Por suerte, algunos directores parecen más interesados en el reverso de la moneda que en el brillo del anverso de la medalla. Como el protagonista del clásico de Douglas Sirk, Interludio de amor (1957), el tenebroso director de orquesta prefiere a la chica que le observa discreta entre bambalinas, que a su mujer, sentada en la primera fila del palco para aplaudirle, y también brillar como legítima esposa del maestro (antes de volverse loca). Estos cineastas, como Debra Granik, prefieren la pesadilla del sueño americano, o en su caso, sus noches agitadas, alejada de la imagen oficial de un mito ya, unánimemente, reconocido como inexistente.

La directora en su tercera película, en veinte años, vuelve a adaptar la novela de Peter Rock. La historia verídica de un padre y su hija que, alejadas del sistema de vida oficial, vivieron cuatro años en una reserva natural próxima a Portland. Opción personal que no impidió que ambos estuviesen en perfecta salud y que su hija hubiese adquirido un nivel de educación superior a la media de su edad.

Como en su anterior magnífico film, también adaptada de otra novela de Daniel Woodrell, repite su rodaje en espacios abiertos. Winter´s Bone (2010)era el retrato de una América sin jardines perfectos, coches fabulosos o vestidos de alta costura. Un Missouri contemporáneo, atravesado por la mítica ruta 66, que ha perdido su antiguo esplendor. Hoy, tierra de los desheredados, repleto de caravanas o tugurios, en plena naturaleza, más infierno que paraíso, y donde duermen a la puerta de estos míseros hogares, los restos de un próspero pasado que ya nadie recuerda: herramientas que ya no funcionan, chatarra acumulada y algún que otro juguete infantil desaparecido, desde hace tiempo, de los catálogos comerciales. En este lugar el conejo ha salido disparado, muerto de miedo, del mundo de Alicia en el País de las Maravillas, para no acabar despellejado, como las ardillas que habitan este bosque sin fin.

Leave No Trace pinterest
Leave No Trace

En Leave No Trace las presas a capturar son los propios protagonistas, perseguidos por los servicios de asistencia social que no pueden permitir que nadie se salga de las estructuras establecidas.

Como en Winter’s Bone en el que la protagonista de 17 años no puede arriesgarse a perder el hogar donde sobrevive con su madre, anestesiada por los medicamentos, y sus dos hermanos pequeños (su padre la hipotecó para pagarse la fianza, pero no se ha presentado al control judicial y si en una semana, no se regulariza la situación, su familia se verá de patitas en la calle), la protagonista defiende en Leave No Tracesu campamento en el parque natural (filmado en Oregon y los alrededores de Washington). Este tipo de vida le gusta y vive muy feliz con su padre.

Pero los servicios sociales consiguen obligarles a seguir el modelo establecido. Les encuentran una granja y tendrán que vivir allí. En ese momento la vida de la joven protagonista da un giro inesperado. Comienza a conocer a gente de su edad, sociabilizarse y llega la hora de plantearse si la opción de su padre coincide con la suya propia.

Leave No Tracepinterest
Leave No Trace

Debra Granik es un genio en la dirección de intérpretes y en el descubrimiento o lanzamiento de actores. En Winter’s Bone, ese particular Twins Peaks actualizado, Sheryl Lee, la actriz que interpretó a Laura Palmer, aparecía en un sobrecogedor papel, bañado de una atmósfera de suspense a cortar con hacha, unas alucinantes imágenes rodadas con cámara numérica RED y objetivo 35 mm, un genial John Hawkes merecedor de su premio al mejor actor secundario de los Independent Spirit Awards, en un guión perfecto y la confirmación de que Jennifer Lawrence era una extraordinaria actriz.

No dejes rastro va a suponer la consagración de este talentosa cineasta y se va a llevar todos los posibles del año, habidos y por haber. Sin olvidar, de nuevo, un casting impecable: Ben Foster, en el papel de padre, y sobre todo, Thomasin McKenzie, sencillamente, espectacular. Recordemos que en 2010 casi nadie conocía a Jennifer Lawrence. Recordad ese nombre: Thomasin McKenzie dará que hablar.