Alberto de Mónaco abre el álbum familiar para recordar a su madre, Grace Kelly

Cuatro décadas han pasado ya desde que el Palacio de Mónaco emitiera un comunicado anunciando el fallecimiento de su princesa, tras un grave accidente de tráfico que también casi le cuesta la vida a su hija pequeña, Estefanía. No es una fecha cualquiera y por eso desde la Casa se ha querido recordar de una manera muy significativa. Así, Alberto de Mónaco ha abierto el álbum familiar para recordar a su madre, Grace Kelly. Lo ha hecho a través de la cuenta de Instagram y con imágenes muy especiales de su vida.

Cómo olvidar aquel vestido de novia que lució para su boda con Raniero de Mónaco el 19 de abril de 1956. Es la imagen con la que se abre este post, al que acompaña "Princesa Grace de Mónaco. In memorian. 1929-1982". La imagen es de momentos antes de entrar en la catedral, aún con el velo cubriéndole el rostro, acompañada del cortejo nupcial y seguramente sabiéndose el centro de las miradas de todo el mundo, al ser una oscarizada estrella de Hollywood que, desde ese momento, se convertía en princesa y dejaba atrás su carrera en el mundo del cine.

Aunque no es el objetivo de esta selección de imágenes realizadas por el Palacio de Mónaco, es imposible ver esta fotografía sin visualizar aquel vestido, que constaba de corpiño ceñido y cuello alto, mangas largas de encaje de 125 años de antigüedad, falda sobre dos enaguas de tul, 22 metros de tafetán de seda y 90 metros de malla de seda. No tardó en convertirse en icono de la moda, además de ser actualmente uno de los looks nupciales más famosos de la historia y referente para miles de novia desde entonces. Celebridades como Miranda Kerr o la cantante israelí Maya Bouskilla se inspiraron en él para sus bodas, como ambas confesaron después.

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Hay muchas fotografías también de la labor institucional que desarrolló la princesa desde que 'tomó posesión' de su cargo. Desde visitas a hospitales infantiles -una tarea que siguieron sus dos hijas, Estefanía y Carolina, y ahora su nuera, la princesa Charlène- a repartir regalos en residencias de mayores, algo que tampoco se ha eliminado de la agenda de los Grimaldi. Pero son sin duda las imágenes familiares de este álbum las más especiales y significativas, perfectas para recordar a Grace Kelly en una fecha tan importante como el 40º aniversario de su muerte.

Nos encontramos con dos posados. Uno, de ella sola con sus tres hijos, en una fotografía que podría representar a cualquier familia. Una recién nacida Estefanía descansa en brazos de su hermana mayor, Carolina, que la mira embelesada. La propia Grace Kelly sostiene en sus manos el libro 'Objetivo: La Luna', una de las aventuras del conocido personaje Tintín, del que el príncipe Alberto, ya entonces heredero, no pierde ojo. El otro retrato grupal, tomado en una de las estancias del Palacio Grimaldi -escenario de muchas fotos familiares de Alberto y Charlène con Jacques y Gabriella-, ya incluye al príncipe Rainiero y muestra a los tres mayores hermanos en plena adolescencia.

Esta fotografía es la única en color, junto con una preciosa imagen de Grace Kelly, en la que aparece en un jardín y con un vestido vaporoso con estampado floral. Es solo una imagen más de las muchas que a lo largo de sus 53 años de vida han demostrado que el estilo de la princesa actriz era absolutamente icónico. De hecho, en el resto de retratos publicados por el Palacio de Mónaco podemos ver esos turbantes, tocados y peinados que convirtió en toda una seña de identidad.

Una muerte trágica

El accidente, un día antes de su muerte, fue un suceso que conmocionó al mundo. Lo que realmente pasó dentro de aquel vehículo que cayó por un barranco de 30 metros de altura, solo las dos ocupantes del vehículo lo saben. Una de ellas, la propia Grace Kelly, que murió a consecuencia de las heridas sufridas por el accidente por las hemorragias cerebrales y vasculares que le produjo. La otra, su hija Estefanía, tardó muchos años en poder hablar del tema. Cuando lo hizo, fue para contradecir todas las teorías que habían surgido a lo largo del tiempo y que la señalaban como la culpable de lo sucedido.

Casi 100 millones de personas siguieron su funeral a través de la televisión. Una cifra que seguramente se quedará pequeña en comparación con el que tendrá lugar el próximo lunes de la reina Isabel II, considerado el acontecimiento emitido más importante de la historia. Por supuesto, dejó imágenes para el recuerdo, como la del príncipe Rainiero roto de dolor junto a su hija Carolina, con un velo negro, y su hijo Alberto, ambos apoyando a su padre en esos durísimos momentos. La gran ausente, Estefanía, hospitalizada por las heridas que el accidente le había causado.

Y aunque seguro que no olvidan la tristeza de aquel día, las imágenes publicadas por el Palacio de Mónaco, con ese álbum familiar, invitan a que se la recuerde con más alegría que dolor celebrando los momentos más especiales de su vida.