A pesar de las desalentadoras noticias que siguen surgiendo sobre la salud de Bruce Willis, esta estrella del cine puede estar orgullosa de que su trayectoria ha dado lugar a historias emblemáticas que serán recordadas durante muchas décadas.

Con una carrera que comenzó a tener éxito, no como una máquina de acción con camiseta sin mangas, sino como un sexy y bromista detective privado en la serie de televisión Moonlighting (1985), de la que obtuvo un Globo de Oro, el trabajo de Bruce Willis está grabado en la historia de la cinematografía y de los blockbuster de la década de los noventa. 

Su habilidad para ejecutar papeles cómicos, con profundidad dramática y hasta matices emocionales, lo consagraron en este negocio como un actor que labró su carrera en Hollywood con ingeniosas ocurrencias, asesinatos retorcidos e historias innovadoras y futuristas. Si bien es más conocido por su trabajo en el género de acción, cabe señalar que Willis trabajó en muchos otros como: comedia, drama, ciencia ficción, terror e incluso comedia familiar.

Dirigido por cineastas como Robert Zemeckis, Quentin Tarantino, M. Night Shyamalan, Terry Gilliam y Wes Anderson, la larga carrera de Willis prosperó, tocando varias sensibilidades artísticas y generando amistades para toda su vida.

Así que si estás buscando celebrar la extraordinaria carrera de una estrella genuina, llegaste al lugar correcto porque te compartimos 10 películas de Bruce Williams que debes ver o volver a ver. Hay algo para todos en esta lista:

10. La muerte le sienta bien (Death Becomes Her,1992)

La muerte le sienta bien

A pesar de no haber tenido un buen rendimiento en taquilla y de no convertirse en una de las películas más aclamadas de Robert Zemeckis (Volver al Futuro, Forrest Gump), este director juntó a un trío exitoso como Meryl Streep, Goldie Hawn y Bruce Willis, cuyo poder estelar nos regaló una comedia negra que con el paso del tiempo se transformó en un clásico de culto.

Una de las cosas que se destaca es, que a pesar de que Willis era una estrella de acción en ese momento, no tenía miedo de actuar como un cirujano plástico tonto y parecer ridículo, al contrario, buscaba mostrar su habilidad discreta para la comedia en un filme que inauguraba los años 90, y que no solo refexiona sobre la superficialidad humana, también habla del detrás de escena de la nostalgia, de esa noción un poco peligrosa de quedarse en el pasado, expresada a partir de cuerpos que buscan la juventud eterna. 

Aunque la cinta le pertenece a Streep y a Hawn, Willis no está solo para el viaje, y se defiende de sus formidables coprotagonistas. La muerte le sienta bien ocupa un lugar único en la filmografía del actor, marcando una de las pocas ocasiones en las que no adopta su personalidad típica de “tipo duro”. Asimismo, Zemeckis aprovechó las nuevas tecnologías de aquellos tiempos, regalándonos una de las películas pioneras en el uso de CGI.

9. Ciudad del pecado (Sin city, 2005)

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Elegante e imaginativa, Sin City es en gran medida una narrativa neo-noir de múltiples hilos con un elenco coral. Esta adaptación de Robert Rodriguez de la novela gráfica de Frank Miller nos entrega una antología que consta de cuatro historias que se entrecruzan, ambientadas en una ciudad corrupta. 

Con imágenes para recordar e intensas secuencias de acción, Bruce Willis es la estrella principal en la historia. Su John Hartigan se posiciona como un héroe desde el principio cuando intenta evitar que un asesino de niños (Nick Stahl) viole y mate a la joven Nancy Callahan. Este puede ser un mundo elevado, pero Willis sigue siendo el chico bueno, alguien que no solo quiere proteger a Nancy, sino que está dispuesto a arriesgar su vida y libertad para garantizar su seguridad.

