Albert Celades: "No probé todo lo que quise en el Valencia" | Relevo
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Albert Celades: "No probé todo lo que quise en el Valencia"

El exentrenador del conjunto che y de la Selección Sub-21 repasa en Relevo su trabajo como técnico, su forma de ver el fútbol y las dificultades que se ha encontrado.

Albert Celades en Relevo. /Relevo/ Salvador Fenoll
Albert Celades en Relevo. Relevo/ Salvador Fenoll
Albert Blaya

Albert Blaya

Después de tres años sin entrenar, Albert Celades (Barcelona, 1975) quiere volver al ruedo. Echa en falta el césped, el contacto con el jugador. "Me paso los días viendo partidos, aprendiendo de aquí y de allí. Hay que estar siempre formándose". Celades fue cesado del Valencia en julio de 2020 en una temporada atípica: llegó a las cuatro jornadas recogiendo a un equipo que venía de clasificarse para la Champions y ganar la Copa del Rey al Barça. ¿Qué hacer cuando llegas a un sitio en el que todo va bien?

El exfutbolista de Barça o Madrid repasa en Relevo su paso por las categorías inferiores de la Selección como entrenador: desde el proceso formativo en la Sub-16 hasta la competitividad con la Sub-21. Charla sobre su breve estancia en el Real Madrid con Julen Lopetegui y las dificultades, aunque con un tono de quien está convencido del trabajo bien hecho, en Valencia.

Paco López nos dejó la siguiente reflexión para el siguiente entrenador. ¿Qué importancia le da al trabajo individual con el futbolista?

Mucha. Cada vez se está especializando más el juego y es muy importante que el jugador sienta que puede mejorar. Ha habido una creencia que los jugadores profesionales podían mejorar poco o nada, y siempre hay margen de mejora con tareas, vídeos con situaciones que tú crees que todavía puede progresar, siempre llevándolo al colectivo. Hay que ir diagnosticando sus situaciones para ver cómo evolucionan.

Tuvo grandes maestros cuando era jugador, pero siempre dice que fue en Estados Unidos cuando le entró el gusanillo por entrenar.

Tuve a un gran entrenador como Juan Carlos Osorio y ahí empecé a tener esa inquietud por entrenar. Y cuando regresé de mi experiencia, que fue muy positiva, empecé a sacarme los títulos en la Federación y de ahí a entrenar en la Sub-16.

Pasa de ser un jugador veterano a enfrentarse a un grupo de jóvenes de 15 y 16 años. ¿Qué puede trasladar de lo aprendido en un entorno que le reclama muchas otras cosas?

Yo creo que uno siempre tiene dudas, sobre todo cuando empiezas. Hay que ver qué es lo que quieres y cómo quieres reaccionar en según qué situaciones del juego. Pero yo valoro mi etapa formativa de forma muy positiva, porque siempre me ha gustado mucho poder ayudar en la formación y desarrollo de jugadores, de los cuales muchos han llegado a la absoluta, algunos siendo jugadores de primer nivel y otros muchos haciendo carrera en el fútbol profesional. Sí que es verdad que ser entrenador Sub-16 es una etapa meramente formativa, y después ya di el salto a la Sub-21, que es fútbol profesional, porque todos son jugadores profesionales y algunos con un rol importante en sus equipos.

Tratar con niños que ya tienen un enfoque mediático de adultos debe ser complejo. ¿Cómo gestionaba esas presiones?

Es súper importante para el jugador el entorno en el que viven y se forman, y nosotros intentábamos ayudarles en su desarrollo en los clubes. Pero vivimos muchas situaciones complejas con chicos de edad cadete, sobre todo con aquellos que siendo tan jóvenes ya se van a equipos de la Premier como Liverpool, City, United o Arsenal, que los venían a buscar. Muchos de esos chicos que decidían irse se trasladaban con toda su familia en una situación de presión añadida muy grande, porque con 15 o 16 años toda tu familia se traslada y tiene esperanzas en tu carrera, y hay veces que el jugador no evoluciona como uno piensa y se queda por el camino. Hay que arropar a ese futbolista porque al final no deja de ser un niño.

En edad Sub-21 muchos jugadores no cuentan con los minutos necesarios en sus clubes pero para el seleccionador sigue siendo importante, como Ceballos en su años como técnico. ¿Qué pesa más a la hora de tomar una decisión?

