Monumento a la Paz de los Niños

El monumento a la Paz de los niños fue alzado en la memoria de Sadako; una chica que falleció a causa de la radiación recibida del lanzamiento de la bomba atómica.

La niña tenía dos años cuando cayó la bomba sobre la ciudad, y creció sin ninguna secuela. Diez años más tarde, al llegar a los doce, la niña enfermó de repente. Al momento, le fue diagnosticada una leucemia severa. Sadako creyó que si doblaba 1000 grullas de papel, símbolo japonés de la larga vida y la felicidad, conseguiría curarse de la enfermedad. Pero antes de poder terminarlas, la leucemia agravó, llevándose la vida de la niña.

Sus amigos decidieron terminar las 1000 grullas en su memoria. Además, empezaron a recaudar fondos para alzar un monumento en su honor, y como recuerdo a todos los niños y niñas fallecidos debido a la radiación.

Más de 3000 escuelas de todo el país enviaron dinero para colaborar con el proyecto. En 1958, dos años después de fallecer Sadako, se inauguró el monumento.

La memoria de los escolares, hoy en día

Hoy en día, escolares de todo el país se acercan al monumento a recordar la historia de Hiroshima. Los jóvenes se juntan para rezar y a donar miles de grullas de origami, que llenan de vivos colores la zona del memorial.

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