Aunque Alejandra Marto Figeroa proviene de una familia más que conocida, siempre ha preferido mantenerse en un segundo plano. La hija de Raphael y Natalia Figeroa es una de las encargadas de la restauración de las obras del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y a ello dedica la mayor parte de su tiempo.
Por eso, raramente puede verse reunida a los eventos públicos a los que sus padres están tan acostumbrados. Aunque, en ciertas ocasiones, no duda en hacer excepciones para mostrarse de lo más familiar. Prueba de ello fue el Día de la Madre, que coincide además con el cumpleaños de su padre.
Ahora, Alejandra ha vuelto a reaparecer en público en una entrevista para Vanitatis. La restauradora ha comenzado una nueva faceta como modelo para una firma de bolsos, por lo que no ha podido evitar hablar sobre el papel que ha tenido su familia en su vida.
Como así ha querido dejar claro en varias ocasiones, ella siempre ha asegurado que mantiene una muy buena relación con su familia. De hecho, para ella es "muy fácil" ser su hija. "Nos han educado en la normalidad, nos han dado valores, herramientas y apoyo en lo que queríamos hacer. He mamado lo que es el esfuerzo, el trabajo", ha explicado muy agradecida.
Por eso, ahora que ella misma es madre, puede vivir ambas facetas. Y es que, como ha explicado, aunque al cantante no le gusta que le llamen abuelo, sí que le apasiona serlo: "La palabra no le gusta, pero la condición sí. Le encanta ser abuelo".
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