```Curiosidades Gdansk símbolo y destino imprescindible Polonia
Gdansk,  Polonia

Gdansk, símbolo y destino imprescindible que visitar en Polonia

Bienvenidos a Gdansk. Localidad al norte de Polonia, en el estuario del río Vístula y bañada por el mar Báltico. Fue aquí donde empezó, en 1939, la II Guerra Mundial, aunque en aquella época su nombre era “ciudad libre de Danzig”. Fue aquí donde nació el sindicato Solidaridad liderado por Lech Walesa, movimiento que marcó el principio del fin de la URSS. Pero aparte de su agitada historia, Gdansk es un destino preciosista que presume por ser una de las ciudades más bonitas de Polonia. Su casco histórico de inspiración flamenca (reconstruido tras su total destrucción en 1945) es una maravilla. Además, ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de la Concordia 2019. ¿Me acompañas?

Gdansk es una ciudad portuaria con un bello casco histórico
Gdansk es una ciudad portuaria con un bello casco histórico

Si abres un libro de historia en las páginas correspondientes al Siglo XX seguro leerás que la, por aquel entonces llamada ciudad libre de Danzig, fue un lugar clave en la historia de Europa y del mundo.

Danzig era su nombre en alemán, país al que perteneció hasta la I Guerra Mundial (como parte del condado de Prusia).

Mapa Polonia entreguerras
Mapa de Polonia entreguerras, tras en tratado de Versalles

Un territorio libre y deseado

En los acuerdos de Versalles se decidió que la ciudad pasase a ser un territorio autónomo y libre, gestionado por la Liga de Naciones.

A la vez que se acordó que Polonia tuviese una salida al mar incorporando las ciudades de Gdynia, Sopot y la península de Westerplatte a su territorio, lo que supuso la división de Alemania en dos. Y obligó a los alemanes a tener que cruzar por tierras polacas para llegar a sus provincias más alejadas.

EXCURSIÓN A GDYNIA Y MALBORK CON GUÍA ESPAÑOL
Si te alojas en Gdansk puedes contratar una excursión los alrededores con un guía experto en español. Con parada en Gydnia, Sopot y en el bellísimo castillo de Malbork un tesoro de origen medieval protegido por la Unesco y situado a sólo una hora en coche. También se incluye un recorrido por el campo de concentración de Stutthof…

Puedes reservar la visita por los alrededores de Gdansk haciendo click en este enlace. Visita muy recomendable por la gran carga de interés histórico que tiene toda esta zona

Portada de un periódico el día de la invasión de Polonia
Portada de un periódico el día de la invasión de Polonia

Esta separación irritaba a Hitler quién reclamó incansablemente a Polonia la recuperación de Danzig y alrededores (alegando que la mayoría de su población era alemana). Y el libre paso con un corredor propio por esa franja estratégica.

Como los Polacos se negaban a renunciar a su pequeña salida al mar, el Führer decidió tomar “su territorio” con la fuerza. Así fue.

El 1 de septiembre de 1939, el buque armado alemán Schleswig-Holstein atacó a los polacos en Westerplatte.

Foto histórica de Hitler en Westerplatte
Foto histórica de Hitler en Westerplatte

Visita a Westerplatte

Aunque no fue una sorpresa, los locales no pudieron contra el fiero ejercito alemán. Pero lucharon con fuerza y honor. Los nazis tardaron una semana en tomar un territorio que pensaban iban a conquistar en horas.

Tras largos días de lucha intensa  los polacos, dirigidos por el mayor Sucharski, finalmente se rindieron.

Tumbas de los polacos caídos en Westerplatte
Tumbas de los polacos caídos en Westerplatte

Aunque Westerplatte representa la historia de una derrota, para Polonia es un símbolo de resistencia. Un lugar cargado de sentimientos. Me comentan una frase del Papa Juan Pablo II (polaco nacido en Cracovia y elegido sumo pontífice en 1978 y gran opositor al comunismo) que decía “todos los polacos llevamos un Westerplatte en el corazón”. Por eso se conserva este enclave como museo.

La península entera es una exhibición al aire libre donde se pueden visitar los búnkeres, ahora en ruinas, desde donde se gestó el combate. Parece que la batalla acabó ayer.

Detalle de las ruinas de la batalla de Westerplatte
Detalle de las ruinas de la batalla de Westerplatte

Hay también fotos históricas, tumbas de los 17 soldados allí caídos, mapas… y por supuesto un gran monumento que recuerda a los héores que se dejaron la vida en un lugar especial. También hay tiendas con merchandising alusivo a aquel hecho histórico.

