Sofyan Amrabat: recuperación y creación

Sus precisas carreras de recuperación, sus incursiones para robar el balón y sus salidas letales desde la defensa fueron solo algunos de los detalles que dejó este jugador en un torneo en el que su selección firmó una actuación estelar y acabó en un sorprendente cuarto puesto. Nos referimos al motor que hace mover la maquinaria marroquí: Sofyan Amrabat.

El jugador de la Fiorentina, cedido la presente temporada en el Manchester United, es un centrocampista defensivo tridimensional que destaca en todas las fases de un partido, ya sea recuperando el balón o dirigiendo el juego. Además de estar siempre dispuesto a cumplir con sus obligaciones defensivas, no renuncia en ningún momento a atacar, movido por la vocación instintiva de avanzar. Lejos de limitarse a despejar el peligro, la pieza clave del juego marroquí trata de transformar cualquier acción defensiva en un ataque, conduciendo el balón y buscando pases directos hacia compañeros que ocupan espacios entre líneas o se desmarcan a la espalda de la defensa rival. En los siguientes vídeos se muestran diversas situaciones que ilustran la capacidad que tiene Amrabat para armar el juego inmediatamente después de recuperar la pelota.

Cuando defiende en el último tercio, Amrabat detecta rápidamente el peligro y trata de obtener una ventaja táctica. Protege las zonas centrales colocándose entre los jugadores rivales o ligeramente por detrás de ellos, con vistas a cerrarles los espacios y salir a presionarlos. Cuando el rival se interna por las bandas, se asegura de anticiparse al juego, lo que le permite hacer ayudas defensivas y cerrar posibles vías de ataque. Amrabat es aún más rápido a la hora de eliminar amenazas ofensivas: suele sorprender a sus rivales con veloces y contundentes acometidas que los hacen perder el equilibrio, porque su condición física le facilita presionar el balón con una gran autoridad.

Cuando recupera la pelota o la recibe bajo presión, su instinto futbolístico lo lleva a intentar sacar ventaja en las transiciones. Su explosividad y su sorprendente agilidad técnica le permiten convertir acciones defensivas en ataques en un abrir y cerrar de ojos, al eludir la presión rival y aprovechar los espacios que se generan en el tercio central. Reacio a jugar hacia atrás o hacia los costados, tiene la tendencia innata —un atributo que comparte con numerosos centrocampistas defensivos legendarios— de levantar la cabeza y buscar pases más directos y profundos hacia compañeros situados entre líneas u orientados para desmarcarse a la espalda de la defensa rival.

Desde el punto de vista táctico, esta cualidad tan característica de Amrabat allana el terreno para generar acciones ofensivas. El marroquí muestra tal determinación en sus incursiones en ataque, a menudo desde su propio tercio defensivo, que suele pillar desprevenidos a los equipos rivales, al tener varios jugadores por delante del balón y la línea defensiva adelantada a la altura del mediocampo. El objetivo de sus pases a la espalda es sacar partido de la escasa distancia que lo separa de dicha línea defensiva, que resulta vulnerable a las internadas. Por contra, cuando no tiene opciones de pase, conduce el balón y demora la acción para atraer a los rivales, lo que contribuye a generar espacios que sus compañeros pueden aprovechar.

Nuestro primer vídeo, en el que se muestra una secuencia de la primera parte de la prórroga del encuentro de octavos de final entre Marruecos y España en Catar 2022™, ilustra a la perfección esta cualidad tan característica de Amrabat. Las imágenes muestran su mentalidad sobre el campo, que se basa en mirar hacia delante y jugar en vertical, a la vez que resaltan su imponente despliegue físico con el balón y su acierto a la hora de encontrar la mejor solución en ataque. En este caso, la acción comienza con Amrabat como defensor más atrasado. El marroquí recibe el balón bajo presión y se gira hacia su propia área penal.

(1/6) El compañero situado en el otro extremo del área penal le indica a Amrabat (4) que retrase el balón a su guardameta, Yassine Bounou, mientras que los atacantes españoles Álvaro Morata, Carlos Soler (19), Dani Olmo y Ansu Fati se disponen a presionar, por lo que lo lógico sería decantarse por la opción más segura.

(2/6) Amrabat advierte que Morata espera que retrase el balón a Bounou, de manera que ve la oportunidad de girarse y jugar hacia delante. Con un sutil giro del tobillo derecho y un simple toque de balón, el marroquí desequilibra al español y lo deja mirando en la dirección contraria.

(3/6) Con un leve desplazamiento del balón, Amrabat convierte una acción defensiva en un ataque, a la vez que elimina a Morata de la jugada. A pesar de disponer de diez metros por delante para avanzar y de varias opciones para jugar en corto, el marroquí hace lo que haría cualquier futbolista de su calidad: levantar la cabeza y buscar pases más largos y profundos hacia posiciones adelantadas del campo.

