Qué hacer en Verona: 35 planes imprescindibles - Viajero Nómada

Qué hacer en Verona: 35 planes imprescindibles

Qué hacer en Verona

Verona es una de las ciudades más interesantes para el turista de Italia. Sus atractivos, como podrás ver en este artículo, son muchos. Y para darte una pequeña idea de lo que puede ofrecerte te propongo una lista con las cosas que hacer en Verona imprescindibles.

Situada a medio camino entre Milán y Venecia, es un destino habitual en los itinerarios de varias semanas por el país, además de una escapada ideal de fin de semana. Vale la pena que la incluyas en tu lista de sitios a visitar.

Verona es bien conocida por la trágica historia de amor de Romeo y Julieta, los jóvenes amantes que protagonizaron la historia  de amor más célebre de la literatura de todos los tiempos creada por Shakespeare. 

Sin embargo, su atractivo turístico va mucho más allá. Carga a sus espaldas más de 2.000 años de historia, es una de las ciudades del país con más restos romanos, tiene valiosas construcciones renacentistas y medievales y rincones con mucho encanto.

No en vano está reconocida como Patrimonio Mundial de la Humanidad. 

Antes de entrar en materia, te recomiendo que compres la Verona Card que te da acceso gratuito a los principales atractivos de la ciudad y transporte público gratis. Te cuesta 20 euros para 24 horas y 25 para 48 horas.

Ahorrarás algo, no mucho porque ya ves que es una tarjeta barata, pero agradecerás saltarte la cola de la Arena de Roma. 

A diferencia de lo que suelo hacer, no compré esta tarjeta turística, y me comí 45 minutos de cola en pleno noviembre. No me quiero ni imaginar las colas que se deben formar en temporada alta.

¿Qué te cuento en este post?

Qué hacer en Verona: 35 planes imprescindibles

1. Empieza con un free tour por Verona

¿Qué mejor que empezar a tomarle el pulso a la ciudad con tour gratuito? Un free tour por Verona te llevará por los puntos más emblemáticos del centro histórico disfrutando de las explicaciones de un guía en español.

El tour es gratis, pero es costumbre dar una propina al guía por su trabajo. Una pequeña aportación que bien vale la pena para disfrutar de este recorrido de 2 horas y media.

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2. Pasea por la plaza de Bra, la más grande de Verona

Ubicada en el corazón de Verona, es, además de la más grande, una de las más monumentales y que mejor representa la historia de la ciudad. 

Está presidida por el impresionante anfiteatro, la Arena de Verona, y por la fuente de los Alpes y la estatua de Víctor Manuel II, el primer rey de Italia.

Además está flanqueada por varios palacios históricos, como el Palazzo Barbieri, sede del ayuntamiento, así como restaurantes y cafeterías. 

Es un buen sitio para tomar posición en alguna de sus terrazas, pedir un spritz, el aperitivo más tradicional y popular de Italia, y disfrutar del marco visual que regala esta gigantesca plaza. 

3. La Arena de Verona, un visita imprescindible que hacer en Verona

Arena de Verona

Este anfiteatro, situado en la popular plaza del Bra, es conocido popularmente como «el hermano pequeño del Coliseo» al ser el segundo más grande del continente europeo. Sin embargo, se construyó antes que el de Roma, en el 30 d.C.

A pesar de las diferentes catástrofes a las que ha tenido que hacer frente, como el terremoto de 1117, esta maravilla arquitectónica luce casi como en sus orígenes. Está perfectamente bien conservado.

Sirvió para acoger las populares luchas de gladiadores, espectáculos y todo tipo de juegos –ludi– en la Roma imperial. 

En la actualidad, sigue siendo funcional y es el escenario de numerosos conciertos. Especialmente famosos son los que se organizan en el marco del Festival de Ópera de Verona, en el que se dan cita artistas de la talla de Plácido Domingo, Anna Netrebko o Yusif Eyvazov. 

Sin duda, su visita es uno de los planes que hacer en Verona imprescindibles. Y para visitarlo como ya te he comentado, vale la pena ir con la Verona Card o como mínimo con la entrada comprada por anticipación para evitarte las largas colas.

