Nagorno Karabaj: claves del conflicto entre Azerbaiyán y Armenia
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Nagorno Karabaj: claves del largo conflicto entre Azerbaiyán y Armenia que podría acercarse a su final

  • El enclave está poblado por armenios étnicos pero forma parte del territorio de Azerbaiyán
  • Los dos países se han enfrentado abiertamente en 1991-1994 y 2020

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Un bloque de viviendas dañado tras un bombardeo en Stepanakert / Jakendi, capital de la región de Nagorno Karabaj, en Azerbaiyán. Foto: AP Photo/Siranush Sargsyan
Daños tras un bombardeo en Stepanakert / Jakendi.

Azerbaiyán inició el 19 de septiembre una operación militar para recuperar el control sobre el territorio separatista de Nagorno Karabaj (Alto Karabaj). En solo 24 horas, los separatistas armenios acordaron rendirse y desarmar por completo a sus unidades militares ante el avance del Ejército azerbaiyano y visto que ni Armenia ni Rusia acudían esta vez en su ayuda.

Este jueves, 28 de septiembre, la autoproclamada República de Artsaj, la entidad política creada por los secesionistas pero no reconocida internacionalmente, ha anunciado su disolución.

Todo apunta a que este conflicto en el Cáucaso sur, que desde hace 30 años enfrenta a Azerbaiyán con su minoría étnica armenia y con el estado vecino de Armenia, puede estar a punto de cerrarse. El conflicto es fruto de la desintegración de la Unión Soviética en 1991 y del acceso a la independencia de las repúblicas que la formaban, dentro de cuyas fronteras conviven distintos grupos étnicos y religiosos.

Una región poblada por armenios étnicos

Nagorno Karabaj es una región de Azerbaiyán poblada mayoritariamente por habitantes de etnia armenia, con lengua (armenia) y religión (cristianos) comunes con la vecina Armenia. En Azerbaiyán conviven 80 etnias, aunque la mayoría de sus habitantes son azeríes, que hablan una lengua túrquica, y son musulmanes (datos de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU., CIA).

La región, muy montañosa, tiene una extensión de unos 4.400 kilómetros cuadrados (similar a la provincia española de Pontevedra), y unos 120.000 habitantes.

La zona gozaba de reconocimiento legal y autonomía dentro del Azerbaiyán soviético. En 1988, con la URSS ya en crisis, surgió un movimiento separatista, partidario de unirse a la vecina Armenia. Tras la desaparición de la URSS y el acceso a la independencia de ambas repúblicas en 1991, se inició una guerra entre los nuevos estados por Nagorno Karabaj.

Este primer conflicto terminó en 1994 con una victoria armenia. Los secesionistas lograron hacerse con el control de la región, donde proclamaron la autodenominada República de Artsaj​​, una entidad sin reconocimiento internacional.

Las tropas armenias conquistaron además una importante parte de territorio azerbaiyano en torno al enclave, garantizando una conexión terrestre con Armenia, y provocando una oleada de refugiados azeríes que huyeron a otras partes del territorio azerbaiyano.

Azerbaiyán pasa a la ofensiva en 2020

El conflicto permaneció "congelado", con escaramuzas ocasionales, hasta 2020.

Azerbaiyán aprovechó ese tiempo para reforzar su economía (basada en las exportaciones de petróleo y gas), su Ejército y sus alianzas internacionales. Su principal aliado es Turquía, que además de brindarle apoyo diplomático le ha vendido armas (los drones Bayraktar turcos han jugado un papel destacado en el campo de batalla en los últimos años).

Israel le ha suministrado sistemas de misiles y guerra electrónica, además de drones, a cambio de información de inteligencia sobre el vecino Irán (según información, entre otros, del diario israelí Haaretz).

Azerbaiyán además ha multiplicado sus intercambios comerciales con la Unión Europea, a la que vende cada vez más gas y petróleo, más aún desde que la guerra de Ucrania ha llevado a la UE a diversificar el origen de su suministro.

