszewski, 2001;
Szymczynski y Waliszewski, 1982).
Selección del solvente y la concentración del extracto
En la selección del solvente la propiedad más importante es su temperatura de ebullición (t. eb.), que determina el tiempo necesario
para concentrar el extracto a un grado requerido para alcanzar la
sensibilidad de la técnica analítica. El uso de un solvente con temperatura de ebullición baja reduce significativamente el tiempo
requerido para su concentración. Como ejemplo, se puede citar uno
de los métodos antiguos que utilizó una columna cromatográfica con
carbono en la purificación del extracto de acetonitrilo. El método
contempló la recuperación de los residuos de plaguicidas utilizando
acetonitrilo (t. eb. 81.6o C), benceno (t. eb. 80.1o C) y después acetato
de etilo (t. eb. 77o C). Al evaporar la mezcla de los solventes hasta
1 ml, se agregó isopropanol (t. eb. 82.5o C) y se concentró dos veces
para remover los restos de acetonitrilo. Luke y colaboradores (1988)
en su método consideraron el paso de purificación del extracto acetónico recuperando los residuos de pesticidas de la columna con
cloruro de metileno (t. eb. 39.8o C) y acetona (t. eb. 56.3o C). Los residuos de cloruro de metileno que disuelven las fases de las columnas
y afectan a los detectores de cromatógrafos de gases fueron removidos por éter de petróleo. El tiempo necesario para la concentración
de los solventes en el método de Luke y colaboradores (1988) fue de
15 min, en comparación con las una a tres horas necesarias para la
concentración de los solventes pesados (Szymczynski y Waliszewski,
1982; Waliszewski, 2001).
164
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Las técnicas analíticas que utilizan hexano (t. eb. 69o C) como
solvente se pueden modificar si se sustituye por la fracción de éter
de petróleo 40-60o C o mejor por la fracción de 40-50o C (Waliszewski y Rezepczynski, 1980). En comparación con el tiempo requerido
para concentrar 100 ml de un solvente en el concentrador de Kuderna-Danish, el éter de petróleo necesita sólo 5 min, mientras el
hexano demora hasta 20 min. Por ello, el éter de petróleo se puede
utilizar en lugar de benceno (que además es muy tóxico), y el cloruro
de metileno en vez de cloroformo o tetracloruro de carbono.
El uso de acetona en la determinación de residuos de pesticidas
presenta ventajas sobre el acetonitrilo, el cual afecta y se considera
como un veneno para los detectores selectivos de cromatógrafos de
gases; por ello es necesario un cambio de solvente eliminando los
residuos de acetonitrilo antes de realizar una corrida cromatográfica. El metanol, cuya molécula es parecida a la de la acetona, no
está permitido en el análisis residual por su propiedad solvolítica.
Los estudios comparativos de la respuesta de un cromatógrafo de
gases en soluciones de carbarilo en metanol y en acetona revelaron
picos grandes y reproducibles en la solución acetónica, mientras que
en la solución metanólica los picos apenas fueron detectados. Estos
resultados indican una gran reactividad solvolítica del metanol. En
otros estudios se han comparado las respuestas cromatográficas de
las soluciones de clorotalonilo, preparadas en metanol, acetona e
isooctano, y hay una respuesta de 70% en la solución metanólica en
comparación con 100% de los otros solventes. Además, los estudios
de concentración de los extractos en el aparato de Kuderna-Danish
revelaron que el metanol prácticamente estaba destruyendo a los
pesticidas, razón por la que sólo se usa como participante de las
mezclas de extracción para romper los enlaces entre el pesticida y la
matriz de una muestra (Waliszewski et al., 1997; Waliszewski y Rezepczynski, 1980).
Para la concentración de extractos voluminosos hasta unos mililitros, algunos analíticos inclinan su preferencia por el aparato de
Kuderna-Danish, el cual con algunas modificaciones permite evaporar, en paralelo, varias muestras. El rotavapor con una baja presión
requiere mucho cuidado para no perder los residuos de pesticidas
cuando el extracto se está evaporando casi hasta sequedad. Los estudios sobre la recuperación de pesticidas durante la concentración
165
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
de extractos con el rotavapor indicaron que las mayores pérdidas de
pesticidas son causadas por el chorro de aire que entra y pasa por
la muestra para equilibrar la presión. La modificación del aparato
consistió en la eliminación de la manguera que conduce el aire hacia
el matraz que contiene la muestra, y se eliminó así el paso directo
de aire por la muestra; lo que proporcionó resultados sorprendentes durante el proceso de concentración, logrando hasta 100% de
recuperación para los pesticidas muy volátiles, como el diclorvos y
aldicarb (Waliszewski y Waliszewski, 1992).
El chorro de nitrógeno se utiliza con frecuencia para reducir el
volumen final de la muestra antes de analizarla por cromatografía de
gases o líquidos. Se han detectado grandes pérdidas de la mayor parte de los residuos de pesticidas, ya que son volátiles, y especialmente
cuando el volumen del solvente se aproxima a sequedad. Las pérdidas bajo estas condiciones pueden ser menores cuando la solución
se concentra antes del paso de purificación, ya que los residuos están
protegidos por las sustancias coextraídas procedentes de la muestra.
El uso de la microcolumna de Snyder permite concentrar rápidamente la cantidad del extracto hasta 0.1 a 0.3 ml en baño maría y
bajo un chorro de nitrógeno, sin tener pérdidas significativas de los
pesticidas. Esta técnica se recomienda sólo para las soluciones relativamente limpias, ya que los extractos crudos por la presencia de
sustancias de origen natural pueden causar pérdidas por proyección
rápida del solvente (Waliszewski y Waliszewski, 1992).
Principios de purificación
Durante el análisis de residuos de pesticidas, de ser posible se debe
evitar el paso de purificación del extracto, que siempre origina pérdidas de los pesticidas o sus metabolitos. Hasta el proceso cromatográfico de permeación por geles que separa los compuestos químicos
de acuerdo con su peso molecular, causa algunas pérdidas inexplicables, ya que teóricamente el plaguicida debería recuperarse en
forma cuantitativa. El desarrollo de los detectores específicos de
cromatógrafos de gases, redujo la necesidad del paso de purificación de los extractos, disminuyendo el fondo de la muestra, que no
fue posible de lograr con el detector de captura de electrones (ecd)
(Drescher et al., 1983, citado por Waliszewski y Waliszewski 1986a,
166
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
1986b; Waliszewski, 2001). Las muestras grasosas siempre requieren
el paso de separación de las grasas, las cuales, por ser poco volátiles,
se acumulan en el inyector del cromatógrafo y afectan el proceso
de cuantificación y separación de los compuestos determinados, e
interfieren también en la inyección subsiguiente. La purificación del
extracto durante el análisis de pesticidas a veces es indispensable,
cuando en la determinación de una muestra no purificada se obtienen resultados irregulares con un gran fondo o el pico del pesticida es
deformado o sobrepuesto por otra sustancia procedente de la muestra. El proceso de purificación también resulta benéfico por el hecho
de que el pesticida se recupera de una columna con absorbentes que
tienen un volumen característico y previamente establecido para un
pesticida, confirmando así su identidad (Drescher et al., 1983; citado
por Waliszewski y Waliszewski 1986a, 1986b; Waliszewski, 2001).
Partición
Generalmente la técnica de partición se utiliza para remover de los
extractos de la muestra el agua y otras sustancias polares, solubles
en agua, como azúcares o almidones. Esta técnica suele identificarse
como la parte íntegra que sigue después de la extracción de una
muestra. Mills y colaboradores (1963) en su método utilizan la partición con agua para remover los solventes hidrosolubles utilizados
en la extracción cuando su presencia no es deseada y pueden interferir en el proceso de purificación. Durante este paso los pesticidas
con mayor grado de hidrosolubilidad (por ejemplo el metamidofos)
pueden presentar grandes pérdidas en su recuperación (Waliszewski
y Waliszewski, 1986a). El método de Luke y Masumoto (1987) no
contempla la adición de agua, por lo que revela una buena recuperación de los pesticidas polares y no polares.
El contenido de grasa en el extracto se puede reducir por la partición entre el acetonitrilo y el éter de petróleo (Waliszewski, 1981;
Waliszewski y Waliszewski, 1986b). El principio de esta técnica consiste en la poca solubilidad de las grasas en el acetonitrilo y una muy
buena solubilidad en el éter de petróleo. Una muestra que contiene
hasta 3 g de grasa en su extracto, por medio de la partición reduce su
contenido a 0.2 g o menos, cantidad aceptable para la cromatografía
de columna. Si se repite tres veces la partición entre el acetonitrilo
167
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
y el éter de petróleo, muchas veces se habilita una muestra grasosa
para su inyección inmediata al cromatógrafo de gases. Esta partición
remueve sólo las grasas, y a veces es necesario realizar la purificación en la columna cromatográfica para separar los plaguicidas de
los compuestos procedentes de la muestra que interfieren en la determinación final.
Cromatografía de adsorción
Florisil
El florisil es una mezcla de minerales con gran poder adsorbente
para algunas sustancias orgánicas. El florisil contiene una mezcla de
15.5% de MgO, 84.0±0.5% Si02, 0.5-1.0% Na2SO4 que es purificada
en el horno a 677o C durante su proceso de fabricación. Antes de su
uso el florisil se activa en el laboratorio por un tiempo mínimo de
cinco horas a 130o C. Su fuerza de adsorción se verifica por la elución
de 1 ml de una mezcla de testigos de pesticidas para identificar el
porcentaje de recuperación, así como para establecer las mezclas de
solventes idóneas para la recuperación cuantitativa de los pesticidas
y la recuperación menor posible de sustancias que interfieren en la
determinación cromatográfica. De las mezclas de solventes utilizadas para la elución se pueden mencionar las siguientes:
• Éter de petróleo y cloruro de metileno (80+20) (Stijve y
Cardinale, 1974; Bong, 1975; Stijve y Brand, 1977).
• Hexano y cloruro de metileno (80+20) (Smyth, 1972).
• Hexano y éter etílico (96+4) (Solomon, 1979).
• Hexano y éter etílico (95+5) (Dmochewitz y Ballschmiter, 1982).
Szymczynski y Waliszewski (1982) desactivaron el florisil previamente
activado a una temperatura de 130o C, pasando por la columna una
mezcla de éter de petróleo y éter etílico con 2% de etanol (70+30) y
los residuos de pesticidas se recuperaron con una mezcla de éter de
petróleo y éter etílico con 2% de etanol (94+6), lo que disminuyó de
manera significativa el volumen de los solventes con una recuperación cuantitativa de los pesticidas estudiados.
Para mejorar la separación de los pesticidas de los carotenos y
los sulfatos orgánicos procedentes de las muestras, cubrieron la su168
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
perficie del florisil con nitrato de plata (Beyer, 1981, y Thier, 1981,
citados por Suzuki et al., 1979; Waliszewski, 2001).
La purificación de los extractos en las columnas empacadas con
florisil se recomienda para los pesticidas no polares o moderadamente polares (Viersino et al., 1971). Por ello, la estandarización
del florisil se realiza con compuestos relativamente no polares. Los
pesticidas polares, como el metamidofos, debido a su fuerte enlace
con el adsorbente son casi imposibles de recuperar. Cierta variación
en la fuerza adsorbente del florisil entre los lotes diferentes puede
afectar la elución de los pesticidas estudiados, lo que indica cambios
importantes en el volumen de elución, especialmente para los pesticidas más polares. Al cambiar a un lote nuevo se recomienda realizar
un estudio de elución para determinar el volumen de retención para
los plaguicidas estudiados y evaluar el porcentaje de recuperación
durante el proceso de purificación de la muestra.
Óxido de aluminio
El óxido de aluminio se introdujo en el análisis de residuos de pesticidas sustituyendo al florisil, con la ventaja de su menor precio y
condiciones constantes de adsorción. Para recuperar los residuos
de pesticidas de una columna de óxido de aluminio se utilizan los
mismos solventes orgánicos recomendados para el florisil; para
mejorar la recuperación de los pesticidas de una columna de óxido
de aluminio, se procede a la desactivación previa con una determinada cantidad de agua. Así, para el análisis Greve y colaboradores
(1974, citado por Waliszewski, 2001) utilizaron óxido de aluminio
Woelm básico desactivado con 9% de agua.
