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Sylvia Plath: depresi�n, electroshock, sexo y suicidio

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Un documental reconstruye el camino de dolor, frustraci�n sexual y brutal tratamiento psiqui�trico que llev� a la escritora estadounidense al suicidio.

Im�genes incluidas en 'Dentro de la campana de cristal'.
Im�genes incluidas en 'Dentro de la campana de cristal'.

Entre La campana de cristal (publicada en 1963 en el Reino Unido con el seud�nimo de Victoria Lucas) y el suicidio hay cuatro meses en la vida, si en esas circunstancias se puede llamar as�, de Sylvia Plath. Cuatro meses en depresi�n, cuatro meses en la sombra como ella misma anunci�. �Pens� que la cosa m�s hermosa del mundo deb�a de ser la sombra, el mill�n de formas animadas y callejones sin salida de la sombra�. Ese extracto de la �nica novela de la poeta estadounidense ya anunciaba un desenlace irremediable que se consum� con la cabeza de la poeta metida en el horno.

Hoy, en 2021, cuando la salud mental se ha convertido en un debate p�blico, nadie duda de la depresi�n que sufr�a Plath pero, en la d�cada de los 50 con Estados Unidos dentro del clima conservador del mccarthismo, la soluci�n, sobre todo para las mujeres enfermas, era el manicomio y las terapias con electroshock. Son esos episodios los que la escritora expone en La campana de cristal a trav�s de Esther Greenwood, su yo ficticio.

�Cuando le� la novela, no quer�a que fuera real, deseaba que todo el sufrimiento fuera ficci�n (...) Ahora no puedo hacer otra cosa que aceptarlo y ojal� pudiera desescribirlo�. Esa es la punzada que el relato descarnado de Plath deja en su hija, Frieda Hughes, que por primera vez se expone ante las c�maras en el documental ahora estrenado por Filmin Sylvia Plath, dentro de la campana de cristal.

Frieda a�n lleva el apellido de su padre, el tambi�n poeta Ted Hughes, el marido adultero cuyo papel en la vida de Plath ha sido motivo de muchas discusiones.

Sylvia Plath, en 1953.
Sylvia Plath, en 1953.

Sylvia Plath, dentro de la campana de cristal, fue dirigida por Teresa Griffiths y narrada por la actriz Maggie Gyllenhaal. En 59 minutos, mezcla im�genes de archivo, entrevistas con expertos en la vida y la obra de Plath y pasajes que dramatizan est�ticamente algunos de los textos de la escritora. Con todos esos elementos, el documental hace una explicaci�n de la literatura y del drama de Plath basada en sus grandes temas: la enfermedad mental, el sexo, el g�nero y tambi�n el reconocimiento.

As�, es posible descubrir que las heridas de Plath no se abrieron en sus �ltimos meses de vida. Mucho antes, con ocho a�os, la muerte de Otto Plath, su padre, traumatiz� a Sylvia, cuyos compa�eros de clase la recordaban como a �la persona m�s brillante del curso� y una poeta excepcional desde su infancia.

Pero tambi�n como a una ni�a da�ada. Plath qued� en la compa��a problem�tica de su madre, que se encargaba de llevar dinero a casa, algo inusual en la �poca, para pagarle sus clases de piano o ballet.

En 1953, la escritora lleg� a Nueva York para realizar una pasant�a en la revista femenina Mademoiselle, dirigida por la editora Betsy Blackwell. Al mismo tiempo, estudiaba en el Smith College. Fue en esa �poca cuando empezaron a asomar los primeros rasgos depresivos en la vida de Plath y a quedar expresados en sus diarios. En ellos, aparecen textos cargados de contenido sexual, protagonistas ahora en el documental, en los que la poeta ya advert�a de que necesitaba �vivir� y �amar� sin compromiso pese a que la sociedad formaba a las mujeres para ser madres de familia.

�No quiero ser una chica�, lleg� a escribir en una de sus p�ginas Plath, que intent� suicidarse por primera vez en Nueva York, acorralada como mujer, limitada a escribir sobre moda y privada de su deseo sexual.

As� defini� la propia escritora su primer encuentro con un hombre desnudo en sus notas: �Lo �nico que se me vino a la cabeza fue el cuello y las mollejas de pavo, fue una decepci�n�.

El intento de suicidio de la estudiante del Smith College fue el primero pero no el �nico: cortes con cuchillas e ingestas de somn�feros aparecieron en sus d�as. Su madre ingres� a Plath en la cl�nica psiqui�trica McLean, donde llegar�a a recibir descargas el�ctricas sin anestesia. �Me pone enferma ser electrocutada�, relataba la propia autora. Pese a ello, consigui� graduarse.

Plath no lograba encajar en una ciudad donde entend�a que todo se mov�a por sexo, poder y dinero. �No tengo vida, estoy vac�a, no soy sabia ni he vivido ni le�do lo suficiente�, escribi� en una carta enviada a su amigo Eddie Cohen. Por eso, en 1955 se traslad� al Reino Unido, a estudiar en Cambridge, donde conoci� a su colega Ted Hughes, con quien se cas� un a�o despu�s.

Fue en territorio brit�nico donde Plath form� una familia con dos hijos -Frieda y Nicholas- y escribi� su �nica novela, La campana de cristal.

No fue suficiente para superar el dolor: las continuas aventuras sexuales de Hughes, el divorcio, las cr�ticas de la novela, que fueron peores de lo esperado, y la soledad de un hogar con dos hijos fueron los antecedentes de la tragedia.

El 11 de febrero de 1963, con s�lo 30 a�os, Plath dej� pan y leche preparados para sus hijos, precint� la puerta de la cocina, encendi� el gas y meti� la cabeza en el horno. �Hubo much�simas cosas importantes en su vida y creo que su final las eclipsa todas [...]. No pudo apreciar el �xito de lo que hab�a creado volcando sus sentimientos en una novela�, dice en la pel�cula su hija Frieda. Han pasado 58 a�os desde entonces.

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