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La icónica serie "Sex and The City" llegó a Netflix para Latinoamérica con todas sus temporadas disponibles, brindando a los espectadores la oportunidad de revivir las aventuras de Carrie Bradshaw y sus amigas en Nueva York. A pesar de haber sido pionera en la representación de mujeres empoderadas en la televisión, la serie ha sido objeto de críticas en la actualidad por ciertas actitudes y estereotipos que no han envejecido bien. Los televidentes han resaltado la toxicidad de Carrie, especialmente en sus relaciones y conversaciones, mientras cuestionan la representación de la transexualidad, la idealización del cuerpo femenino y la falta de evolución de ciertos personajes. A pesar de su legado, la serie enfrenta un escrutinio más crítico en la era actual de movimientos feministas y cambios sociales.

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Recientemente, Sex and The City, la popular serie de televisión protagonizada por Sarah Jessica Parker arribó a Netflix con las seis temporadas disponibles en su catálogo para Latinoamérica.

Se trata de una nueva oportunidad para descubrir las aventuras de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) en Nueva York, siempre en compañía de sus amigas, Miranda Hobbs (Cynthia Nixon), Charlotte (Kristin Davis) y Samantha (Kim Cattrall).

Sin embargo, las fanáticas que alguna vez vieron la serie en su estreno hace casi 30 años comenzaron a revivir esta serie en un mundo completamente distinto de cuando se estrenó.

Porque si bien, la serie de HBO revolucionó la televisión con una perspectiva distinta para personajes femeninos, los televidentes están rescatando algunas actitudes, sobre todo de Carrie, que en la era del 2020 no son tan aceptables.

Sex and The City: una serie de más de 25 años

Si eres millenial, es posible que vieras en Sex and the city a mujeres empoderadas, con trabajos y vidas fabulosas, sin mencionar el guardarropa de ensueño que lograban tener viviendo en la ciudad más cosmopolita del mundo, Nueva York.

Las cuatro amigas mostraban al público de la época una historia donde las mujeres tenían un rol muy distinto al que solíamos ver, asociados a la maternidad, el hogar, etc.

Carrie, una escritora de columnas, protagonizaba la serie pensando en sus columnas para poder pagar su mayor vicio, los zapatos, así como también buscando el amor, aunque no con tanto entusiasmo como Charlotte, quien a sus 30 solo pensaba en encontrar al hombre con quien formaría su anhelada familia.

Miranda, una abogada mucho más racional que sus amigas, vivía en un mundo comandado por hombres, por lo que para ella, las citas eran diversión antes de decidir si se enamoraría.

Y finalmente, Samantha, uno de los personajes más revolucionarios de la televisión de la época, era exitosa en su trabajo, independiente y a sus 40 años vivía su sexualidad como ella quería, sin jamás pensar en tener una familia, porque esa parte la cumplían sus amigas.

Los personajes pasaron a la historia, tanto que se realizaron dos películas en torno al universo de SATC y ahora una nueva serie, And Just Like That, donde no llegó Samantha (salvo un cameo) y las cosas cambian radicalmente para las protagonistas.

Sin embargo, hay algunas cosas de la serie que no lograron envejecer tan bien.

Lo que no envejeció bien en la serie

Las décadas pasan y hay algunos puntos de la serie creada por Darren Star que no lograron llegar de buena forma a nuestra época.

Por ejemplo, que Carrie Bradshaw escriba una columna de sexo, pero se escandalice ante el sadomasoquismo, que un hombre pueda dar sexo oral a una mujer o cuando casi colapsa al tener que besar a Alanis Morrisette mientras señala que la bisexualidad es una confusión, consigna Vanity Fair.

También está el estilo de vida irrisorio de las protagonistas, con trabajos que no alcanzan para comprar todo lo que quería ostentar, lo que hace que muchos fans de la serie calculen cuántas palabras debe tener cada columna de Carrie para vivir en Nueva York (logró cobrar 4 dólares por palabra en Vogue).