También puedes contratar una visita guiada para conocer más a fondo la historia de la Arena.

4. Entra en la basílica de San Zenón, la iglesia de Romeo y Julieta

San Zenón es una de las iglesias más importantes de Verona. Forma parte de las conocidas como Iglesias Históricas de Verona junto a la Catedral de Santa Maria Matricolare, la iglesia de Santa Anastasia, y la Iglesia de San Fermo.

Este templo es uno de los máximos exponentes del románico, y  se dice que es el lugar donde contrajeron matrimonio Romeo y Julieta. 

Además, guarda las reliquias y los restos del santo Zenón, que se encuentran en la cripta, quien convirtió al cristianismo a toda la población de Verona.

Desde el punto de vista arquitectónico, destaca la fachada. Está presidida por un gigantesco rosetón y un pórtico con bajo relieves que datan del siglo XII, que le confieren un aspecto sumamente grandioso.

El interior está cubierto por una magnífica bóveda de crucería y guarda valiosos frescos de los siglos XIII y XIV, el tríptico de Andrea Mantegna y una estatua de San Zenón del siglo XII.

Delante de su plaza es habitual que se monte un mercadillo con platos típicos de la región, y en los alrededores hay un buen número de restaurantes donde comerás mejor, con más tranquilidad y con un servicio más agradable que en las plazas más turísticas del centro histórico.

La entrada está incluida con la Verona Card o con la entrada combinada para visitar las Iglesias Históricas de Verona.

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5. Adéntrate en el Medievo veronés en Castelvecchio

Este castillo se encuentra en el corazón antiguo de la ciudad, junto al río Adigio, y constituye un testigo de excepción del Medievo en Verona. Se levantó con fines militares, si bien es cierto que, a lo largo de los años, ha tenido diversas funciones. 

Entre sus funciones a lo largo de la historia fue un arsenal durante la época de dominio de los venecianos e incluso sede del Juicio de Verona, que supuso la condena a la muerte de los miembros del Gran Consejo Fascista que votaron a favor de la caída de Mussolini.

Actualmente, acoge el museo Cívico, uno de los más completos e importantes de Italia. Incluye una extensa colección de esculturas, joyas medievales, piezas de oro desde los siglos XII al XVII y pinturas desde el 1300 al 1700, siendo especialmente destacadas las de Rubens. 

Se permite el acceso a las almenas, desde donde puedes disfrutar de unas bonitas vistas de Verona.

6. Maravíllate con el arte de la catedral de Santa María Matricolare

También conocida como Il Duomo di Verona, es la construcción principal de un conjunto formado por las capillas de San Giovanni in Fonte y Santa Elena, el claustro de los Canónigos, la biblioteca Capitular y la residencia del obispo.

Lo destacable de esta construcción es la variedad de estilos arquitectónicos que muestra: gótico y elementos lombardos en el interior; románico y renacentista en el exterior. 

Destaca la fachada principal, que está presidida por un singular pórtico que combina mármol blanco y rosa y columnas con motivos florales, religiosos y cinegéticos. 

Está custodiada por la torre de la campana, que en su parte inferior es románica y en la superior, renacentista.

El interior está jalonado con columnas de mármol rosa de Verona y guarda maravillas artísticas como los frescos de Giovanni, que datan del 1503, el crucifijo creado por Giambattista da Verona en 1534 y el baptisterio de San Juan hecho de mármol negro. 

Aunque toda la atención se la lleva el ábside del siglo XII con frisos clásicos y estilo veronés clásico, la Assunta por Tiziano del siglo XVI y La adoración de los magos de Liberale da Verona del siglo XV.

7. Admira los atractivos de la plaza de las Hierbas

Piazza delle Erbe

La Piazza delle Erbe, o plaza de las Hierbas, que se construyó sobre el antiguo foro romano, es la más antigua de la ciudad y también la más especial gracias al eclecticismo de sus edificios. 

Está presidida por la fuente de Madonna, que es de la época romana, y en la parte norte están la torre medieval de Lamberti, las casas Mazzanti y Giudici y el palacio de la Comuna. 

En el lado oeste, el palacio barroco de Maffei; y en el sur, la Casa de los Mercaderes, de estilo veneciano, y la torre del Gardello, que luce uno de los relojes más antiguos de Europa.

