Róisín Murphy: “Siempre he sido una exhibicionista” | El Periódico de España

MÚSICA

Róisín Murphy: “Siempre he sido una exhibicionista”

La diva irlandesa, ex vocalista de Moloko, que visitará Madrid el 4 de junio para participar en el Alma Festival, habla sobre su último disco, vivir en Ibiza o estar en la 'playlist' de Pedro Sánchez

La cantante y artista visual irlandesa Róisín Murphy.

La cantante y artista visual irlandesa Róisín Murphy. / Nik Pate

Róisín Murphy es noticia siempre y no es noticia nunca desde que despuntase como icono de la cultura popular a mediados de los noventa como frontwoman de Moloko. Su presencia magnética, su voz llena de matices y su imprevisibilidad la convirtieron en un referente bisagra entre el underground y el mainstream, en una facilitadora para que muchos y muchas, después de ella, llegasen a lo más alto de las listas manteniendo una personalidad atípica y una identidad inconfundible. Acostumbrada a regalar tantos titulares memorables como hits, la irlandesa, tras tres décadas sobre los escenarios, entregaba hace unos meses Hit Parade (Ninja Tune), un disco notable que filtra todo lo mejor de la música de baile de los últimos años, y lo defiende con uñas y dientes en una gira que pasará por Madrid a principios de junio.

Desde la terraza de su casa en Ibiza, Murphy atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en formato telemático, con la tranquilidad de quien departe desde su hogar, la paciencia de quien lleva una larga jornada atendiendo a medios y las vicisitudes de hacer streaming desde una remota localización en la isla. Preguntada cómo alguien que va tan a su aire consigue ser relevante no solo musicalmente, sino como icono de estilo, la irlandesa lo tiene claro: “Es porque no soy la muñeca de nadie. En todo caso, la mía, porque me encantaban las muñecas. Siempre he sido una exhibicionista. Desde pequeña me encantaba la ropa, soñaba con ella. No teníamos mucho dinero, así que me colaba en el guardarropa de mi tía y me ponía su traje de bodas. Era una niña horrible. Con diez años me vestía con ropa de mujer asiática, me maquillaba y me sentaba en la ventana de mi habitación a saludar a los vecinos. O cogía un cochecito victoriano de mi madre, que era anticuaria, e iba por el barrio disfrazada de fantasma”, cuenta. Y continúa: “Me encantaba inventarme cosas y crear pequeñas narrativas, esto ha sido una gran influencia, también la validación que ello conlleva”. Murphy cita también el gran impacto que supuso conocer el trabajo de la fotógrafa Cindy Sherman siendo una adolescente. “Cuando la vi, pensé: ‘soy yo, así es como quiero ser. Lo que hace ella es arte, y quizás yo también pueda hacer algo así'”.

Nativa digital

Acostumbrada a ser una presencia magnética en los escenarios, la gran sorpresa ha sido ver cómo el lanzamiento de su último disco mostraba a una Róisín Murphy que, con 50 años, se desenvuelve en Instagram con una soltura inusual para los miembros de la Generación X. La artista aclara, de paso, que todo lo que ocurre en su Instagram es 100% suyo, sin community managers de por medio. “Llegué tarde a las redes sociales, pero vi que Instagram ofrecía la posibilidad de hacer estas pequeñas películas. Yo soy muy visual en todo lo que hago, así que es muy agradable tener una plataforma directa para llegar a mis fans sin que, discúlpame, tenga que pasar por una revista o un intermediario”, subraya. La ex cantante de Moloko destaca que, en Instagram, “yo soy la directora creativa, la directora y la estilista. No es que sea una control freak. Es que es algo que me resulta natural, para mí forma parte de la aventura". Por contra, dice, "no controlo la música de manera tan intensa, soy más abierta cuando trabajo con gente como DJ Koze (productor de su último disco), acepto que no me puedo salir con la mía, que me puede enseñar cosas sobre cómo hace su música”. Murphy entiende la necesidad de ceder parte de ese control porque la música hace que todo lo demás sea mejor. “Puedo revolcarme por el jardín o entrar por allí con un tractor: si la música es buena, queda bien. Una buena música hace que cualquier visual funcione, y para poder sacar adelante esta aventura loca en la que me he embarcado, la música tiene que ser excepcional”.