Steinwandter y colaboradores (1975, 1979, citados por Waliszewski, 2001) seleccionaron el óxido de aluminio básico Merck Art.
1061 desactivado con 3 ó 4% de agua como el idóneo, y que permitió
obtener picos angostos de volumen de elución durante el análisis de
residuos de pesticidas. Para obtener mejores resultados de purificación de los extractos de pesticidas en comparación con el florisil,
Wells y colaboradores (1977) y Kveseth y Brevik (1979) desactivaron el óxido de aluminio con 5% de agua antes de su uso; mientras
que Telling y colaboradores (1977) lo desactivaron hasta con 10% de
agua para mejorar la recuperación de los pesticidas de una columna
169
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
cromatográfica, manteniendo una buena purificación de los extractos de las muestras.
Gel de sílice
El gel de sílice desactivado previamente con una determinada cantidad de agua introdujo en el análisis de pesticidas por la fuerte y
selectiva adsorción de algunos pesticidas por el florisil y el óxido de
aluminio, que causó una disminución significativa de recuperación,
así como por un mayor precio de ambos adsorbentes. Lo anterior
recomendó al gel de sílice desactivado con 0.5 hasta 30% de agua
para la purificación de los extractos durante el análisis con una recuperación cuantitativa de los pesticidas estudiados. Kveseth y Brevik
(1979) han recomendado para el análisis de pesticidas el gel de sílice
Woelm 0.063-0.2 mm activado durante 24 horas en el horno a 130o C
y después desactivado con 0.5% de agua. Sin embargo, Steinwandter (1980, citado por Waliszewski, 2001) y Steinwandter (1982) han
recomendado como idóneo el Kieselgel 60, 70-230 mesh de Merck
Art. 7734, activado durante 16 horas en el horno a 130o C y desactivado después con 10% de agua. El proceso de miniaturización del
análisis de los pesticidas llevó consigo a una drástica disminución de
la cantidad del adsorbente utilizado hasta 1 g, lo que en consecuencia redujo el volumen de los solventes orgánicos necesarios para la
recuperación de los residuos de pesticidas (Specht y Tillkes, 1980;
Lores et al., 1987; Cetinkaya, 1988). Este procedimiento permitió
reducir significativamente hasta en 80% el costo durante el análisis
de residuos de pesticidas.
Carbón
El objetivo de los métodos analíticos que utilizan el carbón es remover de los extractos las sustancias orgánicas de peso molecular mayor,
como los pigmentos de plantas y grasas. Normalmente el carbón se
mezcla con óxido de magnesio o con Celite® 545, y después de pasar
el extracto por la columna, los residuos de pesticidas se recuperan
con acetona o con cloruro de metileno. El carbón tiende a adsorber
con mayor fuerza los compuestos clorados y los que contienen el
anillo de benceno en su estructura química. Si el uso del carbón es
170
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
indispensable para purificar un extracto que contiene un pesticida
con el anillo bencénico, para recuperarlo se necesita una mezcla de
solventes muy polares, como benceno y acetonitrilo. Los pesticidas
polares (como metamidofos) han reaccionado con el carbón disminuyendo drásticamente la recuperación. El uso del carbón y sus derivados en el análisis de residuos de pesticidas se recomienda para las
muestras que contienen compuestos de azufre y que interfieren en
la determinación cromatográfica. Los estudios de Luke y Masumoto
(1987) sobre el poder de purificación del carbón de origen distinto
no indicaron diferencias en la capacidad de detener los pesticidas
entre los diversos lotes de carbón ni en la capacidad de purificar
los extractos estudiados. La mezcla de carbón con ácido no reveló
su influencia para detener los pesticidas ni tampoco en la calidad
del eluato. En el desarrollo de métodos analíticos de pesticidas el
carbón no es de gran importancia, y encuentra su uso sólo en algunos
casos específicos.
Diatómitos
Para purificar los extractos acetónicos de vegetales fortificados con
24 insecticidas organofosforados, Hopper (1988) ha introducido los
diatómitos desactivados con fosfatos. Los resultados de recuperación indicaron valores excelentes de 100% de los pesticidas, y hasta
80% de recuperación del metamidofos, conocido por ser muy difícil
de recuperar de los demás adsorbentes.
Permeación por geles
Otro método en la purificación de los extractos vegetales y animales
durante el análisis de los residuos de pesticidas es la cromatografía sobre geles. Este proceso consiste en una filtración fraccionada
a través de resinas colocadas en una columna cromatográfica que
separa los compuestos químicos de acuerdo con su peso molecular.
Como fases estacionarias se utilizan geles granulados, y como medio
de elución, mezclas de solventes orgánicos. En el análisis de los residuos de pesticidas, la permeación por geles fue utilizada por primera
vez por Stalling y colaboradores (1972, citado por Waliszewski, 2001)
para purificar un extracto de aceite de pescado que pasaron por una
171
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
columna de 27 cm de longitud empacada con resina Bio-Bead sx-2.
La elución de los pesticidas se realizó con ciclohexano. Los estudios
subsiguientes realizados por Stalling (1974, citado por Waliszewski,
2001), Griffitt y Craun (1974) y Johnson y colaboradores (1976)
seleccionan a la resina Bio-Bead sx-3 y a una mezcla eluyente de
tolueno y acetato de etilo (1+3) como los más apropiados para el
análisis de residuos de pesticidas. Meemken y colaboradores (1977,
citados por Waliszewski, 2001) ocuparon una columna más larga de
35 cm de longitud empacada con resina Bio-Bead sx-3 en el análisis,
y eluyeron los pesticidas con una mezcla de tolueno y acetato de etilo
(1+3). Posteriormente varios estudios (Fuchsbichler, 1979; Specht
et al., 1979; Ault et al., 1979; Beyer, 1981; citados por Waliszewski,
2001) uti1izaron la permeación por geles sobre la resina Bio-Bead
sx-3 y una mezcla de ciclohexano y cloruro de metileno en proporción (85+15) como eluyente en la recuperación de los pesticidas para
purificar las muestras ambientales contaminadas con éstos. Al investigar el comportamiento de 90 pesticidas durante el proceso de purificación de los extractos, Specht y Tillkes (1980), Sandmeyer (1981)
y Hopper y colaboradores (1988) obtuvieron mejores resultados de
purificación y recuperación al realizar la permeación sobre primera
resina Bio-Bead sx-3 y recuperar los pesticidas con una mezcla de
acetato de etilo y ciclohexano (1+l). En la purificación de los extractos de alimentos en la determinación de 85 pesticidas Hopper (1981)
obtuvo muy buenos resultados de purificación y recuperación con
la resina orpva-2000, al utilizar la mezcla de cloruro de metileno y
acetona (30+70) como eluyentes.
Waliszewski (2001) hace referencia a la compañía abc Laboratory que ha desarrollado un sistema automático para procesar sobre
una columna empacada con resina Bio-Bead sx-3 23 muestras de
extractos vegetales o animales en la determinación de los residuos
de pesticidas. Durante la noche, en el tiempo de descanso del personal del laboratorio, el sistema realizó la etapa de purificación de los
extractos y recolectó para el día siguiente los eluatos limpios y listos
para la determinación cualitativa y cuantitativa por cromatografía.
Cole y colaboradores (2002) mencionan los métodos analíticos
para determinar el nivel de contaminantes organoclorados en peces
depredadores de los Grandes Lagos, Estados Unidos. A continuación se describen.
172
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
Para la determinación en lípidos se obtuvieron muestras de suero de 9.5 ml, se les agregó el rojo-cima, se utilizó como separador el
gel de sílice. Se centrifugaron los tubos con la muestra a varios volúmenes y se pusieron en refrigeradores. Un nivel o perfil del lípido (el
colesterol total, colesterol de lipoproteína de alta densidad, colesterol de lipoproteína de baja densidad y triglicéridos) se determinan
con varios métodos, señalados por Cole y colaboradores (2002). Los
fosfolípidos se aislaron mediante cromatografía de capa delgada y
cromatografía de gases (Holub y Skeaf, 1987; Ferrier et al., 1995).
Para la determinación de contaminantes organoclorados las
muestras se ponen en bifenilos policlorados (pcbs) y en 10 ml de
lavanda-cima Vacutainer® que contiene el ácido etilendiaminotetraacético, para realizar el análisis de los pesticidas organoclorados.
La muestra se centrifuga y se colecta el plasma, el cual se transfiere
a una pipeta de vaso de Teflón® rayado; se refrigera posteriormente.
Son determinados los plaguicidas organoclorados como diclorodifenildicloroetileno (por ejemplo, el dde) y el diclorodifeniltricloroetano (por ejemplo, el ddt) al 0.03 µg/l; y hexaclorobenzeno (hcb),
hexaclorociclohexano (hch), mirex, oxiclordano y transnonacloro al
0.02 µg/l.
Los métodos analíticos
Se basan generalmente en separación cromatográfica y son métodos
caros y lentos, que requieren de una preparación de muestra compleja, de personal calificado y de un laboratorio muy equipado.
La cromatografía de gases es la técnica más empleada para el
análisis multirresidual de pesticidas, siendo capaz de conseguir límites de detección muy bajos (μg/l-ng/l). Muchos métodos oficiales de
análisis están basados en esta técnica (empleando como detectores
nitrógeno y fósforo) de captura electrónica, de ionización de llama o
de espectrometría de masas.
Para el análisis de compuestos de alto peso molecular, altamente
polares o térmicamente lábiles, se emplea la cromatografía líquida
de alta resolución, la cual es muy usada en la actualidad, especialmente con el acoplamiento a un espectrómetro de masas.
173
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
El inmunoensayo
Es un test bioquímico en el que se mide la concentración de una
sustancia en un medio biológico basándose en la reacción de un anticuerpo a un antígeno. La ventaja de los anticuerpos es su elevada
afinidad al antígeno en cuestión.
Los ensayos elisa (enzyme-linked immuno sorbent assay) son un
tipo de inmunoensayo en el que se realizan simultáneamente numerosas determinaciones en una placa de 96 celdas o pocillos.
Existen numerosos kits elisa para detectar pesticidas y se trata
de un procedimiento muy adecuado para controlar la presencia de
un residuo en muchas muestras. Sin embargo, requiere de personal
calificado y de un laboratorio bien acondicionado.
Los biosensores
Las posibilidades de los biosensores consisten en ser un método
rápido de medida, económico, automatizado y sencillo de utilizar,
pero previamente es necesario avanzar en algunos aspectos relevantes como:
• Homogenizar las materias activas empleadas en los diferentes
países, de modo que se emplee un menor número de plaguicidas
pero a mayor escala.
• Desarrollar biosensores pequeños y portátiles que permitan su
utilización tanto en campo o como en agroindustria.
• Validar los nuevos instrumentos y técnicas para que sus resultados sean comparables con los que se obtienen con las técnicas
analíticas de referencia.
Conclusiones
Actualmente los procesos ecológicos y todos los organismos integrantes de los ecosistemas que en conjunto integran la biosfera, se
encuentran seriamente amenazados por el empleo excesivo o poco
cuidadoso de pesticidas. El uso de estos productos pretende mejorar
la calidad de vida de grupos humanos, ayudando a proveerlos de
alimentos suficientes mediante el combate a los vectores que causan
174
Pesticidas: efecto y detección en animales silvestres
enfermedades en animales y plantas, propiciando con frecuencia
situaciones ambientales totalmente indeseables y peligrosas. Razón
por la cual es muy importante considerar antes de tomar una decisión sobre el uso de cualquier pesticida, tener la información precisa
sobre las ventajas y riesgos del uso de estas sustancias, teniendo en
cuenta las condiciones establecidas para su utilización, así como las
propiedades adversas, como la persistencia o secuelas que pueden
ocasionar.