También es un punto de encuentro de los veroneses ya que está acoge un buen número de restaurantes y bares. Además el fin de semana acoge un mercado de frutas y verduras, y a menudo se monta un mercadillo de productos varios y recuerdos.

El trasiego de gente es enorme… Siéntate en alguna terraza y spritz en mano disfruta de la plaza y del bullicio que siempre tiene.

8. Conoce la casa de Julieta… si te atreves con las colas

Ir a Verona y no conocer la casa de Julieta es como visitar París y no ver la Torre Eiffel. O eso dicen quienes alimentan la leyenda de Romeo y Julieta. Yo te reconozco que no la visite. 

No la visité porque se forma una cola todavía más grande que la de la Arena. En el mes de noviembre, ya temporada baja, la cola llegaba hasta la Plaza delle Erbe y se movía muy lentamente. Seguramente más de hora y media de cola.

Personalmente me parece una auténtica trampa para turistas, aunque entiendo que mucha gente quiera visitar una casa tan simbólica (pero con nulo fundamento histórico) y hacerse la típica foto tocando la teta de la estatua de Julieta y en el mítico balcón.

Te recomiendo que de noche te acerques a la casa y eches un vistazo desde la verja de la entrada. Podrás ver la estatua y el balcón. Decide tú mismo si te compensa hacer una cola tan grande solo para hacerte una foto ahí.

A pocos metros, se encuentra la casa de Romeo. Aunque no es tan popular como la de ella ya que no se permite el acceso.

9. Sube a la torre Lamberti y contempla Verona a vista de pájaro

Ubicada en la parte norte de la plaza de las Hierbas, es la más elevada de la ciudad con 84 metros. Se construyó en 1172 y luce diferentes estilos fruto de las diferentes remodelaciones que se le han hecho a lo largo de los años. 

De hecho, la parte inferior está construida en ladrillo y toba volcánica, mientras que la parte superior es de terracota. El cuerpo central luce un gigantesco reloj.

A modo de curiosidad, la torre tiene un campanario formado por dos campanas, cada una de las cuales tiene una función diferente. La más pequeña, Marangona, se toca para marcar las horas del día o cuando hay un incendio. 

Por su parte, la más grande, Rengo, se usaba en la antigüedad para convocar los consejos de la ciudad o llamar a los habitantes a luchar en la guerra.

Se puede subir a lo alto en ascensor o a pie, pero implica subir 289 escalones. Una vez en lo alto, disfruta de la panorámica de Verona

La entrada cuesta 6 euros. Puedes comprarla por internet aquí.

10. Recorre el puente de piedra, el único romano en Verona

Salva el río Adigio y es el único de origen romano que se conserva de los siete que esta cultura levantó en la ciudad. Sufrió graves daños tras el bombardeo alemán durante la Segunda Guerra Mundial, pero se reconstruyó con las piedras originales. 

Actualmente, es uno de los tesoros del patrimonio veronés, por lo que es una de las cosas que deben figurar en tu lista de cosas que hacer en Verona.

11. Arche Scaligere, unos raros monumentos funerarios

Arche Scaligere

Este complejo funerario al aire libre, que se encuentra al lado de la plaza de los Señores, en el centro histórico, es uno de los lugares que ver en Verona más singulares. Lo mandó construir la familia Scaligeri durante el siglo XIV.

De hecho, las verjas de hierro que lo protegen lucen su escudo de armas. Está compuesto por cinco monumentos, cada uno de los cuales alberga los restos mortales de un miembro de la citada familia.

Lucen una arquitectura de estilo gótico y tienen una curiosa forma de templete. 

La más llamativa es la que alberga el arca funeraria de Cangrande della Scala, cuyo templete está coronado con una imponente estatua ecuestre y un bonito sepulcro que luce relieves con temas religiosos y militares.

La entrada al recinto está comprendida con la Verona Card. Si no la llevas no hace falta pagar pagar para entrar al pequeño recinto. Se puede apreciar perfectamente desde fuera.