Mickey Rourke puede ser el ladrón de escenas y el alma de Sin City, pero el personaje de Willis sirvió como la columna vertebral sobre la que se construyó la historia. Es Hartigan quien más o menos nos presenta este violento mundo en blanco y negro, y Willis hace un excelente trabajo con la narración dura; hay un cierto ritmo en su forma de hablar que le va excelente a su personaje y eleva sus esecnas. 

El actor no se había soltado el pelo en una película que tuviera que ver tanto con la estética como con la narrativa desde El quinto elemento, que llegó ocho años antes. ¡Definitivamente vale la pena echarle un vistazo!

8. El quinto elemento (The Fifth Element, 1997)

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Ambientada en el siglo XXIII, esta excéntrica epopeya de ciencia ficción dirigida por Luc Besson nos presenta un futuro donde la Tierra se convierte en el objetivo de una entidad malvada, cuyo regreso se profetizó durante mucho tiempo.

En una de las primeras escenas, tenemos un intercambio sutil pero revelador entre los dos protagonistas. El taxista Korben Dallas (Bruce Willis) ve interrumpida su rutina diaria cuando Leeloo (Milla Jovovich) se estrella contra el techo de su auto. Ella habla un idioma antiguo, por lo que los dos no pueden comunicarse, hasta que dice la palabra “boom”. “Entiendo ‘boom’”, responde Korben. De inmediato nos señalan los límites de la visión del mundo de Korben, en su mayoría restringida a la violencia del hombre en el mundo.

Actuar en una película con tantos efectos especiales debe haber sido difícil, ya que Besson parecía favorecer el estilo sobre la sustancia en esta cinta, pero Willis (y su corte de pelo rubio) no permitieron que la colorida visión del futuro del director eclipsara su actuación. 

Finalmente, el ingenio sardónico característico de Bruce Willis fue capaz de llevar la aventura a otro nivel, misma que nos presenta una actuación extraña, pero divertida, de Gary Oldman como un dictador espacial malvado. Sin olvidar, claro, a Chris Tucker, quien interpreta a un extravagante presentador de programas de entrevistas. 

El quinto elemento es una de las películas más queridas por muchos de nosotros, porque ¿quién no recuerda haberla visto con frecuencia en el canal 5? Sin duda, esta cinta funciona sin pretensiones, divierte y tiene la estética de una película de Star Wars dirigida por RuPaul, aunque el vestuario en realidad corrió a cargo de Jean-Paul Gaultier.

7. El protegido (Unbreakable, 2000)

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Tras el éxito obtenido un año antes con El sexto sentido, el director M. Night Shyamalan volvería a trabajar con Bruce Willis (tal vez su amuleto de la suerte) en un proyecto que ocupa un lugar importante entre los fanáticos de los superhéroes por su novedosa deconstrucción de los arquetipos de los cómics. ¡No más trajes de spandex, ni multiversos!

Willis como David Dunn (un guardia de seguridad, jugador frustrado y esposo al borde del divorcio y con un hijo) lleva a buen puerto un papel que requirió de una introspección de su personaje y un escepticismo de sus habilidades sobrenaturales que poco a poco descubre y maneja de una forma más terrenal.

Lo anterior está muy bien secundado por Elijah Price (Samuel L. Jackson), culpable de este despertar superheroico, quien también lucha contra sus propios límites y su obsesión por encontrar a una persona opuesta a sí misma en todos los sentidos y, que, mientras él es tan frágil por una condición ósea que padece, el otro es indestructible. 

A más de 20 años de su estreno, muchos hemos visto sus virtudes con el paso del tiempo. Las intensas interacciones entre los protagonistas son lo más destacado, así como su compleja relación, que es un enfoque clave de la película. Shyamalan agrega algunas sorpresas sólidas en el camino, sin perder de vista el núcleo emocional de la historia. Spencer Treat Clark, como el hijo de Willis, provoca varios momentos emocionales en pantalla. 

