Downsizing: qué es, ventajas y ejemplos - PBS.es

downsizing outsourcing

¿Qué es y en qué consiste el downsizing?

Para ser lo suficientemente competitivas en el mercado actual, un gran número de empresas han trazado diferentes estrategias enfocadas a aumentar los niveles de productividad y eficiencia. Una de estas estrategias es el downsizing, término anglosajón que hace referencia a una reestructuración empresarial que implica una optimización de los sistemas de trabajo a través de una adecuación del número de empleados, con el fin de alcanzar elevados niveles de competitividad. Dicho a groso modo, el downsizing consiste básicamente en reducir la plantilla de trabajadores de una empresa, aunque no se trata del mero hecho de despedir empleados, puesto que es un concepto que combina las estrategias de rightsizing y rethinking, o lo que es lo mismo, lograr implantar el tamaño organizacional óptimo en la empresa y reformular su organización.

El principal objetivo del downsizing es instaurar organizaciones más ligeras y flexibles, con la capacidad de adaptarse adecuadamente a los cambios y de enfrentarse a los retos con mayor celeridad. Conviene recordar que no se trata de una estrategia de liquidación o de disminución del volumen de negocio, sino que es una maniobra ofensiva que busca la mejora de la productividad y el aumento de los beneficios, aunque esto suponga despidos, transferencias, externalización, etc.

Podemos distinguir dos tipos de downsizing, proactivo y reactivo. El proactivo se implementa de manera anticipada a los cambios que se puedan dar en el sector empresarial en el que se encuadra el negocio. De hecho, adelantarse a los cambios del entorno conlleva la consecución de los objetivos de manera más rápida. Por su parte, el downsizing reactivo se lleva a cabo en respuesta a una situación determinada del mercado. Es decir, la reorganización viene dada por un nuevo contexto empresarial, por lo que los resultados se obtienen de manera más lenta y progresiva.

Áreas susceptibles de externalizar

En los últimos años hemos visto cómo la externalización (outsourcing) ha ido ganando terreno entre las estrategias que adoptan las empresas. No en vano, el outsourcing es una herramienta muy útil que podemos englobar dentro del downsizing, puesto que es una alternativa ideal para disminuir la carga de trabajo que recae sobre las empresas. De ese modo, pueden centrarse completamente en las actividades primordiales del negocio.

La fase de externalización abarca diferentes áreas de un negocio, aunque es un proceso que incide especialmente en ciertos departamentos como el de contabilidad, marketing, recursos humanos, jurídico y fiscal, entre otros.

Outsourcing contable y tributario

Las mejoras y avances en materia contable y fiscal permiten a las empresas delegar dichas actividades, reduciendo así considerablemente los costes y errores en su contabilidad y/o en los impuestos. Estos servicios externos especializados en contabilidad y tributación cuentan hoy en día con softwares y herramientas específicas que operan con mayor eficiencia.

Outsourcing de recursos humanos y administración de personal

La externalización aplicada a los recursos humanos y la administración de personal (altas y bajas, contratos, nominas, seguros sociales, finiquitos…) brinda una mayor eficiencia en los procesos de gestión de las personas y la administración de sus nóminas. Además, estas empresas externas no solo potencian el área de recursos humanos, sino que también gestionan la formación de los trabajadores como factor estratégico, cuestión esencial para una mayor competitividad de la empresa contratante. De hecho, ayuda a los empleados a especializarse y desarrollarse en función de los objetivos del negocio.

Outsourcing del marketing

Se trata de delegar tareas profesionales a personas y servicios externos especialistas en la materia, y han de contar con el apoyo de la gerencia para comprender a fondo la filosofía corporativa de la empresa y trazar las estrategias de marketing adecuadas.

Outsourcing jurídico-legal

Otra de las áreas susceptibles de ser externalizada dentro del organigrama de una empresa son los servicios en materia jurídica – legal, dando apoyo a los asuntos corporativos, como los contratos, cumplimiento de la normativa en materia de protección de datos, o la secretaría corporativa, tomando una importancia cada vez mayor el capítulo del “compliance” en toda su extensión.

Mejora de la productividad aplicando el downsizing

No cabe duda de que el downsizing puede convertirse en una herramienta empresarial muy útil a la hora de incrementar la productividad de un negocio. Una de las principales ventajas que ofrece es que la empresa puede conseguir los objetivos establecidos con el mínimo de recursos, especialmente en sectores muy competitivos. De hecho, una reducción de la plantilla en áreas no sensibles del negocio puede disminuir significativamente los costes. Además, la externalización adecuada de ciertos servicios puede ser un factor clave para la mejora de la productividad en base a un menor gasto.

Por otro lado, gracias al downsizing se logra reducir notablemente la burocracia, la cual provoca complejidad y lentitud en los procesos, dificultades para definir las responsabilidades, deficiencia en la calidad del servicio y menos espacio para la innovación y la creatividad. Con el downsizing también se consigue que la toma de decisiones se pueda efectuar de forma más simplificada y con mayor tranquilidad, ya que se reducen las áreas de la empresa, los niveles jerárquicos y las actividades. Por supuesto, su instauración también facilita las comunicaciones y promueve el espíritu emprendedor. De hecho, la simplificación y optimización de la estructura del negocio hace que la comunicación externa e interna sea mucho más fluida, sobre todo entre empleados y encargados.

Reducción de costes fijos

Los costes elevados de transacción que había en el mercado hasta la década de los ochenta provocaban que las empresas fueran creciendo a través de la integración paulatina de actividades. En la actualidad, sin embargo, la competencia, la globalización, las nuevas tecnologías y la notable reducción de los costes de transacción hacen que las grandes empresas y las pymes se configuren con diferentes mecanismos, como las alianzas estratégicas o las subcontrataciones. Esto les permite disponer de una mayor flexibilidad, reducir los costes fijos y disminuir en gran medida el riesgo de pérdidas.

Las empresas más competitivas de hoy consiguen aumentar el volumen de recursos, pero, al mismo tiempo, disminuyen el tamaño de sus unidades para que estas sean más flexibles y eficientes. La estrategia de downsizing, por tanto, tiene como propósito adecuarse al entorno a través de una nueva estructura, lo que permite, a la postre, mantener una visión global que facilite la consecución de los resultados. Como es lógico, la reducción de los costes fijos sin que la productividad de la empresa se vea mermada es lo que, ante todo, se busca al aplicar el downsizing.


Publicado el 03-2022 por PBS