Siempre existe algún nivel de toxicidad en los pesticidas, aun
cuando sean productos poco tóxicos, ya que se ha demostrado que
afectan gravemente la salud de los animales silvestres incluso cuando llegan a ser expuestos a cantidades mínimas. Estos problemas de
salud no sólo dependen de la toxicidad del producto, sino también
de la cantidad de exposición al pesticida.
Como consecuencia encontramos que algunas especies de animales silvestres son más sensibles que otras a los efectos de determinados pesticidas, a tal grado que importantes poblaciones, principalmente de varias especies de aves, peces y otros vertebrados han
llegado a considerase en diversas categorías de riesgo.
Una de las alternativas que intentan reducir el exceso en el uso
de pesticidas es el “manejo integrado de plagas”. Éste consiste en
encontrar y emplear métodos biológicos, culturales y otros para reducir las poblaciones de insectos plaga, de tal manera que ocasionen
el menor impacto ecológico, económico y productivo, induciendo
que los sistemas sean menos dependientes de los pesticidas.
Otra opción es la agricultura orgánica, que excluye el empleo de
pesticidas y se basa en la aplicación de abonos orgánicos y prácticas
agrícolas que están diseñadas para restablecer y mantener un balance ecológico, por ejemplo entre insectos plagas e insectos benéficos.
De manera concreta, el manejo de plagas se lleva a cabo aplicando
controles como la rotación de cultivos, el reciclaje de residuos, el incremento de poblaciones de insectos benéficos, los cultivos trampa,
los atrayentes, la diversificación del hábitat, entre otros.
Se reconocen varios métodos de control de plagas; sin embargo,
el más empleado es el químico, debido a su rapidez de acción, lo cual
asegura beneficios inmediatos. En cualquiera de los casos se deben
considerar algunos aspectos, como:
175
Amparán-Salido y Navarro-Rodríguez
•
•
•
•
•
•
•
Homogenizar el uso de pesticidas empleados en diferentes países. Al mismo tiempo, establecer los criterios de uso y aplicación
de los mismos.
Desarrollar biosensores pequeños y portátiles que permitan su
utilización en campo, laboratorio y en la industria.
Desarrollar sistemas multianalíticos que sean capaces de detectar la presencia de más de un único ingrediente plaguicida.
Reducir los costos de los análisis para la determinación de los
compuestos pesticidas.
Validar los nuevos instrumentos y técnicas para que sus resultados sean comparables con los que se obtienen con las técnicas
analíticas de referencia.
Aplicar correctamente los plaguicidas de acuerdo con las recomendaciones del fabricante, siguiendo las correspondientes medidas de seguridad, aplicando las dosis adecuadas.
Establecer y respetar a todos los niveles una normatividad nacional sobre la regulación de los residuos pesticidas, la cual sea
revisada y actualizada frecuentemente, así como una inspección
continua a los fabricantes y usuarios de estos productos.
El uso intensivo de los pesticidas implica la necesidad de tener al
alcance las técnicas de muestreo y análisis adecuadas, como de bajo
costo, para determinar las concentraciones de residuos de estas sustancias en animales, plantas, agua, suelo y otros, para que dado el
caso estar en condiciones de determinar la afectación ambiental. La
presencia de plaguicidas en concentraciones superiores a los límites
establecidos sugiere la necesidad de realizar monitoreos de vigilancia
de manera permanente por parte de la autoridad correspondiente.
Para ello se recomienda implementar programas de monitoreo dirigidos a la protección de la fauna y flora silvestre, el ambiente, y por
consiguiente la salud humana.
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182
Capítulo IX
Metales pesados en ecosistemas
costeros y cocodrilos
César Cedillo-Leal
Eugenia Cienfuegos-Rivas
Armando H. Escobedo-Galván
Introducción
Los ecosistemas acuáticos como lagunas costeras, manglares, estuarios y humedales dulceacuícolas son considerados los ecosistemas
más productivos del planeta. Su alta productividad está relacionada
con la disponibilidad de diferentes nutrientes que provienen principalmente de los ríos y los escurrimientos. Uno de los ecosistemas
acuáticos más importantes son los humedales, los cuales son de vital
importancia al ofrecer diferentes beneficios económicos y ecológicos. Entre los beneficios económicos destaca el abastecimiento
de agua tanto en calidad como en cantidad, ya que los humedales
aportan el 90% del agua de consumo humano. Asimismo, la pesca
de diferentes especies de peces y crustáceos que utilizan estos ecosistemas como áreas de crianza, alimentación y reproducción, es
otro de los beneficios en términos económicos. La agricultura se ve
beneficiada por estos ecosistemas ya que retienen nutrientes y por
el mantenimiento de las capas freáticas. En los últimos años uno de
los mayores beneficios ha sido el derivado del ecoturismo en zonas
costeras a nivel mundial.
183
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
En cuanto a los beneficios ecológicos, los ecosistemas de manglar destacan como zonas de amortiguamiento contra las inundaciones. Otro aspecto muy importante es su función como biofiltros,
por lo que se les conocen como los riñones del medio ambiente al
realizar la purificación del agua mediante la retención de nutrientes,
sedimentos y contaminantes que provienen de las descargas urbanas, industriales y agrícolas. Se conoce que algunos humedales son
capaces de disminuir las concentraciones de nitratos hasta en 80%.
También tienen la capacidad de absorber metales pesados y algunos
compuestos orgánicos. Las aguas de los humedales son de corriente
lenta, lo cual permite que algunos patógenos sean consumidos por
organismos del ecosistema.
Actualmente las actividades humanas, en particular la contaminación, es una de las principales amenazas que presentan los ecosistemas acuáticos como consecuencia de la mala planificación del
desarrollo urbano, industrial y agrícola-ganadero principalmente.
Pesticidas, herbicidas, organoclorados, fertilizantes, metales pesados
y derrames petroleros han generado un impacto negativo alterando las funciones vitales de los ecosistemas acuáticos y a la flora y
fauna que habitan en ellos. Algunos estudios han señalado que los
ecosistemas acuáticos dañados tardan varios años en recuperarse y
probablemente tenga consecuencias irreversibles o una pérdida total
del mismo (Duke et al., 2007). Sin embargo es difícil estimar el nivel
de contaminación (capacidad de carga) que tolera un ecosistema, así
como el nivel de daño que produce. Muchos contaminantes, entre
ellos los metales pesados son persistentes y presentan un efecto negativo. En la flora y la fauna, el mayor efecto que tienen es la bioacumulación y su entrada en la cadena trófica. La contaminación por
metales pesados ha repercutido en una disminución de la capacidad
de los humedales para actuar como fuentes confiables y limpias de
agua. Se estima que el costo económico anual por la contaminación
de los humedales es de 16,000 millones de dólares.
En cuanto a la flora y la fauna, la ingesta de metales pesados depende de sus necesidades ecológicas, el metabolismo del individuo
y el nivel de contaminación que presente el agua, el sedimento y el
alimento. Los organismos acuáticos tienen la capacidad de acumular los metales pesados en sus tejidos y órganos en concentraciones
superiores a las de su medio acuático, por lo cual se pueden utili184
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
zar como indicadores biológicos (Kalisivska et al., 2004; Saha et al.,
2006). Los organismos contaminados por metales pesados pueden
presentar alteraciones reproductivas, causando una disminución en
la fecundidad, la fertilidad, mutaciones y una alta mortalidad, que a
largo plazo podrían representar una baja de ejemplares de todas las
edades y tallas, destacando los reproductores (Semlitsch et al., 2000;
Matson et al., 2006).
Los metales pesados se bioacumulan en los organismos, dependiendo de su posición dentro de la cadena trófica; comúnmente son
absorbidos por varias vías y fijados en la grasa corporal de los organismos causando algún tipo de afectación a largo plazo. En algunos
otros casos los metales pesados pueden pasar de una generación a
otra por vía materna (madre-cría). Este proceso de bioacumulación
tiene mayor impacto en los organismos que se encuentran en el final de la cadena trófica, como las aves rapaces, peces, mamíferos
(Aulerich et al., 1973; Kubiak et al., 1989; Colborn, 1991; Hoffman
et al., 1993; Giesy et al., 1994) y especialmente en animales de gran
longevidad como las tortugas y los cocodrilos (Bishop et al., 1991).
En el presente capítulo se presenta una revisión sobre los efectos
de metales pesados en ecosistemas costeros y sus implicaciones y
consecuencias sobre poblaciones de cocodrilos, como indicadores de
salud ambiental.
La contaminación en ecosistemas acuáticos
Los ecosistemas acuáticos están siendo dañados por diferentes
acciones, entre las que destacan la contaminación por metales pesados tales como: arsénico (As), cadmio (Cd), cromo (Cr), mercurio
(Hg) y plomo (Pb), entre otros. La presencia de estos contaminantes
está relacionada principalmente con las actividades antropogénicas, entre las que destacan la industria que mediante la fabricación,
manipulación y desecho de diferentes herramientas, pinturas y accesorios producen partículas y vertidos que terminan en los cuerpos de
agua. Otra fuente de contaminación importante para los ecosistemas
acuáticos son los desechos urbanos como aceites comestibles, restos
de pinturas y aerosoles, principalmente, los cuales son vertidos por
las cañerías de los hogares hasta llegar a estos ecosistemas. Los vehí185
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
culos también aportan una cantidad importante de metales pesados
al ambiente por medio del humo (partículas), la gasolina y los aceites
de motor que son tirados en las calles y que por medio de escorrentías llegan a los ecosistemas acuáticos. La agricultura y ganadería,
aunque en menor cantidad, también aportan contaminación por
medio de fertilizantes, abonos sintéticos, herbicidas, plaguicidas que
se aplican a las plantas. En el caso del ganado, los productos que se
aplican como insecticidas y antibióticos que por medio de filtración
y escorrentías terminan depositados en los cuerpos de agua superficiales y subterráneos.
Los metales pesados se pueden clasificar en dos grupos: a) los
esenciales, que son necesarios para un crecimiento normal de los
organismos, pero tóxicos si se excede en cantidades; éstos pueden
estar unidos a proteínas o metaloproteínas como las hemoglobinas y
hemocianinas (Das et al., 2003), y b) los no esenciales, los cuales no
tienen ninguna función biológica en los organismos y son altamente
tóxicos (Das et al., 2003). En general su persistencia, su acumulación
y su transferencia representan una amenaza para los ecosistemas y
la salud de los organismos vivos. Los metales pesados no esenciales
como el Cd, Cr y Pb son extremadamente tóxicos ya que son solubles en agua y los organismos los absorben, asimilan y acumulan
fácilmente ya sea por exposición o almacenamiento. Por otro lado,
tienden a combinarse con las enzimas antioxidantes e inhibir su funcionamiento ocasionando incremento en el estrés oxidativo celular
(Villeda-Hernández et al., 2001; Soltaninejad et al., 2003). En consecuencia, altas concentraciones de estos elementos pueden causar
trastornos en la salud mediante daños fisiológicos o neuronales graves. Los metales pesados no esenciales al entrar en los ecosistemas
acuáticos, una parte se mezclan con el agua y otra es depositada en
los sedimentos donde es absorbida y acumulada por los diferentes
microorganismos, macroinvertebrados bentónicos y plantas acuáticas, y es aquí donde inicia la bioacumulación en la cadena trófica.
Los metales pesados resultan perjudiciales para la fauna acuática, ya que al entrar a su organismo se fijan y bioacumulan en varios
órganos y tejidos, donde interfieren en diferentes funciones fisiológicas mediante inhibición, bloqueo o destrucción de enzimas. Alteraciones en el comportamiento natatorio, el retardo de mudas en
los crustáceos, las alteraciones a nivel del grupo hemo, el sistema
186
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
nervioso central, a nivel renal, cardiovascular hepático, así como alteraciones en el crecimiento, daños y alteraciones en el aparato reproductor, son algunos de los trastornos asociados a la presencia de
metales pesados.
