Anatomía de una rivalidad: Kobe Bryant y Shaquille O’Neal, una relación de amor-odio con una gran incógnita

Kobe Bryant y Shaquille O’Neal, una relación de amor-odio con una gran incógnita

NBA / ANATOMÍA DE UNA RIVALIDAD

Ambos compañeros lograron conquistar tres anillos con Los Ángeles Lakers antes de romper su relación y protagonizar numerosos rifirrafes dentro y fuera de la pista

Su relación se arregló en el tramo final de la vida de Kobe antes de su trágica muerte, que Shaq lamentó como la "pérdida de un hermano pequeño"

El pívot llegó a decir en su momento que, de no haber separado sus caminos, la pareja podría haber conquistado hasta seis campeonatos de la liga estadounidense

Shaquille O'Neal y Kobe Bryant consiguieron tres anillos juntos en Los Ángeles, pero luego separaron sus caminos

Shaquille O'Neal y Kobe Bryant consiguieron tres anillos juntos en Los Ángeles, pero luego separaron sus caminos

MD

Fue una de las duplas más poderosas de la historia de la NBA pero a la vez mantuvieron una lucha particular a lo largo de sus carreras. Kobe Bryant (Pensilvania, 1978 – California, 2020) y Shaquille O’Neal (Nueva Jersey, 1972) fueron capaces de levantar una dinastía dorada para conquistar hasta tres anillos, pese a la relación personal casi imposible que mantuvieron durante años.

El 26 de junio de 1996 los Charlotte Hornets elegían a Kobe Bryant en el número 13 del Draft de la NBA. Sin embargo, fue su agente quien declaró públicamente que Kobe no quería jugar para la franquicia, pidiendo el traspaso inmediato hacia Los Angeles Lakers. Aquel joven terminaría recalando en el equipo angelino a cambio de Vlade Divac, junto a un tal Shaquille O’Neal que llegaba procedente de los Orlando Magic, después de que el pívot cayera en las Finales pasadas ante los Houston Rockets.

Shaq y Kobe eran polos opuestos. No tardó en apreciarse. Se distinguían prácticamente en todo. En disciplina de trabajo, en carácter o en la manera de jugar. Kobe era un tipo serio, introvertido y trabajador, recién llegado a la liga, mientras que un siempre divertido Shaq, al que no le importaba tanto su forma física y tenía una escasa ética de trabajo, buscaba el querido anillo tirando de puro talento tras cuatro temporadas sin éxito en Orlando.

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Una imagen de Shaq y Kobe en 2001 cuando compartían equipo en L.A.

Otras Fuentes

Hasta en sus orígenes se apreciaban ya numerosas diferencias entre ambos. El padre de Kobe, Joe Bryant, fue jugador de baloncesto en sus tiempos mientras que Shaq fue maltratado y abandonado por su padre Joseph Toney y tuvo que ser criado por Phillip Harrison, un sargento del ejército. Era un hombre fuerte, serio y de carácter con el que tuvo una excelente relación.

Las semifinales de conferencia de 1997 entre los Utah Jazz y los Lakers dejaron uno de los primeros episodios de enemistad entre ambos compañeros de equipo. La franquicia angelina caía en una eliminatoria en la que Kobe, con apenas 18 años, decidió tomar más responsabilidades que nadie en ataque. Sus porcentajes no fueron buenos (0/6 triples en el último partido) y O’Neal no acababa de entender porque aquel muchacho era el encargado de liderar a los Lakers en aquellos playoffs.

Cuando la fricción afecta al equipo

“No sale por ahí, no va a clubs, no tunea su coche… Es un chico muy refinado. Creo que demasiado maduro para su edad”, sostenía Shaq sobre su compañero de equipo. El odio que se tenían lo mostraban públicamente. Fue en la primera campaña de Phil Jackson como entrenador de los Lakers en la que se volvió a abrir brecha en su relación. El pívot volvió a juzgar el rendimiento de Bryant públicamente y sus compañeros apoyaron sus palabras. “Kobe juega de una manera demasiado egoísta como para que ganemos. Estoy cansado de él”, comentaba Shaq.

Jackson afirmó años después que si hubiera hecho una votación en el equipo sobre si tenía que salir Kobe o no, el escolta hubiera terminado lejos de la ciudad angelina. Así que decidió hablar con él: “Quieres ser capitán del equipo algún día, ¿no?”, le propuso. “Yo debería serlo ahora. Si Shaq está enojado conmigo porque no juego en equipo, yo lo estoy con él por no estar en forma”, contestó.

