El Sevilla certific� su permanencia matem�tica con una solvente y, por monentos, brillante victoria contra el Granada. Todo el sufrimiento de un a�o muy duro se convirti� en un improvisado festejo en el S�nchez-Pizju�n. Aflor� ese alivio por conseguir cerrar un curso terrible en Nervi�n, s�lo endulzado en el tramo final porque no se ha sufrido, sacando el equipo la situaci�n adelante con un 13 de 15 incontestable despu�s de levantarse y volver a caer. Incluso el conjunto nervionense mostr� esa otra cara liberada y de buen juego. Quique ha tocado las teclas necesarias para que sus hombre puedan alardear de chanclas en mayo. El trabajo ahora est� en otro lugar. De traje y corbata. Se acaba de cruzar la l�nea de meta y toca salir de nuevo. El Sevilla comienza hoy su reconstrucci�n.
Es el turno del presidente y del director deportivo. Viendo c�mo respira su afici�n, la decisi�n m�s sencilla ser�a la de iniciar el proyecto con Quique en el banquillo. No las ten�an todas consigo cuando no ganaba y ahora, siendo razonable la decisi�n, se le sigue dando vueltas. Porque tambi�n se est�n viendo comprensibles dudas en un t�cnico que no se f�a de las promesas que le hagan llegar. Ha salvado al Sevilla. Tiene a la afici�n y al n�cleo duro del vestuario de su parte. La sart�n la agarra �l ahora mismo, con un poder que tampoco termina de convencer al club. En tiempos de cambios y dificultades, en el Sevilla entienden que se necesita un entrenador que no haga mucho ruido. Por tanto, esta gran decisi�n pasa por convencer a Quique de que no va a estar mejor que en el Sevilla. Su reto al llegar era hacerse grande en Nervi�n. Demostrar y demostrarse que pod�a ser la cabeza visible de un equipo grande. Le toca meditar, aunque debe decidirse pronto.
Porque los cambios van a ser bruscos en la plantilla. Se da por hecha la marcha de jugadores relevantes, comenzando por Sergio Ramos, adem�s de la necesidad de vender a En-Nesyri. Los referentes deber�n ser otros que permanezcan, adem�s de completar la plantilla con fichajes que aporten pese a su juventud, cogiendo de ejemplo la adaptaci�n de Lucien Agoum�, con el que seguro que se desea negociar con el Inter si aceptase una pr�rroga de su pr�stamo. Un camino marcado por la necesidad y el reajuste. Un camino al que s�lo le falta la r�brica de un jefe que lidere el proyecto. O Quique, o un joven valor nacional.
Hay que recordar que el contrato de Quique se renueva autom�ticamente si queda entre los diez primeros. Lo tiene en su mano. Otra cosa es que el club o �l no quieran seguir unidos, por lo que, en ese supuesto, la otra parte compensase econ�micamente a la afectada. Quique dice estar cansado de que le pregunten por su futuro. Sabe que se dud� de su val�a cuando la situaci�n se tornaba en dram�tica. Ahora ha optado por mirar y esperar. No quiere liderar un proyecto que salte por los aires en el primer mes. La salvaci�n le ha sabido a gloria. El futuro es lo que no est� tan claro. Ni para �l, ni tampoco para el Sevilla. Se ha cruzado la meta con mucho esfuerzo y, sin tiempo para recuperarse, toca ponerse manos a la obra. Un tercer a�o peleando por no bajar ser�a intolerable para la grada del S�nchez-Pizju�n.
