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Las venideras elecciones en Hungría ya iban a ser interesantes de muchas maneras. Por primera vez desde su incorporación a la UE hace dos décadas, los húngaros celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo (PE) en el mismo día que las elecciones locales para alcaldes y gobiernos locales. Además de los 21 eurodiputados de Hungría. Los votantes elegirán al alcalde de Budapest, 3177 alcaldes, unos 16 500 concejales locales, 432 concejos comarcales y 33 concejos de capital de provincia.
Las normas electorales de Hungría, específicamente diseñadas para favorecer al gobierno formado por el Fidesz, tienden a favorecer que los partidos de la oposición –desde la izquierda hasta la extrema derecha– hagan campaña en coalición.
En las elecciones europeas, sin embargo, el sistema electoral proporcional permite que los partidos compitan por separado y que por lo general consigan mejores resultados que en las elecciones nacionales, al menos en lo que atañe a la proporción de escaños que consiguen. Y esto no se debe necesariamente a que los votantes deseen apoyar a la oposición o castigar al gobierno.
El sistema electoral nacional de Hungría está ahora tan sesgado, con una redistribución de distritos selectiva y un tanto manipulada y pagos a los ganadores, que el partido populista y nacionalista Fidesz-KDNP del primer ministro Viktor Orbán al obtener alrededor del 50 % de los votos nacionales, puede conseguir dos tercios de todos los escaños parlamentarios y conservar su mayoría. En las elecciones europeas de 2019, el Fidesz consiguió 13 de los escaños del Parlamento Europeo de Hungría con el 52 % de los votos, mientras que 8 fueron para los partidos de la oposición, lo que no es una victoria contundente para la oposición, pero sí que es mejor de lo que está acostumbrada.
