Su amor por la moda lo convirtió en uno de los mejores del mundo
Juan Carlos Antonio Galliano-Guillén, mejor conocido como John Galliano, nació en Gibraltar el 28 de noviembre de 1960, y aunque su paso por grandes marcas como Givenchy, Oscar de la Renta y Dior ha estado llena de altas y bajas, su estilo y diseño lo han llevado a ser reconocido como uno de los mejores del mundo.
Desde su nacimiento fue un espíritu libre, llevado por sus padres a Londres a los seis años, vivió en diferentes áreas de Inglaterra en donde captó el diseño británico en todo su esplendor.
Se graduó en 1984 de la Saint Martin’s School of Art como Diseñador de Moda, creando pocos meses después su primera colección, inspirada por la Revolución Francesa que llevó por título Les Incroyables.
Aunque en esos años recibió apoyo financiero de empresarios como Johan Brun o Ole Peder, para 1990 ya se encontraba en bancarrota, llevándolo a una nueva mudanza, en esta ocasión a París, donde tenía algunos clientes.
Durante toda su vida, pero principalmente en los años 90, recibió el apoyo moral y económico de Anna Wintour, quien lo llevó a trabajar en 1995 con Givenchy, aunque un año después salió para ser parte de Dior.
Para 2011, y luego de varios problemas por ser considerado antisemita, embajadoras de la marca como Natalie Portman se pronunciaron en contra de su dirección y la firma tuvo que despedirlo.
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En 2013, y luego de varios problemas financieros, Oscar de la Renta le pidió una colección que se presentaría en febrero en el New York Fashion Week, que resultó en todo un éxito, misma que le valió el puesto director creativo de Maison Margiela, donde se convertiría en uno de los primeros diseñadores en dejar de usar piel de animales.
El diseño de John Galliano está principalmente relacionado con la belleza y feminidad, por lo que ha vestido a celebridades como Nicole Kidman, Charlize Theron, Kate Moss y Cate Blanchett.
Sin duda, este creador es hoy uno de los referentes de la moda en el mundo y un claro recuerdo que el espíritu de libertad se puede transmitir a la ropa, lo que nos puede convertir en musas de nuestras propias vidas.
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