Contaminación en suelo, sedimentos, vegetación
y microorganismos
Sedimentos
Actualmente la mayor cantidad de metales en los sedimentos es de
origen antropogénico (Clements y Ress, 1997; Márquez et al., 2000).
La caracterización de los sedimentos en los ecosistemas acuáticos permite conocer las condiciones de las concentraciones de contaminantes
y su efecto en los procesos físicos, químicos y biológicos del medio
acuático (Concalves et al., 1990; Dassenakis et al., 1997); por lo cual la
calidad de los sedimentos es un importante indicador de la contaminación de los ecosistemas acuáticos (Santos-Bernejo et al., 2003).
La entrada de los metales pesados en los sedimentos es un problema serio para los ecosistemas acuáticos, debido a que estos metales se disuelven en el agua y se precipitan fijándose y concentrándose
en los sedimentos por medio de condiciones fisicoquímicas (Lu et
al., 2005), para después entrar a la cadena trófica por medio de las
plantas y otros organismos acuáticos por medio de su ingesta, siendo
ésta una de las principales fuentes para adquirir metales pesados (Lu
et al., 2005; Wang et al., 2005).
En los sedimentos los metales tardan miles de años en reducir
su volumen, ya que no se pueden degradar. Las características del
sedimento pueden aumentar o reducir la toxicidad de los metales
pesados; también la distribución de los metales y su disponibilidad
está controlada por las propiedades intrínsecas del metal y las características del suelo.
Algunos estudios han permitido determinar que las concentraciones de metales pesados (cobre, zinc, plomo y cadmio) detectadas
en sedimentos son tres veces mayores que las detectadas en agua
(Deacon y Driver, 1999). Metales pesados como el hierro, cobre y
zinc son normales en los ecosistemas acuáticos, pero una concentra187
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
ción elevada resulta tóxica debido a su capacidad de bioacumulación
(Wang et al., 2005). Las concentraciones altas de metales pesados
en sedimentos impactan directamente a la calidad de los alimentos
(plantas y animales), ya que de éstos se desprenden los metales a la
cadena trófica hasta llegar a los humanos (Gulson et al., 1996).
Microorganismos
Los microorganismos incluyen diferentes formas de vida, las cuales
comparten características similares en tamaño (aproximadamente 200 µm). Estos organismos incluyen procariotas (bacterias y
arqueas) y eucariotas (algas, hongos y protozoarios). La presencia
de metales pesados en los sedimentos puede modificar la flora bacteriana (Montuelle et al., 1994) y cuando la descarga es permanente,
sólo algunos organismos desarrollan mecanismos de resistencia a los
contaminantes (Anisimova et al., 1993; Montuelle et al., 1994). En
algunos estudios se ha observado que existe una relación entre la
resistencia de esta flora a los metales y a los antibióticos (Backey y
Olson, 1986; Timoney et al., 1982).
En algunos casos las microalgas son utilizadas como indicadoras
de contaminación ambiental por metales pesados en los ecosistemas
acuáticos. Algunos factores que afectan el desarrollo de las microalgas son la cantidad de luz, las fuentes de nitrógeno, oxígeno, fosfato,
silicio, los metales traza y vitaminas. El hierro es el metal más importante en las microalgas; lleva a cabo varias funciones importantes en
cuanto a la actividad de varias enzimas (Lewandowska y Kosakowka,
2004; Leynaert et al., 2004); en las reacciones de oxidación-reducción, está directamente involucrado en la asimilación del nitrógeno
y participa en la síntesis de pigmentos fotosintéticos; también participa de manera importante en la síntesis del citocromo (Sulzberger
et al., 1989). Una escasez de hierro causa clorosis en las microalgas
(Kudo y Harrison, 1997), así como sensibilidad a la foto inhibición
(Van Oijen et al., 2004) y afecta al fitoplancton al reducir su tasa de
división diaria y su biomasa (Wilhem, 1995).
Los hongos son microorganismos que desempeñan un papel importante en el ciclo de los bioelementos de los ecosistemas acuáticos. Algunos hongos son consumidos por otros organismos ya que
son un recurso natural con un alto valor nutricional (De Román y
188
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
De Miguel, 2005); por lo que la acumulación de metales pesados
en ellos representa un riesgo para la salud de los organismos que
lo consumen (Sesli y Tuzen, 1999). Las micorrizas son asociaciones
simbióticas mutualistas que se establecen entre un hongo y una planta, donde el hongo ayuda a la absorción de nutrientes minerales y la
planta le brinda compuestos carbonados derivados de la fotosíntesis;
los hongos también sirven como una protección sobre diferentes patógenos, entre ellos los metales pesados (Azcon-Aguilar et al., 2002;
Ruiz-Lozano, 2003; Van Tichelen et al., 2001).
Los hongos micorrícicos tienen efectos amortiguadores y protectores sobre las diferentes partes de la plantas con los metales pesados; por ejemplo, en los tejidos aéreos se ha demostrado una protección frente al aluminio (Cumming y Ning, 2003), cadmio (RiveraBecerril et al., 2002), cesio (Berreck y Haselwandter, 2001), cobre
(Griffioen et al., 1994), magnesio (Malcová et al., 2003), estroncio
(Entry et al., 1999), uranio (Rufyikiri et al., 2002) y zinc (Bi et al.,
2003). Este efecto protector se debe a que estos hongos inmovilizan
el metal en el micelio (pared celular) (Joner et al., 2000), en las vesículas, a nivel intracelular y en los gránulos de polifosfato (Rauser y
Ackerley, 1987; Turnau et al., 1993; Weiresbye, 1999). Existen algunos factores que aumentan o disminuyen la captación de los metales
pesados por parte de los hongos, como por ejemplo las propiedades
inherentes del hongo, la capacidad que tenga la planta para captar y
absorber el metal pesado.
Se han publicado diferentes estudios donde se ha visto la capacidad de los hongos para concentrar metales pesados. Díaz y colaboradores (1996) usaron individuos de la especie Aspegillus flavus y dos
de la especie A. fuminatus, las cuales presentaron una resistencia al
plomo, cobre, zinc y a la plata, pero fueron afectadas por arsénico,
cadmio y mercurio. Estos resultados comprueban que estos hongos
pueden ser utilizados como indicadores de contaminación por metales pesados.
Vegetación
Los metales pesados que se encuentran en los sedimentos pasan a
las plantas por medio de la absorción y es en este momento cuando
los metales se incorporan a la cadena trófica. La contaminación de
189
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
metales pesados en las plantas también se puede registrar por medio
del agua o aire, dependiendo del tipo de planta. La principal entrada
de los metales pesados en las plantas acuáticas es las raíz, ya que es
el órgano que asimila los nutrientes provenientes del medio, para
después ser transportados hacia los tallos y hojas de las plantas (Peijnenburg et al., 2003; Vardanyan et al., 2006).
La contaminación por metales en las hojas produce alteraciones
y daños graves en los cloroplastos y mitocondrias, alterando los procesos de fotosíntesis y la respiración de la planta. En el helecho acuático Azolla pinnata se han registrado varias alteraciones, como una
disminución en la clorofila y proteínas, así como una disminución
en el peso seco y un incremento en la permeabilidad de los tejidos
(Sarkar y Jana, 1986). En otras plantas se ha observado la presencia de aberraciones (células merisetemáticas con micronúcleos) por
contaminación de mercurio (Panda et al., 1998). También llegan a
producir cambios en el metabolismo y la regulación celular hasta
llegar a producir la muerte de la planta.
El zinc y el cobre, aunque son elementos esenciales y de fácil
absorción por las raíces, en concentraciones altas producen efectos
tóxicos a nivel celular (Aubert y Pinta, 1977). El cadmio, cromo y
plomo son metales no esenciales para las plantas, siendo tóxicos en
concentraciones bajas (Cr > 0.2 y Pb > 30 μg.g-1; Liu et al., 2007).
Uno de los principales metales que dañan a las plantas es el mercurio, el cual tiene un efecto tóxico en todos los organismos acuáticos.
Diversos autores han estudiado su tolerancia y sus efectos en diferentes plantas acuáticas. Por ejemplo, Jana (1988) observó los efectos del
mercurio en tres especies de plantas acuáticas: Hydrilla verticillata, Eichhornia crassipes y Oedogonium aerolatum, donde tuvieron una acumulación de 4.21, 3.35 y 2.79 mol/g peso seco, respectivamente. Ramos
y colaboradores (2000) estudiaron la contaminación de metilmercurio
en E. crassipes, buchón de agua, donde observaron que este metal
se concentra más en el invierno (110-1,217 μg/kg) que en el verano
(7.6-16.2 μg/kg) bioacumulando el 2% de este metal en tallos y hojas
y el 1% en las raíces. En el año 2002 se observó algo similar el realizar un experimento haciendo crecer el buchón de agua en solución
Hoagland diluida con 1 ppm de mercurio; como resultado se observó
una mayor acumulación en la raíz (16 ppm) y en menor cantidad en
los brotes (0.20 pmm). Estas concentraciones tuvieron su mayor nivel
190
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
a los 16 días de haber sido expuesta la planta (Riddle et al., 2002).
Göthberg y colaboradores (2004) reportaron que Ipomoea aquatica
presentó mayor tolerancia y concentración de mercurio en las raíces
que en los brotes, determinando que los nutrientes promueven la acumulación de metales en varias partes de la planta.
Posada y Arroyave (2006) realizaron un experimento con la
planta acuática Lemma minor, donde probaron los efectos de cuatro
dosis de mercurio (0.01, 0.10, 1.0 y 10.0 mg/l de Hg), obteniendo
como resultado que las primeras dos dosis no reflejaron ninguna alteración en el crecimiento de las plantas; pero las dosis más altas
reflejaron una marcada alteración en las plantas, presentando debilidad, coloración blanca y verde pálido producida por una deficiencia
en la síntesis de clorofila, alterando la capacidad de fotosíntesis y por
consecuencia el crecimiento normal de las plantas.
En los manglares la contaminación por metales pesados depende de la fuente, las condiciones físico-químicas como: pH, salinidad,
materia orgánica potencial redox y la cantidad de lomo y arcilla en
los sedimentos; estas variables influyen directamente en la movilidad
de los metales pesados, ya sea dejándolos biodisponibles o inmovilizados en sedimentos (Clark et al., 1998; Silva et al., 2006).
Los manglares cuando se encuentran en óptimas condiciones
físico-químicas presentan una sedimentación alta, la presencia de microambientes oxigenados en la rizósfera y altas concentraciones de
sulfuros; son catalogados como saneadores ambientales y retenedores de metales pesados (Lacerda et al., 1999; Machado et al., 2002);
sin embargo, si los manglares se encuentran en malas condiciones, la
retención de metales pesados disminuiría, esto a su vez provocaría
que estos metales biodisponibles se acumulen en los microorganismos
acuáticos (Machado et al., 2002). Una mayor acumulación de metales
en las raíces de los manglares sugiere que éstos presentan mecanismos
de regulación o exclusión de la translocación de metales.
Normativa nacional e internacional: límites máximos
permisibles
En México la normatividad ambiental data del año 1972, cuando el
Gobierno federal creó la Subsecretaría de Mejoramiento Ambien191
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
tal, la cual atendía los problemas de contaminación producida por
las industrias y vehículos (Meave y Carabias, 2005). Una década
después, en 1982 se conformó la Secretaría de Desarrollo Urbano
y Ecología (Sedue); además, en ese mismo año se promulgó la
Ley Federal de Protección al Ambiente (Semarnat, 2013). Fue en
1988 cuando se creó la Ley General de Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente (lgeepa), la cual fue la base de la política
ambiental en México (Semarnat, 2013). Esta última ley estableció
principalmente los aspectos básicos para la prevención y control de
la contaminación, así como el control en el manejo de los residuos
peligrosos, las fuentes de contaminación y sanciones administrativas
para quienes violen la ley (Micheli, 2002).