Como seleccionador tienes que tener claro cómo quieres jugar y a partir de ahí, el perfil de jugador que te encaja. En categorías Sub-16 prima la fuerza, porque te encontrabas jugadores con un presente muy bueno pero que intuías que no iban a tener un futuro acorde con ese presente. A veces estábamos dispuestos a pagar el peaje de llevar a jugadores que no podían tener un rendimiento tan bueno, pero que de cara al futuro iban a ser mejores. En la Sub-21 son jugadores que están recién llegados al fútbol profesional, algunos en los mejores clubes donde es muy difícil jugar. Tú tienes que tener claro qué jugadores quieres, como el caso de Ceballos, que no contaba con esos minutos pero era un jugador muy importante. Y había más. Hay que aprovechar los momentos de forma de los jugadores, pero por encima de eso hay que hacer un equipo, y eso es darle continuidad a lo que tú crees que es lo mejor.

En las convocatorias se suele hablar de meritocracia pero poco de hacer un equipo. ¿Se tiene que justificar constantemente las elecciones como parecía que hacía Luis Enrique?

Al final hay jugadores que para unos estilos son muy buenos y para otros no tanto. A partir de lo que quieres implantar te valen una serie de futbolistas y puede que haya un jugador que en un momento determinado esté jugando muy bien pero no lo ves, o incluso lo has traído y una vez allí ves que no tiene el mismo rendimiento en ese contexto que en el de otro club. Siempre se hacen las mismas críticas, no solo con Luis Enrique. Desde que estoy en la federación lo he visto. El primer interesado es el seleccionador, esto es rendimiento profesional y nadie hace favores a nadie. Por eso cuando estuve en el Valencia y me preguntaban qué jugadores podían ir a la selección no me metía, aunque otros lo hagan.

¿Cómo construyó la identidad futbolística en la Sub-21 al entrenar tan poco e ir variando de futbolistas?

Tuve jugadores increíbles. Pero no solo es el talento, es el rendimiento, porque en la Sub-21 te exigen resultados y los tienes que sacar. Tienes que elegir cuál es el camino y cómo quieres llegar a la meta. Cada dos años tienes una fase final y mucha gente piensa que las clasificatorias son sencillas, pero todo cuesta mucho porque se ha igualado el nivel. Esas fases son muy difíciles, con partidos duros y otros más asequibles, y el objetivo es llegar a la fase final con el grupo muy cohesionado, y lo ideal sería que los jugadores que estén en la Sub-21 hayan estado también en la Sub-16, pero eso es imposible porque siempre hay rendimientos que te sorprenden.

El fútbol te obliga a estar siempre abierto a la sorpresa como técnico. ¿Es eso lo mejor que tiene?

Totalmente. Rodrigo Hernández empezó a venir con nosotros en la Sub-19, antes no tenía un físico muy dominante y el Atlético lo dejó marchar y se fue al Villarreal. Y ahí creció y empezó a venir con nosotros. Hay que estar alerta a todas las situaciones de los futbolistas, porque siempre hay algunos que te sorprenden gratamente y otros que no llegan aunque pienses que sí, por eso hay que estar atento a sus entornos.

Tuvo a Isco en las inferiores y coincidió con él en el Mundial de Rusia y en el Real Madrid. ¿Cree que representa un molde de jugador que está desapareciendo?

Partimos de la base de que Isco es un jugadorazo y tiene un talento descomunal, que además ha tenido un rendimiento muy bestia. Yo creo que los jugadores de ese nivel seguirán jugando, otra cosa son los futbolistas de ese perfil sin el nivel de Isco, que puede que les cueste más.

¿Cómo fluyen los liderazgos en etapas formativas?

Esos líderes aparecen. Como entrenador tienes que detectar esas apariciones y fomentarlo, pero te terminas encontrando distintas situaciones, con equipos liderados por un jugador en un momento determinado, o otros en que lidera el grupo. En la selección, donde tienes poco tiempo para trabajar, tienes que ir a cosas muy concretas en el campo, y fuera de él intentar conocer a los futbolistas e insistir en cosas que para tí son importantes. Es un proceso largo e intenso, porque dura una semana o diez días. A mi me gusta que salga de una forma natural a no tener que forzar la situación, porque si decides algo y el grupo no lo ve habrá rechazo.

¿Cómo ve el fútbol español? Desde hace unos años se produce un tipo de futbolista concreto, pero la sensación es que faltan más cosas.