12. La plaza de los Señores, otra plaza que ver en Verona

Esta plaza, que fue el centro del poder durante el gobierno de los Scaligeri y de la Serenísima República, se extiende justo al lado de la plaza de las Hierbas. Se accede a ella por el arco de la Costa, del que curiosamente pende un hueso de ballena. 

A diferencia de su vecina, en la que predomina el eclecticismo de sus edificios, en este reinan los de estética más uniforme. En el centro se yergue una estatua de Dante Alighieri, autor de La divina comedia, motivo por el cual los locales la llaman la “plaza de Dante”. 

La razón por la que se colocó una estatua en su nombre estriba en que tras su exilio de Florencia, vivió en la ciudad durante unos años.

Aquí se encuentra el Palacio del Congreso, que concentraba todos los asuntos políticos durante el siglo XVI. De hecho, en el piso superior se reunía el Consejo. Merece la pena detenerse a contemplar su fachada, dominada por una sucesión de arcadas de mármol rosas y grises. 

Otros edificios relevantes son los palacios del Capitán, Cangrande y el de la Razón. Este último alberga el patio del Mercado Viejo, que servía de sede para llevar los asuntos comerciales. 

Aunque lo realmente relevante es la escalera de mármol rojo que lo preside, que, además, da acceso a la torre de Lamberti.

13. Una excursión al lago de Garda

Una de las excursiones más populares que puedes hacer desde Verona es el lago de Garda. Este pintoresco lago situado a los pies de los Alpes es bien conocido por sus pueblecitos medievales como el de Sirmione y por su bello entorno natural.

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14. Cruza la puerta Borsari

Esta puerta constituía el punto de entrada principal a Verona desde la vía Postumia, una de las cuatro vías que conectaban con Verona. 

Es originaria del siglo I d.C., época de dominación de los romanos, quienes la denominaban porta lovia por estar próxima a un templo dedicado a Júpiter. 

Su nombre actual hace referencia a los soldados –bursariique hacían guardia en la puerta y, además, eran los encargados de cobrar los aranceles.

Al margen de estos datos históricos, lo cierto es que esta puerta es una maravilla arquitectónica. Construida en piedra caliza blanca, llama la atención la parte superior al estar seccionada en dos plantas. Cada una de ellas luce bonitas ventanas arqueadas. 

15. Conoce el palacio Maffei, el primero de estilo barroco en Verona

De todos los palacios que hay que ver en Verona, Maffei es de los más importantes. La razón estriba en que esta construcción, levantada a finales de la Edad Media por orden de la familia de la que toma nombre, es la primera de estilo barroco que se construyó en Verona. 

Sobresale su fachada, dominada por grandes ventanales, balcones seccionados por columnas jónicas y cornisas con profusión decorativa. La coronan seis estatuas de dioses griegos: Júpiter, Venus, Hércules, Mercurio, Minerva y Apolo.

Aunque el exterior es una maravilla, lo interesante está en el interior. Guarda varias salas en las que se exponen más de 300 piezas, entre las que se incluyen cuadros, esculturas, muebles de época, dibujos, cerámicas y otros objetos de arte. 

La más destacada es la de pintura, en la que se pueden contemplar obras de artistas del siglo XX como Picasso, Piero Mazoni o Giacomo Balla.

En la planta baja hay un restaurante especializado en sabores de la región. Además, regala vistas a los restos de un templo de origen romano. 

16. Date un homenaje gastronómico con los platos locales

Qué hacer en Verona: Gastronomía de Verona

No cabe duda. Una de las mejores maneras de conocer un destino es saboreando sus platos locales. La gastronomía veronesa es mediterránea y presume de tener excelentes vinos y platos muy sencillos. 

No hay mejor plan que hacer en Verona que sentarse en una terraza y disfrutar de las delicias culinarias típicas. 

Hay muchas, pero si quieres volver sabiendo lo que comen los veroneses, inrtenta probar los ñoquis de patata, la polenta, el rissoto con tastasal, el rissoto al amarone, estofado de ternera al amorone, la pasta fresca o la pastissada de caval. 

De postre: el pandoro, el sfogliatine di Villafranca, la torta russa o los besos de Julieta.

