�� Creo que va a girar en torno al �nico tema que existe en Inglaterra�Las clases.� Aunque las cosas est�n cambiando, hasta hace pocos a�os no eran frecuentes las novelas en las que los personajes principales fueran gente de barrio, y menos a�n aquellas en las que esas gentes eran tratadas sin condescendencia, idealiz�ndolas o compadeci�ndolas. Kureishi no comete tal pecado y, junto a la denuncia del racismo y el clasismo de la Inglaterra de los a�os setenta, no falta el reproche a las propias v�ctimas, indios musulmanes en este caso, por asumir en buena parte esos mismos discursos, tal como hace aqu� Changuez, uno de los personajes, por otra parte, m�s entra�ables de la historia: �Tienen alma, eso es verdad, pero la raz�n por la cual existe este racismo tan malsano es porque son sucios, vulgares y maleducados. Y luego llevan ropa que para los ingleses resulta extra��sima, turbantes y dem�s. �Si de verdad quieren que les acepten tendr�an que adoptar las costumbres de los ingleses y olvidarse de sus cochambrosos pueblecitos! Tienen que decidir si quieren quedarse aqu� o all�.� M�s all� de la incorrecci�n pol�tica, que el autor reparte a diestro y siniestro, el siguiente gran punto de la novela es su humor. �El buda de los suburbios� es una novela epis�dica repleta de juguetonas escenas en las que se retuercen hasta la parodia los estereotipos que ambos bandos, abor�genes y for�neos, tienen los unos sobre los otros. Un humor lleno de esa iron�a que, como dec�a Robert Walser, �es tambi�n el rodeo de un dolor�. �� cuando la gente me escup�a, yo pr�cticamente les daba las gracias por no hacerme tragar el musgo que crece entre los baldosines de la acera.� Pero como dice la cita con la que empiezo el comentario, el racismo es solo una parte de ese gran tema de Inglaterra y de la novela: las clases sociales y como cada una observa y concibe a las otras. �Yo quer�a contarle que el proletariado de los suburbios ten�a una conciencia de clase muy fuerte, de una virulencia cargada de odio, pero que s�lo iba dirigida contra la gente que estaba por debajo de ellos.� Qu� gran frase y qu� cierta, ahora igual que siempre. Nuestro joven protagonista, Karim, emigrante de segunda generaci�n, aunque odiaba la falta de igualdad que le dificultaba las cosas, no era la justicia social lo que ambicionaba, solo escapar de los barrios pobres, �alcohol, sexo a manta, gente interesante y drogas�, formar parte de esa �lite privilegiada a la que se admiraba y se le perdonaba cualquier cosa, aunque para ello tuviera que plegarse a todo aquello que se espera de un ex�tico extranjero. Hab�a tenido un ejemplo muy cercano, su padre, el buda de los suburbios, que hab�a sabido sacar buen provecho de los t�picos de la espiritualidad india entre esas cr�dulas almas blancas en busca del sentido de la vida. Eran los setenta, el inicio del punk, la m�sica del no future que expresaba el nihilismo, el desencanto y la falta de motivaci�n de una generaci�n que se aburr�a �repantigados en colchones de casas medio en ruinas�, pero que tampoco quer�a ser como la generaci�n anterior y gastar su vida �trabajando en el engranaje del sistema�. �Londres ten�a un sonido propio, el de la gente que tocaba los bongos en Hyde Parle, pero tambi�n el de los teclados de �Light My Fire� de los Doors. Hab�a j�venes que llevaban capas de terciopelo y viv�an una vida libre y centenares de negros por todas partes, as� que no iba a sentirme como un bicho raro; hab�a librer�as con montones de revistas impresas sin caracteres en may�scula y sin el engorro burgu�s de los puntos; tiendas que vend�an todos los discos que uno pudiera desear; fiestas con chicas y chicos a los que no conoc�as y que te llevaban arriba para acostarse contigo; todo tipo de drogas. Ya veis, no le ped�a demasiado a la vida; hasta ah� llegaban mis aspiraciones. Cuando menos, mis metas eran claras y sab�a lo que quer�a. Ten�a veinte a�os y estaba dispuesto a todo.� Karim protagoniza desde el suburbio su particular �bildungsroman� deslumbrado por toda esa gente interesante, los artistas e intelectuales capaces de hablar �sin esfuerzo aparente de arte, teatro, arquitectura, viajes�, de desenvolverse en varios idiomas, mientras que en su barrio ellos se sent�an �orgullosos de no saber m�s que los nombres de los jugadores de f�tbol o el de los integrantes de los grupos de rock y toda la letra de �I am the Walrus�, hasta descubrir lo poco que hab�a en ocasiones tras esa fachada de �clase, cultura y dinero�: �El mundo arde en llamas y lo �nico que saben hacer es arreglarse las cejas. Lo m�ximo que se les ocurre es llevar al escenario ese mundo en llamas. Ni siquiera se les pasa por la cabeza sofocar el incendio.� Karim se �hab�a ido descubriendo a s� mismo a trav�s de todo cuanto hab�a ido rechazando�, hasta darse cuenta de lo lejos que estaba de su gente sin haberse acercado lo suficiente a ese nuevo c�rculo al que aspiraba. �Me sent�a avergonzado y vac�o al mismo tiempo, como si me faltara la mitad del cuerpo, como si hubiera estado conspirando con mis enemigos, esos blancos que quer�an que los indios fueran como ellos.� En definitiva y parafraseando a uno de los personajes: tenemos diferencia de clases, de razas, sexo y farsa �qu� m�s se puede pedir a unas horas de ocio lector? + Leer m�s |