Si bien no es una de las películas de su género con más acción que existe, si es una de las mejores cintas sobre superhéroes en el sentido no convencional, ya que encuentra un giro de tuerca al mito de la creación de un superhéroe. 

6. Un reino bajo la Luna (Moonrise Kingdom, 2012)

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En un cambio de ritmo un tanto sorprendente en su carrera, Bruce Willis encajó perfectamente con los habituales de Wes Anderson como Frances McDormand, Tilda Swinton y Bill Murray, en una comedia romántica con calidez e inocencia generada por un sincero romance adolescente.

La película sigue la historia de Sam (Jared Gilman), un niño huérfano que escapa de un campamento de exploradores para encontrarse con su amiga por correspondencia, amor a primera vista e interés amoroso Suzy Bishop (Kara Hayward), una joven con ideas transgresoras y gusto por las novelas de ciencia ficción. Ambos viven en 1965, pero no pasa mucho tiempo antes de que se note la ausencia de los fugitivos enamorados, haciendo que el Capitán Sharp (Bruce Willis) de la policía local de Nueva Inglaterra comience a buscarlos. 

Aunque Willis tiene un papel secundario y discreto, su personaje muestra el lado amable y enternecedor del actor, el cual se adapta bien al enfoque sesgado del drama del director, jugando un papel importante en la película. Por otra parte, Anderson y el coguionista Roman Coppola evitan los clichés en cada oportunidad. Además, las fuerzas que normalmente actuarían para separar a Sam y Suzy se unen detrás de ellos, tal vez infectados por la convicción de su amor, que nunca flaquea, ni siquiera en una discusión.

Moonrise Kingdom es dulce, ingeniosamente divertida, encantadora por derecho propio y merece tener más relevancia en la carrera de Anderson, ya que permanece contigo mucho después de haber terminado. Los tonos ocre durante la película nos transportan plenamente a los sesenta, y una vez allí, es difícil volver a la actualidad. 

5. Looper (Looper:asesinos del futuro, 2012)

Looper

Mucho antes de conseguir el éxito que es Knives Out (2019), el director Rian Johnson nos presentó una grata y futurista película donde Joseph-Gordon Levitt canaliza su rudo interior para actuar como la versión más joven de Bruce Willis, quien interpreta a un asesino a sueldo que viaja en el tiempo para vengarse y corregir su presente, mientras lucha con su yo más joven.

En el año 2074, cuando la mafia quiere deshacerse de alguien, el objetivo se envía 30 años atrás en una máquina del tiempo ilegal, donde sicarios como Joe (Joseph-Gordon Levitt) los esperan en el año 2044 para ejecutarlos. Parte del acuerdo lucrativo de estos llamados loopers, es aceptar que un día tendrán que matar una versión anterior de sí mismos, cerrando así un “ciclo” que elimina cualquier riesgo de ser atrapados.

Al igual que con otras películas de ciencia ficción, Looper requiere un grado considerable de atención para comprender lo que sucede, sin embargo, tiene la cantidad justa de inteligencia para despertar y mantener el interés de la audiencia sin hacerte sentir tonto.

En lo personal, es una de las películas más destacables de Willis de los últimos 15 años, que le permitió seguir teniendo escenas de acción a su edad, sin necesariamente tener que ser indestructible como en otras cintas a las que nos acostumbró. Asimismo, dentro de la historia sobresale la participación de la actriz Emily Blunt, cuya interpretación marca una diferencia notoria en la trama.

Si viste Mi encuentro conmigo (2000) del mismo Bruce Willis, pensarás que es una película parecida en el aspecto de querer corregir nuestro pasado para ser mejores personas en nuestro presente y futuro. Aunque claro, esta película no es tierna; es más una quimera de estilos e ideas que te hará pasar un buen rato viendo como Gordon Levitt imita los rasgos y caras de Willis. 