En general se come bien y a precios moderados. En cuanto al servicio, el personal de los restaurantes no brilla especialmente por su simpatía, especialmente en sitios con mucha gente tipo la Piazza delle Erbe.

17. Acude a ver una obra al teatro romano

Se construyó en el siglo I a.C. a orillas del río Adigio, muy próximo a la colina de San Pedro. Pero curiosamente permaneció oculto hasta el siglo XIX, cuando un comerciante compró la zona para construir. 

En las tareas de preparación y demolición de la zona lo encontraron, y finalmente, el ayuntamiento de la ciudad se hizo con el teatro.

El grado de conservación de las gradas y el escenario son tan buenos que en la actualidad sigue acogiendo representaciones teatrales, especialmente en los meses de verano. 

18. Sumérgete en los orígenes de Verona en el museo Arqueológico

Si te has acercado al teatro romano, aprovecha la visita para entrar al museo Arqueológico, que está anejo a este. 

Contiene una completa exposición de más de 600 piezas halladas en Verona y su territorio, principalmente de época griega, romana y etrusca, que te permitirán adentrarte en la historia de la ciudad italiana. 

En sus diversas salas se exponen desde esculturas, azulejos y mosaicos hasta altares y estelas con inscripciones. Las más destacadas proceden del Arco de Gavi, los santuarios de los dioses Serapis e Isis, y las esculturas de bronce de época romana.

19. Pasear por la vía Giuseppe Mazzini, algo que hacer en Verona para los amantes de las compras

Via Giuseppe Mazzini

Esta calle, de la que se dice que es la peatonal más antigua de Europa, se ubica en el corazón histórico y sirve de conexión entre las dos plazas más grandes de Verona: Bra y de las Hierbas. 

Es su arteria comercial por excelencia, pues concentra un sinfín de tiendas de marcas nacionales e internacionales de todos los tipos. Es la dirección de referencia para aquellos que tengan en su lista de cosas que hacer en Verona el disfrutar de las compras. 

Como atractivo extra, entre ellas se alternan algunas construcciones relevantes como la iglesia de Santo Tomás Apóstol, la Puerta del León o la Biblioteca Cívica.

20. Descubre el palacio de la Razón

También conocido como el de la Alcaldía, fue el centro del poder político durante la Edad Media y el Renacimiento, pues acogía las reuniones del Consejo. 

Actualmente, es uno de los máximos exponentes del románico en la ciudad, visible en su fachada de ladrillo y las ventanas geminadas. 

Tenía cuatro torres, de las que únicamente se conservan dos, siendo la más famosa la torre de Lamberti, que es la más alta de la ciudad..

En el interior se encuentra la galería de arte moderno Forti, consagrada al arte italiano y genovés de los siglos XIX y XX. Aunque también merece una mención especial la capilla de los Notarios, que guarda valiosos y bonitos frescos pintados por artistas locales

21. Visita la iglesia San Giorgio In Braida

Esta iglesia, cuya construcción finalizó en 1051, destaca por su llamativa fachada de mármol blanco, en las que se alternan nichos que custodian las esculturas de San Jorge y San Lorenzo Giustiniani, y por su campanario original del siglo XI. 

El interior guarda obras de gran valor como El bautismo de Cristo, de Jacopo Tintoretto, y otras de grandes artistas como Domenico y Felice Brusasorci, Giovan Francesco o Moretto da Brescia. Sin embargo, la más buscada es El martirio de San Jorge de Paolo Veronese. 

También despiertan mucho interés las obras gigantescas de la capilla lateral, en las que se representan los milagros de la multiplicación de los panes y los peces, así como la salida de los hebreos de Egipto liderados por Moisés.

22. Despide el sol desde el castillo de San Pietro

Qué ver en Verona: Castillo de San Pietro

Esta construcción se levantó en lo alto del cerro del mismo nombre para tener controlada la ciudad frente a posibles ataques enemigos, especialmente desde el río Adigio. 

A lo largo de su  historia ha sufrido importantes daños, siendo especialmente significativo el ataque de Napoleón que lo destruyó parcialmente. Sin embargo, se rehabilitó y luce un estado de conservación excelente.

Es un sitio ideal para disfrutar de las vistas que proporciona de Verona, especialmente al caer el sol.