En 1992 aparecieron el Instituto Nacional de Ecología (ine) y
la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), organismos encargados de elaborar la normatividad ambiental y de vigilar su aplicación (Meave y Carabias, 2005). En 1994 se integraron
los sectores forestales, agua, pesquero y medio ambiente, para dar
lugar a la creación de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos
Naturales y Pesca (Semarnap). Años después, en el 2000 se separó
el sector pesquero y se conformó la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat), la cual ayudaría en la disminución
de la contaminación y pérdida de los ecosistemas y su biodiversidad
(Semarnat, 2013). Actualmente esta dependencia regula algunas
normas para la protección del ambiente.
La normatividad ambiental en México se deriva de las diferentes leyes, reglamentos y normas, las cuales encuentran su base en
la Constitución Política mexicana. Las Normas Oficiales Mexicanas
(nom) son las encargadas de regular y proporcionar la información,
los requisitos, las especificaciones, los procedimientos y la metodología necesaria para establecer los parámetros de evaluación para
evitar el riesgo a la población, la fauna y el medio ambiente. Por lo
que se considera un instrumento jurídico para hacer cumplir las diferentes especificaciones que determinan las autoridades pertinentes
(Gobierno federal).
Existen diversas normas y leyes en materia ambiental en México,
de las cuales podemos destacar las siguientes:
192
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
1. NOM-001-Semarnat-1996. Establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en
aguas y bienes nacionales.
2. NOM-002-Semarnat-1996. Establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales a
los sistemas de alcantarillado urbano y municipal.
3. NOM-242-SSA1-2009. Productos y servicios. Productos
de la pesca frescos, refrigerados, congelados y procesados.
Especificaciones sanitarias y métodos de prueba.
De acuerdo con las normas mexicanas, un metal pesado es aquel
elemento que tiene un peso atómico entre 63 y 208; una gravedad
específica mayor a 4.0, y que por su naturaleza presenta una gran
reactividad y que dependiendo de su concentración, su forma química o la acumulación en los organismos, puede causar efectos indeseables en el metabolismo. Asimismo, definen como límite máximo
la cantidad establecida de aditivos (metales pesados, metaloides,
plaguicidas, entre otros) que no deben excederse en los alimentos,
bebidas o materia prima.
A nivel internacional, las políticas ambientales tuvieron su inicio
en la década de los setenta del siglo pasado en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Humano en 1972, conocida como la
Conferencia de Estocolmo, donde se planteó el daño causado por el
hombre en concreto al planeta y su impacto directamente en la salud.
En esta reunión se declararon varios principios, destacando cuatro.
El primero menciona que los recursos naturales deben preservarse
para generaciones futuras. Segundo, los recursos renovables deben
cuidarse. Tercero, las descargas de sustancias toxicas y emisión de
calor al ambiente deben hacerse en cantidades reguladas para poder
neutralizarlas y así evitar el daño a los ecosistemas. Cuarto, se deben destinar recursos para la conservación y mejoramiento del medio ambiente (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1972a).
Además se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1972b). Otro
evento importante en materia de medio ambiente se registró en Río
de Janeiro, donde se llevó a cabo la Conferencia sobre Medio Ambiente y el Desarrollo en 1992, conocida como Cumbre de la Tierra;
en ésta se establecieron tres acuerdos y 27 principios, donde desta193
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
ca que los Estados deben promulgar leyes eficaces sobre el medio
ambiente, y que deben fomentar políticas demográficas adecuadas
(Organización de las Naciones Unidas, 1997).
A nivel internacional la Unión Europea y Estados Unidos tienen
normas y leyes en materia ambiental muy estrictas y las cuales en
muchos casos sirven de referencia para varios países, incluido México. Entre ellas se encuentran las siguientes:
1. Número 1881/2006 (ce) (Unión Europea). Reglamento de la
Comisión, por el que se fija el contenido máximo de determinados contaminantes en los productos alimenticios. A 19 de diciembre de 2006.
2. 2008/105/ce (Unión Europea). Directiva del Parlamento
Europeo y del Consejo. Relativa a las normas de calidad ambiental en el ámbito de la política de aguas por la que se modifican
y derogan ulteriormente las Directivas 82/513/cee, 84/156/cee,
89/491/cee y 86/280/cee del Consejo, y por las que se modifica
la directiva 2000/60/ce.
3. Epa 815-F-00-007 (Estados Unidos). Estándares del Reglamento
Nacional Primario de Agua Potable.
Las normas tanto mexicanas como internacionales marcan límites máximos permisibles de los contaminantes (metales pesados)
en agua (cuadro 1) y alimentos (cuadro 2). Basados en diferentes
criterios según cada país. Estos límites máximos permisibles (lmp)
son principalmente para los metales no esenciales, aunque también
mencionan metales que son esenciales y que pueden ser dañinos en
concentraciones altas para los organismos y el medio ambiente.
194
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
Cuadro 1
Límites máximos permisibles de metales pesados para diferentes
tipos de agua en México, Unión Europea y Estados Unidos
Normas-reglamentos
NOM-001-Semarnat-19961
NOM-002-Semarnat-19961
NOM.127-SSA1-19941
2008/105/ce2 (μg/l)
Epa-815-F-00-0073
Epa-822-Z-99-0014 (μg/l)
Cadmio
0.1
0.5
0.05
0.08
0.005
4.3
Cromo
0.5
0.5
0.1
16
Agua (mg/l)
Cobre Mercurio
4.0
0.005
10
0.01
2.0
0.001
0.05
1.3
0.002
13
1.4
Plomo
0.2
1.0
0.01
7.2
0.015
65
1
Norma Mexicana; 2Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo. Diario Oficial
de la Unión Europea; 3Estándares del Reglamento Nacional Primario de Agua
Potable. United States Environmental Protection Agency (epa); 4National recommended water quality criteria-correction. United States Environmental Protection
Agency (epa).
Cuadro 2
Límites máximos permisibles (lpm) de metales pesados
en alimentos de consumo humano (peces, crustáceos y moluscos)
en México y Unión Europea
Normas-reglamentos
NOM-242-SSA1-20091
Número 1881/2006 (ce)2
1
Peces, crustáceos y moluscos (mg/kg)
Arsénico
Cadmio
Mercurio
Plomo
80.0
0.5-2.0
0.5-1.0
0.5-1.0
0.05-1.0
0.5
0.3–1.5
Norma Mexicana; 2Reglamento de la Comisión. Diario Oficial de la Unión Europea.
Los metales pesados no esenciales (cadmio, mercurio y plomo)
son considerados de los mayores agentes tóxicos de los ecosistemas
y para el hombre, donde destacan la facilidad para transportarse
grandes distancias a través del viento y del agua, la persistencia que
tienen en el medio ambiente, la bioacumulación en organismos y los
efectos adversos que causan en el hombre y el medio ambiente.
Sin lugar a duda la contaminación de metales pesados en los
ecosistemas y alimentos es un problema a nivel mundial, que hoy
en día está siendo atendido por diferentes instancias nacionales e
195
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
internacionales por medio de la creación de leyes, reglamentos y
normas para controlar su uso, procesamiento y destino. Los metales
que más atención tienen a nivel mundial son el Cd, Hg y Pb, ya que
presentan características adecuadas para poder tener una fácil transportación en el medio ambiente, una alta persistencia, una fácil bioacumulación y un efecto negativo en los seres vivos interfiriendo en
sus funciones fisiológicas vitales; por lo cual están catalogados como
importantes agentes peligrosos y tóxicos. Por lo anterior, se debe
tener especial atención en todos los temas relacionados con estos
metales, ya que al contaminar los ecosistemas terrestres y acuáticos
son fijados en los sedimentos y absorbidos por plantas y animales,
subiendo progresivamente no sólo en la cadena trófica sino también
en los niveles de concentración en los diferentes organismos (plantas
y animales), hasta llegar al ser humano, donde al acumularse en cantidades mayores pueden ocasionar importantes problemas de salud.
Efecto de metales pesados en vertebrados.
¿Qué sabemos hasta ahora?
Los metales pesados son sustancias tóxicas que generan algún tipo
de alteración o daño al medio ambiente y a los seres vivos. Dentro
de los metales pesados los no esenciales como cadmio, cromo, mercurio y plomo son los más peligrosos, ya que no cumplen ninguna
función biológica en los seres vivos. Estos metales no esenciales
tienden a interactuar negativamente con los metales esenciales en
el organismo, principalmente compitiendo por los sistemas de transporte y disminuyendo la concentración efectiva del metal esencial,
activan receptores de membrana desencadenando reacciones en
cadena, reemplazan y reaccionan con grupos funcionales de los
metales esenciales en las biomoléculas alterando su funcionamiento.
Al tener todas estas interacciones causan un estrés oxidativo produciendo ho (radical oxidrilo), el cual provoca daños en las proteínas,
los ácidos nucleicos, los lípidos de membrana, en concreto causa
daños metabólicos que pueden ser irreversibles, causando mutación
y llevar hasta la muerte. La captación y la toxicidad de los metales pesados en los organismos acuáticos están influenciadas por su
concentración, el tiempo de exposición y los factores medioambien196
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
tales. La acumulación de los metales afecta en diferentes niveles a
los organismos acuáticos según el tipo de especie, tamaño, madurez
sexual, variación estacional, hábito alimenticio, nivel trófico, calidad de agua y contaminación ambiental. La mayoría de los metales
pesados son de fácil fijación en los tejidos musculares y adiposos de
los animales. Algunos estudios han evaluado la presencia de metales
pesados en diferentes partes del cuerpo, como el tejido muscular,
cardiaco, hepático, renal, grasa, sangre y huevos, con algunas alteraciones reproductivas e incremento de la mortalidad de varias especies (De Lang et al., 1973). A continuación presentamos una breve
revisión del efecto de los metales pesados en vertebrados.
Peces
Otros organismos propensos a la contaminación de metales pesados son los peces, lo cuales al representar varios niveles dentro de
la cadena trófica son excelentes indicadores de contaminación de
metales pesados. El contenido de metales pesados en los peces
depende de su posición en la cadena trófica y de sus hábitos alimenticios principalmente; siendo los peces detritívoros y depredadores
los que presentan mayor concentración de metales.
Los metales pesados entran al organismo de los peces por tres
vías. La primera son las branquias (vía más directa e importante).
La segunda vía es a través de la ingesta de alimento. La tercera vía
es por medio de la superficie corporal (Amundsen et al., 1997). Los
metales pesados llegan a los peces al entrar a la cadena trófica de
la siguiente manera: capa biológica>sedimento>invertebrados>pe
ces (Deacon y Diver, 1999). Las concentraciones de metales pesados
que se encuentran en el agua suelen acumularse en las branquias de
los peces por medio de un contacto directo y pasan a los riñones al
fluir la sangre desde las branquias a la arteria carótida, que es la que
aporta sangre a este órgano.
Los metales pesados pueden ocasionar alteraciones a nivel celular principalmente mediante la inhibición en la síntesis del adn (ácido desoxirribonucleico), la formación de carcinogénicos (Norseth,
1979), inhibición del arn (ácido ribonucleico) polimerasa (Sunderman, 1977), la supresión del proceso mitótico, la inducción de la rup197
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
tura cromosómica (Norseth, 1979) y la interferencia de la síntesis de
hemoglobina, lo cual altera la concentración de enzimas en la sangre
(Valkovic, 1980).
Los metales pesados se acumulan en diferentes órganos del cuerpo según su nivel de acción. El zinc se acumula principalmente en las
branquias cuando la vía de absorción es el agua, pero también se
puede acumular en el hígado, en menos cantidades en riñón, hueso
y músculo (Camusso et al., 1995). El zinc interviene en la síntesis del
adn, los procesos inmunes, las curaciones de las heridas, percepción
del sentido del gusto, la síntesis de espermas y el desarrollo físico
normal de los peces (Cousillas, 2007). Una deficiencia de zinc causa
daños oxidativos en los componentes celulares (Sullivan et al., 1980;
Tate et al., 1999).
El cobre se acumula en el hígado pero se ha encontrado también en riñón, branquias y músculo (Robinson y Avenant-Oldewage,
1997). El cobre interviene en la absorción de hierro y en la síntesis
de hemoglobina en los organismos, por lo que su metabolismo está
relacionado con las variaciones de las concentraciones corporales
(Cousillas, 2007).
