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Bañada por aguas del Báltico y del mar del Norte, la región alemana de Schleswig-Holstein, en la frontera con Dinamarca, invita al viajero a ponerse en la piel de los antiguos vikingos que se asentaron en estas tierras para volver al pasado y disfrutar de sus encantos, que no son pocos. Y es que la Costa Norte de Alemania tiene el encanto de una bella desconocida: mil kilómetros de playa y ciudades llenas de historia.

Schleswig-Holstein es uno de los estados federales más importantes del país alemán, así como uno de los más extensos, geográficamente hablando: más de 15.000 kilómetros cuadrados. En el siglo XVI el poder de Dinamarca sobre esta región era notable, pues los señores de estas tierras, los duques de Gottorf, eran vasallos de los reyes escandinavos.

Precisamente, en Schleswig, el castillo de los Gottorf merece una visita pausada. Hoy día, la fortaleza alberga el Museo de Arte y Cultura de Historia del Estado y el Museo Arqueológico del Estado. Un billete al pasado que no defraudará al viajero.

Con el paso del tiempo y las guerras acaecidas a lo largo del siglo XIX, Schleswig-Holstein fue anexionada al Reino de Prusia. La Segunda Guerra de Schleswig terminó el 30 de octubre de 1864, cuando el Tratado de Viena formalizó la cesión de Dinamarca de los ducados de Schleswig, Holstein y Sajonia-Lauenburgo a Prusia y Austria.

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Schleswig-Holstein está bañada por aguas del Báltico y del mar del Norte. /Lars Christiansen

Lübeck: patrimonio de la Humanidad

Una de las ciudades con mayor encanto de la Costa Norte alemana es Lübeck. Situada en el estado de Schleswig- Holstein, tiene un casco antiguo que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Su ambiente medieval inspira la imaginación del viajero, que se topa en su camino con ríos y calles de menudo tamaño.

La arquitectura que envuelve el urbanismo delata su noble pasado: destaca el Holstentor, la entrada a la urbe de ladrillo rojo y antiguo símbolo de poder, o el Ayuntamiento de ladrillo negro gótico.

Si por algo sobresale Lübeck, es por su oferta cultural: amplia y variada. Cuenta con más de una veintena de museos y galerías de arte, teatro, ópera y un sinfín de actividades más. Durante el Medievo, Lübeck fue capital de la Liga Hanseática, un enclave estratégico en el comercio del norte de Europa.

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La Costa Norte de Alemania tiene el encanto de una bella desconocida./ Sascha Egerland

A este respecto, un escenario que el viajero no debe dejar de visitar es el Museo de la Hansa, con huellas del pasado hanseático de la Costa Norte de Alemania. Una galería expositiva que abrió en 2015 en el antiguo monasterio castillo de Lübeck y que muestra, a través de paneles, dioramas, piezas y figuras en tamaño real la vida de los gremios que dominaron el comercio en esta zona durante la Edad Media.

Kiel: una ciudad abierta al mar

La capital de Schleswig-Hosltein es Kiel, una urbe que transformó su fisonomía tras la conclusión de la II Guerra Mundial, donde quedó destruida. Rodeada de costas y agua, quien visita esta zona se topa con un paraíso familiar para los amantes de la naturaleza.

Kiel es una población con un ambiente estudiantil y, sobre todo, abierta, muy abierta al mar. De entre todos los eventos que se organizan en esta población, Kiel tiene un gran reclamo turístico en la Semana Grande de Vela, un acontecimiento que atrae el interés de miles de aficionados por esta disciplina deportiva. A destacar la Dänische Strase, la zona más prestigiosa de Kiel, con sus edificios del último tercio del siglo XIX llenos de encanto marítimo.

Declarado Patrimonio de la humanidad por la Unesco, el Mar de Wadden (que pertenece a tres países, entre ellos Alemania) es otra visita obligada en la Costa Norte germana. Curioso su fenómeno: al tratarse del mayor sistema de bajos de arena del planeta, cada vez que la marea retrocede, cientos de kilómetros cuadrados de fondos marinos quedan al descubierto.

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Holstentor es la entrada a la antigua Lübeck de ladrillo rojo./ LTM-Borowiakziehe

Rutas de interés

Pero aún hay más: existen dos rutas de exuberante naturaleza donde el viajero puede seguir los pasos de los vikingos y frisios a través de Schleswig-Holstein; la que une St. Peter-Ording en el Mar del Norte hasta Maasholm en el mar Báltico.

Son itinerarios que combinan llanuras aluviales, regiones con fiordos, pueblos de película, tumbas megalíticas y localidades con mucho encanto. Se recorre el paisaje fluvial más grande de Schleswig-Holstein: las tierras bajas de Eider, Treene y Sorge. Una verdadera experiencia para los sentidos.

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La Costa Norte alemana combina llanuras aluviales, regiones con fiordos, y localidades con mucho encanto./ TA.SH Peter Lühr

El avión es un medio de transporte que hay que tener en cuenta para desplazarse dentro de Schleswig-Holstein. Son unos cuantos los buscadores de Internet que permiten encontrar vuelos low cost y que conectan las principales ciudades españoles con este destino del norte de Alemania. Compañías como Ryanair, Vueling o KLM ofrecen vuelos a interesantes precios desde Madrid y Barcelona.

La época más aconsejable para visitar Schleswig-Holstein es verano. La temperatura es muy agradable, ya que ronda los 20 grados. En invierno hace bastante frío y si se va, hay que hacerlo muy abrigado. Aún así, la Costa Norte de Alemania merece mucho la pena. Ven a pasar tus vacaciones a Schleswig-Holstein. Te está esperando.

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