Es muy difícil ganar cuando ya has ganado. En el Mundial de Brasil no dimos el nivel esperado, lo intentamos en la Eurocopa de Francia, que cambió un poco el equipo sin tanto jugador veterano, y tampoco nos llegó en esa eliminatoria ante Italia. En Rusia sí que es cierto que era un poco diferente, porque esa selección que cogió Julen no había perdido ningún partido y estaba jugando a gran nivel, con partidazos ante Argentina, Alemania o Italia. Llegábamos con muchas expectativas a ese Mundial y dos días antes todo saltó por los aires, y a partir de ahí todo fue más difícil.

Si es difícil ganar después de haber ganado, ¿qué sintió al llegar al Real Madrid tras las marchas de Cristiano y Zidane?

Fue muy complicado. Nos encontramos con un grupo de jugadores increíble, muy trabajadores, pero las cosas no salieron. Tuvimos un buen inicio donde jugamos partidos muy buenos, me acuerdo del 3-0 a la Roma donde todo el mundo hablaba de un nuevo Real Madrid, pero tuvimos una serie de malos resultados y al final el club decidió que se había acabado. Si nos hubiesen dado un poco más de tiempo estoy seguro que las cosas habrían mejorado, pero así son las cosas en equipos de tal nivel como el Real Madrid, en el que no fuimos capaces de lograrlo.

Bale fue un jugador muy importante en vuestra etapa en el Real Madrid. ¿Intentaron buscar nuevos líderes tras la marcha de Cristiano?

Julen conocía muy bien a la plantilla y había tenido a todos los españoles en la Selección, por lo tanto el conocimiento era muy grande. En aquellos tiempos se hablaba de que Bale siempre había estado a la sombra de Cristiano y era su momento. Creo que muchas veces se ha sido muy crítico con él, pero si analizas su rendimiento global ha tenido un nivel muy bueno. ¿Qué podría haberlo hecho mejor? Pues quizás sí, pero tiene mucho mérito.

¿Cómo es llegar a un equipo tan ganador y decirles que cambien la mentalidad?

Eso me pasó en Valencia, y es muy difícil, sobre todo cuando vienes de ganar. Si vienes de una situación difícil es más sencillo convencer al jugador. Les ha ido muy bien y tú les pides otra cosa, y eso cuesta.

En Valencia llegas porque Marcelino se ha ido y en su primera rueda de prensa en Champions no te acompaña ningún jugador en señal de protesta. ¿Cómo fue esa situación?

Es una situación anómala, muy complicada. Si llegas a un equipo cuando la temporada ya está iniciada es porque las cosas no van bien, y en este caso no fue así. A Marcelino no le cesan por un motivo deportivo y nosotros llegamos en una situación muy traumática, porque era una plantilla muy apegada al entrenador y no estaban de acuerdo con el cese de Marcelino y así se lo hicieron saber al club. Llegamos un miércoles y ese fin de semana jugábamos en el Camp Nou. Esos primeros días los jugadores no querían hablar con la prensa a modo de protesta contra el Valencia. Y luego vino Stamford Bridge y la situación seguía igual.

¿Y cómo se soluciona esto?

Tuvimos una reunión con los jugadores en la que ellos me expusieron sus motivos y en la que dejaron claro que era un acto contra el club y no contra mí, y a partir de ahí tratar de convencer a una plantilla apegada con ese entrenador que no está y que les ha ido muy bien jugando de una forma determinada, a jugar con otras ideas. No quise romper con el pasado porque hacían cosas muy bien que queríamos aprovechar, pero sí queríamos incorporar algunos aspectos nuevos. ¿Cómo les convences de hacer otras cosas después de un tiempo tan largo? El jugador es reticente, no lo ve claro. Fue un proceso muy intenso y difícil, pero muy gratificante.

¿Y lo logró?

Tuvo mucho mérito. Ellos eran buenos haciendo lo que hacían, la plantilla estaba preparado para eso y poco a poco fuimos incorporando cosas. El haber estado imbatidos en Mestalla y quedar primeros de grupo en Champions tiene mucho valor dentro de este contexto.

¿Hay mucha diferencia entre lo que quería y lo que se vio?

Una cosa es la idea que tengas y la otra cuando llegas al sitio y ves lo que hay. Viendo la charla que tuvisteis con Mendilibar, él pregunta qué haría cuando llega a un club a mitad de temporada y me vi reflejado. Algunos lo hacen con su idea, aunque el equipo venga de una forma de trabajar distinta y eso les ha ido muy bien. Otros buscan adaptarse poco a poco. Yo creo que tienes que llegar, oler el ambiente e ir viendo, porque nada te garantiza el éxito, no hay una fórmula que te la de, así que tienes que intuir lo que puedes o no hacer. Fue una situación apasionante, porque supuso un reto. Pero no pudimos hacer todos los cambios que nos hubiese gustado. No le puedes pedir algo muy diferente a un futbolista porque irás a contranatura.