4. 12 monos (12 Monkeys, 1995)

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Entre la cordura y la locura, el pasado y el futuro, 12 Monos de Terry Gilliam es un trabajo cinematográfico que invita a la reflexión. Inspirada en el corto La Jetée de Chris Marker de 1962, esta entrega cuenta la historia de Cole (Bruce Willis), un prisionero del año 2035 que es enviado a 1996 para frustrar el brote de una plaga que tiene a la Tierra devastada; se dice que el ejército de los doce monos es responsable de propagar este virus.

Las actuaciones de primer nivel ayudan a mantener el estado de ánimo ambivalente en la narrativa. Willis, tan vulnerable y angustiado en pantalla, brilla entre la tristeza, la cautela y el éxtasis, dando seriedad a la película cuando más la necesita. Por su parte, la actuación secundaria de Brad Pitt (que le valió una nominación al Oscar) como Jeffrey Goines, está llena de tics nerviosos y monólogos serpenteantes y vertiginosos, que pueden no funcionar para todos, pero que tempranamente lo colocaron en este negocio como un actor serio más allá de una cara bonita.

Su estética distópica funciona tanto como su elenco e imágenes extrañas. Además, cumple con la historia: un protagonista, un villano y suficiente misterio para mantener en tensión al espectador. Finalmente, cuenta con rareza y sorpresa; dos de los mejores aspectos de la ciencia ficción donde la perspectiva presentada por uno o dos de los personajes hace estallar las suposiciones y valores de la audiencia.

Al final, 12 monos puede tener varios significados: ¿Será que nuestro destino no puede cambiar porque Dios registró el futuro del hombre mucho antes de ser creado? o ¿no sabemos cuál será nuestro futuro, lo que sí, es que la forma en que vivimos el presente afectará en gran medida nuestro destino? 

¿Quién tendrá la respuesta a todo esto? Yo solo sé que después de vivir una pandemia la película ha tomado mayor sentido para el ser humano…no todo lo que vemos en el cine se queda en la ficción. Definitivamente un must que debes ver. 

3. El sexto sentido (The Sixth Sense, 1999)

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Revolucionaria en más de un sentido, El sexto sentido es uno de los mejores trabajos en la carrera de M. Night Shyamalan. La película empieza de manera oscura, continúa de manera alucinante y concluye aún más impactante sin dejar de sentirse como algo especial. Para los insensibles a la violencia, esta película es perfecta, pero para los espectadores más “inocentes”, tengan cuidado.

La historia sigue a Malcolm Crowe (Bruce Willis), un psicólogo infantil felizmente casado. Una noche, después de unas copas con su esposa, Vincent (Donnie Wahlberg), un antiguo paciente a quien Malcolm no pudo ayudar cuando era niño, irrumpe en su casa para hacerle saber cuánto sufrió, además de dispararle en el estómago y luego suicidarse.

El Dr. Crowe se siente responsable de lo sucedido con Vincent, por lo que cuando aparece un caso similar, hace un esfuerzo adicional para ayudar. Es en este punto donde aparece Cole Sear (Haley Joel Osment), un niño de nueve años aislado que es tratado como un bicho raro por todos los que lo rodean. Su madre hace todo lo posible por estar pendiente de él, pero algo profundamente inquietante le está sucediendo y ni ella ni Malcolm son capaces de comprenderlo. Con el tiempo, Malcolm finalmente hace que el niño se abra y comparta su secreto: ve gente muerta y está aterrorizado por ellos.

Sin duda, la estrella de la película es Osment, que desde el principio emociona sustancialmente con sus expresiones de fragilidad, pero también es capaz de pronunciar sus líneas de manera convincente; elegir niños actores es complicado, especialmente cuando están en el papel principal, pero Osment no se equivoca. Asimismo, Willis, quien adopta una personalidad más tenue y contemplativa, a diferencia de sus giros de acción en los años 80, hace muy buena mancuerna con Osment.

