Jack el Destripador: leyenda vs. realidad

Jack el Destripador: leyenda vs. realidad

El asesino en serie más famoso de la historia se ha convertido en un mito del Londres victoriano.

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A finales del siglo XIX, Londres era la capital del imperio británico, la primera potencia mundial. Una ciudad monumental en la que relucía a simple vista esa magnitud imperial de una época conocida por el nombre de la reina que ocupaba el trono: Victoria. Pero, como en toda gran urbe a lo largo de la historia, estaba presente el contraste entre ricos y acomodados frente a la población pobre que vivía en la miseria.

A la misma edad dorada de Inglaterra pertenecían tanto Westminster y el palacio de Buckingham, como el barro y las prostitutas que recorrían las calles de zonas como el East End de Londres, donde el alcohol y las enfermedades siempre tenían otra víctima a mano. La cara B de la capital imperial ocupa pocas portadas en los libros de historia, pero unos trágicos sucesos hicieron que el barrio de Whitechapel encabezara los diarios en más ocasiones que las glorias del imperio. El culpable fue Jack el Destripador, un asesino que más de 130 años después nos tiene escribiendo contenidos sobre él, aupado hoy día a la categoría de mito de Londres.

¿Quién era Jack el Destripador?

No lo sabemos. Y quizás sea el motivo principal por el que se convirtiera en el primer asesino en serie famoso. Desconocemos tanto de esta persona que hubo que inventarse un nombre y, con él, todo un personaje que flota entre la realidad y la ficción. Más de un siglo después de sus brutales asesinatos sigue despertando en nosotros cierta fascinación y temor ante el misterio (casi sobrenatural) de su identidad.

Hubo cientos de acusados de ser Jack el Destripador. Desde aristócratas y nobles a un humilde zapatero, pasando incluso por un gorila que se habría escapado del zoo. Nada se puedo demostrar contra ellos y, además del brutal ensañamiento con sus víctimas, lo impresionante es que nadie oyera ni un grito, ni viera nada en un barrio donde 80 000 personas se hacinaban en habitaciones con dificultades para tener una intimidad digna. Cuatro de las cinco víctimas “canónicas” atribuidas a Jack el Destripador fueron asesinadas en plena calle. Aún estamos buscando al culpable.

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Dibujo de Jack el Destripador


Perfil del asesino en serie

A falta de nombres reales, la prensa apodó Jack the Ripper al asesino que acabó con la vida de cinco prostitutas del barrio de Whitechapel entre finales de agosto y mediados de noviembre de 1888: Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly.

El asesino actuó de manera similar con todas. Primero les cortaba el cuello y luego abría la cavidad abdominal para sacar todos los órganos de su sitio y mutilar el cuerpo de sus víctimas. Los informes forenses no son para estómagos sensibles:

“Las vísceras se hallaron en diversas partes: el útero y los riñones, bajo la cabeza; el otro pecho, junto al pie derecho, el hígado junto a los pies, los intestinos junto a su costado derecho […] El corazón faltaba del saco pericárdico”.

Siempre llevó a cabo sus asesinatos en la oscuridad de la noche. Y, por si generara poco terror los macabros ensañamientos con las víctimas, el asesino se llevó algún que otro órgano como “recuerdo” o para una acción todavía peor. Un riñón de una de las víctimas fue enviado a la Policía acompañado de una carta del propio asesino:

"Desde el infierno / Mr Lusk / Señor / Le envío la mitad del riñón que cogí de una mujer, lo guardé para ustedes. La otra parte la freí y me la comí, fue muy agradable. / Quizás os envíe el ensangrentado cuchillo que lo sacó si sólo aguardáis un poco más. / Firmado / Atrapadme cuando podáis. / Señor Lusk".

Leyenda y ficción

Nunca pudieron atraparlo. Eso ha convertido en Jack el Destripador en toda una leyenda. El misterio, terror y el interés mediático que despertó desde que se descubrieron sus asesinatos han sido una fuente inagotable de teorías e inventos que han rellenado con ficción lo que no podemos saber con evidencias. La carta enviada “desde el infierno” fue la única tomada como cierta de un buen puñado que recibió Scotland Yard, muchas de ellas atribuidas a la prensa, que quería generar más morbo para seguir vendiendo sus diarios llenos de teorías dramáticas.

Elevada a icono de la cultura popular, la figura de Jack el Destripador sigue protagonizando películas, series, novelas y artículos de divulgación. Comparable al fenómeno Drácula, el monstruo de Frankenstein o Sherlock Holmes, el asesino de Whitechapel juega con la terrorífica ventaja de que sus asesinatos fueron reales.

¿Lo hemos identificado?

En 2019 se publicó una investigación que analizó el ADN extraído del chal de una de las víctimas. El estudio confirmaría que los asesinatos fueron cometidos por Aaron Kosminski, un barbero polaco que ya fue uno de los principales sospechosos para los policías que llevaron el caso. Sin embargo, muchos escépticos critican que no tenemos pruebas para asegurar que la prenda perteneció a una de las víctimas.

Ni con la ciencia más avanzada logramos tener alguna evidencia sobre Jack el Destripador más allá del reguero de sangre y órganos que dejó en las calles de Londres. La identidad del asesino en serie más famoso de la historia sigue siendo una incógnita y deja abierta la puerta a nuevas teorías y misterios que alimenten la leyenda.

Referencias:

Louhelainen, J. et al. 2019. Forensic Investigation of a Shawl Linked to the “Jack the Ripper” Murders. Journal of Forensic Sciences 65, 1, 295-303. DOI: 10.1111/1556-4029.14038.

Peyró, I. 2019. El día que Jack el destripador envió medio riñón “desde el infierno” a Scotland Yard. historia.nationalgeographic.com.

Rubenhold, H. 2020. Las cinco mujeres: Las vidas olvidadas de las víctimas de Jack el Destripador. Roca editorial.

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