En Instagram yo soy la directora creativa, la directora y la estilista. No es que sea una 'control freak'. Es que es algo que me resulta natural, para mí forma parte de la aventura"

Con música o sin ella, el magnetismo delante de la cámara es algo que la irlandesa reconoce como una herramienta: “Se me da bien de manera natural,” admite, “no fui a una escuela a aprender a interpretar, no creo que se pueda. La parte difícil para mí viene de la iluminación o la escenografía, esa es una ciencia que estoy intentando dominar, y creo que es algo que se ve especialmente en esta gira”.

Con Hit Parade, Róisín Murphy ha conseguido insuflar energía a una carrera cargada de hitos y de hits pero que, quizá, necesitaba combustible en forma de un disco tan inapelable como este, un recorrido por lo más granado y elegante de los sonidos que la música de baile de este siglo ofrece. En su gira, a lo largo de dos horas, la artista ofrece un setlist que intercala de manera fluida sus nuevas canciones con algunos de sus clásicos como The Time Is Now o Sing It Back. Un trabajo que, admite la cantante, no ha sido fácil. “Algunas de las canciones son muy fáciles de hacer en directo, como CooCool o The Universe, porque tienen una estructura más clásica. Pero otras son una locura y te preguntas cómo pueden quedar. Por ejemplo, aunque es larga y muy tecno, Can’t Replicate es uno de los grandes momentos del repertorio, también porque es alucinante en el plano visual”.

Nunca hago discos que se puedan llevar al directo de manera obvia"

Tal y como admite ella misma, “nunca hago discos que se puedan llevar al directo de manera obvia. Tengo la suerte de llevar 28 años trabajando con el mismo director musical, Eddie Stevens. Es un genio, le doy estos discos loquísimos y los convierte en algo que se pueda tocar con una banda”. Murphy admite que, pese a ello, no siempre ha sido fácil: “A veces hacía música un poco intensa, vanguardista y borderline, entrando a veces en terrenos de música contemporánea que no siempre funcionaban. También ha habido épocas en las que había demasiado vestuario en las giras, y eso también ha sido un problema. Es importante encontrar un equilibrio entre tener buen material visual pero que no sea demasiado. Y creo que ahora lo tenemos”.

Equilibrio y titulares

A ese equilibrio artístico y personal parece haber contribuido, en parte, su traslado a Ibiza hace tres años. En la isla reside con su pareja, el productor italiano Sebastiano Properzi, y con sus dos hijos. “Ibiza me recuerda a la comunidad que tenía en Irlanda de pequeña. Yo quería que mis hijos creciesen en un entorno lleno de adultos interesantes y con un punto infantil, que estuviesen conectados entre ellos, que tuviesen hijos. Y eso es lo que he encontrado en la isla, es muy diferente a lo que teníamos en Londres. Sebastiano tiene esta casa desde hace muchos años, y hemos tenido la suerte de que la conservase, porque tal y como están los precios ahora, no podríamos permitírnosla”.

Estoy muy contenta de que a Pedro Sánchez le guste 'CooCool'”

La tranquilidad y el entorno familiar han hecho su parte por alejar a la diva de polémicas como la que empañó el lanzamiento de su disco el año pasado por culpa de unas declaraciones sobre bloquadores hormonales que se consideraron tránsfobas, ella que ha tenido siempre un enorme núcleo de seguidores en la comunidad LGTBIQ+, pero no han conseguido alejarla definitivamente de su debilidad por el salseo. La penúltima ocasión fue la reacción a la inclusión de su canción CooCool en la playlist de Spotify del presidente del gobierno Pedro Sánchez. “Me estáis preguntando todos por esto”, exclama divertida. ¿Cree que irá a verle el 4 de junio al Alma Festival? “La verdad, no me importa. Ni siquiera es una playlist con muchos seguidores. No es DJ ni nada de eso. ¿Seguro que no es cosa de un asesor? La verdad es que no es algo que te esperes en un presidente. Pero, bueno, ya que preguntas, vale, estoy muy contenta de que le guste CooCool”.