Premios: 1 Oscar (más 5 premios y 4 nominaciones) Ver más
La pelirroja chispeante
La mirada fresca de esta pelirroja con ojos azules es el secreto del éxito de una de las actrices más brillantes de todos los tiempos. Cuando la mayoría de estrellas femeninas han de retirarse pronto cuando alcanzan una cierta edad, por falta de papeles, Shirley MacLaine ha logrado seguir destacando por mucho que pase el tiempo.
Shirley MacLean Beaty (nombre real de la estrella) nació el 24 de abril de 1934, en Richmon Virginia, tres años antes que su hermano Henry Warren –que se puso otra ‘t’ en su apellido artístico, pues se le conoce como Warren Beatty–. Procedente de una familia de clase media, la pequeña fue bautizada así en honor de Shirley Temple, la niña prodigio del momento, por la que sentía una gran devoción su madre, la canadiense de origen escocés e irlandés Kathlyn MacLean, profesora de interpretación y ocasional actriz. No iba a seguir los pasos maternos en un primer momento Shirley, que de niña quería ser bailarina. Se integró en una clase de ballet, en la que siempre le asignaban el rol de chico, porque era la más alta entre sus compañeras. También le dieron el papel de hada, en una función de ballet, pero mientras calentaba tuvo la mala fortuna de romperse el tobillo. Decidió hacer como si nada, se ató el tobillo con los cordones de los zapatos y ejecutó su coreografía hasta el final. Cuando acabó, era tal el dolor que tuvieron que llamar corriendo a una ambulancia. Finalmente, se dio cuenta de que no iba a hacer carrera como bailarina. “Creo que no tenía el tipo de cuerpo adecuado para ser una estrella de la danza, y además, no me gustaba privarme de la comida”, ha recordado la actriz, que decidió pasarse a la interpretación.
En cuanto terminó en el instituto se fue a Nueva York, decidida a revolucionar el mundo del espectáculo. Cuando se presentó a una audición para el musical ‘Me and Juliet’, de Rodgers y Hammerstein, se encontró con que el productor no sabía pronunciar su apellido, Beaty, y éste le preguntó si no tenía otro nombre, por lo que recurrió al apellido materno, que a partir de ese momento la acompañaría siempre. Obtuvo algún que otro trabajo como modelo, y finalmente fue contratada en un montaje teatral de Broadway, ‘Pajama Party’, como sustituta de Carol Haney, la actriz principal. La cosa no pintaba nada bien, porque por lo visto Haney era famosa porque jamás se había perdido ni una representación, pero resultó que al final se lesionó el tobillo –como le ocurrió en su infancia a Shirley–, por lo que tuvo que ceder el paso a la sustituta, que causó sensación, en un caso muy similar al que contaba Eva al desnudo, filmada poco antes, donde Eva Harrington, una actriz joven, recibía el espaldarazo definitivo cuando tenía la oportunidad de sustituir a Margo, una intérprete veterana. Entre los espectadores que le vieron sobre las tablas estaba el productor Hal B. Wallis, que decidió contratarla para protagonizar a las órdenes del mismísimo Alfred Hitchcock el film Pero... ¿quién mató a Harry?, donde era la esposa del cadáver al que alude el título. MacLaine hizo carrera muy rápidamente, pues su debut fue muy bien recibido, y enseguida fue contratada para la comedia Artistas y modelos, con Jerry Lewis y Dean Martin. Le siguieron La vuelta al mundo en 80 días (1956), Furia en el valle, La casamentera y Como un torrente, de Vincente Minnelli, por la que obtuvo una nominación al Oscar a la mejor actriz.