Westerplatte marcó el comienzo de uno de los capítulos más trágicos de la historia de Polonia. Una vez conquistada la península los nazis avanzaron por la llanura polaca destruyendo todo lo que encontraban a su paso. Con un fin, entrar en Varsovia, lo que consiguieron el 1 de octubre de 1939 tras casi un mes de asedio.

Luego le tocó el turno a Dinamarca y Noruega (abril de 1940), Bélgica,  Países Bajos, Luxemburgo, Francia (mayo de 1940), YugoslaviaGrecia (abril de 1941)… en sólo dos años Hitler ya dominaba medio continente.

Recuerdos de Westerplatte
Recuerdos de Westerplatte

Los bombardeos de Gdansk

Pero fue Gdansk la primera víctima de esta guerra. No sólo Westerplatte sufrió las consecuencias de las bombas de la Luftwaffe, también en Gdansk hubo destrozos.

Especialmente trágico fue el ataque a la oficina de correos donde varios trabajadores polacos resistieron a la entrada de los alemanes a la ciudad. Pero también sufrieron una amarga derrota. En este lugar hay un monumento conmemorativo a los allí caídos.

Así Alemania volvió a dominar estas tierras estratégicas. Pronto los astilleros empezaron a trabajar con intensidad para construir buques de guerra para los nazis. Así Danzing cobró más importancia todavía para el Tercer Reich.

Imagen de Gdansk tras los bombardeos de 1945
Imagen de Gdansk tras los bombardeos de 1945

Viaje por la II GM en el museo de Gdansk

Es por eso que Gdansk fue elegida como sede del Museo de la II Guerra Mundial. Visita obligada si quieres entender no sólo todo lo que pasó en Polonia durante la contienda.

En la exposición también se hace un recorrido por lo vivido en otros países, incluidos los neutrales como fueron España o Suiza.

El Museo de la II GM de Gdansk tiene forma de misil invertido
El Museo de la IIGM de Gdansk tiene forma de misil invertido

Al final de la guerra, en marzo de 1945, cuando los alemanes ya habían sido derrotados los rusos entraron con fuerza en este enclave nazi y destrozaron todo de nuevo. Los astilleros fueron los primeros blancos. Luego le tocó el turno al casco histórico, a las personas

Todo quedó devastado. El 80% de la ciudad desapareció bajo las llamas y el 90% de los habitantes huyeron o murieron.

Recreación de una calle polaca durante los bombardeos de la IIGM
Recreación de una calle polaca durante los bombardeos de la IIGM

Pero el fin de la contienda no supuso la llegada de la libertad. Un régimen totalitario dio paso a otro. Empezaron los años del dominio soviético. El comunismo se impuso con fuerza en una ciudad de corte obrera e industrial.

Fueron años muy difíciles. Controles, censura, espionaje, detenciones, miedo, colas, falta de productos básicos, racionamiento, horas de espera para conseguir gasolina, harina, mantequilla. El zloty (moneda polaca) cayó y la gente volvió a trueque.

Zona dedicada a España en el museo de la IIGM en Gdansk
Zona dedicada a España en el museo de la IIGM en Gdansk

Pero la tensión que se vivía quedo en evidencia en 1970 estalló otro movimiento que puso de nuevo a Gdansk en el mapa de la historia.

Las revueltas en los astilleros Lenin de Gdansk, reprimidas por el ejército y que se saldaron con muchos muertos.

VISITA GUIADA POR GDANSK EN ESPAÑOL
Gdansk es una ciudad tan intensa, con tanta historia, que recomiendo visitarla en compañía de un experto de habla hispana que te explique todos los secretos rincones e historias que se ocultan tras las calles.

Experiencia que merece la pena y que puedes gestionar desde en el enlace del titular de este destacado

Centro de Solidaridad y Lech Walesa

La situación desesperada se mantuvo en el aire hasta 1980. Fue el despido de una trabajadora, Pani Anya, operadora de grúa, lo que desencadenó una segunda revuelta masiva. El llamado “verano polaco de Gdansk”.

Los obreros se encerraron en el astillero un mítico 15 de agosto. Y allí permanecieron durante 18 días.

