Biografia de Rouben Mamoulian

Rouben Mamoulian

(Tbilisi, 1898 - Los �ngeles, 1987) Director de cine norteamericano. Las pel�culas dirigidas por Rouben Mamoulian muestran a las claras el esp�ritu inquieto que siempre le caracteriz� como individuo al mezclar su culto bagaje intelectual con un enorme entusiasmo por las nuevas tecnolog�as, sin que se resintiera por ello la voluntad de conectar con el p�blico mayoritario. Muchos de sus populares largometrajes se han convertido de hecho en aut�nticos cl�sicos insuperables del cine de aventuras, el melodrama y el musical, adem�s de referentes a la hora de abordar aspectos industriales como la fotograf�a en color o el sonido.

La esmerada educaci�n recibida durante su adolescencia result� en ese sentido crucial para configurar su personalidad: un padre banquero y una madre entusiasta del teatro (llegar�a de hecho a presidir la Sociedad Dram�tica de Tiflis) le formaron en el rigor disciplinario y la creatividad desbordante. Por eso, tras estudiar el bachillerato en Par�s y cursar la carrera de Derecho en la Universidad de Londres, no result� extra�o que dejara a un lado la voluntad paterna de verle convertido en juez para ingresar en la prestigiosa Escuela de Arte Dram�tico de Mosc�, que ten�a como principal cabeza visible al m�tico Konstantin Stanislavski.

En 1920 dio el salto a Inglaterra, donde comenz� a dirigir diversos montajes de �xito que a su vez le abrir�an tres a�os despu�s las puertas de los Estados Unidos al ser contratado por el presidente de la casa Kodak, George Eastman, para dirigir su compa��a de teatro en Rochester. Su actividad esc�nica entre 1923 y 1926, con desbordantes �xitos incluso en Broadway (como el que le proporcion� Porgy), llam� la atenci�n de la Paramount, que andaba reclutando directores con indudables aptitudes para el di�logo y dispuestos a afrontar la delicada transici�n del cine mudo al sonoro.

Rouben Mamoulian destac� pronto, desde su mismo debut, como un realizador moderno y poco dado a contemporizar con el orden establecido. As�, aunque sus conocimientos de t�cnica eran muy limitados todav�a, en Aplauso (1929) intuy� que la c�mara deb�a recuperar su antigua movilidad (perdida durante los primeros a�os del sonoro por las limitaciones t�cnicas) mediante la disociaci�n radical entre el registro sonoro y la toma de im�genes. A ello le sumar� la mezcla de sonidos (por ejemplo, m�sica y di�logo) procedentes de dos pistas, a fin de mejorar la calidad ac�stica del conjunto y lograr sorprendentes efectos que ser�an muy bien recibidos por los espectadores.

Las calles de la ciudad (1931), seg�n la obra literaria de Dashiell Hammett, acabar� siendo por su parte una inusual pel�cula de g�ngsters donde Mamoulian jug� con el recurso teatral del mon�logo interior, algo ins�lito en cine pero que pronto fue aceptado como recurso narrativo. Lanzado a la cumbre del estrellato como director puso entonces en marcha El hombre y el monstruo (1931), donde desarroll� los filtros de color como elemento para lograr efectos especiales en la fotograf�a de blanco y negro, caso de la conversi�n en un plano fijo del Doctor Jekyll en el malvado Hyde. La intensa emoci�n y sensualidad de sus im�genes, as� como las magn�ficas interpretaciones de Fredric March y Miriam Hopkins, contribuyeron tambi�n poderosamente a hacer de esta pel�cula una obra maestra del cine de terror.

�mame esta noche (1932) cerr� la primera parte de su carrera con un nuevo experimento audiovisual: el intento de sincronizar imagen y sonido de acuerdo a ritmos musicales predeterminados. Sin embargo, en 1933 decidi� otorgarse un leve respiro en sus experimentaciones formales para dirigir a Marlene Dietrich en El cantar de los cantares y a Greta Garbo en La reina Cristina de Suecia.

Las dos divas m�s grandes del firmamento cinematogr�fico encontraron en Mamoulian al realizador id�neo para sacar de ellas excelentes interpretaciones, especialmente en lo que respecta a la contenci�n de los gestos y a cierta inexpresividad ambigua que encuentra su m�xima expresi�n en el plano final de La Reina Cristina de Suecia, con Greta Garbo encarando dignamente y sin aspavientos una tragedia sentimental.

La feria de la vanidad (1935) fue tambi�n un nuevo reto, ya que se trataba de la primera experiencia de Mamoulian con el Technicolor. El director se convirti� a ra�z de dicha experiencia en uno de los m�s notables te�ricos sobre el uso expresivo del color, y sus indagaciones continuaron en Sangre y arena (1941), seg�n la novela de Vicente Blasco Ib��ez. No obstante, desde mediados de los treinta el teatro volvi� a reclamarle como uno de sus grandes directores, por lo que Hollywood y Broadway comenzaron a alternarse en sus realizaciones.

En los dos terrenos sigui� obteniendo estruendosos �xitos, aunque poco a poco fue decant�ndose por el teatro. De ah� que La bella de Mosc� (1957), musical protagonizado por Cyd Charisse y Fred Astaire, cerrase de manera magistral su relaci�n con el cine: al uso del sonido estereof�nico y del color le a�adi� la utilizaci�n de la danza para mostrar el avance en la historia de amor de los protagonistas. Instalado en esa posici�n privilegiada, no titube� posteriormente ni un momento en abandonar los posteriores rodajes de Porgy and Bess (terminada por Otto Preminger) y de la superproducci�n Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963), por fuertes desavenencias con los productores.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].