Veinte años después, es posible que el público se haya vuelto insensible al giro y los sustos, pero la emotiva historia sobre un niño tímido con problemas, una madre soltera que lucha y un psicólogo infantil que busca la redención sigue siendo atemporal. Si los adultos se asustan con las cosas que golpean en la noche, ¿cuánto más debería asustarse este pequeño con las cosas que solo él puede ver?

2. Pulp Fiction (Tiempos violentos, 1994) 

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¡Cuidado, spoilers!

Quentin Tarantino nos presenta una película, que al igual que Ciudadano Kane, está construida de una manera tan no lineal que la podrías ver una docena de veces y no recordar qué viene a continuación, y aunque su violencia es solo un adorno, es una historia original narrada de una manera genial, como un puzzle, donde al final todas las piezas encajan de manera formidable.

Con tantos personajes en esta trama es difícil concentrarse en uno solo. Para este momento, Bruce Willis había realizado varias películas después de Die Hard (1988), pero no todas habían sido dignas de su talento. Algunas de ellas, incluidas The Bonfire Of The Vanities y Hudson Hawk, fueron bombas de tiempo en taquilla, por lo que su carrera estuvo en peligro de terminar antes de finalizar la década. 

Afortunadamente, y para suerte de Willis, Tarantino apareció no solo para resucitar su carrera de la oscuridad de Hollywood, sino también para salvar la carrera de John Travolta. Pulp Fiction es una obra coral repleta de estrellas, donde Bruce Willis asume el papel de Butch Coolidge, un boxeador en decadencia que huye después de traicionar a un peligroso jefe criminal; a pesar de solo tener aproximadamente 30 minutos en pantalla, su personaje impactó al público.

Ya sea el encuentro con Marsellus Wallace (Ving Rhames), la secuencia tipo viñeta en el taxi con Esmeralda (Angela Jones), o cuando asesina a Vincent (Travolta), Butch pudo haber sido el protagonista de toda la película, pero bueno, lo dejo a su consideración. Lo que sí me queda claro, es que este clásico de 1994 es uno de los más importantes en la industria del cine, y Willis es una parte importante de su legado.

Lo menos interesante de Pulp Fiction es lo que hay en ese maldito maletín.

1. Duro de matar (Die Hard, 1988)

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¿Qué más esperabas en el número uno? Y para que quede claro, esta clasificación incluye Die Hard 2 y Die Hard With a Vengeance, las cuales son geniales por derecho propio. Pero sí, Die Hard es la mejor. Literalmente estás viendo nacer a una estrella de cine.

Frecuentemente nombrada como una de las mejores películas de acción, Die Hard es la que comenzó todo para Bruce Willis. El actor interpreta a John McClane, un detective de Nueva York que se ve envuelto inesperadamente en una situación de rehenes en Nochebuena. Atrapado dentro del rascacielos Nakatomi Plaza, tiene la tarea de enviar a varios matones, contratados por el intelectual Hans Gruber (interpretado magistralmente por el difunto Alan Rickman), al otro mundo.

A pesar del paso de los años, las  ambiciosas secuencias siguen siendo emocionantes, pero es el fuerte trabajo de los personajes lo que añadió un ritmo refrescante a un género que a veces puede estar demasiado centrado en las explosiones. Willis y Rickman son excelentes como el entrañable desvalido y su astuto rival, ayudados por un guión agudo que encuentra espacio para bromas ingeniosas en una historia de supervivencia.

Aunque durante muchos años las personas sigan debatiendo si es una una película navideña o no, lo cierto es que, de la misma manera que Sylvester Stallone será recordado como Rocky Balboa y Arnold Schwarzenegger será recordado como Terminator, John McClane será recordado como el papel definitorio de la carrera de Bruce Willis. Y nosotros lo recordaremos siempre, así que Welcome to the party, Pal! 

Menciones honoríficas: Mira quién habla (1989), The Last Boy Scout (1991), Nobody’s Fool (1994), Tears of the Sun (2003) y Armageddon (1998).