Hitler, vivo o muerto

Un grupo de ex convictos, que ahora actúan como cazadores de recompensas, reciben una oferta de un millón de dólares. Se trata de ir a Alemania y encontrar al mismísimo Hitler, vivo o muerto.

Realizada en plena II Guerra Mundial, la película pretende ser una arma de propaganda a favor del bando aliado, presentando a los nazis como auténticos bobos e incompetentes. Pero el resultado es tan irreal y poco creíble que, sin quererlo, provoca la risa. El director de tan extraño filme es Nick Grinde, un autor que no cuenta en su filmografía con películas memorables pero que supo moverse en todos los géneros.