Pacific Rim: Insurrección - Análisis

Más artificio pero menos alma.

Crítica de Pacific Rim: Insurrección

Han pasado cinco años desde que Guillermo del Toro estrenó Pacific Rim creando, de la nada, una nueva y gigantesca franquicia cinematográfica que ya plantea su tercera entrega. Aunque del Toro está más ocupado actualmente recogiendo premios con su nueva cinta "La forma del agua" ha cedido su universo ficcional a Universal que nos trae el próximo 23 de marzo Pacific Rim: Insurrección. En IGN ya hemos visto la película y os contamos nuestra opinión sin spoilers.

Lo primero, y más importante, que debemos saber sobre Insurrección es que nos encontramos ante una segunda que parte que, si bien funciona como continuación de la cinta de del Toro, más bien parece asentar un nuevo futuro para la franquicia. Aunque Steve S. DeKnight traba sobre lo ya creado por el director mejicano pone los primeros ladrillos para un mundo libre de la película de Guillermo del Toro.

Pacific Rim: Insurrección nos traslada diez años en el futuro. La humanidad ha vencido a los Kaiju gracias al sacrificio de Pentecost (Idris Elba) y los gobiernos terrestres trabajan a marchas forzadas para reforzar la seguridad de sus costas. Insurrección gasta buena parte de su primer metraje en mostrarnos esta nueva situación mundial y en ampliar mucho el concepto apenas esbozado en Pacific Rim. Se nos habla mucho más de la Fuerza de Defensa Pan Pacífica, de los Jaeggers, del proceso de entrenamiento de pilotos y, quizás la mayor reflexión social de la película, de la mala posición económica del proyecto Jaeger, de gestión pública, frente a propuestas privadas.

El equipo de guionistas de DeKnight con Kira Snyder (Los 100 o El cuento de la criada) y Emily Carmichael (Jurassic World 3) a la cabeza crea, a marchas forzadas, un nuevo punto de partida para la franquicia que permita expandir el sencillo concepto de del Toro; "robots gigantes contra monstruos gigantes" a una máquina de hacer dinero que tenga, mínimo, una tercera entrega. Para ello toman la decisión más sencilla que es llevar la saga a un futuro relativamente próximo que permita reunir un nuevo star-system tanto de Jaegers como de pilotos.
 

Este sea, quizás, el mayor acierto de Insurrección reuniendo a Boyega (Star Wars), Scott Eastwood (Corazones de Acero) y Caelee Spaeny como trío de protagonistas. A su alrededor se entremezclan algunos personajes de la franquicia entre los que veremos a viejos conocidos de la primera entrega y a la siempre genial Rinko Kikuchi en el papel de Mako Mori.

El reseteo del start-system de Pacific Rim viene de la mano de la ampliación, como hemos dicho, de su universo narrativo en el que los guionistas parecen tratar de asentar múltiples posibles vías de expansión para el futuro. Es aquí donde encajamos a Jake Pentecost (Boyega) que como hijo del glorioso héroe Pentecost simboliza el clásico héroe pícaro que rehuye de sus deberes y sus dones como piloto de Jaeger hasta que, oh sorpresa, sucede algo que le forzará a ocupar el puesto que todo el mundo esperaba de él. Junto a Jake Pentecost tenemos a Nate Lambert (Eastwood) que funciona como contrapartida clásica del pícaro siendo su papel el del buen soldado que no soporta las tonterías Jake por alguna reyerta del pasado ya olvidada. Este dúo de héroes de manual es cerrado por Amara Namani (Caelee Spaeny) que ocupa la posición de joven recluta con un don natural que es añadida al entrenamiento de cadetes saltándose todas las reglas y procesos...

Este reparto tan estructurado y archiconocido de papeles termina siendo la base de una película repite los mismos patrones que hemos visto una y mil veces. Steven S. DeKnight rueda su primer largometraje con un buen pulso adquirido tras años de labor de producción en la industria. Pacific Rim: Insurrección sigue prácticamente paso por paso el manual de la buena película de robots intercalando espectaculares enfrentamientos con avances apresurados de trama y universo. Aunque todo se siente como debiera sentirse una película de robots gigantes luchando contra monstruos aún más grande termina dejando cierto hueco en el espectador.

Si bien la cinta de Guillermo del Toro no es una de sus mejores obras conseguía destilar esa facilidad que parece tener el mejicano para crear mundos densos con tan solo unas pinceladas. Los nombres de los Jaegers de la primera entrega se quedan grabados en la mente, la música resuena en el recuerdo y uno no se puede quitar determinadas escenas de la cabeza. Sin embargo, el recuerdo que dejará la cinta de DeKnight será el de una especie de extraña copia en la que, a pesar de tener piezas parecidas, no termina de encajar del todo. Se pierde cierta frescura en los diseños de los Jaegers que parecen más centrados en ser simplemente más grandes y letales y sus pilotos terminan quedando relegados a un tercer puesto a ser personajes de fondo que repiten las mismas frases o anécdotas esperando ser recordados por ellas.

 

Todo parece haber sucumbido ante lo peor que podría ofrecer un blockbuster de estas características dejando una cáscara metálica muy brillante y espectacular que se olvida rápidamente. Sin embargo, todavía hay esperanza en una tercera entrega si se sostiene sobre los hombros de Boyega y Spaeny que consiguen tener en pantalla una química muy interesante propia de esas parejas de héroes que terminan calando hondo.

Pros

  • Las escenas de acción.
  • Boyega y Spaeny como protagonistas.
  • Las pinceladas de trasfondo.

Contras

  • Demasiado convencional.
  • DeKnight parece más pendiente de la forma que del fondo.

El veredicto

Pacific Rim: Insurrección puede convertirse en un buen punto de inicio para la expansión del universo creado por Guillermo del Toro pero puede, también, pervertir por completo el concepto inicial. Steve S. DeKnight firma una película de robots gigantes bastante espectacular pero que termina quedando vacía y resultando demasiado manida.

En este artículo

Pacific Rim: Insurrección

23 de marzo de 2018

Crítica de Pacific Rim: Insurrección

6.5
O.K.
Insurrección termina siendo una sencilla y plana película de robots gigantes que parece dejar todo al mínimo por reforzar la espectacularidad.
Pacific Rim: Insurrección
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