Museo Nacional de Arte

Nación de imágenes. La litografía mexicana del siglo XIX

01 de Abr 1994 - 30 de Jun 1994

Es propósito del Museo Nacional de Arte formular exposiciones temporales que arrojen luces sobre fragmentos de la cultura visual comprendida en las fronteras de su vocación. Constituida por una selección de aproximadamente 500 estampas procedentes en su mayor parte de la Biblioteca de Arte Mexicano, la muestra Nación de imágenes. La litografía mexicana del siglo XIX, que mostró sus piezas de abril a junio de 1994, procuró por vez primera, una panorámica de la litografía en nuestro país, desde su introducción en 1826 por Claudio Linati hasta la obra de José Guadalupe Posada a principios del siglo XX.

El Museo optó por enfatizar el valor estético per se de las estampas, al tiempo de poner en relieve el carácter de la litografía como un testimonio documental del siglo pasado. La exposición presentó e interrelacionó los asuntos que más ocuparon el quehacer litográfico en el México decimonónico: la vida civil y sus escenas de la cotidianeidad urbana y rural; la vida militar, donde se hizo constar la significativa participación de la estampa en el contexto de los avatares de la nación independiente; la vida religiosa, que manifiesta una función proselitista de la litografía, acorde con un país de arraigadas devociones; la vida política, que destacó el papel preponderante de la litografía como vehículo para las ideologías y, muy particularmente, para la interpretación crítica de la política nacional, y la vida cultural, donde queda patente la importancia de la estampa para contribuir al conocimiento y difusión de la ciencia, el arte y la historia.

Confiamos en que Nación de imágenes. La litografía mexicana del siglo XIX abrió la puerta para que se propiciara la realización de estudios y exposiciones que procuró un conocimiento más profundo de aspectos específicos de la litografía, técnica artística que en su momento no sólo ofreció grandes posibilidades para la reproducción, sino que fue decisiva para dar cuerpo a la personalidad de la nación y constituyó un capítulo definitivo en la historia del arte mexicano.