Biografia de Giuseppe Verdi

Giuseppe Verdi

(Roncole, actual Italia, 1813 - Mil�n, 1901) Compositor italiano. Coet�neo de Wagner, y como �l un compositor eminentemente dram�tico, Verdi fue el gran dominador de la escena l�rica europea durante la segunda mitad del siglo XIX. Su arte, empero, no fue el de un revolucionario como el del alem�n, antes al contrario, para �l toda renovaci�n deb�a buscar su raz�n en el pasado. En consecuencia, aun sin traicionar los rasgos m�s caracter�sticos de la tradici�n oper�stica italiana, sobre todo en lo concerniente al tipo de escritura vocal, consigui� dar a su m�sica un sesgo nuevo, m�s realista y opuesto a toda convenci�n no justificada.


Giuseppe Verdi

Nacido en el seno de una familia muy modesta, tuvo la fortuna de contar desde fecha temprana con la protecci�n de Antonio Barezzi, un comerciante de Busseto aficionado a la m�sica que desde el primer momento crey� en sus dotes. Gracias a su ayuda, el joven Giuseppe Verdi pudo desplazarse a Mil�n con el prop�sito de estudiar en el Conservatorio, lo que no logr� porque, sorprendentemente, no super� las pruebas de acceso.

Tras estudiar con Vincenzo Lavigna, quien le dio a conocer la m�sica italiana del pasado y la alemana de la �poca, fue nombrado maestro de m�sica de Busseto en 1836, el mismo a�o en que contrajo matrimonio con la hija de su protector, Margherita Barezzi. El �xito que en 1839 obtuvo en Mil�n su primera �pera, Oberto, conte di San Bonifacio, le procur� un contrato con el prestigioso Teatro de la Scala. Sin embargo, el fracaso de su siguiente trabajo, Un giorno di regno, y, sobre todo, la muerte de su esposa y sus dos hijos, lo sumieron en una profunda depresi�n en la que lleg� a plantearse el abandono de la carrera musical.

No lo hizo: la lectura del libreto de Nabucco le devolvi� el entusiasmo por la composici�n. La partitura, estrenada en la Scala en 1842, recibi� una acogida triunfal, no s�lo por los innegables valores de la m�sica, sino tambi�n por sus connotaciones pol�ticas, ya que, en aquella Italia oprimida y dividida de la época, el p�blico se sinti� identificado con el conflicto recreado en el drama.

Con este �xito, Verdi no s�lo consigui� su consagraci�n como compositor, sino que tambi�n se convirti� en un s�mbolo de la lucha patri�tica por la unificaci�n pol�tica del pa�s. I lombardi alla prima Crociata y Ernani participaron de las mismas caracter�sticas. Son �stos los que el compositor calific� como sus �a�os de galeras�, en los cuales, por sus compromisos con los empresarios teatrales, se vio obligado a escribir sin pausa una �pera tras otra.

Esta situaci�n empez� a cambiar a partir del estreno, en 1851, de Rigoletto, y, dos a�os m�s tarde, de Il Trovatore y La Traviata, sus primeras obras maestras. A partir de este momento compuso s�lo aquello que deseaba componer. Su producci�n decreci� en cuanto a n�mero de obras, pero aument� proporcionalmente en calidad. Y mientras sus primeras composiciones participaban de lleno de la �pera rom�ntica italiana seg�n el modelo llevado a su m�xima expresi�n por Gaetano Donizetti, las escritas en este per�odo se caracterizaron por la b�squeda de la verosimilitud dram�tica por encima de las convenciones musicales.

Aida (1871) es ilustrativa de esta tendencia, pues en ella desaparecen las cabalette, las arias se hacen m�s breves y cada vez m�s integradas en un flujo musical continuo -que no hay que confundir con el tejido sinf�nico propio del drama musical wagneriano-, y la instrumentaci�n se hace m�s cuidada. Pr�cticamente retirado a partir de este t�tulo, a�n lleg� a componer un par de �peras m�s, ambas con libretos de Arrigo Boito sobre textos de Shakespeare: Otello y Falstaff, esta �ltima una encantadora �pera c�mica compuesta cuando el m�sico frisaba ya los ochenta a�os. Fue su canto del cisne.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].