Al pr�ncipe Eduardo (51) le tocar� el t�tulo de duque de Edimburgo el d�a que su padre, el pr�ncipe Felipe (93), fallezca. El hijo peque�o de Isabel II ser� el hombre que ostente este t�tulo creado en 1726 por el Rey Jorge I de Inglaterra que se lo otorg� a su nieto el pr�ncipe Federico.
A su muerte de �ste, lo hered� su hijo, el pr�ncipe Jorge, quien, en 1760, fue proclamado rey Jorge III. El t�tulo volvi� a la corona qued�ndose un siglo sin portador. La reina Victoria (1819-1901) desempolv� el ducado de Edimburgo para su cuarto hijo y segundo var�n, el pr�ncipe Alfredo. Y as� hasta que llegara al actual, el consorte de la reina Isabel II. Felipe, nacido en 1921, estaba sobrado de t�tulos como pr�ncipe de Grecia y Dinamarca que era, pero renunci� a ellos al hacerse brit�nico y adoptar el apellido Mountbatten.
Al comprometerse en matrimonio con la princesa Isabel en 1947, el que iba a convertirse en su suegro, el rey Jorge VI, recre� el ducado de Edimburgo para el entonces joven y apuesto teniente coronel Felipe Mountbatten, quien lleva 68 a�os ostentando el t�tulo. Para que no caiga de nuevo en el ba�l de lo obsoleto, el ducado pasar� al conde de Wessex -los duques son m�s importantes que los condes en la jerarqu�a her�ldica- el d�a que el pr�ncipe Felipe no haga m�s uso de �l.
Eduardo se est� haciendo cargo del programa Premios Duque de Edimburgo que consiguen muchos escolares brit�nicos en la ense�anza secundaria y que consisten en hacer labores de voluntariado. En el a�o 2016, este programa de formaci�n cumple 60 a�os y ya es el hijo peque�o de la Reina el que se est� comprometiendo a participar en los actos p�blicos de celebraci�n.
El pr�ncipe Eduardo, casado con Sophie, condesa de Wessex, y padres de lady Louise y James, vizconde de Svern, ha empezado tambi�n a sustituir a su progenitor en algunas de las 800 presidencias de honor que mantiene el marido de la reina Isabel II. El duque de Edimburgo cumplir� 94 a�os el pr�ximo mes de junio. Eduardo quiso ser productor de televisi�n, tras dejar el ej�rcito, y vivir fuera de la �rbita real hasta que le result� imposible. Tras la novedad de los primeros programas, uno llev� por t�tulo "Eduardo sobre Eduardo" (o �l sobre Eduardo VIII, el rey que abdic� en 1936), los siguientes resultaron un fracaso. La condesa de Wessex tambi�n intent� ganarse la vida como profesional de las relaciones p�blicas y acab� enga�ada para que aprovechara sus conexiones reales.