Foto histórica del "verano de Gdansk" expuesta en el museo de Solidaridad
Foto histórica del “verano de Gdansk” expuesta en el museo de Solidaridad

El electricista, nacionalista y ultra católico, Lech Walesa (“Babuensa” pronuncian los polacos) ya activista (perseguido por el régimen desde las revueltas de los 70 y despedido de su trabajo en 1976 por su activismo sindical) se unió al grupo de trabajadores saltando la verja.

Me cuenta mi guía que Walesa estaba en la cárcel cuando nació su sexto hijo en julio de 1980 (tuvo ocho con su esposa Danuta).

Pronto se hizo con el liderazgo de un movimiento de jóvenes revolucionarios que pedían a gritos un cambio en la sociedad. Walesa se convirtió en un símbolo de la resistencia contra el partido en el poder de la República Popular de Polonia.

Juan Pablo II (“Boitibua,” le dicen) apoyaba este movimiento desde Roma. No se puede entender todo lo acontecido en este país sin tener en cuenta la inmensa influencia de la iglesia en la sociedad.

Fachada del Centro Europeo de Solidaridad en Gdansk
Fachada del Centro Europeo de Solidaridad en Gdansk

Los historiadores cuentan que este fue el principio del fin del comunismo. Fueron años muy duros pero la lucha dio frutos.

A los pocos meses de la revuelta se firmaron los llamados “acuerdos de Gdansk” de donde surgió un manifiesto con 21 puntos. Luego llegó  la legalización del sindicato “Solidaridad”, la primera asociación obrera libre e independiente del Partido Comunista, la cual fue prohibida de nuevo entre 1981 y 1982 con la introducción de la ley marcial.

Pero luego llegó la Perestroika. En 1983 Walesa recibió el premio Nobel de la Paz . En junio de 1989 hubo por primera vez elecciones en Polonia. En noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín y el comunismo. 

Y en 1990 Walesa ganó las elecciones y accedió a la presidencia del país. En diez años el mundo había cambiado. Y la primera pieza de esa década se movió en Gdansk.

Aquí empezó la IIGM y aquí empezó el fin de la URSS.

El padre de Lech Walesa (izquierda) murió en un campo de concentración nazi
El padre de Lech Walesa (izquierda) murió en un campo de concentración nazi

Gdansk: Premio Princesa de Asturias Concordia 2019

Entiendo por qué la Fundación Princesa de Asturias, con sede en Oviedo, ha concedido a esta ciudad el premio de la Concordia 2019. ¡Felicidades!

Cuento toda esta historia por dos razones. Una por que es clave para entender Gdansk y a la vez un atractivo para todos aquellos a quienes les guste viajar a través de esta época de la historia del siglo XX.

Y otra por que Solidaridad es tan importante que ya tiene su museo propio desde 2014. Un centro de interpretación donde se hace un recorrido visual y expositivo por todos estos acontecimientos. El museo se ubica donde era entrada de los astilleros. Un complejo gigante por donde ahora circulan turistas y no obreros.

Monumento en homenaje a los caídos en la revuelta de 1970, situado a las puertas del centro de Solidaridad
Monumento en homenaje a los caídos en la revuelta de 1970, situado a las puertas del centro de Solidaridad

En cuanto uno se aleja del edifico central del museo lo que se encuentra son viejos edificios industriales semi abandonados. Sólo algunos astilleros privados siguen trabajando en Gdansk, construyendo yates de lujo. Pero la actividad publica ya no existe.

Actualmente Gdansk se ha reinventado y vive del turismo. Cada año son más las personas que llegan hasta aquí no solo atraídas por la simbólica historia del lugar. También llegan en busca de belleza.

El casco histórico está totalmente reconstruido. La costa y las playas de los alrededores también suman. Para darse un baño hay que acercarse a las dos ciudades vecinas: Gdynia y Sopot, la “Ibiza polaca”.

Maletas que simbolizan los ciudadanos fallecidos o huidos en el museo de la IIGM
Maletas que simbolizan los ciudadanos fallecidos o huidos en el museo de la II GM

Un casco histórico hermoso y reconstruido

No es una exageración decir que Gdansk es ahora uno de los grandes destinos de Polonia, a la altura de la bella Cracovia o de la capital Varsovia. Una visita que no puedes dejar de hacer si haces un viaje por este país. Hay quien se refiere a Gdansk como “la Bilbao polaca”.

