Nuevo Álbum «Playlist»

enero 4, 2024
Carlos Goñi HABLA Del nuevo álbum

Es un disco de versiones, cierto; pero no de la gente que hizo que me dedicase a esto (que para eso ya está “Adictos a la Euforia”), sino de los que hacen que me siga mereciendo la pena hacerlo más allá de lo que me emociona el tocar mis propios temas.

A lo largo de estos años he grabado y tocado muchas canciones escritas por otros (en español, en inglés, traducidas, etc.), pero este proyecto había de ser distinto, más concreto, más específico. 

Hay una cuestión que para mí era el verdadero rompecabezas del asunto:

Cómo dotar a todo de un único corazón cuando eran al menos 11 los que habían latido cada uno a su ritmo y compás para poder crear estas 11 canciones. 

No era baladí la cuestión. Evidentemente no soy el primero en hacer un disco así, pero sí es la primera vez que lo hago y cada uno tiene sus filias y sus fobias. 

Así que decidí que tenía que ser la interpretación mía a tumba abierta de cada uno de los temas; más específicamente: como lo habría hecho si hubiese tenido el regalo divino de escribirlas yo.

Como me dijo un señor que sabía mucho de esto hace muchos años, lo de las canciones es una cuestión de piel. Y punto. 

Ese es, ha sido y será el gran motor que tira de mí desde siempre: las cosquillas en la piel y el ver cómo se eriza cuando cantas, tocas, escuchas una canción, así que en un disco como este (sigo siendo un clásico y siempre le llamaré disco) no podía ser de otra manera. 

Es fácil imaginar que la selección de temas ha sido un poema; un poema asombroso. No he querido irme muy lejos en el tiempo con el asunto del repertorio, ya habrá ocasión (si me lo pide el cuerpo) de remitirme a otras décadas anteriores igual de maravillosas en la cosecha de canciones, pero no era ahora cuando tocaba; especialmente después de mi último álbum (también me gusta este nombre). 

Cuando pones juntas todas estas canciones y piensas en la cantidad de horas, sentimientos, heridas, cicatrices, risas, alegrías, sufrimientos (a terceros y de terceros) y jirones de vida al fin, pues… te entra un vértigo que acojona mucho, la verdad.

Vaya para todos ellos, los compositores, mi más absoluto respeto y admiración por dejarse la vida en ello.

Un saludo.

C. Goñi