En 2020 se inició la que se considera segunda guerra entre Azerbaiyán y Armenia. En este caso, fueron los azerbaiyanos quienes ganaron la mano. Bakú recuperó el territorio alrededor de Nagorno Karabaj e incluso una parte del sur de la región.

Las claves del conflicto en Nagorno-Karabaj

El conflicto terminó con un precario alto el fuego garantizado por Rusia, que desplegó "fuerzas de paz" para separar a los contendientes. Estas fuerzas siguen allí. Pero los enfrentamientos esporádicos se reprodujeron en 2021 y 2022, y en cada ocasión Azerbaiyán ha asegurado más territorio.

El asalto definitivo

El 19 de septiembre, los secesionistas controlaban aún gran parte de la región, incluyendo su capital, Stepanakert (Jakendi para los azerbaiyanos), pero las comunicaciones con Armenia se habían interrumpido: los azerbaiyanos bloqueaban desde diciembre de 2022 el llamado "corredor de Lachín", que comunicaba Nagorno Karabaj con Armenia.

Este bloqueo se interpreta ahora como una preparación para el asalto definitivo al enclave por parte de las fuerzas azerbaiyanas.

En solo 24 horas, el ataque, incluyendo bombardeos, se cobró la vida de 200 personas (según datos de los secesionistas). Azerbaiyán ha reconocido la muerte de 192 de sus soldados. Seis soldados rusos de las "fuerzas de paz" también han muerto, al ser tiroteado su vehículo por error. El presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, ha pedido perdón a Rusia por este último incidente.

Rubia abandona a Armenia

Tras la caída de la URSS, Armenia podía considerar que Rusia era un aliado. Pero esto ha cambiado con el tiempo. Armenia ha acusado reiteradamente a Rusia, supuesto garante del acuerdo de paz de 2020, de pasividad y de no hacer que el acuerdo se respete

Armenia pertenece a varias de las organizaciones supranacionales creadas por Rusia para la cooperación en el espacio exsoviético, como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la Comunidad de Estados Independientes (CEI) o la Unión Económica Euroasiática.

Pero en los últimos años, Rusia se ha acercado a Turquía, aliado de Azerbaiyán. Por ejemplo, Ankara intenta actuar de mediador en la guerra de Ucrania, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mantiene un diálogo fluido con su homólogo ruso, Vladímir Putin.

Ante esta nueva realidad, el presidente armenio, Nikol Pashinián, intenta diversificar sus alianzas. Ha acudido a diversas cumbres organizadas por países "occidentales", como la Cumbre por la Democracia organizada por EE.UU. en marzo pasado. Y ha reconocido la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, lo que Rusia interpreta como un "acto hostil".

La gota que ha podido colmar el vaso de Moscú es la participación de soldados estadounidenses en unas maniobras con el Ejército armenio, que tuvieron lugar, precisamente, el 19 y 20 de septiembre.

Tras el inicio de la operación militar azerbaiyana, desde Moscú varios representantes políticos le han dicho al primer ministro armenio que busque ahora la ayuda de sus nuevos amigos.

En Armenia, la oposición política y parte de la población critica a Pashinián por no intervenir a favor de sus "hermanos" al otro lado de la frontera. Pero sin el apoyo de Rusia, Armenia tiene pocas posibilidades de librar una nueva guerra contra Azerbaiyán por Nagorno Karabaj.

Éxodo masivo de los karabajíes

El gobierno azerbaiyano ha prometido integrar pacíficamente a la población armenia como una más de sus minorías étnicas, y ha iniciado conversaciones con los dirigentes independentistas.

Sin embargo, el efecto inmediato de la victoria azerbaiyana ha sido un éxodo masivo: más de la mitad de la población de Nagorno Karabaj ha abandonado ya el enclave en dirección a Armenia.

La huida se produce a través del corredor de Lachín, que Azerbaiyán ha reabierto, lo que en la práctica facilita el vaciamiento de Nagorno Karabaj. Ereván denuncia una "limpieza étnica".

Si la República de Artsaj se disuelve y Azerbaiyán afirma su control efectivo del territorio de Nagorno Karabaj, habrá puesto fin, al menos por el momento, a un conflicto de más de tres décadas.