Camavinga da la asistencia a Vinicius para que marque el segundo gol ante el Alav�s.
Dos acciones le delataron. La primera sucedi� en el minuto 26. Atento a la jugada, trotaba de espaldas a la porter�a en el balc�n del �rea cuando no le qued� m�s remedio que abrirse de piernas, estirarse y agacharse casi hasta el suelo cual bailarina de ballet para cazar con su pierna izquierda un centro algo desviado a su derecha de Bellingham que el 90% de los futbolistas de LaLiga no hubi
eran podido alcanzar. Dicho y hecho.
Camavinga atrap� la pelota, la dom�, recuper� la vertical, encar� a Antonio Blanco, le midi� y con una facilidad insultante decidi� arrancar. Tras sacarle un palmo de terreno en dos, se fue hacia la l�nea de fondo y puso un bal�n atr�s preciso entre tres defensas del Alav�s para que Vinicius s�lo tuviera que empujarla a la red.
Fue la evidencia de las portentosas capacidades de un futbolista que a sus 21 a�os va sobrado. Un superdotado.
La segunda jugada no fue el premio Puskas 2023/24 por 20 cent�metros.
Conduc�a el bal�n en una transici�n de entreguerras, de espaldas hacia su propia porter�a en el c�rculo del centro del campo, cuando se acerc� a encimarle Blanco.
Camavinga empez� a girar el sentido de la marcha para eludir la tarascada de su marcador. Eludido el primer obst�culo, sigui� avanzando con el bal�n cosido a su pie izquierdo y, como los coches de choque en la feria de Las Rozas, fue esquivando de manera sucesiva a cuantos rivales trataban de alcanzarle. En su maravilloso zigzag dej� en la cuneta a Rioja, a Duarte, a Guevara y de nuevo a Rioja. Se le qued� un poco largo el �ltimo toque cuando Owono se interpuso para evitar que se metiera dentro de la porter�a con el bal�n.
Prodigioso.
Este Camavinga exuberante e inabarcable, capaz de jugar de lo que quiera y donde quiera, es el mismo que de no haber mediado lesi�n de Tchouam�ni hubiera sido suplente garantizado en la final de la Champions.
Ese es el nivel actual de la plantilla del Real Madrid, sobre todo en el centro del campo. Y ese tambi�n es el motivo por el que en el club son tan reacios a ofrecerle la renovaci�n a una leyenda como Modric.