CLERKS: THE ANIMATED SERIES.
7,5/10
En 1994, Kevin Smith debutó como director de largometrajes con Clerks, producción de bajísimo presupuesto que, en parte por su singularidad, en parte por el buen hacer promocional de Miramax, logró una notable repercusión y sirvió de punto de partida de una saga de películas, cómics y series. En el apartado televisivo, la primera ampliación del universo fue Clerks: The Animated Series, segunda apuesta de animación para adultos de Touchstone Television, la productora de Disney, tras Los PJ (1999).
A diferencia de la anterior, esta fue un desastre para la cadena de la compañía, ABC, puesto que solo se emitieron dos episodios antes de ser cancelada por baja audiencia. Solo se pudo ver la temporada completa a finales del 2002, cuando Comedy Central le dio una segunda oportunidad. Claro que para valorar ese fracaso hay que recordar que ABC emitió primero el cuarto episodio y luego el segundo. En parte, comprendo la decisión, puesto que el cuarto posiblemente sea el mejor desde un punto de vista artístico, pero no es tan útil para presentar a los personajes como el piloto, que por algo fue concebido como introducción a la versión animada del universo. Además, el segundo capítulo, una parodia de los recopilatorios que las series acostumbraban a emitir de tanto en tanto para ahorrar costes, pierde parte de su gracia si no se ha visto antes el primero, del que repite varios fragmentos.
De todos modos, más allá de las discutibles decisiones de ABC, Clerks: The Animated Series es un proyecto relativamente decepcionante. Los guiones tienen su interés, pero no mantienen el encanto de la película original puesto que parte de su capacidad de seducción tiene que ver con la estética ‘underground’ propuesta por Kevin Smith y las interpretaciones de los actores de carne y hueso. Sus alter egos animados pierden fuerza y no ayuda nada que, visualmente, la serie sea tan pobre. Parece que Disney Television Animation, productora no acreditada, no confiaba demasiado en el proyecto dado que la animación tiene un claro aspecto de bajo presupuesto. Además, los elementos de fantasía introducidos en varios episodios, como el primero, casan mal con el tono predominantemente realista del film en el que se basa.