El cromo, aunque es un elemento natural de los ecosistemas,
llega a ser tóxico cuando se encuentra como cromo trivalente (cromo
III) y hexavalente (cromo vi). El cromo III es un elemento esencial
para los organismos, promoviendo la acción de la insulina, mientras
que el cromo vi es de origen antropogénico (atsdr, 1999). Este
metal se acumula en peces que se alimentan del fondo, como es el
caso de los bagres.
El cadmio ha sido registrado en riñón, aunque también se ha
detectado en hígado, branquias y músculo. La acumulación de cadmio en los riñones de los peces depende de la intensidad, el tiempo
de exposición y del estado óptimo de la función de excreción renal
(Ramírez, 2002).
El plomo tiene preferencia por acumularse en hígado y branquias cuando la absorción es vía acuática, y se acumula en hueso, riñón y músculo cuando es por otras vías; también se puede encontrar
en la superficie de los huevos de los peces pero no en los embriones
(Hodson et al., 1978). El plomo es un metal altamente tóxico que
entra al organismo por el tracto gastrointestinal. El 90% del plomo
absorbido por el cuerpo se fija en los huesos, pasando por el torrente
198
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
sanguíneo y los tejidos. El plomo afecta la síntesis de hemoglobina,
el tiempo de vida de las células rojas y el sistema nervioso central
y periférico. También afecta los riñones alterando sus funciones y
produciendo aminociduria, glucosuria e hiperfosfaturia. El mercurio
es transformado por los peces en metilmercurio hasta en un 40%, el
cual es altamente tóxico, se fija en el tejido muscular y adiposo de
los peces para así poder seguir en la cadena trófica hasta llegar al ser
humano (Ramos et al., 2000). El mercurio es el metal más tóxico en
los ecosistemas, en los peces provoca alteraciones en los epitelios
branquiales y dérmicos hasta ocasionar la muerte.
La mayoría de los autores coinciden en que el hígado es un órgano de acumulación de los metales pesados. El riñón actúa como un
filtro para los metales aunque también los puede retener; las branquias son un órgano que al estar expuesto de manera directa con
el agua es la primera barrera y por lo cual tiene la capacidad para
retener los metales pesados. El músculo de los peces no tiende a
acumular gran cantidad de metales pesados, por lo que no ejerce un
papel tan importante en la detección de éstos.
Aves
Las aves acuáticas desde hace años han sido empleadas para monitorear la contaminación por metales pesados (Furness y Camphuysen,
1997), y por lo tanto se utilizan como bioindicadores ambientales.
Las concentraciones de metales pesados en las aves no sólo dependen de la contaminación ambiental sino también de factores como
la composición de la dieta, la intensidad y la exposición en zonas
de aprovechamiento y algunos aspectos fisiológicos (Norheim, 1987;
Elliot et al., 1992). La respuesta metabólica a los metales pesados es
más eficiente en aves sanas que en aves en mala condición o enfermas (Debacker et al., 2000).
El mercurio y el plomo tienen un mayor impacto en las aves
acuáticas. Estos metales al bioacumularse en las aves a largo plazo
causan efectos negativos subletales o letales en las diferentes poblaciones (Thompson et al., 1992; Gochfeld, 1997). Esto es similar a
lo encontrado en cormoranes del delta del Ebro (España), quienes
presentaron los niveles más altos de mercurio (6.5 ppm) de varias
especies muestreadas (Arcos et al., 2002). Los cormoranes presentan
199
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
una alta capacidad para bucear y esto les permite acceder a consumir
especies bentónicas y peces, los cuales poseen mayor concentración
de mercurio en su organismo (Arcos et al., 2002). El mercurio es un
metal altamente tóxico para las aves marinas (Spalding et al., 1994).
Un estudio realizado en Ardea occidentalis demostró que concentraciones hepáticas de mercurio mayores a 6 ppm causaron malnutrición
y mortalidad (Spalding et al., 1994). Zililioux y colaboradores (1993)
mencionaron que concentraciones hepáticas de mercurio a partir de 1
y 2 ppm causaron muerte embrionaria y lesiones cerebrales.
Algunas aves acuáticas se alimentan de materias vegetales duras como las semillas, y animales con exoesqueleto, lo cual hace que
ingieran gastrolitos de manera normal, éstos sirven para triturar
sus alimentos (Mateo et al., 2006). Es común que las aves acuáticas
consuman perdigones de plomo al confundirlos con los gastrolitos,
causando daños al organismo (Mateo y Guitart, 2000; Mateo et al.,
2000). En las aves el mejor indicador de contaminación por plomo
son los huesos; sin embargo, la sangre refleja una contaminación reciente por el metal (Mateo et al., 2003a).
Las intoxicaciones agudas por plomo en las aves causan un alto
porcentaje de mortalidad y las intoxicaciones crónicas alteran el éxito reproductivo, el comportamiento y la respuesta inmune (Mazliah
et al., 1989; Burger y Gochfeld, 2000; Fair y Ricklefs, 2002), alteraciones en el aparato circulatorio, sistema nervioso, riñones y aparato
digestivo (Mateo et al., 1998; Mateo et al., 2003a; Rodríguez et al.,
2010). Franson (1996) registró concentraciones dañinas en sangre
de falcónidos: intoxicación subclínica (10/150 µg/dL), los cuales causan descenso de la actividad de la enzima δ-alad; intoxicación clínica (mayor a 100 µg/dL) causa debilidad, anemia, pérdida de peso,
diarrea e incoordinación motora, e intoxicación letal (mayor a 500
µg/dL causa un porcentaje considerable de muertes). Los flamencos
también son aves que han sufrido contaminación por plomo, generando una disminución considerable de algunas poblaciones (Ramo
et al., 1992; Mateo et al., 1997). Mateo y colaboradores (2001) encontraron que un alto porcentaje (80%) de las aves muertas en los
humedales españoles (Oxyura sp.) tenían más de 20 µg/dl de plomo
en el hígado. Martínez-Haro y colaboradores (2011) mencionaron
que en los humedales españoles el 19% de los ánades azulones cap200
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
turados presentaron un nivel mayor a 20 µg/dl, presumiblemente por
ingesta de perdigones.
En la actualidad los estudios con heces de aves acuáticas han
aportado información importante sobre el consumo de plomo (por
medio de perdigones) (Martínez-Haro et al., 2010), permitiendo determinar la procedencia de este metal mediante el estudio de los
isótopos estables, así como evaluar biomarcadores como las porfirinas (excretadas vía biliar y renal) las cuales ayudan a conocer los
efectos adversos en estas aves (Mateo et al., 2004, 2006; MartínezHaro et al., 2011b, 2013). La intoxicación por plomo mediante perdigones es la principal causa de muerte de las aves acuáticas (asociadas
a zonas de cacería) en Europa (Svanberg et al., 2006; Taggart et al.,
2009), por lo que se estima que este tipo de contaminación afecta
cerca de un millón de aves de 17 especies diferentes (Mateo, 2009).
Crocodilianos
Las especies del orden Crocodylia, al ser longevas y los máximos
depredadores en los ecosistemas acuáticos, son excelentes indicadores de la contaminación por metales pesados y otros contaminantes
del medio ambiente. Lo anterior es atribuido a la biomagnificación
en la cadena trófica (Heaton-Jones et al., 1997), siendo propensos a
mostrar los efectos de los contaminantes del medio ambiente (Brisbin et al., 1998). En los últimos años se ha demostrado que la contaminación ambiental puede afectar a varias especies de crocodilianos
que viven en hábitats alejados y remotos de las poblaciones humanas y esto debido a su sensibilidad a la contaminación atmosférica
(Brisbin et al., 1998). Si bien pueden existir diferencias geográficas
y específicas de las especies de crocodilianos en la sensibilidad a
los contaminantes, algunos estudios científicos han indicado que la
exposición de estos animales a los contaminantes ambientales puede
presentar un riesgo sutil pero significativo a largo plazo a las poblaciones de las zonas contaminadas (Thorbjarnarson, 1992; Gibbons
et al., 2005).
Existen diferentes estudios sobre contaminación por metales pesados en crocodilianos, siendo el lagarto americano Alligator mississippiensis la especie más estudiada, principalmente por la contaminación por mercurio. La mayoría de estos estudios están enfocados
201
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
en determinar las concentraciones en diferentes tejidos y órganos
del cuerpo. Existen estudios sobre la contaminación durante el proceso de anidación (huevos); sin embargo, por las características de
los crocodilianos es complicado observar los efectos de los metales
pesados a corto plazo y es muy difícil realizar bioensayos con estas
especies para conocer su tolerancia a los diferentes metales, ya que
la mayoría de ellas se encuentran bajo algún estatus de protección.
El primer estudio sobre contaminación de metales pesados en
crocodilianos fue realizado por Beck (1956), quien determinó los niveles de cobre en hígado de Crocodylus johnsoni. Algunos autores
han mencionado la presencia de diferentes metales pesados en otras
especies de crocodilianos. Vermeer y colaboradores (1974) reportaron la presencia de mercurio en hígado y cerebro de caimanes en
América del Sur. Décadas más tarde, Lance y colaboradores (1995)
realizaron un estudio en el Refugio de Vida Silvestre Rockefeller
en Louisiana, donde recolectaron muestras de sangre de A. mississippiensis para detectar la presencia de zinc y compararla con otras
muestras de reptiles; estos autores mencionaron que hubo una gran
divergencia entre las especies de reptiles debido a que presentaron
niveles parecidos de este metal. Un año después se publicó un estudio realizado entre 1985 y 1992 en Brasil, donde determinaron el estado y las amenazas de seis especies de caimanes (Caiman crocodilus
crocodilus, C. yacare, C. latirostris, Melanosuchus niger, Palaeosuchus
palpebrosus y P. trigonatus) provenientes de una región minera, mediante el análisis de tejido y carne de 227 ejemplares. Se tuvieron
como resultados que 18% de los caimanes presentaron plomo por
debajo de las 10 ppb, el 33.5% contenía entre 10 a 500 ppb, el 34.4%
entre 500 a 2000 ppb y 14% contenía más de 2,000 ppb. Los autores
propusieron realizar investigaciones sobre este tema en diferentes
países donde las poblaciones de crocodilianos estén cercanas a las
regiones donde se extrae el oro (Brazaitis et al., 1996).
En Florida se realizó un estudio en A. mississippiensis donde se
detectó la presencia de mercurio en todo el cuerpo, siendo el hígado
y riñones los que mayor concentración presentaron (Heaton-Jones
et al., 1997). A finales de la década de 1990 se realizó un estudio para
detectar la presencia de mercurio en carnes de A. mississippiensis
provenientes de Louisiana (aquí se tiene uno de los programas más
grandes de cosecha de caimanes de Estados Unidos). Este estudio
202
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
arrojó como resultado que la carne de estos caimanes no representaba un riesgo a la salud pública, ya que estaban por debajo de los
niveles de acción de la fda (U. S. Food and Drugs Administration)
para el consumo humano de carne de pescado (Elsey et al., 1999).
Ese mismo año se publicó un estudio donde se evaluaron los niveles
de plomo en la cola y los osteodermos de ejemplares de C. johnsoni
que habían sido expuestos al plomo desde los años cincuenta del
siglo pasado en el Parque Nacional de Kakadu, Australia; dando
como resultado una alta concentración de este metal en las partes
analizadas (Twining et al., 1999). Duvall y Barron (2000) realizaron
un estudio donde evaluaron el nivel probabilístico de riesgo que presenta el mercurio para las especies acuáticas superiores en la cadena
trófica en Florida. Los autores concluyeron que A. mississippiensis
es la especie que presenta mayor riesgo de contaminación por mercurio. Jeffree y colaboradores (2001) realizaron en el mismo sitio y
con las mismas partes del cuerpo, pero analizaron la presencia de
diferentes metales pesados en ejemplares de distintos tamaños (1.70
a 5.0 m). Ellos encontraron que las concentraciones de magnesio y
titanio disminuyeron conforme aumentaba el tamaño del ejemplar
y los niveles de selenio y zinc aumentaron conforme el ejemplar era
de mayor tamaño. Un estudio realizado en la región del Amazonas,
Brasil, para detectar la presencia de mercurio en dos especies de caimanes, M. niger y C. crocodilus, demostró que ambas especies tenían
concentraciones de las más altas registradas para crocodilianos hasta
la fecha reportadas.