Merece la pena. Efectivamente, el casco histórico de Gdansk está totalmente reconstruido a imagen y semejanza de lo que fue en sus buenos tiempos. Todo peatonal, lleno de edificios que recuerdan a las ciudades flamencas con sus tejados escalonados y sus símbolos gremiales.

Hicieron falta más de 20 años de trabajo para que Gdansk volviese a brillar con luz propia. Lo ha conseguido.

Plaza del mercado de Gdansk
Plaza del mercado de Gdansk

Entramos por la “puerta Dorada“, uno de los accesos históricos. Una vez intramuros queda claro que estamos ante una ciudad que fue rica. Miembro de la liga Hanseática, federación de localidades unidas para potenciar el comercio en los puertos de los mares del norte.

La capital mundial del Ámbar

Cuna de comerciantes, muchos de ellos enriquecidos gracias a la industria del ámbar, resina vegetal fosilizada que se encuentra en el fondo del mar que baña Polonia. Se dice que en el már Báltico se concentra más del 80% del ámbar que hay en todo el mundo.

En Gdansk hay expertos que aún salen en busca del ámbar, el cual se recoge por que flota en el mar tras días de tormentas y bien por que las aguas arrastran estas piezas a la playa pues son bastante ligeras.

Antiguamente fue una piedra muy valorada por sus connotaciones terapeútcas, curativas y mágicas. Y con la que todavía hoy se hacen muchos objetos y bisutería a la venta en todas las tiendas de recuerdos. Aún se dice que Gdansk es la capital mundial del ámbar.

Detalle del estadio de futbol, con cubierta de ámbar
Detalle del estadio de futbol, con cubierta de ámbar

Si te animas a comprar alguna pieza de recuerdos, no olvides que cada pedazo del ámbar es único. Y en Gdansk los artesanos expertos son los mejores pulidores del mundo de esta mágica y bellísima resina.

Como buenos negociantes, los gedanenses eran también astutos. De ahí esos edificios tan estrechos y esas viviendas tan “profundas” así creadas pues sus dueños pagaban impuestos por los metros de fachada. Cuanto menos, mejor.

Curiosidades de Gdansk

Me llaman la atención detalles como los nombres de las calles. La calle principal es la “Larga”. La siguiente es la “Ancha”. Nada de apelativos a personas.

En Gdansk saben desde siempre que la fama es perecedera y no han querido caer en el problema de tener que cambiar los nombres de las calles según quien gobierne. Así es más fácil.

Vista nocturna de la calle Mariakka
Vista de la calle Mariakka

También es curiosa la forma de identificar los edificios. No había números. Antaño las casas tenían símbolos personalizados como “la casa bajo el cisne” o la “casa bajo el ángel”… Con esos datos todos los del lugar sabían a qué casa tenían que dirigirse.

Sigo con más curiosidades pues la lista es larga. Por ejemplo. El ladrillo. Las grandes construcciones de Gdansk (y de casi toda Polonia) están hechas con ese material. Esto se debe a que en Polonia no hay canteras de piedra.

La torre de la iglesia de Santa Maria es una de las más altas de la ciudad
La torre de la iglesia de la Virgen María es una de las más altas de la ciudad

Entre las construcciones de ladrillo rojo que más llaman la atención cabe destacar la Basílica de la Virgen María, la más grande del mundo construida con este material. Tiene capacidad para ¡25.000 personas!, es decir, que en su interior cabía la mitad de la población de Gdansk en el siglo XVII. Y su torre tiene ¡80 metros de altura!.

No es la más alta. Hay en Gdansk otras tres torres que destacan. La del Ayuntamiento la del Palacio de Justicia. Los tres poderes destacados en una sola mirada.

Fachadas de Gdnask de inspiración flamenca
Fachadas de Gdansk de inspiración flamenca

La ciudad de los tres carrillones

Más detalles que sorprenden. Gdansk es la única ciudad polaca con tres carrillones y es fácil oír tocar a alguno de ellos. Los músicos aún se forman en la escuela de Malinas (Bélgica) y tocar este viejo instrumento es un honor para los habitantes de Gdansk.

Seguimos el paseo por la plaza del Mercado donde se concentran los edificios más hermosos de la ciudad. No sin antes atravesar la calle Mariacka, la más bonita. Aunque un poco tenebrosa con esos extraños personajes que decoran las casas. ¡Ojo! No son gárgolas, son curiosos canalones para la evacuación del agua.

Detalle de la Puerta Dorada
Detalle de la Puerta Dorada con el Ayuntamiento al fondo.