Carrie Bradshaw en Vogue
Sex and the city | HBO

Siguiendo con la lista, existe una estereotipo para los personajes gays, con una nula presencia de la transexualidad en personajes recurrentes y dejándolo solo en prostitutas que no dejan dormir a Samantha.

Aunque la serie muestra a mujeres muy liberadas, todas siguen los estereotipos de cuerpo femenino de la época, mujeres delgadas y no tan curvilíneas. Muchos critican el episodio en el que Charlotte dice que no le gustan sus muslos, cuando a la pantalla se ven absolutamente perfectos.

Los televidentes no perdonan

El gran acceso a las plataformas de streaming como Netflix o Max, donde está alojada la serie, implica que exista un nuevo público que está descubriendo la serie, pero también el que ya la vio y la vuelve a descubrir.

Es precisamente el segundo público quienes se han lanzado a redes sociales a comentar lo distinta que se ve la serie más de 20 años después.

La percepción de las protagonistas cambió con los años, apuntando especialmente a Carrie y sus actitudes ante sus amigas o sus parejas, las que califican de tóxicas.

Se le critica que siempre haya privilegiado a Mr. Big, pese a que este había engañado a su primera esposa, luego nunca quiso comprometerse con ella, pero se casó con Natasha a los meses de conocerla.

Además, Mr. Big engañó a su nueva esposa con ella, mientras Aidan, quien era su pareja, arreglaba su departamento y no valoró lo que este último hacía con ella.

Cuando se trata de sus amigas, le reclaman que acaparaba las conversaciones. Por ejemplo, en la última temporada Charlotte anuncia su reconciliación con Harry Goldenblatt, quien le propuso matrimonio con un anillo como el que Richard Burton le dio a Elizabeth Taylor.

Tan pronto anuncia la noticia, le pregunta a Carrie que pasa y ella comienza a contar que Berger, su última pareja, terminó con ella en una nota de post-it, acaparando la conversación e incluso haciendo una apología de la tradicional Piedra, papel y tijera, diciéndole que pese a todo, el papel cubre la roca, su anillo.

Quién es la real heroína de Sex and The City

Daily Mail recogió la escena y algunas de las opiniones de los usuarios, quienes señalan “Carrie es una mala amiga… Ódiame todo lo que quieras, pero yo nunca podré odiar a Carrie” o Por qué odio a Carrie Bradshaw… Nunca entenderé cómo las mujeres nunca vieron lo horrible que era… Realmente no creo que pudiera ver este programa porque es literalmente insufrible… La forma en que Carrie monopoliza cada conversación …”.

Otro usuario es más drástico respecto de sus actitudes en la serie, indicando “Por qué odio a Carrie Bradshaw… Nunca entenderé cómo las mujeres nunca vieron lo horrible que era… Realmente no creo que pudiera ver este programa porque es literalmente insufrible… La forma en que Carrie monopoliza cada conversación …”

Internet está lleno de mensajes como estos, donde la percepción de cada una de las amigas cambia de una década a otra, como parte de la evolución de la sociedad.

Para algunos, Charlotte es la única clara en lo que quiere en la vida y no tiene miedo a expresarlo, un marido millonario y una familia, lo que para otros se ve de forma negativa, porque actúa como una “niña”.

Miranda tampoco se salva, puesto que después de tener a su hijo se queja de que está gorda, cuando está pesando casi 70 kilos, mientras mide 1.70, lo que la pone en su peso realmente saludable.

Samantha, la chica que no cambia en Sex and the City

Aunque el único personaje que no recibe tantas críticas es el de Samantha, interpretado por Kim Cattrall, y uno de los más controversiales por su forma de vivir la vida, sabiendo qué es lo que quiere y sin importar lo que dice el resto.

Estas opiniones reflejan que aunque fue una serie revolucionaria en su época, para esta época queda un poco atrás cuando movimientos feministas se alzan en todas partes.

Pese a eso, Sex and the city, mantiene un público cautivo que es capaz de mirar la serie una y otra vez, mientras Carrie repite “Y no pude evitar preguntarme…”