‘El Prodigio’, el nuevo drama francés que pone la esperanza en la música

Un día cualquiera, a punto de tomar su tren en la estación de Bercy, en París, el director de cine Ludovic Bernard escuchó a un joven tocar el piano. Sin saber mucho del intérprete, su talento prodigio lo dejó sin aliento. “Era un joven que, a primera vista, no poseía en absoluto los códigos de la música clásica, pero que tocaba maravillosamente un vals de Chopin. Fue un momento mágico. Me subí al tren y escribí sobre el pasado y el futuro de ese joven”, cuenta el francés. 

Así nació la idea de El Prodigio, la nueva película de Ludovic Bernard que narra la historia de Mathieu, un joven de origen modesto que es rescatado de una redada policial por Pierre Geithner, el director del Conservatorio de París, quien impactado por su talento en el piano, decide invitarlo a formarse profesionalmente.

En el conservatorio, Mathieu conoce a la Condesa, una refinada y rígida maestra de piano, que lo guiará para convertirse en el mejor, no sin antes generar tropiezos y enfrentamientos entre la profesora, el alumno y el director.

De esta manera, en El Prodigio cada personaje va develando miedos, frustraciones y anhelos que tenían guardados incluso para sí mismos. Una prueba que va a sacudirlos a todos y que los hará buscar en la música las respuestas y el posible camino para revitalizarse.

El joven actor Jules Benchetrit interpreta a Mathieu y para esto contó con el entrenamiento de la virtuosa pianista francesa Jennifer Fichet. Benchetrit es heredero de un legado actoral que inicia con su abuelo Jean-Louis Trintignant y continúa con sus padres Samuel Benchetrit y Marie Trintignant.

Debido a su destacada actuación en El Prodigio, Jules Benchetrit recibió el Premio César en 2019 como actor revelación. Diners tuvo acceso a una entrevista con el actor, en la que habló sobre su personaje y el elenco de la película, que ya se puede ver en las salas de Cine Colombia.

Jules ¿qué fue lo que más lo atrajo de El Prodigio?

El personaje de Mathieu me sedujo y me conmovió. Este adolescente se crió sin padre y tomó el lugar del hombre de la casa. Quiere perderse en lo que ama, lleva una coraza que esconde a un chico que necesita desahogarse en la música.

Además, ha perdido todo el norte desde que se murió su profesor de piano, Monsieur Jacques. Este maestro había sido como un padre sustituto, le dio mucho, especialmente el gusto por la música.

¿Cómo describe a Mathieu, su personaje?

No es explícito en la película pero Mathieu es de origen polaco. Es un pequeño matón suburbano que se deja llevar por sus amigos para cometer un gran error: el robo de una casa donde hay un piano muy bonito.

Sin tocar, se sienta al piano y se deja invadir por la música que vibra en su cabeza hasta que llega la policía. Lo que me conmovió fue el papel salvador de la música en su vida.

Aunque en su interior vibra esa música, Mathieu no tiene los códigos que suele requerir ese mundo…

No tiene educación musical. No tiene ni los códigos, ni los gestos, pero tiene el oído que tienen los músicos de verdad y una gran sensibilidad. Tiene un don. Lo que le falta lo aprenderá de la Condesa, convencido, sin embargo, de que no puede triunfar en ese mundo al que no pertenece.

En medio de los aprendizajes comienza a sentirse atraído por Anna, una joven que viene de un mundo opuesto al suyo…

Ella es violonchelista y creció en una familia intelectual y acomodada, donde la música es muy importante. Es una persona apasionada, muy unida al universo musical. Lo que le gusta a Mathieu de ella, y ella a su vez de él, es su diferencia y su amor por la música.

¿Cómo fue su entrenamiento con la pianista Jennifer Fichet?

Jennifer es una gran pianista. ¡Me hizo ensayar como un loco! Me dio mucho y me enseñó la profundidad de la música para encarnar al personaje. Yo no tenía ninguna noción de piano, así que antes de empezar el rodaje, durante tres meses, practicamos dos horas diarias.

Después, ensayamos, ensayamos y volvimos a ensayar ¡hasta que cada vez se fue haciendo más fácil! Boris, su esposo, también es un gran músico: no sólo me hizo amar la música clásica, sino que me hizo descubrir todos sus códigos, que desconocía.

¿El Prodigio cambió su visión de la música clásica?

Me gustaba Mozart gracias a la película Amadeus, pero antes de este rodaje no escuchaba mucha música clásica. Desde entonces, me gusta Chopin y Brahms. Esta experiencia me ha hecho querer aprender a tocar un instrumento y estoy pensando en dedicarme a la guitarra.

¿Cómo fue su relación con Lambert Wilson, que interpreta a Pierre, y Kristin Scott Thomas, que da vida a la Condesa?

Hicimos muchos ensayos y se portaron muy bien conmigo. En el set son impresionantes, precisos y exactos en su actuación. Arden.

Lambert me daba consejos de vez en cuando, él se parece mucho a James Bond (risas). Es un actor versátil que canta, baila… es increíblemente completo.

¿Y cómo fue la experiencia de ser dirigido por Ludovic Bernard?

Ludovic es muy exigente, tiene ojos en todas partes y está en todos los frentes. Cuando todo va bien, no dice nada. Pero también es un perfeccionista: está al tanto de cada aspecto de la producción con una idea muy precisa de lo que quiere.

Sabía lo que quería para mi personaje y a menudo me pedía que levantara la voz, que estuviera erguido, que mostrara una actitud más asertiva, que mostrara a Mathieu imponiéndose.

Él también dirigió la forma en que yo debía tocar el piano. Es amable, interviene adecuadamente, sabe cómo hablar con los actores. Este rodaje fue una experiencia muy agradable.

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