23. Pasea por los jardines de Giusti

Se encuentran muy cerca del teatro romano y forman parte del palacio del mismo nombre. 

El detalle más llamativo y singular de estos jardines renacentistas es su diseño en forma geométrica, en el que toman el protagonismo las esculturas mitológicas y renacentistas, los estanques y las fuentes.

Además, contiene colecciones inéditas de flores, una avenida de cipreses e incluso un laberinto de setos, que ostentan el honor de ser los más antiguos del continente europeo. 

24. Acércate hasta la Puerta de los Leones

Es una de las muchas puertas que formaban parte de las antiguas murallas y daban acceso a la ciudad. Su estado de conservación no es excelente, pero merece la pena acercarse. 

Data del siglo I a.C., de modo que se construyó al mismo tiempo que los muros de la muralla. La puerta consta de un frente, conformado por un arco y enmarcado en un frontón, del que quedan algunas partes.

25. Acércate a la tumba de Julieta y visita el Museo de los frescos

Si eres un seguidor de la historia de Shakespeare y te despierta curiosidad saber dónde yace Julieta, esta visita es una de las cosas que puedes añadir a tu lista de cosas que hacer en Verona. 

Se encuentra en los sótanos del convento San Francisco de Corso, al que se accede por unas estrechas escaleras. 

Es un sepulcro abierto de mármol rojo, sencillo y sin ornamentos. Justo al lado, hay una sala en la que se exponen fragmentos de la novela de Shakespeare.

Pero el interés del convento no solo estriba en la tumba de Julieta. Alberga unos preciosos jardines y el museo de los Frescos, que expone los frescos que decoraban otros edificios veroneses durante la Edad Media como, por ejemplo, la iglesia de Santa Felicita. 

Entre las obras más destacadas se encuentran La muerte de Romeo y Julieta.

También hay piezas del periodo paleocristiano, del siglo XII y otros mitológicos del siglo XVI, la mayoría de los cuales son autoría de Paolo Farinati, uno de los artistas más importantes de la pintura veronesa.

También merece la pena echar un ojo a la iglesia de San Francisco, cuyo interior atesora maravillosas pinturas de los siglos XVI y XVII.

26. Visita la basílica gótica de Santa Anastasia

Basílica de Santa Anastasia, Verona

De todas las iglesias que hay en Verona, esta es una de las más singulares y también la más grande. Se ubica muy cerca del río Adigio y su singularidad arquitectónica la convierte en uno de los lugares que hay que ver en Verona imprescindibles. 

Está formada por tres gigantescas naves que se sustentan sobre enormes pilares de mármol rojo. Destaca la portada, que está enmarcada en una sucesión de coloridas arquivoltas de arcos ojivales, y la parte central decorada con un rosetón.

En su interior, destaca el Monumento de Cortesía Serego, en el que toman el protagonismo las tallas y los relieves con motivos bélicos y religiosos, y la capilla Pellegrini, que atesora el fresco San Jorge y la princesa, considerado la obra maestra de Pisanello.

27. Adéntrate en el arte veronés en la Galería de Arte Contemporáneo Achille Forti

Otra de las cosas que hacer en Verona, especialmente dirigida a los amantes del arte, es una visita a esta galería situada en el interior del palacio de la Ragione, que está entre la plaza de las Hierbas y de los Señores, en el centro de Verona. 

Tiene una colección permanente con más de 1600 obras donadas por Achille Forti, quien da nombre al museo, y por otras personalidades e instituciones. 

Destaca la colección de artistas veroneses del siglo XX. También tiene muchas exposiciones temporales.

28. Entra en la iglesia de San Fermo Maggiore

Esta iglesia románica, ubicada en el centro de la ciudad, cerca del río Adigio, es posiblemente la más ecléctica de Verona por su arquitectura, que combinan elementos góticos, románicos y referencias francesas, así como por su colorido fruto de la combinación de ladrillo y mármol.

El interior del templo guarda valiosas obras, siendo especialmente destacada La Anunciación de Pisanello, un fresco de principios del siglo XV, y el mausoleo de la familia Brenzoni.

