Casa de los Azulejos: tesoro arquitectónico de la Ciudad de México

Uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México y que resume cuatro siglos de historia, es sin duda la Casa de los Azulejos, reconocida como Monumento Nacional. Es parte de la experiencia maravillosa de caminar por la capital del país. El Centro Histórico de la Ciudad de México resguarda los tesoros arquitectónicos y las memorias de nuestro pueblo y esta mansión es uno de sus emblemas.

Historia de la Casa de los Azulejos en la CDMX

Como ocurre con todas las construcciones antiguas, la historia de la Casa de los Azulejos se pierde en la bruma de la inexactitud. Sin embargo, existen documentos que indican que en este lugar se construyeron dos casonas en el siglo XVI, siendo habitadas por las familias de Ávila y de la Torre de 1524 a 1598. La propiedad ubicada al sur, frente al Templo de San Francisco y a pocas cuadras del zócalo capitalino, fue adquirida por Diego Suárez, quien la heredó a su hija Graciana.

Esta mujer se convirtió en la condesa de Orizaba al casarse en 1616 con el conde Luis de Vivero. Después de la boda, ambas propiedades fueron unidas y se convirtieron en el Palacio de los Condes del Valle de Orizaba. La Casa de los Azulejos fue propiedad de la familia por generaciones y no fue sino hasta 1737 que la quinta condesa decidió remodelarla para darle un aspecto más opulento.

Arquitectura de la Casa de los Azulejos

La fachada original de estilo mudéjar de la Casa de los Azulejos dio paso a una maravillosa obra de arte artesanal, al cubrirse sus muros exteriores con cantera labrada y costosos azulejos de Talavera Poblana (aunque algunas fuentes insisten en que en realidad se trajeron de China). La lujosa vivienda, cubierta ahora de cerámica de fondo marfil y diseños azules, fue conocida desde entonces como el Palacio Azul.

En 1871, la propiedad perdió varios metros de terreno en la parte norte, debido a la creación de la Avenida 5 de Mayo. Este hecho fue aprovechado por los propietarios para remodelar esa parte de la casa y recubrirla igualmente de azulejos y cantera, imitando el diseño original elegido 150 años antes.

Usos de la Casa de los Azulejos en la CDMX

El uso habitacional de la Casa de los Azulejos termina en 1881, cuando se instala en dicho inmueble el Jockey Club, lugar de encuentro de las élites capitalinas durante el porfiriato. En 1915, tras el triunfo de la Revolución, el edificio alberga la Casa del Obrero Mundial, quedando en el abandono algunos años después.

En 1919, la familia Sanborns alquila la Casa de los Azulejos para instalar una farmacia y fuente de sodas. Es durante el periodo de los “alegres años 20”, que el lugar atrajo a infinidad de personalidades, quienes se daban cita para dialogar y divertirse. En 1931, el gobierno de la república declara este inmueble como Monumento Nacional, protegiendo así la riqueza histórica y arquitectónica del lugar.

La Casa de los Azulejos en la actualidad

En la actualidad, la Casa de los Azulejos continúa siendo propiedad de la compañía Sanborns, ofreciendo sus servicios de bar, farmacia, tienda de regalos y restaurante. Vale mucho la pena admirar la rica ornamentación del barroco mexicano, los barandales de bronce y el impresionante y luminoso patio central con su fuente de azulejos, protegida por un maravilloso nicho de cantera labrada. No te pierdas los dos murales que se conservan en su interior.

En las escaleras de acceso al segundo piso se encuentra la “Omni-Ciencia", creada en 1928 por el pintor José Clemente Orozco. En la planta alta verás los "Pavorreales", encomendado en 1918 al artista Jean Palcologue.

Ubicación de la Casa de los Azulejos

La Casa de los Azulejos se ubica en el corazón del centro histórico de la Ciudad de México, en la Av. Francisco I. Madero #4, a solo seis cuadras del Zócalo y a una del Palacio de Bellas Artes. Está abierta todos los días en un horario de 7 a.m. a 1 a.m.