(4/6) Mientras avanza sin bajar la cabeza, Amrabat ve la oportunidad de internarse a la espalda de los rivales que tiene a izquierda (Soler) y derecha (Olmo, 21), que permanecen totalmente ajenos a sus intenciones.

(5/6) Amrabat realiza un rápido cambio de ritmo que deja a Soler y Olmo como meros espectadores de la jugada. A la vez que se recompone, sigue avanzando con la cabeza erguida y, cuando llega a la distancia idónea, envía un balón en profundidad a su compañero Walid Cheddira, que logra desmarcarse a la espalda de la línea defensiva española.

(6/6) Amrabat envía un precioso pase medido que supera tres líneas rivales muy juntas y permite a Cheddira encarar a Unai Simón solo seis segundos después de que el prodigioso centrocampista iniciara la jugada con un leve giro de tobillo en su propio tercio defensivo.

En las siguientes imágenes, también tomadas del encuentro de octavos de final entre Marruecos y España, se muestra un aspecto algo diferente de las aptitudes de Amrabat en el juego colectivo, esta vez haciendo hincapié en la vertiente defensiva. En concreto, se ponen de manifiesto sus cualidades tácticas a la hora de asumir tareas defensivas, así como el aplomo y la tenacidad que muestra para buscar la solución óptima y avanzar jugando bajo presión. La secuencia también destaca la lectura de juego de Amrabat cuando debe buscar soluciones de pase e ilustra su capacidad para tomar decisiones en función de la información que va recopilando. Al inicio de la acción, Amrabat ejerce de «escudo» delante de su línea defensiva, acosado por el trío de atacantes españoles.

(1/7) A medida que Pedri avanza hacia él con el balón, Amrabat retrasa su posición con respecto a los rivales que tiene a izquierda (Soler, 19) y derecha (Ansu Fati), lo que le deja en una situación franca para presionar o interceptar un posible pase a cualquiera de los dos jugadores.

(2/7) Amrabat intuye que Pedri va a jugar con Soler, por lo que se adelanta y acude a presionar el balón.

(3/7) La viveza y la buena condición física de Amrabat le permiten arrebatar la pelota a Soler. Concentrado en transformar las acciones defensivas en ataques, el marroquí aprovecha su enorme fortaleza para zafarse del atacante español y girarse hacia delante para salir con el balón.

(4/7) Ante la presión de Soler y Pedri, la capacidad de Amrabat para pensar con rapidez y su habilidoso juego de pies le permiten ganar unos palmos de terreno.

(5/7) Tras crear algo de espacio a la derecha, Amrabat descarta la opción de enviar un sencillo pase directo al compañero situado a diez metros.

(6/7) Una vez desechada la opción más lógica, Amrabat ejecuta un atrevido giro con el que desequilibra al tenaz Soler y lo deja mirando en la dirección contraria. A continuación, se desplaza hacia la izquierda en busca de una solución para avanzar.

(7/7) Tras ajustar rápidamente su posición, un sencillo pase a Abde Ezzalzouli acaba convirtiéndose en una ocasión de gol. Cabe destacar que, en el momento en que Amrabat envía el balón a Ezzalzouli, el jugador marroquí situado en el extremo derecho de la imagen, Hakim Ziyech, acaba de incorporarse tras haberse ido al suelo al inicio de la jugada. Esta circunstancia sirve para explicar la decisión de Amrabat de cambiar el juego hacia la izquierda y destaca su capacidad para ver más allá de la primera línea de pase, a pesar de encontrarse bajo una intensa presión y sin apenas espacio.

Nuestro tercer vídeo, extraído de una secuencia registrada en el minuto 6 del tiempo añadido del partido de cuartos de final que enfrentó a Marruecos con Portugal en Catar, es un magnífico ejemplo de la potencia que exhibe Amrabat en las transiciones. Además, muestra su olfato futbolístico y su gran condición física, que le permiten desbaratar el intento del rival de internarse por la banda izquierda. Las imágenes también muestran su instinto y determinación para avanzar con potencia desde posiciones defensivas retrasadas, a fin de influir en el juego mediante pases en profundidad. La secuencia comienza con un despeje de cabeza de un defensor marroquí hacia la línea divisoria. Amrabat es el primer jugador que reacciona a la siguiente fase.

(1/7) Al ver que el balón se dirige por alto hacia un rival, Amrabat intuye que este va a cedérselo de cabeza a Rafael Leão en la banda izquierda, por lo que desvía ligeramente su trayectoria en carrera para vigilar cualquier intento de internada por la banda.

(2/7) Amrabat intuye que Leão va a adelantarse el balón para tratar de superar en carrera a Achraf Hakim, por lo que, en lugar de caer en la tentación de intervenir, los sobrepasa a fin de hacer la cobertura defensiva en caso de que el portugués deje atrás a su compañero.