Se casó en 1954 con Steve Parker, prestigioso productor, que sacó adelante dos producciones protagonizadas por ella, Mi dulce Geisha, de Jack Cardiff y John Goldfard, Please Come Home, de J. Lee Thompson. Tuvo con él una hija, Sachi Parker, pero acabó divorciándose muchos años después, en 1982, cuando la actriz se enteró de que él había tenido durante años una amante japonesa. A partir de 1960, Shirley MacLaine se involucró en temas políticos, mientras que en cine inició su mejor etapa con El apartamento, una de las obras maestras de Billy Wilder, en la que era una ascensorista que mantenía una relación con un jefecillo, casado, en el piso del protagonista, un pobre hombre que le presta las llaves para asegurarse un ascenso. “Hay víctimas y aprovechados. Es el sino de cada cual y no tiene remedio”, comentaba el personaje de MacLaine, sintetizando el mensaje de la cinta. Tuvo tanto éxito que convirtió a la actriz en una estrella, y el propio Wilder la reemparejó con Lemmon en Irma la dulce. “Eran mis protagonistas idóneos para cualquier película”, dijo acerca de ellos el cineasta. En este vodevil inicialmente concebido como un musical, encarnaba a una prostituta con corazón de oro que encandilaba al gendarme interpretado por Lemmon. Por El apartamento, y también por Irma la dulce, MacLaine obtuvo dos nuevas nominaciones al Oscar. Llegaría a ser candidata seis veces, hasta que la última vez se llevó, por fin, la preciada estatuilla. Fue por La fuerza del cariño, de 1983. “Merezco esto”, dijo en un arranque de sinceridad cuando salió a recogerla.
Realizó una de sus mejores interpretaciones en La calumnia, de William Wyler, basada en la obra de Lillian Hellman, donde era una profesora acusada por una alumna resentida de mantener una relación lésbica con otra docente. Y es que el nivel de calidad de la filmografía de Shirley MacLaine es bastante alto, pues está integrada por títulos como Mi dulce Geisha, Ella y sus maridos, El Rolls-Royce amarillo, Siete veces mujer, Los pecados de la señora Blossom, Dos mulas y una mujer o Bienvenido, Mr. Chance. Se convirtió en un miembro del Rat Pack, la pandilla de amiguetes de Frank Sinatra, tras protagonizar con ellos La cuadrilla de los once. “Añoro aquella época. Fue muy divertida. Y jamás se podría repetir. Eran artistas dentro y fuera del escenario. Desde niños habían vivido sobre las tablas. La última gira que hice con Frank fue increíble, ya estaba mayor, se olvidaba de las letras, pero daba igual, era un artista total”, recuerda la actriz.
Interesada en temas esotéricos, MacLaine es una convencida de la reencarnación de las almas, y ha escrito algún libro sobre el tema. “He tenido diez vidas, al menos. He sido sacerdotisa inca, bailarina en un harén, y más cosas. Por eso se me da bien la interpretación, porque consiste en pensar que eres otra persona y en realidad, yo soy muchas personas”, declara. También escribió un libro sobre el Camino de Santiago, que recorrió en 1994. Le sacó mucho partido a papeles de mujer madura en títulos como Magnolias de acero, Postales desde el filo o Tess y su guardaespaldas. Ha seguido en activo interpretando a abuelillas en títulos como En sus zapatos, Dicen por ahí, Cerrando el círculo o Embrujada (2005), donde su papel fue reducido al mínimo en la sala de montaje. Ha declarado que no piensa retirarse nunca. “Nunca me voy a cansar de actuar Tal vez el público se harte de mí, pero yo me divierto mucho interpretando. Y si algún actor dice que esto no es divertido, deberían expulsarlo de inmediato", comentó.
Premios
Ganador de 1 premio
- Actriz principal La fuerza del cariño
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Paso decisivo
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Irma la Dulce
Nominado a 1 premio
- Actriz principal El apartamento
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Como un torrente
Ganador de 1 premio
- Copa Volpi a la mejor actriz Madame Sousatzka
Ganador de 1 premio
- Copa Volpi a la mejor actriz El apartamento
Ganador de 1 premio
- Oso de Plata a la Mejor Actriz Personajes desesperados
Ganador de 1 premio
- Oso de Plata a la Mejor Actriz Todas las mujeres quieren casarse