«Los boinas verdes no son armas de matar, son máquinas de preservar la paz»

Entrevista a kitín muñoz

«Los boinas verdes no son armas de matar, son máquinas de preservar la paz»

Ex boina verde y amigo del Rey de Marruecos, cree que Perejil «pudo ser un accidente»

Los tres mandos de los boinas verdes (Tierra, Armada y Aire), el JEMAD y el responsable del CNI junto a los dos coautores principales del libro, Kitín Muñoz y Terencio Pérez DEFEnsa

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Conocido popularmente por haber atravesado mares en balsas fabricadas con juncos, entre otras muchas aventuras, el ex boina verde Kitín Muñoz es embajador de buena voluntad de la Unesco y cónsul honorífico de Marruecos. Fue protagonista en el acercamiento entre España y el Reino alauí tras la crisis de Perejil, de la que mañana se cumplen 20 años, y acaba de publicar junto a su compañero Terencio Pérez «Boinas verdes españoles».

Imagen de la portada del libro del que es coautor kitín Muñoz Galland

—¿Qué significa este cuerpo para España? ¿Y para el Ejército?

—Son las unidades que entran las primeras siempre en acción. Son soldados con una preparación especial en táctica, entran de una manera silenciosa, en operaciones discretas aunque no secretas, dejan muy poca huella y son muy eficaces. Están el Mando de Operaciones Especiales, donde yo estaba, la Fuerza de Guerra Naval Especial, de la Armada y el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas, del aire.

—¿Qué es ser un boina verde?

—Significa tener un compromiso con España, querer y sacrificarte por tu país. Los boinas verdes pasan unas pruebas impresionantes de nueve meses para ganarse su puesto. Y eso la tropa; los oficiales y suboficiales, es un año. Significa tener un espíritu de sacrificio y de camaradería con tu compañero. Saber que eliges algo difícil, que te va a costar mucho. Son héroes anónimos.

Kitín Muñoz en acción en su etapa en los boinas verdes Kitín muñoz

—¿Qué objetivo tiene este libro?

—Primero difundir el conocimiento de lo que son los boinas verdes españoles. Que la sociedad española conozca a este cuerpo militar tan extraordinario que es un elemento de disuasión esencial. Es más, cuando le propusimos el libro al general del Mando de Operaciones Especiales, dijo: «Nosotros no somos armas de matar, somos máquinas de preservar la paz». Lo segundo es destinar el dinero a la Fundación de los boinas verdes españoles.

—Se cuenta por primera vez esa fatídica emboscada en Irak a agentes del CNI. Entre ellos había tres boinas verdes.

—Lo más importante es que lo que ahí está contado es lo que fue, no hay tinta de más. Es lo que ocurrió. Lo segundo es que muestra la gravedad de la misión. En el relato de Irak, lo que vemos son héroes que se defendieron con valentía hasta que ya no les quedaba munición. Eso es algo muy heroico, porque estaban luchando contra un enemigo superior en número y en armamento. Es muy escalofriante, pero es real.

Emboscada en Irak

«En el relato de Irak, lo que vemos son héroes que se defendieron con valentía hasta que ya no les quedaba munición»

Kitín Muñoz

Coautor del libro

—Además, se incluye el testimonio de la primera mujer en terminar un curso de operaciones especiales.

—Pasar el curso de operaciones especiales es muy duro, tanto por la carga psicológica como física. Este relato es muy importante, más en estos tiempos. Pero está también el relato de la viuda de José Carlos Rodríguez, que murió en el combate. Es muy conmovedor leer ese texto, porque a la sociedad española le va a ayudar a respetar más de lo que ya lo hace, porque son soldados muy queridos.

Kitín Muñoz durante la presentación de su libro Kitín muñoz

—Otro momento clave es la crisis de Perejil durante la cual usted llegó a intercambiar palabras con el propio el Rey Mohamed VI

—Sí, eso es. Es curioso ese momento. La compañía número 31 de Alicante, mi compañía, estaban en Perejil. Mientras, otro boina verde estaba en palacio, invitado por el Rey de Marruecos. He tenido durante más de 20 años una relación importante. Durante esa crisis hubo dos días de silencio entre España y Marruecos. Yo fui el único contacto que hubo. Me acerqué al Rey, que estaba en Rabat, en su casa, le hice el saludo y le dije: «Majestad, me gustaría hablar del problema de Perejil, tres minutos». Y me dijo: «¡y hasta tres horas!». Y el día de su boda, después de la fiesta debatimos 45 minutos sobre el tema. Le pregunté: «Majestad, ¿va a haber problemas?». Me contestó: «Pero, ¿cómo va a haber problemas con España? Con lo que quiero yo a España». Le dije si podía ir a contárselo al presidente y respondió afirmativamente. Entonces cogí un avión al día siguiente y me reuní con Aznar en La Moncloa.

Crisis de Perejil

«Pero, ¿cómo va a haber problemas con España? Con lo que quiero yo a España»

Mohammed VI a Kitín Muñoz

Coautor del libro

—Pero Marruecos invade el islote

—Te voy a dar mi opinión. Creo que pudo ser hasta una cosa completamente fuera de palacio. El típico movimiento de un jefe de puesto. Pero bueno, uno conoce el país y a sus gentes, y creo que pudo ser un accidente. Una decisión desafortunada que se convierte en todo un problema que hereda el Rey de Marruecos.

—¿Cómo llega a tener una relación con Marruecos?

— El Rey de Marruecos se interesó por una de las expediciones en balsa que hice. Quería estudiar las naves de juncos del Mediterráneo, usadas para navegar a las Islas Canarias por los bereberes. Pedí permiso al embajador de Marruecos para ir a Sidi Ifni y 15 días más tarde me llamó. Me dijo que tenía una buena noticia: el Rey de Marruecos quería verme. Fui a ver al Rey y me dijo que le interesaban mis aventuras y este me recalcó que el Estrecho de Gibraltar, esos 14 kilómetros, quería que fueran de unión a través de la cultura y me dio todo su apoyo.

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