Siempre hay un mañana

Clifford Groves es un fabricante de juguetes, cansado de su vida familiar, que siente que no es apreciado en su hogar. Sólo y deprimido, Clifford revive una historia de amor con una antigua novia a la que amó 20 años atrás. Pero su hijo, que sospecha del comportamiento de su padre, empieza a espiarle.

Un melodrama dirigido por Douglas Sirk, considerado el maestro de este género gracias a títulos como "Sólo el cielo lo sabe", "Escrito sobre el viento" o "Imitación a la vida". La película se basa en la novela del mismo nombre de Ursula Parrott, que ya fue llevada a la gran pantalla en 1934 por Edward Sloman.