Las concentraciones de metales pesados durante la anidación,
específicamente en huevos de crocodilianos, han sido registradas por
varios autores. Ogden y colaboradores (1974) realizaron un estudio
en dos localidades de la Florida (Everglades y Bahía) para detectar
la presencia de metales pesados (As, Cd, Cu, Hg, Pb, Zn) en huevos
de A. mississippiensis. Los autores observaron que la contaminación
con mercurio es un problema para las poblaciones de caimanes y
otras especies acuáticas en la Florida. Años más tarde, Phelps y colaboradores (1986) realizaron un estudio donde analizaron huevos
de Crocodylus niloticus provenientes de Zimbawe para detectar la
presencia de metales pesados (cadmio, mercurio, plomo, selenio
y zinc); los resultados muestran que las concentraciones más altas
fueron las de mercurio y plomo. En el caso particular del cocodrilo
203
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
de pantano, Crocodylus moreletii, Rainwater y colaboradores (2002)
reportaron la presencia de mercurio en huevos fértiles de ocho nidos
en tres localidades del norte de Belice. Estos autores mencionaron
que la presencia de mercurio en los huevos es indicador de que las
hembras, los embriones y las crías están expuestos a este metal.
Algunos estudios mencionan algunos efectos de los metales pesados sobre crocodilianos. Heaton-Jones y colaboradores (1994) encontraron mercurio en las vías visuales y los ojos del A. mississippiensis en el sur de la Florida. El mercurio estaba presente en la mayoría
de las capas de la retina y del nervio óptico, lo cual indicó que el sistema visual se ve afectado por este contaminante y puede repercutir
en la supervivencia de los individuos. Camus y colaboradores (1998)
reportaron concentraciones de plomo en tejido de ejemplares de A.
mississippiensis de un año de edad, los cuales presentaron letargo,
anorexia, pérdida de peso y disminución del crecimiento antes de su
muerte. Los animales eran alimentados con nutrias de tierra, donde
encontraron fragmentos de balas de plomo. Otro estudio importante
fue realizado en huevos no eclosionados de A. mississippiensis; los
autores encontraron concentraciones de 10 diferentes metales en el
cascarón y en la masa de albúmina de los huevos, lo cual puede ser
un indicador de que la contaminación por estos metales afectó la
fertilidad de dichos huevos (Stonebumery y Kushlan, 1984).
En un estudio realizado en el lagarto chino Alligator sinensis se
encontraron concentraciones de diferentes metales en la cáscara de
los huevos, la membrana y el contenido del huevo (Xu et al., 2006).
La contaminación en los huevos puede ser atribuible a que las hembras utilizan los huevos como un medio para reducir las concentraciones de metales en su organismo. Esto ha sido observado en otras
especies como tortugas marinas (Sakai et al., 1995, 2000; Burger y
Gibbons, 1998) y aves (Burger y Gochefeld, 1991). Algunos autores
han mencionado que la contaminación con metales pesados es la
causa de que diferentes especies de crocodilianos presenten distintas
enfermedades, alteraciones y muerte, como es el caso de C. niloticus
en el Río Olifants, África (Swanepoel et al., 2000).
Hasta la fecha sólo se han realizado dos estudios para conocer la
presencia de metales pesados en crocodilianos en México. Trillanes y
colaboradores (2014) realizaron un estudio para conocer las concentraciones de metales pesados en escudetes caudales de C. moreletii
204
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
en cautiverio y en vida libre en el sur del país (fig. 1). Estos autores
encontraron que todos los ejemplares presentaron concentraciones
de arsénico, plomo, mercurio y níquel. Buenfil-Rojas y colaboradores (2015) estudiaron las concentraciones de cadmio y mercurio en
el plasma sanguíneo y los escudetes caudales de ejemplares de C.
moreletii, provenientes de Río Hondo, frontera de México y Belice
(fig. 1). Éste es el primer estudio de metales en plasma sanguíneo de
crocodilianos. Estos autores mencionaron que la presencia de estos
metales en el plasma fue por una exposición reciente. Mientras que
las concentraciones de estos metales en los escudetes caudales variaron dependiendo de la talla de los cocodrilos, siendo los adultos los
que menor concentración de cadmio presentaron y juveniles los que
mayor concentración de mercurio registraron.
Aunque existen diversos estudios de la contaminación con metales pesados en crocodilianos, la mayoría se enfocan en conocer el
nivel de concentración y son escasos los estudios donde se menciona
alguna alteración en la especie. Se conoce que los órganos de mayor
fijación para metales son el hígado y el riñón, lo cual indica que la
mayoría de los metales entran por el tipo de alimentación. Las alteraciones más notorias se dan en la etapa de anidación, donde se presume que la infertilidad de los huevos, malformaciones y poco éxito
de eclosión puede estar asociado a la contaminación por metales
pesados y plaguicidas; aunado a esto, también se ha observado que
exposiciones crónicas a los diferentes metales llegan a causar alteraciones irreversibles y mortales en los ejemplares expuestos. Como se
observó en los estudios mencionados, la contaminación por mercurio es considerada como la amenaza ambiental más importante en
los ecosistemas acuáticos y para los organismos que lo habitan. Sin
embargo, es necesario realizar más estudios relacionados principalmente con los efectos que pueden causar los metales pesados en el
funcionamiento fisiológico de los crocodilianos.
205
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
Figura 1. Concentración de cadmio (barra izquierda), cromo (barra del centro) y
plomo (barra derecha) en tejido muscular de diferentes especies de crocodilianos. La
unidad de medida es mg kg-1. Los gráficos están a escala, por lo cual aquellos en los que
la barra no se observa es que presentan concentraciones menores a 1 mg kg-1.
Contaminación por metales pesados en huevos de crocodilianos
La anidación es uno de los periodos del ciclo reproductivo de los
crocodilianos que tiene mayor impacto para la supervivencia de las
especies, por lo cual se le considera la etapa más vulnerable de su
vida (Mazzotti, 1989). El sitio de anidación y el material de construcción determinan aspectos como la temperatura de incubación,
desempeño biológico, la proporción sexual de las crías (Valenzuela
y Janzen, 2001; Doody et al., 2006), el éxito de la nidada y la supervivencia (Casas-Andreu, 2003).
Ogden y colaboradores (1974) realizaron dos estudios con huevos de A. mississippiensis; el primero en los Everglades de la Florida para analizar la presencia de arsénico y mercurio. El segundo al
este de la Bahía de la Florida para analizar la presencia de arsénico,
cadmio, cobre, plomo, mercurio y zinc (fig. 1). En ambos estudios se
encontró que la contaminación por mercurio es un problema para
206
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
las poblaciones de crocodilianos, aves y peces de la Florida. Stonebumery y Kushlan (1984) realizaron un estudio sobre la presencia de
metales pesados en huevos no eclosionados de A. mississippiensis en
los Everglades en 1980. Concluyendo que se encontraron 10 metales
pesados tanto en los cascarones como en la masa de albúmina de
huevo. De igual forma, Phelps y colaboradores (1986) analizaron los
huevos de C. niloticus para cadmio, plomo, mercurio, selenio y zinc
en diferentes partes de Zimbawe, obteniendo como resultados que
las concentraciones de mercurio en el Río Sengwa fueron más altas
que en las demás localidades, concluyendo que los niveles de plomo
fueron más elevados en las zonas que presentaron roca granito.
Guillette y colaboradores (1994) mencionaron que la contaminación con un xenobiótico estrogénico en las poblaciones silvestres
alteraría potencialmente el desarrollo sexual embrionario y posteriormente el éxito reproductivo de A. mississippiensis. También mencionaron que estos compuestos trabajan a diferentes niveles biológicos, desde una modificación de la capa androginia de la gónada
hasta la mortalidad de los huevos y adultos. Semenza y colaboradores (1997) mencionaron que aparte del dicloro difenil tricloroetano (ddt), existen otras dos potentes toxinas reproductoras que
pueden estar asociadas a las anomalías de los huevos y embriones de
lagartos, así como a la disminución de la población de lagartos en el
Lago Apopka, Estados Unidos, en 1980. Estas toxinas son el dibromocloropropano (dbcp) y el dibromuro de etileno (edb), los cuales
fueron utilizados como pesticida y nematicida agrícola en la Florida.
En el caso particular del cocodrilo de pantano C. moreletii, Rainwater y colaboradores (2002) registraron la presencia de mercurio en
huevos fértiles de ocho nidos en tres localidades del norte de Belice.
Los resultados de los diferentes estudios antes mencionados sobre
contaminación con metales pesados sugieren que los crocodilianos
son un buen bioindicador de la contaminación de los ecosistemas a
largo plazo.
En México hay escasez de trabajos enfocados en la contaminación presente en crocodilianos. En la actualidad existen sólo tres trabajos sobre contaminación en C. moreletii, todos realizados en el sur
de México; recientemente se está terminando un trabajo en la zona
costera de Tamaulipas (fig. 1). Dos de estos trabajos están enfocados
en la contaminación con metales pesados, además de un estudio rea207
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
lizado sobre concentraciones residuales de plaguicidas organoclorados y policlorobifenilos con la concentración de hormonas sexuales
en Campeche (González-Jáuregui et al., 2012).
Conclusión
Por todo lo anterior podemos concluir que la contaminación con
metales pesados de los ecosistemas acuáticos es de suma importancia, ya que afecta significativamente la calidad y cantidad de agua y
alimento que proporcionan, repercutiendo directamente en los servicios ecológicos y económicos que brindan a la población humana.
El recurso agua es vital para la humanidad tanto en el ámbito gubernamental como en el socioeconómico a nivel mundial, siendo inconcebible plantear el crecimiento y desarrollo de ciudades, estados
o países. La contaminación del agua es un problema latente y de
importancia mundial, ya que al verter diferentes sustancias toxicas
en los ecosistemas acuáticos, la calidad del agua se ve afectada significativamente.
Los tratamientos de aguas residuales con plantas acuáticas han
sido utilizados en las últimas décadas gracias a su bajo costo y que
ayudan a minimizar la contaminación por metales pesados de manera natural en los ecosistemas acuáticos. Las plantas macrófagas
son las más utilizadas por la facilidad de acumular metales pesados,
aunado a que tienen un impacto mínimo en los ecosistemas donde
se aplican. El agua proveniente de estos tratamientos representa un
beneficio importante para la población, ya que permite su reutilización en diferentes actividades y ayuda a reducir el consumo de agua
potable por parte de la población.
La contaminación por metales pesados afecta la salud de diferentes especies vegetales y animales que habitan en estos ecosistemas. Debido a su capacidad de bioacumularse en los organismos,
afectando la fisiología de los mismos, principalmente inhibiendo,
bloqueando o alterando algunas funciones básicas de cada especie,
como el crecimiento y la reproducción hasta causar la muerte, lo
cual podría llevar a impactar negativamente las poblaciones de estas
especies afectando el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
208
Metales pesados en ecosistemas costeros y cocodrilos
Particularmente los crocodilianos, al ser los depredadores tope
y tener algunas características que les permiten bioacumular una
mayor cantidad de contaminantes, representan un indicador importante para conocer la contaminación de los ecosistemas acuáticos.
Sin embargo, actualmente los estudios están enfocados en conocer
las concentraciones de metales pesados en ellos, mas no en conocer
las consecuencias o alteraciones a mediano y largo plazos que tendría esta contaminación en la salud de las poblaciones de cocodrilos
y por ende en las poblaciones de otros organismos que cohabitan
con él. Es importante mencionar que la contaminación por mercurio
es considerada como la amenaza ambiental más importante en los
ecosistemas acuáticos y para los organismos que los habitan, principalmente los crocodilianos. Es necesario llevar a cabo más estudios
relacionados principalmente con los efectos que pueden causar los
metales pesados en el funcionamiento fisiológico de los cocodrilos.
