El tiempo libre y la soledad son armas de doble filo para cualquier ser humano pues nuestro cerebro comienza a trabajar horas extra y nos lleva a pensar y analizar cosas tanto de nosotros mismos como de nuestra relación con los demás y con nuestro entorno. El director Johan Renck (Chernobyl) plasma estos dilemas existenciales a través de un explorador espacial solitario en El astronauta (o Spaceman), una introspectiva cinta de ciencia ficción protagonizada por Adam Sandler.

Jakub (Sandler) es un astronauta de República Checa con la misión de recabar muestras de una misteriosa nube de polvo espacial que apareció cerca de Júpiter. Lleva cerca de seis meses en la soledad de su nave espacial, al inicio recibía llamadas frecuentes de su esposa Lenka (Carey Mulligan), sin embargo recientemente ella se niega a hablar con él. Tras varios días incomunicado, Jakub recibe la visita de un ser extraño (con la voz de Paul Dano), quien lleva varios días observándolo con particular interés.

El guión, escrito por Colby Day basado en la novela de Jaroslav Kalfar, nos introduce a la rutina de Jakub a bordo de la nave antes de presentarnos cada uno de sus problemas existenciales, después, cuando la criatura alienígena se presenta, el viaje del astronauta se intercala con flashbacks a los momentos más importantes de su matrimonio y a la tormentosa relación con su padre. La película busca explorar la soledad y el aislamiento del ser humano como lo hace Solaris (la película de Tarkovsky y el libro original de Stanislaw Lem), desgraciadamente nunca logra despegar del todo.

La cinta plantea varias situaciones interesantes con las cuales es fácil identificarse y las conversaciones entre Jakub y su pasajero emanan calidez, pero la mayor parte del tiempo nos mantiene en el limbo a la espera de ver al personaje en acción para salvar su matrimonio, lo cual ocurre hasta los últimos minutos del filme. El resultado es una experiencia meditabunda y pasiva.

Nuevamente Adam Sandler (Garra) nos deleita con su talento para el drama, está vez con una actuación mucho más contenida y menos enérgica. Sandler abraza todos los conflictos del personaje y transmite mucha tristeza con ayuda de su semblante cansado. Al entrar en contacto con el extraterrestre, el pánico en sus ojos es evidente pero el resto de sus interacciones con él son bastante disfrutables gracias a la personalidad de ambos personajes. Carey Mulligan (Maestro), por otra parte, le brinda mucha intensidad a los flashbacks de la historia, sin embargo se siente desperdiciada pues su personaje tiene poco tiempo en pantalla y pese a ser uno de los motores de la historia, el guion nunca profundiza demasiado en ella.

Para quienes le tengan miedo a las arañas es importante advertirles que no la pasarán bien en El astronauta: la criatura resulta ser una araña alienígena con la capacidad de hablar y hurgar en la mente del protagonista. Hanuš, nombre dado por Jakub a su particular compañero de viaje, está presente en el 70% de la película, hay close-ups a su rostro con múltiples ojos y con frecuencia lo vemos desplazarse a través de la nave usando sus ocho patas. Es difícil acostumbrarse a ver el rostro de una araña aconsejando a un ser humano, pero la voz tranquila de Paul Dano (Batman) te relaja y te conmueve en los momentos finales del personaje.

La fotografía de Jakob Ihre (The End of the Tour) imita la gravedad cero del espacio y todo el tiempo está en movimiento, flotando alrededor de los personajes e incluso parece danzar al ritmo del score de Max Richter (Ad Astra); la música de Richter es épica cuando la situación lo amerita, pero también tiene toques hipnóticos para las escenas más íntimas, sobre todo para la secuencia final a través de la misteriosa nube de polvo espacial. Durante esas impactantes escenas, los artistas de efectos visuales nos entregan algunas de las simulaciones de partículas más impresionantes que yo haya visto.

Pese a su ritmo lento y pausado, El astronauta es un abrazo cálido al corazón de los espectadores. Adam Sandler entrega una actuación impecable que se complementa con el extraordinario trabajo de voz de Paul Dano y la intensidad de Carey Mulligan. Los destacados apartados técnicos están al servicio de contar una historia que podría llegar más profundo en su exploración de la soledad y la depresión pero no por eso deja de ser introspectiva y hermosa.

“El astronauta” ya está disponible en Netflix.

Imagen de portada cortesía de Netflix.