Alvaro Arellano
La cotización de los granos continuará en ascenso a raíz de la escalada del conflicto que protagonizan Rusia y Ucrania, con un inevitable impacto en el precio de alimentos. Ante el inevitable fenómeno, el gobierno nacional se encuentra ante la necesidad de tomar una decisión que logre por lo menos amortiguar el impacto en el bolsillo de los argentinos ¿Cuáles son las opciones?
Desde Casa Rosada ya intentaron atenuar el golpe a través de distintos mecanismos como el control de precios o en el caso de productos exportables con cupos y la implementación de un fideicomiso para granos. Ninguna de las alternativas generó un alivio real para el bolsillo de los consumidores. En ese sentido, el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, volvió a plantear la necesidad de subir las retenciones y bajar los alquileres rurales en la zona de La Pampa húmeda a modo de contrarrestar las consecuencias de la suba de granos en el mercado internacional.
En diálogo con El Ciudadano, Moreno sostuvo: “Suba de retenciones, ley de arrendamientos rurales, con eso no solo no va a aumentar la comida, sino que vamos a tener los recursos, que estarán en el orden de los 7.500 millones de dólares para pagarle al Fondo”.
Por el momento, y en simultáneo a la aceleración de precios internacionales, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, ya manifestó que no está de acuerdo con un retoque en los derechos de exportación. Esta posición se sostiene pese a que, ya en enero y previo al conflicto internacional, el valor de alimentos según el último dato oficial de inflación fue del 4,9%, valor más alto en esa categoría desde que asumió el gobierno. Para Moreno, “llegó la hora de que los terratenientes hagan un esfuerzo patriótico”.
—¿Cómo puede influir en la economía argentina el aumento de commodities y cómo puede resolverse a corto plazo?
—Una suba en el mercado de Chicago es una suba en Argentina. La manera de resolver el incremento de la comida para las familias argentinas es la suba de las retenciones. No hay ninguna otra salida. Los cupos de exportación son absolutamente disfuncionales. Las retenciones las paga el productor, por lo tanto la manera de que la baja de la facturación de los productores sea compensada, es que también se resuelva una ley de arrendamientos de las tierras rurales, de tal manera de ponerle un tope a esos alquileres y la baja de ingreso del productor se compensa con la baja de costos.
—En ese caso, ¿sobre quiénes recaería el impacto de la suba de retenciones?
—Si esto se da así, por el funcionamiento lógico de la economía, el impacto de las retenciones termina recayendo en el dueño de la tierra, algo que está bien. Llegó la hora de que los terratenientes hagan un esfuerzo patriótico, son los únicos que lo pueden hacer. No lo pueden hacer los productores, ni los contratistas ni mucho menos los trabajadores rurales. Los únicos en condiciones están en la zona núcleo de La Pampa húmeda, son los terratenientes.
—¿Esa suba afectaría a todos los sectores rurales o específicamente al de La Pampa húmeda?
—Sería para la zona núcleo de La Pampa húmeda, donde están las tierras más productivas. Esto es el norte de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y una parte de la provincia de Córdoba, está perfectamente identificada esa zona. No hace falta segmentar, esto no impactaría en la producción de Chaco ni de Santiago. Es para las mil familias terratenientes de La Pampa húmeda. Si lo hacen, yo estoy de acuerdo en reconocérselos y contrarrestar ese ingreso de corto plazo que no van a tener con un bono a mediano y largo plazo, de tal manera que entre todos podamos salir de este atolladero.
—¿Se puede estimar cuánto más podría recaudar el país a partir de esa modificación?
—La suba de retenciones no solo sería para resolver el impacto del aumento de los commodities en la mesa de los argentinos, sino también para obtener recursos que estarán en el orden de los 7.500 millones de dólares, y de esa manera honrar los compromisos externos sin ninguna condicionalidad ridícula como las que acaba de firmar el gobierno con el Fondo Monetario Internacional.
—¿Tiene algún tipo de sustento el pedido de la Sociedad Rural Argentina de declarar inconstitucionales las retenciones?
—No tiene ningún sustento legal ni fáctico, es ridículo, así no se construye un país. Quieren sacar las retenciones y que el trigo en Argentina cueste 450 dólares la tonelada, ¿el pan cuánto va a costar?, es ridículo, ese planteo no se lo creen ni ellos.
—¿Coincide con el presidente y ministros que hablan de una recuperación económica en 2021?
—El presidente no sabe dónde tiene la nariz y dice cosas que no entiende y no están bien. Es obvio que lo que dice no se traduce a la realidad.
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