Pero aquel año, sorprendentemente, terminó bien. Los Lakers superaron en las Finnales de Conferencia a los Portland Trail Blazers en una trepidante eliminatoria en la que Kobe anotó ocho puntos en la prórroga con Shaq expulsado. Bryant fue el primero en buscar a O'Neal al finalizar el partido y se abrazaron para celebrarlo. Se compenetraban en pista como si fueran dos personas que congeniasen en ideas, opiniones y gustos. Pero no era así.

Kobe, Hunter y Shaq, tras las Finales de 2002

Kobe Bryant y Shaquille O'Neal tras proclamarse campeones en 2002

getty images

Los Lakers ganaron, entonces, tres anillos de manera consecutiva, entre el 2000 y el 2002. Pero la temporada posterior a estos éxitos fue la más complicada. Kobe Bryant se vio envuelto en un caso de abuso sexual cuando fue acusado con un cargo de delito grave en un hotel de Colorado. La actitud del jugador, tanto en pista como fuera de ella, cambió por completo.

El fin de una era

El escolta actuó de manera agresiva con sus compañeros, y en especial con Shaquille O’Neal, quien no aguantaba su conducta. Bryant criticó públicamente al pívot por no cuidarse de sus lesiones y solicitó que echaran a Phil Jackson. Shaq, por su parte, pidió un aumento de contrato y este no fue aceptado, por lo que también dijo adiós a la dinastía. Los trapos sucios de aquella mala temporada de los Lakers de Kobe Bryant se destaparon en un libro de Phil Jackson, The Last Season, que mostraba todas las tensiones que rodeaban a la franquicia.

La salida de O’Neal hacia los Heat cambió la narrativa. El dilema ahora estaba en ver quién de los dos triunfaría más que el otro. ¿Shaq o Kobe? Dos compañeros de equipo y campeones de la NBA terminaban siendo máximos rivales en contra. El pívot ganó su cuarto anillo con los Miami Heat (2006), mientras que Bryant le superó con un total de cinco campeonatos conquistados con los Lakers, sus dos últimos cosechados junto a Pau Gasol.

“Me volvía loco que Shaq fuera tan vago cuando jugábamos juntos. Como jugador tienes la responsabilidad de trabajar cada día y no puedes saltártelo. Él muchas veces no se lo tomaba en serio”, comentaba Bryant años después. La relación de amor-odio desencadenaría en tres anillos conquistados en cuatro finales disputadas. Dos jugadores que marcaron una era en la franquicia de Los Ángeles pero que nunca llegaron a congeniar fuera de las pistas.

Finalmente, el tiempo terminó reconciliando a dos enemigos íntimos que tuvieron sus más y sus menos en muchas ocasiones. El All Star de 2009 apaciguó a ambos jugadores. Fue la noche de la reconciliación. Ganaron el partido, se rieron y se llevaron un MVP conjunto, tras los 27 puntos de Kobe y los 17 de Shaq, que por aquel entonces militaba en los Phoenix Suns. “Echo de menos esos tiempos. Kobe me estaba buscando, sobre todo en el pick&roll”, aseguró Shaquille O’Neal. Aquella misma temporada, tras la vuelta de Phil Jackson a los Lakers, la franquicia angelina se llevó el anillo y Kobe Bryant arregló su relación con su entrenador.

Tras la retirada de las pistas de ambas estrellas, Kobe y Shaq se lanzaron numerosas indirectas públicas el uno al otro. De no ser por los múltiples enfados o del cambio de franquicia de O’Neal, el pívot argumentó que “Kobe y yo hubiésemos ganado cinco o seis anillos”. Además, asumía que posiblemente Bryant haya sido el mejor compañero que tuvo a lo largo de su trayectoria. “La verdad es que pasamos más momentos buenos que malos juntos" aseguraba el interior de Nueva Jersey.

Las actuaciones que nos dejaron sobre el parqué destaparon una pareja única en la historia, con un impacto que trasciende en el tiempo. Unos extremos absurdos que se olvidaron de lo personal con tal de ganar el anillo. Los egos, las aspiraciones individuales y las muchas diferencias entre ambos truncaron una magnífica relación en pista con heridas que se acabaron curando con el tiempo. 

Tras el trágico fallecimiento de Kobe en 2020, Shaq fue uno de los primeros en mostrar su dolor a lágrima viva. "Hacía tiempo que no sentía un dolor tan profundo, perdí a un hermano pequeño", comentó en el tributo a la leyenda. "Ojalá pudiera volver a hablar con él", lamentó. En su funeral público, O'Neal afirmó que a pesar de su relación compleja, ambos siempre mantuvieron un profundo respeto mutuo, y que en sus malos momentos no estuvieron tan enemistados como el relato mediático apuntó en su momento: "Cuando se apagaban las cámaras, nos guiñábamos un ojo".

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