Dirección: Daniel Calparsoro
Reparto: Antonia San Juan, Gustavo Salmerón, Juan Diego Botto, Najwa Nimri, Alfredo Villa, Rubén Ochandiano
Título en V.O: Asfalto
Nacionalidad: España, España Año: 1999 Duración: 90 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Santiago Tabernero, Daniel Calparsoro Fotografía: Josep Maria Civit Música: Nacho Mastretta
Sinopsis: Lucía (Najwa Nimri), Chino (Gustavo Salmerón) y Charly (Juan Diego Botto), que han sido amigos desde la infancia, han desarrollado con los años una especie de amor a tres bandas. Viven atrapados en los márgenes periféricos de la gran ciudad, sobreviviendo con robos. Para ellos la emoción de la vida está en el riesgo. Los tres reconocen el amor que les une como algo inevitable.

Crítica

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Una imagen: Juan Diego Botto, Najwa Nimri y Gustavo Salmerón, ensangrentados, rotos, desgarrados por dentro y por fuera, y tremendamente hermosos, avanzando a duras penas por una calle de Madrid. El cine está hecho de imágenes así. Violentas, míticas, ferozmente eróticas. Daniel Calparsoro es uno de los raros directores españoles que posee un universo propio. Un sentido de la estética y del mundo. Tan personal que solo puede ser universal.Asfalto es la última entrega, y la mejor desde Salto al vacío, del largo poema épico de Calparsoro. De su oda interminable a Najwa Nimri en sus múltiples encarnaciones kármicas. Polar que recuerda las viejas películas francesas, viriles y sensualistas, de Alain Delon; film noire euro y decadente de forma quizá inconsciente, Asfalto es una fantasía heroica urbana cuyo poder reside no solo en su violencia formal, sino también en la violencia de sus cuerpos desnudos, de sus gestos, de sus rostros. Botto, Nimri y Salmerón son encarnaciones perfectas de un triángulo épico imposible, de un sueño intensamente homoerótico y pansexual que desafía la razón, pero que sucumbe ante la impotencia y la heroicidad viril de un monolítico mundo de lealtades y virtudes guerreras.Calparsoro proyecta un sombrío mundo interior, un tejido de fantasmas sexuales de estridente violencia, que quizá no sea para todos los gustos. Pero eso es el arte: fantasmas encarnados en cuerpos perfectos, en imágenes perfectas. Asfalto no pide una crítica de cine, sino un acto de amor. No pide ser comentada a la salida del cine en un café, sino que nos la follemos en casa, a solas, en nuestra sala de proyección privada: en nuestros sueños.Lo mejor: el trío protagonista. Lo peor: que hay menos sexo del que debería.