Muere Sigvar Bernadotte, el Príncipe que perdió el título por casarse con una plebeya
El Conde Sigvard Bernadotte, tío del Rey Carlos Gustavo de Suecia, falleció a los 94 años en su residencia de Estocolmo. Bernadotte perdió su título de Príncipe en 1934 al casarse con una plebeya alemana y el año pasado lo reclamó ante el Tribunal de Derechos Humanos en Estrasburgo. En un entierro de Estado, recibirá los honores que le fueron negados en vida.
En un día triste y gris Suecia se despertó con las banderas a media asta y la noticia de la muerte de Sigvard Bernadotte, tío del Rey Carlos XVI Gustavo, hijo del anterior monarca Gustavo Adolfo y de su augusta esposa la princesa Margarita de la Gran Bretaña y hermano pequeño de la también fallecida Reina Ingrid de Dinamarca.
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La radio y las televisiones nacionales interrumpieron sus programas para mostrar imágenes conmemorativas de la vida del último miembro de la anterior generación Bernadotte. El Rey Carlos Gustavo expresó su dolor y tristeza por el fallecimiento de su tío -«a quien siempre recordaremos con cariño y respeto»- y anuló, en señal de duelo, su participación en los actos programados durante esta semana.
«EL REY DEL DISEÑO»
Sigvard Bernadotte, que falleció a los 94 años, dedicó su larga existencia a las artes y al diseño. Considerado como uno de los mejores artistas nórdicos, creó con gran estilo y visión de futuro numerosas obras de arte: porcelanas, cubiertos, objetos de plata, joyas, máquinas industriales y muebles con los que consiguió grandes éxitos y recibió varias Medallas de Oro en las exposiciones internacionales. Algunas de sus obras ocupan una sala del Nationalmuseum (Museo Nacional) de esta capital.
En 1934 cuando se discutía en las Cortes sueca y holandesa su boda con la Princesa Juliana de los Países Bajos, el joven Bernadotte (tenía a la sazón 27 años) dio la campanada al huir a Londres para casarse con la bellísima Erika Patzek (de 22 años), hija de un comerciante alemán. Su abuelo, el Rey Gustavo V, al enterarse del casamiento, emitió un real decreto según el cual además de despojar a Sigvard de su título de Príncipe, de sus privilegios y de la orden de Amaranto, le retiró su «apanage» (pensión) y le borró de la lista dinástica.
Cuentan las crónicas que mientras el Príncipe y su esposa celebraban el almuerzo de bodas, un enviado especial del Rey interrumpió el festejo para exigir el pasaporte sueco de aquél. Después de ese traumático suceso, transcurrieron más de seis años antes de que Sigvard Bernadotte volviera a hablar con su familia. Sin embargo el amable «ex Príncipe» consiguió el apoyo de otras Casas Reales. El Rey Leopoldo de Bélgica, con quien le unía gran cariño y amistad, le concedió el Condado de Wisborg.
LUCHA POR SU TÍTULO
Pero este «Rey del diseño» -apodo cariñoso con el que los suecos se referían a uno de sus más admirados personajes- convencido de que podía recuperar su dignidad real, luchó durante los últimos decenios de su vida para obtenerla de nuevo: «He nacido y quiero morir como Príncipe de Suecia».
Así, tras intentar convencer al actual Rey, su tío Carlos Gustavo, quien le denegó el favor a pesar de estar casado también con una burguesa, con la excusa de que no podía deshacer las decisiones de su abuelo, Sigvard Bernadotte se dirigió con su queja al Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo. Esa reclamación, que fue presentada en mayo de 2001, levantó una gran polémica en toda Europa y creó un movimiento de apoyo hacia Sigvard en este Reino.
Casado tres veces, vivía una «eterna historia de amor», según sus propias palabras, desde el año 1961 con su última esposa, la actriz Marianne Lindberg, muchos años más joven que él.
Hoy, con las banderas de Palacio a media asta y los preparativos ya en marcha para la celebración de un entierro de Estado, Sigvard Bernadotte, nacido Príncipe de Suecia, recibe los honores que le fueron negados mientras vivía.
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