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Crítica de “Aire”, de Arturo Castro Godoy, con Julieta Zylberberg
Estrenada el 01-11-2018
Publicada el 01-11-2018
De la comedia al drama en 14 días (de All inclusive a este tour-de-force actoral), Zylberberg se carga la película con el vía crucis de una madre que busca reencontrarse con su hijo por las calles de Santa Fe.
Aire (Argentina/2018). Guión y dirección: Arturo Castro Godoy. Elenco: Julieta Zylberberg, Carlos Belloso, María Onetto y Ceferino Rodríguez Ibáñez. Fotografía: Hugo Colace. Música: Pablo Borghi. Edición: Eliane D. Katz. Dirección de arte: Sebastián Rosés. Sonido: Jesica Suarez. Distribuidora: 3C Films . Duración: 69 minutos. Apta para mayores de 13 años. Salas: 4 - Gaumont (Rivadavia 1635), a las 15.15 y 19; Hoyts Abasto; Showcase Haedo y América de Santa Fe.
El guionista y director venezolano -radicado en Santa Fe- Arturo Castro Godoy ya había demostrado su capacidad como narrador en Silencio y ahora ratifica sus condiciones en esta intensa historia ambientada en su ciudad de adopción que tiene como protagonista a Lucía (Julieta Zylberberg), madre soltera de un niño con Asperger.
Tras exponer brevemente la cotidianeidad de esa relación madre-hijo, Lucía deja a Mateo (Ceferino Rodríguez Ibáñez) en la escuela y va a su precario trabajo como cajera de un supermercado (ni siquiera tiene un contrato firmado). Al rato la llaman del colegio para informarle que el niño ha sufrido un accidente y ha sido trasladado de urgencia a un hospital.
Con una apuesta que recuerda a Después de hora, de Martin Scorsese; o Un día de furia, de Joel Schumacher; todo lo que puede salir mal, resulta peor: el niño es derivado a hospitales cada vez más lejanos, ella se queda sin dinero, hay manifestaciones y piquetes que tornan imposible el tráfico y así. La cámara pegada a Lucía remite al cine de los hermanos Dardenne y nos lleva a acompañar siempre el punto de vista de nuestra heroína, que para colmo de males es asmática y se va quedando sin fuerzas.
La narración está concentrada en poco más de una hora y, si bien esa decisión le otorga el film una necesaria tensión (Zylberberg, a quien hace un par de semanas vimos en la comedia All inclusive, logra transmitir toda la angustia y la frustración de esa madre al borde de un ataque de nervios), también limita el desarrollo de ciertos conflictos, como el que ella mantiene con su madre Carmen (María Onetto). Más allá de ese u otros reparos, se trata de un noble y logrado relato construido en y desde el interior del país.
(Esta reseña se publicó en el diario La Nación del 1º/10/2018)
Y todo se lo debemos a la maravillosa mujer y actriz que es Julieta Zylberberg que es capaz de cargar sobre su trabajo toda la fascinación y complejidad emocional de un relato cinematográfico.
Con una cámara pegada al personaje permanentemente, en su complicada llegada al hijo en situación fortuita, va dejando en el espectador una creciente tensión y zozobra que se eleva por sobre la sensación de acumulación de infortunios: en ese sentido creo que la credibilidad emocional supera a la de Marion Cotillard en manos de los Dardenne (Dos dias, una noche).
La entrega a la obra es tan absoluta que se corre el riesgo de olvidar la exacta narración y ritmo que le imprime el director a todo el relato de inhumanidad al paso que envuelve la cotidianeidad de una ciudad, con hijos menores, trámites a realizar, transporte público etc.
En otros momentos vaticiné premios a la actuación para Erica Rivas, Sofia Gala, Loren Acuña, Yamila Avila, la misma Julieta. Espero que esta vez tampoco me equivoque.... se lo merece nuestra mejor actriz argentina
Tengo un pequeño comentario sobre unas escenas, pero como soy una de Las Cinéphilas, me permito cualquier cosa.
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Logra los momentos tan tensos que me faltó el AIRE