En algunos momentos quisó probar con un 4-3-3, pero se notaba que faltaba un perfil de interior. ¿Vivió como una derrota la imposibilidad de cambio total?

Después de analizarlo con calma, no llegas a una conclusión clara. Porque intentábamos muchas cosas y ves que íbamos en contranatura y que el jugador no estaba cómodo. Y al final tienes que ganar, te exigen resultados porque es el Valencia y no tienes tiempo. Creo que tienes que ir a preguntarte: "¿Cómo sacamos el máximo rendimiento? ¿A mí me gusta esto? Sí, pero no nos dará rendimiento". Adaptarte a otros puntos que quizás no te sientas tan cómodo pero ves que te pueden dar rendimiento es clave, y al final con Marcelino se venía de un 4-4-2 muy marcado de contraataque y repliegue, y los futbolistas eran muy buenos en esto, y yo tenía una idea diferente, con un fútbol más combinativo. El cambio no es sencillo y tienes que mantener cosas de las que ya se hacían.

Relevo/Salvador Fenoll
Relevo/Salvador Fenoll

Adaptarse pero con matices.

Sí, eso es. Nosotros empezamos a poner a Ferran Torres, que era un chaval muy joven y creíamos que nos podía ir bien para nuestra idea de juego y él estuvo a gran nivel. Fuimos haciendo cosas que creíamos que nos podían ayudar a ser mejores.

En el Valencia todo sabe a poco. ¿Se tuvo que reivindicar con su trabajo allí?

Hablamos de un club increíble, jugar en Mestalla es espectacular. En aquel contexto había muchas protestas contra la propiedad y no era fácil, pero tiene una afición buenísima y si todos tienen harmonía es un sitio espectacular para jugar. Cuando uno sale del sitio es importante tener la conciencia tranquila con lo hecho, de intentar hacer lo que crees que ha sido mejor para todos.

¿Estuvo cerca de renovar con el Valencia antes de la pandemia?

Ahí estábamos a muy buen nivel, conseguimos ser primeros del grupo de Champions, cerquita de puestos europeos, a veces incluso como cuarto clasificados en Liga. Justo antes tuvimos el partido ante la Atalanta, que jugamos sin gente y después ya se suspendió LaLiga. El post covid fue muy difícil, porque fue una novedad para todo el mundo con entrenamientos individuales y cada uno hacía lo que podía. Tuvimos muy poco tiempo para entrenar de forma conjunta.

¿Os avisaron del despido?

No. Jugamos en Villarreal nuestro último partido. Allí llegábamos con los mismos puntos que en el año anterior, que había sido una temporada magnífica, y salimos de Villarreal solo con tres menos, que no está mal. Hace una semana ganamos en casa contra Osasuna, tampoco es que llevásemos seis o siete jornadas sin ganar, pero toca aceptarlo e irse con la cabeza alta.

¿Cómo se gestiona el estar tanto tiempo fuera de la rueda?

Seguir formándote, estar al día de cómo evoluciona el juego y de apariciones de nuevos futbolistas. Ver a equipos que te motivan para tomar nota para una posible vuelta.

¿Ha tenido propuestas?

Ha habido cosas, pero nada que nos hayamos animado a coger, por lo tanto seguimos esperando a poder entrenar, a ver si podemos encontrar algo que nos encaje y que nos motive, pero es difícil porque hay pocos equipos para todos los entrenadores que somos. Estuve dos meses en Estados Unidos con mi familia y aproveché para ver partidos, entrenamientos… se trata de estar al día y coger ideas a desarrollar para cuando vuelva.

¿Qué diría que es lo que más ha aprendido como entrenador?

Es un proceso continuo, de todo se aprende. Como jugador tuve grandes entrenadores, y como técnico tuve grandes compañeros como Del Bosque o Julen Lopetegui, he sido muy afortunado. Y existen muchas situaciones de gestión de jugadores y de todo el entorno de lo que supone estar en un equipo profesional. Es sencillo hacer un análisis o un plan de juego, pero gestionar toda la parte directiva, jugadores y entorno es lo más complejo y donde radica la mayor dificultad en el fútbol profesional.

¿Qué pregunta deja para el siguiente entrenador?

Qué harías si llegas a un equipo y quieres jugar de una manera diferente si antes les ha ido muy bien. ¿Te adaptarías o irías con tu idea hasta donde lleguemos?