Aunque es en la plaza del Mercado donde seguramente te sentaras a tomar una piwo artesana (cerveza). O a contemplar fachadas a cual más hermosa.

Cabe destacar algunas en concreto como el Ayuntamiento. O la casa Artus, la blanca que está detrás de la escultura de Neptuno. O la casa de Oro, por donde dicen aún deambula el fantasma de la esposa del alcalde que la mandó construir a principios del siglo XVII. No se si con la reconstrucción de la ciudad ese espíritu sigue activo. La plaza está cerrada en en el otro extremo por un gran palacio apodado la “Casa verde”, con un arco que lleva al muelle.

La "Casa Verde" es uno de los edificios más representativos de la Plaza del Mercado de Gdansk
La “Casa Verde” es uno de los edificios más representativos de la Plaza del Mercado de Gdansk

El muelle y la grúa al atardecer

Es aquí, a orillas del río Motlawa, (afluente del Vístula) donde recomiendo dar un paseo al atardecer. Flanqueado por edificios históricos, este rincón ofrece una de las panorámicas más hermosas de la ciudad.

También en este paseo encontramos referencias dignas de reseña, como por ejemplo la famosa grúa de madera, un tesoro creado en la Edad Media con un novedoso sistema de contrapesos que la hizo única en su momento.

Vistas del muelle de Gdansk
Vistas del muelle de Gdansk

El muelle está lleno de terrazas, restaurantes desde donde recomiendo contemplar el atardecer.

Cierro desde el muelle este post dedicado a una de las ciudades imprescindibles en un viaje por Polonia. Uno de esos destinos donde el viajero puede disfrutar, aprender y empaparse con una de las etapas más interesante de la historia del siglo XX.

¿Has estado en Gdansk? ¿Algún consejo que añadir? ¿Nos cuentas qué sensaciones te ha dejado esta visita? Tus experiencias pueden ser muy útiles para otros viajeros.

Cracovia es una ciudad llena de vida

Varsovia y Cracovia, dos visitas obligadas en Polonia

Un consejo final. Si viajas a Polonia complementa tu escapada con otras tres ciudades que te van a encantar. Varsovia, su capital y otro libro de historia vivo. Y Cracovia, la segunda ciudad por número de habitantes y a la vez el “alma de Polonia” según el escritor Wilhelm Feldman, cuyo Casco Antiguo (protegido por la Unesco) derrocha vida.


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One Comment

  • Alfonso

    El artículo está bastante bien, pero hay algunas imprecisiones: Walesa no se pronuncia “babenska”, sino “vauenska” (con V fricativa, no con B bilabial. Ya sé que a los españoles -salvo valencianos- les cuesta pronunciar la V, y lo hacen como la B, pero no es igual). Idem con Wojtyla: se pronuncia “voitíua”, no “boitibua”. Lástima no poder escribir signos diacríticos polacos con mi teclado español…
    El “dominio soviético” y el “comunismo” se impusieron tras unas elecciones libres que ganó el Partido Obrero Unificado Polaco (apoyado, eso sí es cierto, por la URSS), cuyos militantes habían resistido sin ambigüedades al invasor nazi (cosa que no se puede decir de otros partidos y tendencias polacas…).
    El panorama que describe la autora de los años de la República Popular de Polonia como “Controles, censura, espionaje, detenciones, miedo, colas, falta de productos básicos, racionamiento, horas de espera para conseguir gasolina, harina, mantequilla” no fue generalizado ni mucho menos. Hubo períodos de escasez, sí, y de represión y detenciones, sobre todo en los primeros años 50 y en los primeros años 80 (lo que propició el nacimiento de Solidarnosc). El resto del tiempo, la vida no era tan terrible, y Polonia fue (y aún es) un país desarrollado industrialmente, en el que el empleo, la vivienda, la educación, la sanidad, los transportes públicos, la cultura y los bienes de consumo estaban razonablemente bien, incluso para los estándares occidentales de hoy, y la gente no vivía en un gran campo de concentración, sino que, si conseguían el visado (que eran los países occidentales quienes lo otorgaban, no el gobierno polaco) y podían pagárselo, podían viajar a occidente sin mayores problemas. Conozco bastantes polacos que estuvieron de turismo o por intercambio profesional en Francia, Italia e incluso España en los años 60, 70 y 80.
    Lo que evacúa el agua son canalones, no canelones, que es un plato de pasta relleno de carne o pescado y cubierto de bechamel.

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