29. Visita el museo Cívico de Historia Natural

Se encuentra en el interior del palacio de Pompeya y sus colecciones se dividen en cinco secciones: prehistoria, zoología, botánica, geología y paleontología. Además, cuenta con una biblioteca con libros de temática de historia natural. 

Destaca la colección de fósiles, que contiene más de 2000, la colección de herbarios, que es una de las más importantes del país, y la paleoantropológica, que atesora algunos de los fósiles humanos más antiguos de Italia.

30. Maravíllate con los frescos de las casas Mazzanti

Ubicadas en la plaza de las Hierbas, pueden presumir de ser de las construcciones más antiguas de Verona. También pueden vanagloriarse de ser las más artísticas y pintorescas, pues sus fachadas están cubiertas por completo de preciosos frescos de temática mitológica y alegórica.

Hoy constituyen un elemento diferenciador, pero no durante el Renacimiento. En dicha época era una práctica muy común, que se hacía para protegerlas del clima y, al mismo tiempo, como elemento de decoración y prestigio. 

De hecho, la decoración de las fachadas con frescos en Verona se generalizó tanto que se la conocía como la “ciudad pintada” durante dicha época.

Al margen de estas curiosas pinceladas históricas, lo cierto es que contemplarlas es un placer. Si es en una terraza con un café, mucho mejor.

31. Cruza el arco de los Gavi

Hoy está en el centro histórico de Verona, pero en sus orígenes, en el siglo I a.C., se encontraba justo donde daba comienzo la via Postumia, la calzada romana que daba acceso a la ciudad, frente a la torre del reloj de Castelvecchio. 

Posteriormente, durante la Edad Media, formaba parte de las murallas y fue una puerta de acceso a la ciudad.

Actualmente, se conserva bastante bien. Está construida en piedra blanca veronesa y custodiada por cuatro bonitas columnas de estilo corintio.

32. Piérdete por el Corso Cavour

Esta calle, que discurre desde la Porta Borsari hasta Castelvecchio, es una de las más bonitas y elegantes de Verona. Así que recorrerla se perfila como una de las cosas que hacer en Verona de lo más recomendables. 

Atesora algunos de los restos romanos más significativos de la ciudad como la puerta Borsari y el Arco dei Gavi, así como construcciones importantes como los palacios Bevilaqcua y Canossa, que datan del siglo XVI, Castelvecchio y las iglesias de San Lorenzo Mártir y Santos Apóstoles.

33. Pasea por el puente Scaligero

Puente Scaligero Verona

Este puente, que comunica con el castillo de Castelvecchio, destaca por su imponente apariencia fruto del ladrillo rojo y el mármol, aplicado únicamente en las bases y las pilonas, empleados en su construcción. 

Según cuenta la historia, lo mandó construir la familia Scaligeri, que gobernó la ciudad entre 1260 y 1360, como vía de escape en caso de ataques enemigos. 

Además, está coronado por robustos muros almenados, entre los que se dispusieron hendiduras que hoy constituyen privilegiados miradores al río Adigio y el castillo. 

Pasear sus más de cien metros y sacarse una foto es un plan ineludible que hacer en Verona para cualquiera que ponga los pies en ella.

34. Descubre el palacio de Barbieri

Este palacio, ubicado en la plaza del Bra, es actualmente la sede del Ayuntamiento de Verona. Construido en el siglo XIX, destaca su fachada neoclásica, inspirada en los antiguos templos romanos. 

Buen ejemplo de dicha inspiración lo constituyen las columnas que toman el protagonismo en su fachada. En el interior, destaca la Sala de los Tapices, que está decorada con dos gigantescos lienzos del siglo XVI, y la del Consejo, que también atesora preciosos tapices.

35. Pasea por el listone y descubre el capitel del Brá

La plaza del Bra está bordeada por una acera en mármol de color rosado que indica el camino a seguir en la parte oeste de la plaza. 

A modo de curiosidad, es un elemento característico únicamente de las ciudades italianas, de las que quedan muestras en unas pocas ciudades como Venecia o Padua, además de Verona. 

Recórrela en busca del famoso capitel del Bra, una columna del siglo XIV que luce tallados los santos patrones del comercio. Está al final del listone, donde da comienzo la vía Mazzini.

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