(3/7) Amrabat (4) logra llegar primero al balón y aprovecha su fortaleza para protegerlo de Leão con el cuerpo orientado hacia su propia portería. Casi simultáneamente, se gira para salir jugando con la pelota y convertir una acción defensiva en un ataque.

(4/7) Amrabat avanza con potencia y determinación por el interior, descartando opciones de pase conservadoras y tratando de buscar un juego más vertical.

(5/7) Al ver la oportunidad de enviar un pase directo a un compañero, Amrabat se cuela entre dos jugadores portugueses y demora hábilmente la acción, con lo que atrae a un defensor y lo aleja del compañero, a fin de generar espacio para el pase.

(6/7) Presionado por varios rivales, Amrabat muestra una enorme serenidad para esquivar una entrada a ras de suelo y enviar un sutil pase con el exterior del pie derecho al espacio generado para que avance su compañero.

(7/7) La acción individual de Amrabat brinda a Marruecos una fantástica oportunidad de aprovechar que los portugueses tienen la línea defensiva adelantada, pero, por desgracia, el pase en profundidad de su compañero no es del todo bueno y la jugada queda en nada.

Nuestra última secuencia pertenece a los instantes finales de la segunda mitad del último partido de la fase de grupos de Marruecos en tierras cataríes, en el que se vio las caras con Canadá. En ella se muestra la cualidad más característica de Amrabat en todo su esplendor y se ilustra la velocidad con la que tapa las zonas centrales del campo y obliga al rival a ceder la posesión. Las siguientes imágenes también realzan la mentalidad del marroquí sobre el terreno de juego, al aprovechar una transición en la que sorprende al rival en una posición adelantada del campo. Asimismo, vemos de primera mano cómo saca partido a su considerable potencia para generar un espacio que pueda aprovechar un compañero. Al inicio de la acción, Amrabat se encuentra entre el semicírculo y el borde derecho de su propia área penal, donde intuye un pase en diagonal a Alphonso Davies.

(1/7) Cuando el jugador canadiense con la posesión del balón, Alistair Johnston, avanza hacia dentro, Amrabat ya está en movimiento con la cabeza levantada y atento a posibles pases por el interior, a fin de presionar la pelota.

(2/7) Cuando el pase sale hacia Davies, la incisiva presión y la intensidad de Amrabat provocan que el delantero pierda el control del balón y el equilibrio.

(3/7) Aunque el balón cambia varias veces de dueño, Amrabat acaba interviniendo para tomarlo de un compañero y salir corriendo hacia adelante en busca de opciones de ataque.

(4/7) Perseguido por varios jugadores canadienses, Amrabat trata de progresar con el balón. Al ver que un defensor tapa un posible desmarque a la espalda de un compañero, no cae en la tentación de dar el pase y sigue avanzando.

(5/7) Amrabat vuelve a adelantarse el balón con el objetivo de acelerar el contraataque y atraer al defensor para alejarlo de su compañero. El defensor canadiense ve la oportunidad de recuperar el balón y cambia el paso, lo que allana el terreno para que Amrabat dé por fin el pase que había demorado en un primer momento.

(6/7) Amrabat estira la pierna derecha para contactar con el balón justo antes que el defensor y pasa la pelota a su compañero. Tanto si la acción responde a un ingenioso recurso como si se debe a haber golpeado el balón con demasiada fuerza, la enorme confianza que tiene Amrabat en su capacidad física le permite ser el primero en llegar a la pelota.

(7/7) La excelente acción individual de Amrabat abre un enorme espacio a su compañero y le brinda la oportunidad de encarar la portería.

La doble función de Amrabat como baluarte defensivo y armador de juego ofrece la combinación perfecta de destrucción y creatividad. Su agilidad táctica y su gran capacidad para reconocer posibles amenazas le permiten colocarse constantemente en el lugar adecuado en el momento idóneo, con el fin de aprovechar su imponente condición física para arrebatar el balón a los rivales y lanzar decididas incursiones en campo contrario. La potencia y fluidez con la que el marroquí pasa de la recuperación a la creación en un solo movimiento es un deleite para la vista. Cabe destacar su capacidad para iniciar transiciones desde su propio campo con vistas a sacar partido de la línea defensiva adelantada del rival y para aprovechar los espacios que dejan desprotegidos los adversarios que se encuentran por delante del balón. Amrabat emana serenidad y un individualismo incontenible, sin perder de vista en ningún momento el fin común. Ya sea superando las líneas rivales mediante incisivos pases directos o demorando la acción para atraer a los contrincantes, este hábil y talentoso centrocampista trata constantemente de desbaratar el planteamiento defensivo del adversario y generar ventajas estratégicas para su equipo.