Las leyendas son una inagotable fuente de inspiración para crear historias capaces de conmover al público. Los animadores irlandeses Tomm Moore y Ross Stewart han bebido precisamente de relatos antiguos ambientados en su país para construir Wolfwalkers, una bellísima película en 2D que podría dar la campanada en los Oscar, con permiso del Soul de la todopoderosa Pixar, que parte en principio como favorita tras ganar el Globo de Oro y el Bafta, además de ser la compañía que más premios de la Academia de Hollywood ha acaparado en esta categoría.
"Es algo que en el fondo da miedo y sé que mucha gente se habría llevado una decepción de no estar entre los candidatos, porque mis dos anteriores películas El secreto del libro de Kells y La canción del mar estuvieron nominadas anteriormente. Es un honor que la Academia reconozca nuestro trabajo porque somos un estudio pequeño y estaría bien que este año se rompiera la maldición porque no es fácil optar al Oscar", dice con ganas Moore en una entrevista con La Vanguardia por videoconferencia desde los estudios de Cartoon Saloon en la pequeña ciudad irlandesa de Kilkenny, en la que está ambientada la película. En los recientes premios Annie, los Oscar de la animación, Wolfwalkers logró cinco premios frente a los siete de Soul, entre ellos mejor película independiente y dirección.
En los recientes premios Annie, los Oscar de la animación, 'Wolfwalkers' logró cinco premios frente a los siete de 'Soul'
Moore y Stewart se conocen desde los once años y previamente habían trabajado juntos en un libro de cómics que publicaron en los noventa y en un segmento de un corto animado para la película The prophet (2014), a la que prestó su voz Salma Hayek.
El embrión de esta película, que cuenta con distribución de Apple TV +, surgió durante una comida juntos hace siete años y supone la cuarta aventura de la productora Cartoon Saloon de la que es cofundador Moore tras las citadas El secreto del libro de Kells, La canción del mar y El pan de la guerra. "Queríamos hacer otra historia basada en el folclore irlandés que tratara temas como la relación de los humanos con la naturaleza.
Robyn Goodfellowe y Mebh transformada en una loba de ojos verdes
En Kilkenny siempre ha habido gente que relataba leyendas sobre personas que vivían antaño en los bosques y que estaban condenadas a convertirse en lobos cuando se quedaban dormidas", explica Moore, quien reivindica el valor de una animación "creativa, hecha con técnicas tradicionales que recupera asimismo viejas y encantadoras historias de la cultura irlandesa que a la vez son universales". Una manera de trabajar muy parecida a la que hacen gala los estudios Aardman en Inglaterra o el Studio Ghibli en Japón.
Moore reivindica el valor de una animación "creativa, hecha con técnicas tradicionales que recupera asimismo viejas y encantadoras historias de la cultura irlandesa que a la vez son universales"
Wolfwalkers aúna aventura y fantasía, la que nos lleva a conocer a Robyn, una niña aprendiz de cazadora que viaja de Inglaterra con su padre hasta la Irlanda de 1650, una época dominada por la magia y la superstición, para ayudar a acabar con la última manada de lobos a los que se les atribuye una fuerza demoníaca que atemoriza a los granjeros del lugar. La pequeña de pelo rubio y ojos azules no teme a los lobos y sueña con ayudar a su progenitor, que solo desea mantenerla alejada del peligro. Pero ella sigue en sus trece y se adentra en los frondosos y arremolinados bosques de Kilkenny con su inseparable búho y ballesta.
Allí se topa con una traviesa niña de enormes ojos verdes, dientes con forma de colmillo y una rebelde melena felina. Mebh tiene la capacidad de transformarse en lobo cuando duerme, así como su madre, puede comunicarse con las manadas y tiene poderes curativos. Son lo que se denominan Wolfwalkers, y se defienden como pueden de los invasores ingleses. El encuentro entre las dos niñas hará que Robyn vea a los lobos de otra manera y se acabe transformando en uno de esos seres que su padre pretende destruir siguiendo órdenes de sus superiores.
Robyn y Mebh se hacen buenas amigas
Pese a que la trama proviene de la mitología, el trasfondo histórico de Wolfwalkers es real y se sitúa en el momento de la brutal invasión de Irlanda a cargo de Oliver Cromwell, el villano que adquiere el nombre de 'el protector del Señor'. "Sentí que estas tres películas que he dirigido y codirigido tenían que hablar a una próxima generación de algo que temía que se perdiera por completo”, dice Moore. "Había crecido sumergido por completo en los cómics de Batman y los dibujos animados japoneses y estadounidenses y no me di cuenta de la belleza e importancia de todo lo que me rodeaba".
Sentí que estas tres películas que he dirigido y codirigido tenían que hablar a una próxima generación de algo que temía que se perdiera por completo
Una belleza y tradición que se refleja especialmente en el tratamiento de los colores, la música y el sonido que respira la cinta, "fruto del increíble equipo artístico internacional con el que hemos contado. La música que ha compuesto Bruno Coulais es increíble y el diseño de sonido es muy sugerente", afirma Stewart, que añade que la paleta de colores pretendía recrear lo más fielmente posible la de los bosques irlandeses, "llena de luz y de energía".
La amistad que surge entre dos seres tan aparentemente diferentes como las jóvenes protagonistas que defienden a capa y espada ese lugar mágico donde habitan los lobos es un retrato de la necesidad de cuidar y respetar el medioambiente. Así que Wolfwalkers viene a ser una especie de bella fábula ecologista con la que disfrutarán grandes y pequeños. "En Irlanda prácticamente ya no quedan lobos y con su ausencia hemos perdido la auténtica esencia de nosotros mismos. Somos parte de la naturaleza y tenemos la obligación de cuidar de ella. Al ser humano parece que solo le ha preocupado dominar y controlarla y espero que esta pandemia despierte a la gente y vea que estamos ligados intrínsecamente a ella. Si desaparece, también lo haremos nosotros", admite preocupado Moore.
Mebh quiere con locura a su madre
Wolfwalkers es asimismo una historia de amistad femenina que reivindica el poder de la empatía. "Nuestra primera idea contaba con un chico protagonista, pero vimos que no funcionaba. Al hablar de la madre naturaleza necesitábamos que se reflejara ese poder femenino porque Robyn y Mebh funcionan como las dos partes de una misma moneda".
La película, además, pretende, "sin adoctrinar", lanzar un mensaje de empoderamiento a los niños para que saquen sus propias conclusiones de lo que han visto, "que se cuestionen las cosas y las vean desde un punto de vista diferente", concluyen los directores. Ahora solo falta que la Academia de Hollywood dé el espaldarazo definitivo a este pequeño gran estudio que apuesta por propuestas animadas diferentes y llenas de sensibilidad. Se lo merece.
Robyn y Mebh funcionan como las dos partes de una misma moneda