La contaminación de metales pesados en los ecosistemas acuáticos y los alimentos que éstos proveen a las poblaciones humanas está
siendo regulada por diferentes instituciones nacionales e internacionales por medio de la creación de leyes, reglamentos y normas para
controlar su uso, procesamiento y destino. Sin embargo, muchas veces aunque existen estas instituciones no se controlan o disminuye
la contaminación, por lo cual es de suma importancia aplicar fuertemente las leyes o normas creadas para minimizar la contaminación.
En general, actualmente es difícil encontrar un ecosistema acuático sin algún tipo de contaminación debido a las diferentes formas
que tienen los contaminantes de entrar a estos ecosistemas. Es cierto
que las autoridades tratan de atender lo mejor posible las contingencias ambientales por contaminación, pero no está siendo suficiente
debido al crecimiento acelerado de la población humana y las industrias, lo cual conlleva a un aumento significativo de contaminación
en diferentes ecosistemas, principalmente los acuáticos. Por lo que
las técnicas de tratamientos de agua fungen como una alternativa
adecuada y económica para remediar un poco el problema que enfrentan estos ecosistemas.
209
Cedillo-Leal, Cienfuegos-Rivas y Escobedo-Galván
Agradecimientos
Este capítulo forma parte de la tesis de doctorado del primer autor,
por lo cual agradecemos al Conacyt por la beca de estudios de posgrado otorgada (beca número 377278) y al Programa de Posgrado en
Ecología y Manejo de Recursos Naturales del Instituto de Ecología
Aplicada de la Universidad Autónoma de Tamaulipas por el apoyo
para realizar los estudios de posgrado.
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Acerca de los autores
Amílcar Leví Cupul Magaña
Profesor-investigador del Centro Universitario de la Costa, de la
Universidad de Guadalajara. Realizó sus estudios de licenciatura y maestría en la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad
Autónoma de Baja California. Es doctor en Ciencias Biológicas y
Agropecuarias. Sus líneas de investigación son sobre ecología de arrecifes de coral, cambio climático y manejo integral de la zona costera.
Alma Paola Rodríguez Troncoso
Profesor-investigador del Centro Universitario de la Costa, de la
Universidad de Guadalajara. Su línea de investigación está enfocada
en la ecofisiología de invertebrados marinos, especialmente en corales
hermatípicos. Al presente, los proyectos de investigación a su cargo
incluyen la evaluación del estado actual de las comunidades coralinas
del Pacífico central mexicano.
Armando Hiram Escobedo Galván
Realizó sus estudios de Licenciatura en Ciencias Biológicas entre la
Universidad Latina de Costa Rica y la Universidad Nacional de Costa
Rica. Es doctor por el programa de Doctorado en Ciencias Biomédicas
de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Berenice Pacheco Gómez
Estudiante de la Licenciatura en Biología del Centro Universitario de
la Costa, Universidad de Guadalajara. Tiene interés particular en la
química y la microbiología. Ha realizado estudios sobre efectos inhibitorios en el crecimiento de bacterias Escherichia coli mediante extractos naturales de plantas medicinales.
César Norberto Cedillo Leal
Licenciado en Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Facultad Dr.
Norberto Treviño Zapata de la Universidad Autónoma de Tamaulipas
(uat) y maestro en Ciencias en Sistemas Agropecuarios y Medio
Ambiente por la misma universidad. Actualmente cursa el Doctorado
en Ciencias en Ecología y Manejo de Recursos Naturales en el Instituto
225
Acerca de los autores
de Ecología Aplicada de la uat, campus Ciudad Victoria. Es profesor
del Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de Tamaulipas, campus
Tampico.
Diana Elizabeth Morales de Anda
Estudiante del Doctorado en Biosistemática, Ecología y Manejo de
Recursos Naturales y Agrícolas en el Centro Universitario de la Costa,
Universidad de Guadalajara. Actualmente se encuentra realizando
estudios en el área de ecología de peces de arrecifes coralinos en el
Pacífico central mexicano.
Eugenia Guadalupe Cienfuegos Rivas
Ingeniero Agrónomo Zootecnista por la Universidad Autónoma
de Tamaulipas y maestra en Ciencias en Ganadería, con énfasis en
Mejoramiento Animal, por el Centro de Ganadería del Colegio de
Posgraduados. Tiene otra Maestría en Ciencias por la Edinburgh
University, Escocia, en Mejoramiento Animal con énfasis en
Estadística. Es doctora en Ciencias por la Cornell University en Nueva
York. Ha desarrollado proyectos de investigación en ganado bovino
productor de leche a nivel nacional, en ovinos de pelo en Tamaulipas,
en venado cola blanca en la región noreste de México, en cocodrilo
de pantano en Tamaulipas y cocodrilo americano en Oaxaca durante
los últimos años. Actualmente es profesora de tiempo completo en la
Universidad Autónoma de Tamaulipas en el nivel de licenciatura y posgrado. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores como investigador nivel I.
Javier Oswaldo García Díaz
Estudiante de la Licenciatura en Biología del Centro Universitario de
la Costa, Universidad de Guadalajara. Participó en la investigación
acerca del efecto que tienen el ajo, la canela y el clavo en la inhibición
de la bacteria Escherichia coli.
Jeimy Denisse Santiago Valentín
Estudiante de Doctorado en Biosistemática, Ecología y Manejo de
Recursos Naturales y Agrícolas en el Centro Universitario de la Costa,
Universidad de Guadalajara. Actualmente realiza estudios sobre el
éxito reproductivo y reclutamiento de las principales especies de coral
distribuidas en el Pacífico central mexicano.
226
Acerca de los autores
José Arturo Olvera Benítez
Estudiante del Doctorado en Biosistemática, Ecología y Manejo de
Recursos Naturales y Agrícolas del Centro Universitario de la Costa,
Universidad de Guadalajara. Su trabajo de tesis está enfocado en la
restauración y conservación de bosques de manglar en la región de
Bahía de Banderas, Jalisco-Nayarit.
José Luis Navarrete Heredia
Profesor-investigador del Centro de Estudios en Zoología de
la Universidad de Guadalajara. Responsable de la Colección
Entomológica. Tiene publicados más de 130 trabajos entre artículos
científicos, libros y capítulos de libros. Su pasión por los coleópteros
inició desde temprana edad al recorrer el campo de su pueblo natal,
Miraflores, en el Estado de México.
Juan Diego Galaviz Parada
Licenciado en Biología egresado del Centro Universitario de la Costa,
Universidad de Guadalajara, donde actualmente se desempeña
como estudiante (dude) del programa de Doctorado en Ciencias en
Biosistemática, Ecología y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas.
Realiza estudios sobre estrategias de control químico, natural y biológico en culícidos de importancia en salud pública en la costa norte de
Jalisco.
Juan Heriberto Torres Jasso
Doctor en genética humana egresado del Centro Universitario de
Ciencias de la Salud, Universidad de Guadalajara. Actualmente se desempeña como profesor de asignatura en el Centro Universitario de la
Costa impartiendo clases de Bioquímica, Microbiología y Genética. Ha
realizado estudios sobre biología molecular de cáncer de estómago.
Karla Paola Rodríguez Olivares
Licenciada en Biología egresada del Centro Universitario de la Costa,
Universidad de Guadalajara, donde actualmente se desempeña como
estudiante del Doctorado en Ciencias en Biosistemática, Ecología
y Manejo de Recursos Naturales y Agrícolas. Realiza estudios sobre
sucesión de coleópteros y dípteros asociados a cadáveres, con interés
médico-legal.
227
Acerca de los autores
Katherine Renton
Investigadora residente en la Estación de Biología Chamela del
Instituto de Biología, unam. Ha estado realizando estudios sobre la
ecología de diversas especies de psitácidos (guacamayas, pericos, loros
y cotorras) en las selvas tropicales húmedas y secas de Perú, Brasil,
Belice y México desde 1987.
Liza Danielle Kelly Gutiérrez
Hizo su Licenciatura en Oceanología, Maestría en Oceanografía
Costera y Doctorado en Ciencias para el Desarrollo Sustentable.
Actualmente es coordinadora de la Licenciatura en Biología del Centro
Universitario de la Costa (cuc) de la Universidad de Guadalajara.
Académica del Departamento de Ciencias Biológicas del cuc. Ha realizado estudios sobre la ecología química del medio ambiente marino,
farmacología marina y contaminación marina.
María del Carmen Navarro Rodríguez
Profesora-investigadora del Centro Universitario de la Costa de la
Universidad de Guadalajara. Ha trabajado con ecología del ictioplancton en los estados de Jalisco, Nayarit y Colima desde 1995 a la fecha.
Actualmente realiza estudios sobre la ecología de bosque del manglar
en Puerto Vallarta, Jalisco.
Miguel Ángel De Labra Hernández
Se formó como licenciado en Biología en la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo, donde además obtuvo el grado de maestro en Ciencias Biológicas. Actualmente realiza su Doctorado en el
Instituto de Biología de la unam estudiando los “Requerimientos ecológicos del loro corona azul (Amazona guatemalae) en la región de Los
Chimalapas, Oaxaca”.
Nelson Emmanuel Sahagún Uribe
Estudiante de la Licenciatura en Biología del Centro Universitario de
la Costa, Universidad de Guadalajara. Tiene especial interés en microbiología y biotecnología. Realiza estudios sobre compuestos bioactivos en plantas con capacidad inhibitoria sobre el crecimiento de
Escherichia coli con la finalidad de encontrar alternativas eficaces a los
antibióticos convencionales.
228
Acerca de los autores
Rosío Teresita Amparán Salido
Licenciada en Biología egresada de la Universidad de Guadalajara,
con posgrado de la Universidad Autónoma de Nuevo León (Maestría
en Ecología y Manejo de la Vida Silvestre, y el Doctorado en
Ciencias Biológicas). Es profesora-investigadora desde 1987 en la
Universidad de Guadalajara (Laboratorio Natural Las Joyas de la
Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán, Centro Universitario
de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, actualmente en el Centro de
Investigaciones en Recursos Naturales del Centro Universitario de la
Costa). La línea de investigación ha sido en ecología de aves (estudios
con comunidades de aves terrestres y acuáticas).
Sandra Quijas Fonseca
Profesora-investigadora del Centro Universitario de la Costa,
Universidad de Guadalajara. Su línea de investigación está enfocada
en la relación entre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, a través de la generación de marcos conceptuales, análisis funcionales, métodos de campo, modelación y mapeo espacial.
Sofía Berenice Rodríguez Ramírez
Egresada del cbtis 4 de Ciudad Lerdo, Durango, como técnico laboratorista clínico. Actualmente es estudiante de la Licenciatura en
Biología del Centro Universitario de la Costa de la Universidad de
Guadalajara.
Sylvia Margarita de la Parra-Martínez
Se formó como licenciada en Biología en la Universidad Autónoma
de Sinaloa y como maestra en Ciencias Biológicas en el Instituto
de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México
(unam), en donde actualmente realiza su Doctorado estudiando los
“Requerimientos ecológicos de la Guacamaya verde (Ara militaris) en
la costa de Jalisco”.
Ubaldo Sebastián Flores-Guerrero
Biólogo formado en el Centro Universitario de la Costa, Universidad
de Guadalajara. Actualmente trabaja como técnico del proyecto kt009,
auspiciado por la Conabio: “Actualización del Catálogo de Autoridades
Taxonómicas de Myriapoda en México”. También se desempeña como
ilustrador de publicaciones científicas.
229
Tópicos sobre ciencias biológicas
se terminó de imprimir en agosto de 2016
en los talleres de Ediciones de la Noche
Madero #687, Zona Centro
Guadalajara, Jalisco
www.edicionesdelanoche.com