Lincoln: fe y dependencia de Dios - Protestante Digital La fe de Abraham Lincoln (II)

Tras la llegada a la presidencia, Abraham Lincoln se encontró la secesión de los estados del Sur y una guerra civil abierta. Esa dura etapa reforzó su idea de predestinación y afianzó su fe en Dios."/>

Lincoln: fe y dependencia de Dios

La fe de Abraham Lincoln (II)

Tras la llegada a la presidencia, Abraham Lincoln se encontró la secesión de los estados del Sur y una guerra civil abierta. Esa dura etapa reforzó su idea de predestinación y afianzó su fe en Dios.

15 DE NOVIEMBRE DE 2008 · 23:00

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El ajustado resultado de la victoria en las presidenciales daba a Lincoln una mayoría en el Congreso, pero sus votos eran inferiores a la suma de los tres candidatos opositores. Con ese difícil equilibrio electoral, Lincoln tomó la presidencia, después de sufrir su primer atentado. Desde el Sur se oían voces discordantes y todos esperaban lo peor. El nuevo presidente se había declarado abolicionista y muchos temían que sus negocios y su forma de vida sufrieran un retroceso con la emancipación de los esclavos. De nada sirvió el discurso reconciliador del Presidente, el Sur había decido emprender su propio camino. Los estados rebeldes tomaron la iniciativa y antes de que Lincoln proclamara la emancipación de los negros, se separaron de la Unión. La reacción de Lincoln no se hizo esperar, habría guerra. El 12 de abril los Confederados atacaron Fort Sumter y las hostilidades comenzaron. Las habilidades del general Lee, en el bando rebelde, llevaron hasta el límite la capacidad de la Unión. La batalla de Gettysburg inclinó la balanza a favor de las fuerzas de Lincoln. La incorporación al ejército de la Unión del general Grant devolvió la confianza a los norteños y los Confederados comenzaron a perder batalla tras batalla. Pocos después de la toma de posesión, Abraham Lincoln compartió con sus colaboradores sus inquietudes con respecto a la Unión: “A menos que el gran Dios que ayudó a Washington esté conmigo y me preste auxilio, voy a fracasar; pero si la misma mente Omnipotente y el mismo Brazo Poderoso que lo dirigió y protegió me ayuda, no voy a fracasar…oremos para que el Dios de nuestros padres no nos abandone ahora”. Tras la batalla de Gettysburg, el general Sickles le preguntó a Lincoln: -¿Estaba usted ansioso por el resultado de la batalla? - No, en lo más difícil de la campaña, cuando todo parecían espantados y nadie podía predecir lo que iba a suceder. Fui a mi habitación cerré la puerta, me arrodillé delante de Dios Todopoderoso y oré con poder por la victoria. Le dije que era su guerra, y que nuestra causa era su causa, pero que no podríamos resistir otro Fredericksburg o Chancelorsville. Entonces hice un voto solemne al Dios Todopoderoso de que sí Él estaba con ustedes yo estaría con Él. Y después de eso, un dulce consuelo en mi alma. El 15 de julio de 1863, Lincoln pidió un día nacional de acción de gracias por la paz y la reconciliación, pero la paz tardaría todavía en llegar. El 9 de abril de 1865 la guerra fraticida terminaba, pero tras ella se creaba una división social y racial, que perduraría hasta el siglo XX. La fe de Abraham Lincoln era indudable, podemos cuestionar el conjunto de sus creencias, pero nunca su fe y dependencia de Dios. En uno de sus últimos discursos dijo: “Mi preocupación y oración es que esta nación y yo debemos estar del lado del Señor”.
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 1La fe de Abraham Lincoln 
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