Esculturas barrocas españolas

Antes de entrar de lleno en conocer las esculturas barrocas españolas más destacadas es importante que conozcamos las características artísticas de este movimiento cultural. A continuación, te dejamos un repaso de las características de la escultura barroca española más importantes:

• La escultura barroca española data de la primera mitad del siglo XVII, destacándose en este primer momento la escuela castellana, mientras que será la escuela andaluza la que destaque durante la segunda mitad del siglo.
• Ya en el Barroco pleno, en los momentos finales de ese siglo, el foco se trasladó a la zona de Andalucía y Levante.
• También se constata la existencia de un primer momento de más sencillez expresiva, para pasar a un mayor dinamismo y teatralidad a partir de la segunda mitad del XVII.
• Dentro del tipo de esculturas, la figura principal es la Virgen en su juventud o como madre sufriente. Una escultura mariológica, en la que también se dan representaciones de imágenes de Cristo como hombre que sufre, siendo uno de los temas más representados el tema de la Pasión, a ellos se suman esculturas de ángeles y santos.
• La escultura es de bulto redondo, en madera policromada. Unas figuras realistas en las que se emplean postizos de pelo, telas para hacer los ropajes y ojos de cristal.
• En los retablos aparecen tanto figuras exentas como bajorrelieves, realizándose también pasos procesionales de Semana Santa y bajorrelieves en las sillerías del coro.
• El material más empleado es la madera, abandonándose la técnica del estofado y policromándose. También se cubría la madera con pan de oro para aportar luminosidad a la pintura que se aplicaba.
• Otros materiales que se emplearon fueron el mármol y la piedra, especialmente para sepulcros, y el bronce quedará como material para la escultura cortesana.

Imagen: Tom Historia del arte

El arte barroco en España contó con la Escuela de Valladolid se caracterizó por el realismo intenso de su escultura religiosa, esculturas en las que se muestra dolor y patetismo. El máximo representante fue el escultor Gregorio Fernández (1576 -1636).

Este escultor se caracteriza por la perfección anatómica de los cuerpos, la suavidad de la piel y la tensión de los músculos. Se destacó por sus policromías. Entre sus obras:

• Cristo de la Luz. Una talla perfecta desde el punto de vista anatómico, además de reflejar el sufrimiento del Cristo. Sin duda, una de las mejores esculturas barrocas españolas.
• La Piedad (1610-1612), Iglesia del Carmen (Burgos). Primera «piedad» conocida de Gregorio Fernández, obra de clara influencia manierista. Es un altísimo relieve de gran tamaño realizado en madera policromada.
• Cristo yacente de la iglesia de San Miguel y San Julián de Valladolid, obra fechada en torno a 1634, de bulto redondo, de gran detalle y patetismo, tallada íntegramente, siendo posible ver el velo del paladar. Está sobre un diván en una de las capillas de la iglesia, a cuyos pies descansan la corona de espinas, trenzada en espino, y los tres clavos, sobre sendos cojines.

En la Escuela Andaluza, las esculturas son más serenas, con un realismo más clásico y con predominio de la técnica del estofado. Entre los creadores se destacan Martínez Montañés y Juan de Mesa, ambos en Sevilla, y Alonso Cano y Pedro de Mena en Granada.

Obras de Martínez Montañés (1568 -1649)

• El Cristo de la Clemencia. Este es uno de los temas más tratados por Martínez Montañés, destacándose el de la Clemencia, conservado en la catedral de Sevilla, y que constituye una de las cumbres del arte de este imaginero. Esta imagen es más conocida como Cristo de los Cálices, por haber estado en la sacristía de ese nombre de la catedral.
• La Inmaculada. En 1631 termina el retablo de las capillas de la Inmaculada en la catedral sevillana, destacándose la figura central de la Inmaculada, popularmente conocida como «la Cieguecita», además de las imágenes de san Juan Bautista al estilo de Donatello y la de san Gregorio. La escultura de la Inmaculada tiene abundancia de ropajes, con la cabeza y manos; ladeadas.

Obras de Juan de Mesa (1583- 1627)

El Jesús del Gran Poder. Esta escultura es ejemplo del barroco realista, una escultura que mide 1,81 metros de altura y está realizada en madera de cedro. Es una obra de la primera fase del Barroco y queda patente en el dramatismo y la tosquedad de algunos elementos como la corona de espinas o la intensidad del rostro.

Obras de Alonso Cano (1601-1667)

• La Inmaculada de la Catedral de Granada. Obra realizada en 1655 en madera policromada de unos 50 cm de altura, obra e gran finura y virtuosismo.
• Virgen de la Oliva
• Retablo de Lebrija

Obras de Pedro de Mena (1628 - 1688)

• Representación de María Magdalena. La Magdalena de Mena es una mujer joven, que muestra un gran sentimiento con la mirada triste y una gran cabellera que le cae sobre los hombros. El dramatismo se aprecia en la mano derecha abierta sobre su pecho y el crucifijo que sostiene en la mano izquierda. Es una pieza de gran realismo que trasmite un sentimiento místico y espiritual.
• San Francisco de Asís
• Ecce Hommo

El Barroco español se extiende cronológicamente entre finales del siglo XVI a principios del siglo XVIII. Una época en la que el dramatismo y la emoción inundan las artes. En el caso de la escultura barroca española la emotividad, el dinamismo y los detalles elaborados constituyen algunas de las principales características y siendo un claro reflejo del espíritu de la Contrarreforma por el fervor religioso que trata de despertar en el espectador.

Y es que ése fue el objetivo último de los artistas barrocos: involucrar directamente a los espectadores creando a menudo obras que rompían los límites entre el arte y el público.

Otras características típicas de la escultura barroca española son:

• Los temas son eminentemente religiosos, convirtiéndose la escultura es una herramienta tanto de devoción como de propaganda.
• Los artistas son grandes talladores y dominan la artesanía de la madera alcanzando gran realismo en sus tallas.
• Para conseguir dar realismo a sus obras los artistas recurren a detalles realistas como el uso de la policromía.
• La técnica se torna más precisa y se añade profundidad a las imágenes al objeto de hacerlas más reales y, por lo tanto, más efectistas desde el punto de vista emocional.
• El material más utilizado es la madera, siendo los escultores más destacados auténticos maestros de la talla en este material y dominando tanto el tratamiento de los paños como la anatomía.
• En esa misma línea llama la atención la expresividad de los rostros y el elaborado trabajo de los drapeados de las vestiduras, logrando el efecto de parecer fluir o tener una caída natural. Por lo que respecta a los rostros, los artistas suelen representar las figuras en momentos de éxtasis espiritual, profunda tristeza, recogimiento o serenidad, siendo más o menos realistas e intensos dependiendo del artista y su enfoque.
• Las esculturas nos muestran también una búsqueda de un equilibrio entre realismo e idealización, manteniendo una tensión compositiva que logra transmitir esa emoción intensa.
• Además de la escultura de temática religiosa, la escultura barroca española también realizó retratos y elementos decorativos muy elaborados y ornamentados.

El arte de Barroco español nos ofrece una gran habilidad técnica en la talla de madera y una gran profundidad emocional de unos artistas al servicio de la Contrarreforma y su deseo de renovar la iglesia e impedir el avance de las doctrinas protestantes. Se trata de mover y emocionar, de implicar al espectador y hacerle partícipes de la profunda espiritualidad de las escenas o personajes representados.

Entre las obras escultóricas más destacadas del Barroco español nos encontramos con obras llenas de gran belleza y complejidad, además de transmitir toda la intensidad emocional, mística y religiosa del momento histórico.

1. Una de las obras más destacadas es el “Cristo de la Clemencia”, obra de Juan Martínez Montañés, uno de los escultores más importantes del Barroco español. Esta escultura se caracteriza por su realismo y su carga espiritual. En ella, Martínez Montañés nos muestra un Cristo sereno y digno y con una gran maestría en el tratamiento de los paños y la anatomía.
2. El “Cristo yacente” de Gregorio Fernández es un paso procesional que se destaca por su realismo conmovedor y un gran naturalismo y expresividad en la representación del cuerpo muerto de Jesucristo.
3. También hay que destacar la “Inmaculada Concepción” de Alonso Cano por su estilo más equilibrado y clásico, imprimiendo cierta suavidad a la intensidad emocional típica del Barroco.
4. Otra obra importante es la “Magdalena penitente” de Pedro de Mena. Esta escultura transmite una gran carga espiritual, siendo notable la habilidad con la que Mena logra captar la emoción y el arrepentimiento de la Magdalena.
5. Por último, también destacamos un ejemplo de la escultura monumental: el “Transparente” de la Catedral de Toledo, obra de Narciso Tomé. Un ejemplo de la arquitectura escenográfica barroca cuya finalidad era iluminar con luz natural la zona del trasaltar. El conjunto está compuesto por un conjunto de esculturas y pinturas llenas de simbolismo y espiritualidad

El escultor más reconocido del Barroco en España es Pedro Roldán (1624-1699). Este escultor trabajó principalmente durante la segunda mitad del siglo XVII en Sevilla y destacó por la amplia producción escultórica que llevó a cabo a lo largo de esos años en diferentes ciudades de Andalucía.

Además, Roldán contó con un gran taller de escultura en el que se formaron sus hijos, yernos, sobrinos y nietos, convirtiéndose en una verdadera dinastía de escultores. Su amplia trayectoria artística y ser maestro de toda una generación de escultores.

Otra gran familia de escultores es la de “Los Ávila” de Valladolid. Una familia compuesta por Juan de Ávila y sus hijos Pedro y Manuel. Una saga de artistas que consiguió hacer evolucionar la escultura vallisoletana desde la tradición heredada por Gregorio Fernández a las corrientes europeas y cortesanas del siglo XVIII.

Por último, tenemos que añadir la figura de Diego de Gamboa, activo durante la primera mitad del siglo XVII. Este escultor comenzó con un estilo aprendido de Gregorio Español, un estilo romanista con influencia de Miguel Ángel, para adentrarse en el Barroco de la mano de Gregorio Fernández en Valladolid.

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